Gabriel tuvo la suerte de que, cuando llamó por
teléfono a Natalia para contarle que no tenía nada decente que ponerse el fin
de semana, ella le invitó a acompañarla en una tarde de compras. Es por eso
que, efectivamente, Gabriel tuvo su tarde a lo “pretty man”, logrando como
resultado final un bonito conjunto de pantalones, camisa y americana que
Natalia le ayudó a escoger. Incluso volvió con un par de zapatos nuevos a casa.
Y lo había pagado todo Gabriel a pesar de la insistencia de Natalia en hacerlo
ella. Haber cedido ante aquel amable e insistente ofrecimiento, habría sido
avanzar un paso en dirección a ser un mantenido, y no era ése el objetivo. Su
conciencia no le habría dejado tranquilo.
Los días fueron pasando, y llegó el señalado para
poner a prueba la relación de Gabriel y Natalia. La entrega del premio literario
tendría lugar en el Palacio de Congresos de la ciudad, y el acto posterior de
celebración, iba a celebrarse en un hotel ubicado en una zona no muy alejada.
Gabriel había acordado con Natalia que estaría en su piso un par de horas antes
de la entrega, para poder llegar con tiempo y coger asientos en las primeras
filas. Ella le había advertido que era posible que Cristóbal se sintiera más
arropado si a la hora de dar su discurso de agradecimiento, la veía sentada
cerca de él, y Gabriel estuvo de acuerdo con ese razonamiento, por lo que puso
todo de su parte al respecto.
Uno de los mejores momentos del día, sin necesidad
de que transcurrieran más cosas, fue aquel en el que Gabriel llamó a la puerta
de Natalia y se maravilló por lo preciosa que estaba otro día más. Ella había
escogido un ajustado vestido de color negro, complementado con un bolso y
tacones a juego. Pese al tono serio que suele desprender ese color, Natalia le
insuflaba vida, luminosidad y calidez. Al haberle acompañado a comprar la ropa
que él llevaba puesta, el efecto sorpresa se lo había quedado en exclusividad
ella, que tenía un gusto exquisito para el vestir, sin contar con la belleza
natural que ella aportaba. Una vez que Gabriel dejó de mirarla extasiado, se
dieron uno de sus pasionales y efusivos besos, y salieron del edificio rumbo al
Palacio de Congresos. Hacía un día nublado, y Gabriel pensó que podría terminar
lloviendo.
Cuando ellos llegaron, ya había pequeños grupos de
personas dialogando en la entrada. Gabriel pensaba que iba a ser la primera
prueba de fuego si Natalia se acercaba a saludar y empezaban a hablar, dando
paso a su presentación. Pero no fue así, Natalia no reconoció a nadie en aquellos
grupos y así se lo hizo saber. Así que accedieron al interior del edificio.
Aunque había varios auditorios, la entrega del premio iba a celebrarse en aquel
al que primero se accedía desde la entrada. La puerta ya estaba abierta y había
una azafata cerca de ella. Los dos se acercaron y Natalia le mostró a la
azafata las dos invitaciones, tras lo cual esta última les dijo que ya podían
acceder al interior, cosa que hicieron acto seguido. Gabriel miró el reloj y
comprobó que aún faltaba una hora para que todo empezara. Aunque ya había
algunas personas tomando asiento, él y Natalia no tuvieron ningún problema en
sentarse en la primera fila, como ella quería.
A veces es curioso como un determinado tiempo puede
avanzar fugazmente o bien a paso de tortuga, en función de lo que se esté
haciendo, o del estado emocional que se atreviese. Gabriel se encontraba
sentado y con un inesperado y creciente estado de nervios, pero Natalia había
reconocido a algunas personas a medida que la sala se fue llenando, y
conversaba con ellas. En concreto era un pequeño grupo de tres mujeres y un
hombre. Ahí fue cuando cierta sensación de surrealismo se apoderó de él, y ésta
se vio acentuada cuando Natalia le hizo una señal para que se acercara. Había
llegado el momento de empezar a conocer a la gente de su círculo, y Gabriel se
acercó a Natalia. Cuando estuvo a su lado, ella le puso una mano sobre el
hombro, y rompió el hielo:
- Os presento a Gabriel, un amigo muy especial que me
tiene embrujada. Gabriel- en ese momento le dirigió una sonrisa-, te presento
al equipo de trabajo de otra editorial de la ciudad. Ellas son Olga, Esther, y
Claudia- y las había ido señalando a medida que Gabriel se acercaba a ellas
dando los besos protocolarios-. Y éste hombre tan callado es Eduardo- Gabriel y
él se estrecharon las manos-.
- Un placer conoceros a todos- Gabriel decidió
descifrar los mensajes ocultos que podían verse en las miradas de esas cuatro
personas, y para su sorpresa sólo descubrió simpatía en todas ellas-. El mundo
editorial está un poco alejado de mi campo profesional, pero me agrada conocer
a las amistades de Natalia- y notó que ella le cogía la mano ante la mirada del
grupo-. Eso sí, si tenéis dudas médicas, ahí os podré ser de más utilidad.
Eso provocó una pequeña carcajada general, y Gabriel
y Natalia se despidieron del grupo para volver a sus asientos, pues ya iba
quedando menos para que empezara la entrega del premio, y sobre el escenario
del auditorio empezaba a haber una notoria actividad. Tras tomar asiento,
Natalia le susurró al oído que había estado muy bien, y que no había empezado
mal su presentación juntos en sociedad. Incluso había notado que alguna de sus
amigas les dedicaba una mirada de sana envidia. Gabriel notó cierta calma en
ese estado de nervios que se manifestaba en su interior. Por si acaso, pensaba
seguir alerta, pero ahora se sentía algo mejor. Como le había dicho Natalia, no
había ido tan mal. Continuó entrando gente en el auditorio, y al tiempo que
empezaba la ceremonia de inicio, el aforo estaba próximo a completarse.
El acto en sí no fue muy extenso. Lo primero que
aconteció fue una presentación del premio que se iba a conceder, realizada a
cargo de una simpática mujer, y a ello le siguió la inevitable aparición del
galardonado, que se sonrojó notablemente ante la atronadora ovación de los
presentes. La mujer que había estado
hablando antes, y que era una de las organizadoras del premio, le cedió así la
palabra a Cristóbal, que procedió a dar las gracias y realizar un pequeño
discurso, donde habló de la novela por la que había sido premiado. Y sí, tal
como había previsto Natalia, cuando él la encontró con la mirada, pareció
sentirse algo más relajado. No era para menos, hablar en público ponía a prueba
a cualquier persona, y notar el apoyo de gente conocida siempre era una ayuda valiosa
para sobrellevar cualquier posible pánico escénico. Una nueva ovación
complementó el momento en el que una azafata le entregó a Cristóbal un enorme
trofeo, un sobre y un ramo de flores.
Una vez que el acto concluyó, y cuando el público
empezó a salir del auditorio, Cristóbal bajó del escenario y le dio un abrazo a
Natalia, agradeciéndole la asistencia. Gabriel sintió una nueva punzada de
nerviosismo, porque pensó que en breve ella le llamaría para presentarle
nuevamente. Así fue, aunque todo marchó sobre ruedas. De hecho Cristóbal, que
era un hombre muy agradable, pareció disfrutar de la magia que irradiaban
Gabriel y Natalia cogidos de la mano. Les dijo que esperaba verlos nuevamente
en el hotel para continuar la velada, y ambos le dijeron que así sería.
Entonces Cristóbal fue a saludar a otras personas, y Natalia le dijo a Gabriel
que salieran al exterior para ir caminando hasta el hotel.
En comparación con la cantidad de presentaciones que
tuvieron lugar en el hotel, lo del auditorio había parecido un aperitivo.
Natalia había reconocido a mucha gente del gremio, pero también a algunas
amistades personales que a su vez eran comunes con Cristóbal. Es por eso que
Gabriel se sentía perdido constantemente, pero también iba detectando una mayor
gama de reacciones cuando Natalia le presentaba a tal o cual persona, y se
mostraba afectuosa con él. Algunas miradas que les dedicaron parecían ser de
incomprensión, y otras de desaprobación. Quizás Gabriel estaba prestando más
atención a eso que Natalia, que en cuanto le presentaba ante otras personas se
mostraba cariñosa y sonriente. Sin embargo, él empezaba a sentirse algo inquieto,
como si temiera que aquello diera pie al tipo de situación incómoda que él no
deseaba para ella.
Intentando disipar esos pensamientos de su mente, o
en menor medida enfriarlos, se excusó para salir un rato al exterior del hotel,
insistiéndole a Natalia en que se encontraba bien, y que sólo quería tomar algo
de aire. También le dijo que siguiera hablando con la gente. Ella no pareció
muy convencida, en gran parte porque tenía la sensación de que algo pasaba,
pero resignada y comprensiva, decidió seguir conversando con la gente.
Una vez en el exterior, Gabriel se sentía algo
mejor, como si volviera a conectarse con su realidad más cercana, lejos de
aquel ambiente. Sólo era cuestión de acostumbrarse un poco a las novedades,
pero lo haría despacio, sin necesidad de correr. Por eso decidió quedarse un
rato observando el tráfico y el paso de los transeúntes por la calle. Al cabo
de algunos minutos, vio entrar en el hotel a un tipo bien vestido pero con
aroma a alcohol y cara de pocos amigos, y tuvo un mal presagio. Pensó que podía
deberse al hecho de que cada nueva persona que entraba al hotel podía ir donde
estaba Natalia, y eso quizás equivalía a conocer nuevas caras y descifrar más
miradas. Pero se dio cuenta de su paranoica forma de pensar en aquellos
momentos, y decidió que eso tenía que terminar.
Así que, algo más calmado, emprendió el regreso
junto a Natalia, y se quedó estupefacto ante lo que vio y oyó cuando se
acercaba a ella. El presagio anterior no había sido tan descabellado. El tipo
de antes se había acercado a Natalia, le había dicho “hola nena”, y le había plantado
un largo beso, dejando a Gabriel tan desconcertado como dolido. De hecho,
algunas personas también se habían quedado mirando la escena. Gabriel, de
manera impulsiva, y aprovechando que Natalia no le había visto observando la
escena, se marchó del hotel, sintiéndose roto por dentro. No era la mejor
reacción, seguramente era la peor, porque quizás hablando con Natalia obtuviera
una explicación que diera coherencia a aquello, pero todo su ser le lanzaba
señales para salir de allí.
En la puerta se encontró a Cristóbal, que salía de
un taxi. Se despidió de él, que se mostró sorprendido, y le deseó una buena
velada. Poco después, cogió un autobús para ir a casa. Durante todo el trayecto
no pudo evitar derramar un torrente de lágrimas mientras miraba a través del
cristal, golpeado por unas finas gotas de la lluvia que había empezado a caer...
Continuará...
Continuará...
Te puedes creer que ya lo echaba e menos... y eso que te dije que yo no era muy de este tipo de relatos. Claro que, como también te dije, cuando están bien escritos, todos gustan.
ResponderEliminarMe he tragado ávidamente tu capítulo de hoy y veo que, efectivamente había sorpresa, aunque no la que creo que todos podíamos suponer, más relacionada con las reacciones que el resto de conocidos podían tener. La aparición de este nuevo personaje da un nuevo tirón al argumento y, por donde parece que van los tiros, la caracterización que le des va a ser la clave de lo que pase en el futuro. Nubarrones se ciernen en el horizonte de la pareja y, creo que se va a poner a prueba el significado de esa relación para Gabriel... A ver qué nos cuentas.
Aquí te espero
Un fuerte abrazo compañero
Hola Isidoro, qué halagador lo que dices, sé bien que no es tu género favorito, por eso valoro mucho que echaras de menos saber un poco más de esta historia en base a que te guste mi manera de escribir.
EliminarPues sí, había sorpresa, y si he logrado que sea una diferente a la esperada, me quedo contento por ello. Efectivamente, el nuevo personaje pone una gran nube en el panorama soleado que siempre tenían estos tortolitos sobre sus cabezas. Como siempre será un gran placer contar con tu seguimiento y análisis. ¡Otro abrazo!
El peso de las emociones y sentimientos que has generado, a través de la profunfidad de los personajes, plasmada en los anteriores capítulos, son la causa del efecto mostrado en las situaciones de éste último. Así, uno vive de cerca los estímulos de Gabriel ante el mundo que se le acontece. He disfrutado con la serenidad y sobriedad de los pasos de un hombre vulnerable, y de un instante de pesar que ha recaído sobre su falta de confianza en él mismo o en su relación con Natalia. Está por ver la verdadera gravedad de lo que ha ocurrido. Una experiencia narrativa altamente sentida y, como siempre, muy, pero que muy bien escrita.
ResponderEliminar¡Abrazo, José Carlos!
Hola Edgar, bien visto y analizado el alcance de las situaciones y descripciones previas que han desembocado en lo descrito en este capítulo.
EliminarPara Gabriel ha supuesto introducirse de lleno en un mundo ajeno al suyo, y eso ha permitido revelar el modo en que lo analizaba todo, tanto para lo bueno como para lo malo. Y tal como mencionas, ha tenido un momento de falta de confianza, ¿será fatal o servirá de acicate? Pronto se sabrá.
No deja de ser un placer contar contigo como seguidor activo de esta historia, tus comentarios son siempre alentadores y los valoro mucho. ¡Otro abrazo Edgar!
Saludos Nefertiti. Es cierto que Gabriel es más un chico de emociones que de acción, por eso en lugar de montar una escena delante de todo el mundo, optó por marcharse de allí. Bueno, todas las personas lloran jaja, a fin de cuentas no es malo y a veces ayuda a desahogarse :P
ResponderEliminar¡Un saludo y gracias por pasarte!
Bien, ya estoy aquí para congratularme de mi intuición y de tu buen hacer como relator.
ResponderEliminarPor lo primero, al haberte comentado con anterioridad que una relación tan perfecta y pasional como la descrita, preveía algo de tormenta en el horizonte. No me engañé.
Por lo segundo, te felicito al haber levantado el ritmo de la historia gracias a la irrupción en escena de ese nuevo personaje que espero sea acicate para descubrir como en crisol, la realidad de ese amor "perfecto" entre los protagonistas.
Presiento nuevas entregas sorpresivas por tu parte, y si están tan bien escritas como hasta ahora, prometo pasarme a leerlas.
Un abrazo compañero.
Hola Francisco, siempre es un placer tenerte por aquí de visita, te agradezco la buena estima en la que me tienes.
EliminarEfectivamente, recordaba bien tus comentarios y tu intuición, y aunque no quería decir mucho en su momento para no desvelar más de la cuenta, sabía lo bien encaminado que estabas sobre la tormenta :)
Creo que había demasiados días soleados entre estos dos, y que apareciese un personaje o situación que nublara el cielo me pareció necesario, me alegra ver que no me he equivocado al introducir eso en la lectura.
Ya estamos en la recta final de la historia, no quedan muchos capítulos, por lo que el reto es lograr una narración que suscite vuestro interés hasta el final. Y qué buen reto por cierto :)
¡Otro abrazo!
José Carlos, he aquí mi cumplir de esta cita con esta pareja, ha dado un giro inesperado pero agridulce, justo cuando Gabriel empezaba a sentirse mas tranquilo le dan un golpe duro en el alma, creo que el círculo social de Natalia le ha aplastado emocionalmente al pobre, habrá que ver el giro que tome esta historia que dicho sea de paso debo decirte José, que me ha encantado el rumbo que le diste hasta este punto, un fuerte abrazo amigo
ResponderEliminarSaludos Anto, los tortolitos te andaban esperando jeje. Sí, las cosas estaban siendo demasiado perfectas hasta este capítulo, era hora de introducir un elemento de oscuridad entre tanta luz. Lo cierto es que Gabriel lo podría haber llevado mejor la parte social, pero necesitaba asimilar poco a poco el cambio.
EliminarMe alegra saber por tu comentario que te haya gustado este pequeño cambio de rumbo en la historia, otro fuerte abrazo.
He de decir que me alegro de los nubarrones que parecen cernirse sobre la relación entre estos dos personajes que nos acompañan desde hace ya tiempo. Ya sé que ésto no queda muy bien, pero la aparición de un conflicto serio le viene muy bien a la trama y abre un montón de posibilidades. Creo que ha sido un acierto por tu parte. Esperamos con ansia el próximo capítulo. Un saludo José Carlos.
ResponderEliminarUna cosa es innegable, parece que acerté al introducir algo de lluvia sobre la vida soleada de estos dos. He de admitir que no, no queda bien jaja, pero es de esos casos en que no hay maldad, sino un saludable ánimo renovado en la lectura, y me agrada que sea así. Este pequeño conflicto como mencionas vendrá bien para que ambos valoren la situación.
EliminarComo siempre un placer leerte y tenerte como seguidor activo de la historia. ¡Otro saludo!
José Carlos esperabamos otro nuevo capítulo de esta trama y ya he has dado un nuevo rumbo para que la historia sea deseada de volver a saber que pasa en el próximo capítulo. Esta pareja estaba viviendo la parte dulce del pastel y ahora llega el lado amargo. Espero que no tardes tanto en el próximo capítulo. Un abrazo
ResponderEliminarHola Maria del Carmen, al redactar el capítulo no sabía si iba a ser el giro dramático que la gente esperaba, pero me alegra ver que lo que finalmente ha sucedido aquí le haya dado algo de pimienta al asunto. Como bien dices, todo era dulce por ahora, y ya iba tocando una ración de amargura jeje. ¡Otro abrazo compañera!
EliminarAl fin me he puesto al día con este "Encuentro casual", amigo José Carlos, y me lo dejas en un momento muy difícil para la relación de nuestros dos protagonistas. ¿Quién es ese tipo con cara de pocos amigos y apestando a alcohol que besa a Natalia? ¿Un viejo amante? ¿Su exmarido, quizás? Seguro que Natalia y Gabriel superan bien esta primera crisis, pero algo me dice que el desconocido no desaparecerá fácilmente de sus vidas.
ResponderEliminarUn saludo y hasta la próxima.
Qué bárbaro Bruno, te has puesto al día en un tiempo muy breve, me siento halagado compañero, muchas gracias por ese esfuerzo lector :) Ya habrás comprobado que todo iba tan bien para los dos, que se sobrevolaba el campo de la perfección que sabemos que no existe, así que me tocaba ser un poco cruel con ellos jeje.
EliminarNo vas nada desencaminado, el tipo borracho es una de las dos opciones que has preguntado. Habrá que ver cómo asimila Gabriel esto con la mente algo más calmada, y cómo gestiona Natalia el asunto. ¡Otro saludo compañero!
Un gran capítulo, con un gran final. Muy interesante y bien narrado, claro. Por fin asistimos a la ceremonia del premio y a la aceptación de la pareja. Nos introduces en esta ocasión únicamente en la cabeza de Gabriel, y vemos cómo se va defendiendo con cada presentación. Todo se limita a observar las miradas, a intentar descifrar qué es lo que piensan de su relación con Natalia, le obsesiona hasta el punto de volverlo paranoico; no logra disfrutar de la fiesta, se siente agobiado, y decide salir a tomar el aire. Al entrar de nuevo en el hotel se encuentra con una escena horrible para él, y sin esperar explicaciones de Naralia se va.
ResponderEliminarDigo que es un gran final porque dejas caer el gancho para el siguiente capítulo. Ya has resuelto una parte de la trama: la de la ceremonia... y ahora planteas otro ''problema'' para el protagonista, un revés inesperado que nos impacta tanto como a Gabriel. Pero seguro que Natalia tiene una explicación lógica, e imagino que aquel tipo borracho la pilló tan por sorpresa con a Gabriel. Veremos qué ocurre en el siguiente capítulo.
Saludos, Compañero.
Me halagan tus buenas valoraciones Ricardo, siempre es constructivo para el autor leer tanto críticas y comentarios positivos como negativos, porque es lo que hace que uno se esfuerce por seguir mejorando y aprendiendo. Pensé que el mejor modo de encarar el asunto del acto social, era desde la perspectiva de Gabriel, más que nada porque Natalia conocía a mucha gente y no se iba a sentir tan incomoda como él, que efectivamente se volvió un poco paranoico intentando descifrar el significado de cada mirada o palabra que le dijeran.
EliminarY como no hay nada perfecto, ambos tendrán que lidiar con esta situación final del capítulo, desde perspectivas distintas, ya que como bien apuntas, Natalia será quien tenga que tomar las riendas y explicar lo sucedido. ¡Otro saludo!
Ay José Carlos, no sabes lo mal que me sabe mi comentario del capítulo anterior, porque así ha sido... mis peores presagios.
ResponderEliminarTambién diré que irse como se ha ido no es la forma correcta de afrontar la situación, pero le proporciona una drama necesario a la trama.
Esperando saber que pasará, :)
¡Genial!!! Un fuerte abrazo.
Hola Irene, al mencionar lo del comentario anterior lo he releído y sí, tenías una buena intuición al respecto :P Aunque creo que las cosas habían llegado a sobrevolar un tiempo la perfección, y era necesario mostrar que nada es perfecto.
EliminarEs cierto, Gabriel optó por una solución tan impulsiva como desacertada, pero es fruto de la creciente incomodidad que tuvo a lo largo de la velada.
Ya quedan pocos capítulos, espero mantener el interés jeje. ¡Otro abrazo!
Me pasee por cada pasillo del lugar del evento y conocí a cada personaje, escuche y sentí el discurso de Cristobal y disfrute de las emociones que Gabriel pasaba como propias, buenas y malas, todas ellas. Y con la parte final se me hizo un nudo en la garganta. Creo que todos nos identificamos con alguna parte de la historia y sus protagonistas. Nuevamente, un capítulo genial.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por tan elogiosos comentarios Mendiel, no deja de ser un punto positivo el entrar al blog y leer que te has sentido como una testigo directa de todos los acontecimientos. Mi intención a lo largo de todos los capítulos de la historia, ha sido darle el mayor realismo posible, recordando que nada es perfecto y en la vida se gana y se pierde, pero todo es enseñanza. ¡Besos!
EliminarAins, sigo mi maratón esperando que esto tenga una explicación convincente (me he metido en el pellejo de Gabriel) Genial, compi. ;)
ResponderEliminarAlgo de luz habrá en el próximo capítulo, prometido :P ¡Un beso!
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