Natalia apenas necesitó unos segundos para reponerse
de la sorpresa y propinarle un sonoro guantazo a aquel hombre. Aquello no podía
estar pasando. Su ex-marido Emilio estaba allí, apestando a alcohol, y había
tenido la indecencia de besarla, como si aún estuvieran juntos. Y además la
había llamado “nena”. Todo aquello había sucedido mientras Gabriel se despedía
de Cristóbal en el exterior, y empezaba a caminar hacia una parada de autobús
para volver a casa.
Emilio no sólo la había besado delante de toda
aquella gente, que les conocía y había vivido su matrimonio y su divorcio, sino
que además…Gabriel podría haber visto aquella escena, sintiéndose tan
sorprendido como dolido. Antes de abrir la boca, Natalia repasó visualmente
todo el lugar, sintiendo una punzada de pánico al no ver a Gabriel, que se
había excusado anteriormente con ella para salir fuera un rato. ¿Y si había
vuelto y había visto aquello? ¿Dónde estaría ahora mismo? ¿Gabriel?
Como respuesta a sus preguntas, tuvo lugar la aparición
de Cristóbal, que tras observar a Emilio cerca de Natalia, y sentir el tenso
silencio que había entre todos los presentes, pareció comprender algo. De hecho
se le había congelado la sonrisa que tenía en el rostro, terminando por
convertirse en una mueca de decepción. Fue entonces cuando Cristóbal entendió
la repentina marcha de Gabriel, y Natalia pareció adivinar eso mismo en la
mirada de su amigo, sintiéndose muy triste.
Cristóbal apenas conocía al chico como para
descubrir el motivo por el que se había ido, pero en aquel instante, tras
imaginar que Emilio habría montado un numerito, sintió gran pena por Gabriel.
Emilio nunca había sido un hombre del agrado de Cristóbal, y en sus fases de
borracho incorregible, era capaz de irrumpir en cualquier sitio donde estuviera
Natalia, para alterar su felicidad y estropearle la velada. Y lo había vuelto a
lograr. Un año y medio después de su última escena, lo había conseguido de
nuevo. Poco le importaba que hubiese arruinado en gran parte su fiesta, Natalia
no merecía aquello.
- ¿Qué haces aquí Emilio?- fue Natalia quien rompió el
incómodo silencio general.
- He venido a verte muñeca- en las palabras de Emilio
orbitaba con persistencia el olor a Four Roses, su bebida alcohólica favorita-,
me enteré de que Cristóbal iba a recibir un premio, y logré averiguar que sería
aquí la celebración. ¿No te alegras de verme?
- Jamás me alegraré de volver a verte, hace tiempo que
te eché de mi vida y todas las personas de aquí que me conocen saben que no
quiero verte nunca más. No vuelvas a molestarme- y al tiempo que decía estas
palabras, Natalia se dirigía hacia la salida-.
- Pero nena…
- Él se ha ido Natalia- dijo Cristóbal cuando ella
llegó a su altura-. Me dijo que disfrutara de la velada, y se marchó…no
imaginaba que ésta fuera la causa.
- Gabriel…ha debido ver a Emilio besándome a traición…Le
odio- y las primeras lágrimas empezaban a recorrer las mejillas de Natalia-, en
este momento le odio más que nunca. Éste día era muy importante y especial para
mí por muchas razones, y Emilio ha tenido que aparecer para que todo se
tambalee en tu gran día y en mi vida. Lo siento…
- Por mí no te preocupes encanto- le dijo Cristóbal
dedicándole una comprensiva sonrisa, para luego pedirle gestualmente silencio a
Emilio, el cual sorprendentemente hizo caso-, me acercaré a él y le pediré que
se vaya, y si se niega disfrutaré viendo cómo lo echan de aquí. Cuando se marche
todo volverá a la normalidad. Pero me siento mal por ti, no te mereces esto.
- Si quieres que me quede lo haré, pero esperaré en
otro lugar hasta que él se largue.
- Oh no, ahora mismo no quiero que te quedes para
complacerme. Ve a buscar a Gabriel. Aunque no lo creas, al verte con él en la
ceremonia, he visto un brillo en tus ojos que me ha alegrado mucho. A por él
Natalia.
- Gracias por ser así- dijo ella sin dejar de llorar-.
Y mientras Natalia se marchaba del lugar, Cristóbal
se acercó a Emilio. Sintió una pequeña satisfacción al ver una de las mejillas
de él enrojecida, con la marca de los dedos de Natalia. Aunque pensaba
disfrutar mucho más echando de allí a aquel tipejo. Era más agradable el olor a
alcohol que la presencia del borracho, así estaban las cosas.
Al final no fue necesaria la fuerza, que habría
satisfecho el lado vengativo de Cristóbal, sino que Emilio se marchó de allí
por su propia voluntad, no sin antes beberse de un trago un par de copas que cogió
de una bandeja. Hay veces en que la indumentaria de una persona es mucho más
elegante que su manera de ser y sus modales, y en el caso de Emilio, se cumplía
perfectamente ese detalle. Pocos minutos después de su marcha, las
conversaciones volvieron a retomarse en la sala, y Cristóbal pidió disculpas a
los demás, animándoles a disfrutar del resto de la velada, que no había hecho
más que comenzar. Mentalmente le deseó suerte a Natalia para el resto del día.
Para cuando todo lo acontecido en el hotel había
llegado a su fin, reanudándose así la normalidad, Gabriel ya estaba cerca de
llegar a casa. Natalia le estaba llamando al móvil desde hace unos minutos,
pero no se sentía con fuerzas de coger la llamada y hablar. No había dejado de
llorar, pero tampoco de machacarse mentalmente. ¿Por qué había salido huyendo
de allí? ¿No merecía Natalia un mínimo de credibilidad a pesar de ser besada
por otro? ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué no cogía el teléfono y lo arreglaban
todo hablando?
A su vez, Natalia, sin despegar el teléfono de su
oreja, y tras pasar por todas las paradas de autobús de los alrededores,
empezaba a sentirse muy triste. Se estaba mojando debido a la fuerte lluvia que
caía en ese momento, pero eso poco importaba. Había dejado de llorar, pero aún tenía las
mejillas mojadas. Gabriel no cogía sus llamadas, y ella se dio cuenta de un
detalle que antes le había pasado de puntillas pero ahora cobraba vital
importancia. No sabía cuál era la dirección de Gabriel, y eso le impedía coger
un taxi e ir a su casa. Tampoco conocía a sus amigos, por lo que sus opciones
de dar con él se reducían a aquel aparato que seguía sosteniendo pegado a su
oreja.
A ese punto había llegado la tecnología, a eclipsar
la importancia de saber ciertos datos sobre personas importantes para alguien,
con la falsa tranquilidad de pensar que en caso de necesidad, bastaría con tener
su número de teléfono móvil. No ya un número de teléfono fijo, sino el móvil. A
falta de encontrar otro medio para hablar con Gabriel ese día, Natalia optó por
seguir llamándole, que era lo más directo.
El teléfono de Gabriel volvía a sonar, y él seguía
sintiéndose incapaz de cogerlo. Tarde o temprano tendría que hacerlo se dijo. A
fin de cuentas su reacción había sido tan directa que había privado a Natalia
de la posibilidad de explicarle cualquier cosa. La quería, eso seguía siendo
inalterable, la quería y ella merecía la oportunidad de contarle lo sucedido, y
desvelarle la identidad de aquel tipo. El teléfono dejó de sonar, y Gabriel
aprovechó para respirar hondo y secarse las lágrimas. Quedaban un par de
minutos para que el autobús llegara a su parada.
Tras armarse de valor, fue él quien llamó esta vez
por teléfono. Ella lo cogió al momento:
- Hola Gabriel, no sabes cuánto siento que hayas visto
esa escena…
- Por aquí no Natalia, es mejor hablarlo en persona. Podrás
explicarte mejor, y quizás yo logre encontrar las palabras para justificar mi
reacción. Nos vemos en tu casa en un rato.
- De acuerdo Gabriel. Te quiero.
- Y yo también Natalia. Yo también.
Tras finalizar la llamada, Gabriel se bajó del
autobús en la siguiente parada, y buscó un taxi para llegar más rápido a casa
de Natalia, que en ese mismo momento intentaba encontrar el mismo tipo de
vehículo.
Continuará...
Luego de leer todo el texto me di cuenta de que no era un era un encuentro casual «equis», sino «10», por lo tanto, quedé perdido como perro en cancha de bocha. Aun así, te digo que está muy bien manejado el drama y la angustia de los personajes. Veremos qué pasa.
ResponderEliminarSaludos.
Así es Raúl, el texto forma parte de una historia que he ido desarrollando poco a poco en el blog jeje. Éste es el 10º capítulo de un total de 12 que habrá. Me alegra que pese a sentirse algo perdido, te hayan causado buena sensación el drama de los personajes. ¡Otro saludo!
EliminarEstoy segura de que los protagonistas conseguirán solucionar el malentendido y volverán a disfrutar de su mutuo cariño. Quizás el mal trago les haya servido para descubrir que sus sentimientos son incluso más profundos de lo que pensaban... Ya veremos por dónde nos llevan tus letras y tu imaginación, José Carlos :))
ResponderEliminarBuena entrega, los diálogos y reacciones de ambos resultan muy creíbles, que no siempre es fácil.
¡Un abrazo y feliz tarde!
Quien sabe, todo parece invitar al optimismo, aunque puede que aún les queda algún "susto" más por sufrir. Lo que no cabe duda es de eso mismo, ese mal trago ha servido para ponerlos a prueba y que se den cuenta de la intensidad de lo que sienten.
EliminarGracias por esa buena valoración, toda credibilidad que logre imprimirle es bienvenida :) ¡Otro abrazo y buen día!
Leído el 10; dispuesto para el 11.
ResponderEliminarEspero que el impresentable de Emilio no aparezca más, pero algo me dice que volverá a hacer de las suyas.
Un saludo.
Ya te queda menos, y creo que para no alargar tanto la espera de esta historia, los dos que quedan los subiré en un corto espacio de tiempo. No vas mal encaminado, aún no ha desaparecido por completo de la historia...
Eliminar¡Otro saludo compañero!
Encontrarse de nuevo y aclarar las cosas es lo que deben de hacer. A ver que nos depara el capítulo siguiente. Un abrazo
ResponderEliminarClaro que sí, para bien o mal lo idóneo es encontrarse, hablar cara a cara, y tomar decisiones. Gracias por continuar con tu activo seguimiento de la historia :) ¡Otro abrazo!
EliminarSi el amor es fuerte y sincero como se presume, esta pareja arreglará cualquier malentendido, estoy seguro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una verdad muy presente, aunque (y no lo digo con ánimo premonitorio), ya sabemos que a veces ni siquiera eso asegura el éxito de aquello que queremos que salga bien. Pero sí, pienso como tú Francisco.
Eliminar¡Otro abrazo!
Hacía ya tiempo que no teníamos noticias de la parejita (o es que a mi me lo ha parecido), y eso que la dejamos en un momento comprometido, je, je. Bueno, la verdad es que, siendo sincero y visto como acaba, yo no temo mucho por lo que pueda pasar, je, pero nunca se sabe, puesto todo está por escribir (¿o no?) Me he gustado la sensibilidad con que has tratado el momento, tanto por la reacción de uno como la del otro, y bastante creíble además.
ResponderEliminarNos vemos en el próximo compañero
PD: aprovecho para agradecerte aquí también el tiempo que dedicas a leer mis entradas antiguas y a compartirlas en G+. Yo, la verdad, por cuestión de tiempo, no dedico el que debería a las redes sociales y sé que es mi asignatura pendiente. Muchas gracias de nuevo compañero
Un fuerte abrazo
Sí, admito que con el paso del tiempo cada capítulo me ha quedado más espaciado con el siguiente, aunque ahora que quedan dos para el final, estoy pensando en sacarlos casi juntos. Es cierto que las cosas parecen bien reconducidas, admito que me cuesta ser malvado en esta historia (que ya es curioso cuando en otros géneros me explayo a lo grande jaja). Me resulta alentador seguir leyendo en vuestras opiniones que los diálogos y reacciones no han quedado edulcoradas para los fines, que a veces se nos puede ir la mano en la confección del texto.
EliminarSobre lo otro, ya sabes que es un placer leerte, y ya se me ha hecho un hábito el compartir cuando puedo los textos que leo y me gustan. Así que de nada hombre jeje. Bueno, es cierto que no eres muy activo en ese aspecto, pero tampoco has de darle muchas vueltas si te gusta cómo manejas todo a día de hoy.
¡Otro abrazo!
¡Vaya! He leído por ahí que solo quedan dos capítulos más para que se acabe este "Encuentro Casual"... ¡Qué pena! Estoy enganchado a esta pareja, ambos son un encanto.
ResponderEliminarAsí que me pondré en plan "añoranzas"... Aaaay... Un encuentro casual que está dando mucho de sí, una relación que se ha forjado en la sinceridad, en el humor, en el sexo, y en la superación.
Me agrada leer situaciones que ocurren de verdad, referidas al amor, a la inseguridad, la decepción, y... ¿Reconciliación? ¡Seguro qué sí! Ahora, Gabriel se sentirá un tanto tonto, pero es lógico, es normal ante aquella escena, sentir celos, que el corazón de uno no es de piedra, y eso, aunque provoque momentos de angustia, le da sabor a la vida.
Gran capítulo, José Carlos. Espero un reencuentro apasionado.
¡Abrazo, Compañero de Letras!
Así es Edgar, ya quedan dos capítulos y esta historia tendrá su punto y aparte (me gusta pensar que el final lo pondrá cada lector/a hacia donde les lleve su imaginación).
EliminarEso eso, melancolía a tope jaja. Es cierto que lo que tuvo como origen ese encuentro casual ha dado para todo un desarrollo interno y emocional de ambas partes implicadas, tocando en la medida de lo posible distintas y variadas etapas del camino en el que dos personas caminan juntas.
Ya sabes que tarde o temprano, todos sufrimos alguna inseguridad del tipo que sea, sobretodo cuando avanzamos en un terreno de arenas movedizas, como le pasó a Gabriel. Como bien has dicho, nadie es de piedra ni somos autómatas, y ahí está la gracia, en nuestras imperfecciones que nos hacen evolucionar.
Gracias por ser un seguidor tan fiel de esta historia. ¡Otro abrazo enorme Compañero de Letras!
Muy buena entrega de esta historia, José Carlos.
ResponderEliminarAbrazo!!!!
¡Gracias compañera, otro abrazo!
EliminarDespués de un tiempo sin saber nada de Natalia y Gabriel, aquí los tenemos con su primera decepción seria en un día que se suponía especial para ambos. Queda abierta la incógnita de que sucederá en el apartamento de Natalia... me aventuro a pronosticar una noche de sexo salvaje... aunque nunca se sabe jeje. Un saludo José Carlos.
ResponderEliminarEfectivamente Jorge, queda esa incógnita para el próximo capítulo, donde se verá si solventan el primer nubarrón del día o por el contrario se inicia la temporada de tormentas. Quien sabe qué pasará jeje. ¡Otro saludo Jorge!
EliminarAy que angustia JC! y que niño este Gabriel para irse así sin esperar una explicación, eso demuestra que aun es muy jovencito. Se que lograrán arreglarse porque hay una razón muy lógica pero quiero saber si su amor es tan grande para superar otras dificultades que sin duda tendrán. Veremos, veremos. Beso.
ResponderEliminarPD. Qué bien descrita los sentimientos de ambos, me hiciste sufrir.
Es cierto, de todas las reacciones posibles, optó por una más propia de un niño que de un adulto, pero fue el camino que decidí seguir, para recordar que Gabriel aún sigue aprendiendo cosas y poco a poco las irá trabajando. En pocos días subiré el penúltimo capítulo, y las cosas buenas o malas sucederán jeje. ¡Besos!
EliminarQué de tiempo he pasado sin saber de esta pareja, culpa mia eh? jejeje. Pero merece la pena volver a reencontrarse con los personajes y me voy corriendo al siguiente... Un abrazote!!
ResponderEliminarHola, es cierto que hacía una buena temporada que no te veía por el blog, pero ahora que seguimos en verano también es más comprensible que haya poco tiempo de leer los blogs. Me alegra que te haya gustado nuevamente esta historia y vayas enseguida al siguiente capítulo. ¡Un abrazo!
EliminarTras muchos meses vuelvo, y tras repasar mi comentario del capítulo anterior me puse en situación, recordando todo lo ocurrido en aquel capítulo. A la vez que lo recordaba, me decía que me venía con tanta claridad cada escena por lo bien que narras, y al leer esta continuación, me reafirmo.
ResponderEliminarEn este capítulo nos metes en la cabeza de Natalia, en su perspectiva, aunque luego cambiarás a la de Cristóbal y a la de Gabriel (No soy muy fan de estos cambios de perspectivas tan bruscos -quizás por la influencia de King y Follet, quienes solo hablan desde la perspectiva de un personaje en cada capítulo o ''subcapítulo''-, ya lo sabes, pero tú lo dominas muy bien y no me importa). Bueno, a lo que iba. Mientras que Gabriel sale de la velada confuso y decepcionado, Natalia lidia con el problema del pasado, su exmarido y gracias a la ayuda de Cristóbal logra deshacerse de él e ir en busca de su joven amor.
A continuación llega una intensa escena de desesperación en la que Natalia llama a Gabriel por teléfono y este no lo coge, e incluso hay tiempo para introducir una breve y muy buena reflexión sobre la nueva tecnología, y en especial los móviles. Finalmente Gabriel la llama a ella y quedan en casa de Natalia... Lo que se tengan que decir, se sabrá en el siguiente capítulo.
Saludos, Compañero.
Saludos nuevamente Ricardo, en primer lugar gracias por tus amables palabras respecto a mi manera de narrar jeje.
EliminarSobre dividir la narración en varios personajes, ya me conoces lo bastante para saber que me gusta como recurso cuando intento tener varios frentes abiertos, así como mostrar distintas emociones/pensamientos de los personajes. Así que me alegra saber por tu comentario que te gusta aunque prefieras otra forma de dirigir un capítulo.
Aunque la tecnología juegue un papel fundamental para nosotros a la hora de compartir nuestras historias por internet, ello no quita que la sensación general que tengo es esa que he comentado sobre los teléfonos, ampliable a otras cosas. Esperemos que tarde o temprano, la gente deje de estar tan poseída por las tecnologías y recuerde la importancia de un contacto más personal y real.
Espero que el siguiente capítulo te guste. ¡Un saludo!
Bueno, todo queda en un malentendido. Así sí, jeje. Sigo... qué nervios. A por el XI... ;)
ResponderEliminarEstás enrachada eh, caen los capítulos uno tras otro. ¡A por el siguiente!
EliminarDe vuelta, ;)
ResponderEliminarMe quedé oliendo los problemillas, por suerte este es uno que si hay base se puede solucionar.
Una reacción un tanto infantil el de nuestro protagonista. Pero muy bien por ti José Carlos, ya que en estas situaciones nos muestras los miedos y frustraciones propios de la edad, una batalla que si continúan adelante sí deberán luchar.
Sigo.. :)
¡Un fuerte abrazo!
¡Bienvenida de nuevo, se te echaba de menos! Claro, ya conoces el dicho que nos habla de que salvo la muerte, todo tiene solución jeje.
EliminarSí, quería reflejar con su reacción que sigue siendo una persona joven que tiene que seguir aprendiendo en la vida, tanto para su beneficio propio como para quienes le rodean. ¡Otro abrazo Irene!