Una de las virtudes de la Translow, era la infinidad
de lugares de ocio que albergaba y que satisfacían los gustos de cada visitante,
por retorcidos y extravagantes que pudieran ser. Algunas horas antes de entrar
en el saloon, Irvin había dejado a uno de sus amigos en una galería de tiro, y
justo allí esperaba encontrarlo. Le fue fácil diferenciar del resto el sonido
del arma de Wencro Tanx. Y por si quedaban dudas, antes de entrar en la
galería, Irvin escuchó varios gritos de frustración, sinónimo de una apuesta
que alguien había perdido contra Wencro. Así era.
Irvin vio cómo un ser azulado de medio metro de
estatura, tres piernas y seis brazos, le daba una enorme cantidad de créditos a
Wencro. Sin duda aquel tipo no debía conocerle previamente, porque nadie en su
sano juicio hubiese apostado tanto en contra de Wencro. Era uno de los mejores
tiradores que Irvin había conocido a lo largo de su vida, y además de bueno con
un arma, era un excelente rastreador y explorador, el tipo ideal para hacer un
primer reconocimiento al inicio de cualquier misión que aceptaba Irvin.
Pero claro, la constitución de su amigo hacía que
para él fuese sencillo disparar a cualquier blanco, fijo o móvil, desde
distancias más que dificultosas para otros tiradores. Wencro era natural de
Arbonis, un planeta situado a varias lunas de Westernia, y donde gran parte de
su población tenía cuerpo humano, pero cabeza de distintas aves, en función de
la parte del planeta en que se hubiese nacido. La de Wencro habría sido
catalogada en la Tierra como “cabeza de halcón”. Él siempre bromeaba diciendo
que un ornitólogo disfrutaría viviendo una temporada en Arbonis.
Una vez que Wencro se despidió del ser azulado, se
dio cuenta de que Irvin había regresado, y ambos se marcharon de la galería. A
fin de cuentas era imposible entablar una conversación allí con tantas armas
escupiendo fuego, rayos láser o balas perforadoras. Cuando salieron de allí,
pusieron rumbo a la plataforma de aterrizaje, donde estaba atracada la nave de
Irvin.
Seguramente faltaría parte de la tripulación por
volver a la nave, pero aún les quedaban unas horas de tiempo libre. Además,
Irvin esperaba una comunicación de la Tierra, y hasta que no la recibiera no pensaba
marcharse de la Translow. Wencro, cuya voz era un tanto áspera, empezó la
conversación:
- ¿Qué tal te fue en el saloon, provocaste otra pelea?
- No tengo la culpa de ser tan buen jugador de cartas-
le respondió con sorna Irvin-.
- Ni yo de ser tan buen tirador y ganar todas las
apuestas, pero nadie me arma un escándalo al final.
- Será porque yo no tengo por boca el enorme pico que
tú sí, eso impone un poco.
- ¿Estamos graciosos eh?
- No más de lo habitual Wencro- Irvin le palmeó
amistosamente un hombro a su amigo-, no más de lo habitual. ¿Viste a alguien más
de la tripulación después de despedirnos de ellos?
- No, lo cierto es que no, y me sorprendió que Texia
no viniese un rato a la galería, con lo que le gusta usar sus balas explosivas
para llamar la atención.
- Bueno, habrá estado ocupada con otras cosas, aquí en
la Translow siempre hay nuevas formas de distracción- y para dar énfasis a lo
dicho, Irvin señaló con sus manos a izquierda y derecha-.
- En eso estamos de acuerdo, seguro que me pierdo
grandes cosas volviendo al mismo sitio en cada visita, pero los créditos me
llaman.
- Sabes Wencro, algún día me contarás qué haces con
todo el dinero que has ganado estos años, porque debes de tener una pequeña
fortuna. Seguro que podrías vivir tranquilamente el resto de tu existencia sin
acompañarme en más misiones.
- Podría, pero lo echaría de menos- Wencro parecía
nostálgico al decirlo-. ¿Qué sería de mi sin las emociones de cada misión, sin
la necesidad acuciante de improvisar cuando uno de tus planes se tuerce
drásticamente y nuestras vidas corren peligro, o sin la camaradería que hay
entre la tripulación? Y eso por citarte sólo algunas cosas. Cosas que ni todo
el dinero de la galaxia puede comprar.
- Estoy de acuerdo en todo, aunque eso incluya admitir
que no siempre salen las cosas como las planeo.
- Rara vez Irvin, rara vez.
- Ya discutiremos eso otro día. En cualquier caso… me
enorgullece trabajar contigo y el resto de la tripulación.
- El sentimiento es mutuo Irvin.
La conversación cesó una vez que llegaron al
embarcadero de la Translow, que estaba tan lleno de vida y bullicio como
siempre. Allí era imposible sentirse solo. Un simple vistazo a lo largo de las
plataformas de aterrizaje permitía ver naves procedentes de cada rincón y
planeta de la galaxia, cosa que también sucedía si se observaba a sus ocupantes.
Infinidad de formas geométricas hacían que el concepto general de nave espacial
no pudiera asociarse a ningún diseño genérico. Irvin y Wencro se abrieron paso
a un ritmo más lento del que querían, pero era el peaje que tocaba pagar cuando
se recorría aquel lugar.
Tras un rato moviéndose entre la muchedumbre, por
fin llegaron a la plataforma donde estaba la nave de Irvin. Aunque él la
conocía a la perfección y no necesitaba volver a observarla para imaginarla
nítidamente en su cabeza, siempre que se paraba frente a ella le era inevitable
sonreír y sentirse maravillado porque formara parte de su vida. Para otra
persona podría haber sido simplemente un vehículo más para viajar por el
espacio, pero para Irvin, la “Tombstone” era mucho más. Era su hogar flotante.
Antes de ser adquirida por Irvin algunos años atrás,
la función principal de la Tombstone había sido el transporte de minerales
desde Westernia a distintos puntos de la galaxia. Eso había sido en tiempos de
paz. La guerra que había sacudido el planeta natal de Irvin cambió las
funciones de la nave, convirtiéndola en un improvisado vehículo de transporte
de tropas o evacuación de civiles. Y una vez en manos de su actual propietario,
venía a tener un uso que aglutinaba lo anterior. A fin de cuentas, Irvin y su
tripulación eran mercenarios que hacían trabajos de todo tipo. Transportaban
mercancías, rescataban gente, y a veces debían robar cosas. O recuperarlas.
Las luces de la cabina de pilotaje estaban
encendidas, por lo que GK88, el robot que se encargaba de las comunicaciones y
copilotaba habitualmente la nave, debía estar allí. Seguramente sería el único,
ya que los dos mecánicos de la Tombstone habían ido por orden de Irvin a la
zona industrial a comprar piezas de recambio para el motor, y el resto de la
tripulación tenía por costumbre regresar más tarde a la nave.
Cuando Irvin y Wencro accedieron al interior de la
Tombstone, GK88 apareció en la sala principal para recibirles, y les comunicó
que tenía en espera una llamada de la Tierra. Irvin le dio las gracias y se
encaminó hacia la cabina de pilotaje. Una vez allí, accionó varios botones y un
holograma apareció frente a él.
Continuará...
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Bueno, amigo José Carlos, en este capítulo nos amplias la visión que ya teníamos de la Translow. Nos dibujas un mundo interesante, lleno de contrastes, sorpresas y seres de otro planeta, enganchándonos irremediablemente.
ResponderEliminarEspero el siguiente capítulo de esta entretenida serie.
Un abrazo.
Así es, me gusta seguir alimentando de detalles lo que significa esta nave colonia, que aparecerá nuevamente en otros capítulos. Por otra parte, no quería presentar de golpe a todos los personajes de la nave, y por eso voy poco a poco, ya que aún faltan varios por aparecer. Es un placer tener tus visitas, a fin de cuentas yo también sigo tus aventuras espaciales jeje. ¡Otro abrazo!
EliminarMe ha gustado. Es una historia que engancha. Estaré pendiente del siguiente capítulo.
ResponderEliminarGracias por tu tiempo y tus palabras Angel, será un placer tenerte en la próxima ocasión. ¡Un saludo!
EliminarEl relato se agranda, empieza a atisbarse una Space Opera en toda regla. Saludos!
ResponderEliminarAsí es, aunque aún en pequeñas dosis, todo este pequeño universo literario va creciendo. ¡Un saludo!
EliminarHe leído el primer capítulo y éste de un tirón. Me ha parecido estar viendo una película de ciencia ficción, de tan bien como describes los personajes y el escenario. Sólo me queda una duda respecto a esta mezcolanza de seres y especies. Supongo que deben hablar un idioma común porque, de lo contrario, seria peor que la torre de Babel, jeje
ResponderEliminarUn abrazo.
Es muy grato saber que hayas devorado los dos capítulos de golpe jeje. Intento hacer la narración lo más descriptiva posible, así que me anima el leerte que lo voy logrando. Sobre tu último comentario, me pasa como cuando veo pelis espaciales, donde me pregunto cuándo le estallará la cabeza al protagonista con tantos idiomas en su cabeza jaja. Aquí intento usar un lenguaje más genérico, pero viene bien que me señales eso, porque en la próxima revisión haré mención de ello y lo puliré un poco más. ¡Otro abrazo y gracias por la observación!
EliminarVamos a ir poco a poco leyendo, a ver que esta historia engancha estaré expectante que nos vas contando en cada capítulo. Un abrazo
ResponderEliminarDesde luego, poco a poco que aún no hay muchos capítulos disponibles jeje. Espero que esta saga te enganche bien :) ¡Otro abrazo!
EliminarAún teniendo claros guiños a novelas y películas de ciencia ficción, para mí; el mayor de los homenajes de esta saga es la global originalidad del relato, el amor que denota cada instante por la calidad de todas aquellas historias, proyectadas o leídas, con las que estoy seguro, ambos hemos disfrutado en nuestra infancia y adolescencia.
ResponderEliminarPoniendo el punto sobre la "i" con tu indiscutible imaginación, esto es una clara expansión al Universo de las aventuras espaciales, potenciando la camadería y preparando al lector para el siguiente paso.
Irvin, Wencro, GK88, y un servidor, preparados para despegar en la "Tombstone", rumbo a dónde tú desees.
Me quito el sombrero, vaquero.
¡Abrazo, J.C!
Una cosa que quería hacer aquí era rendir un humilde homenaje a libros, películas o acontecimientos históricos que me gustan, de eso puedes estar seguro.
EliminarPor otra parte, algo que siempre me ha atraído y despertado una variopinta gama de emociones, es el concepto de "grupo" o "familia" cuando las personas que lo componen no están unidos por la sangre, sino por sus vivencias, lealtades o el respeto mutuo. Es entonces cuando valen mucho los sacrificios personales que alguien hace por una causa común o por ayudar a sus amigos, compañeros o aliados. Y eso hace que ganar o perder sepa distinto, porque en cualquier caso se hará formando parte de algo mayor que uno mismo. Todo eso es lo que quise reflejar aquí, y lo que se irá viendo en próximos capítulos.
Jeje, en cuanto vuelva el resto de la tripulación, preparaos para el viaje. ¡Otro abrazo!
¡Qué bueno, José Carlos! En la línea que me esperaba. Me gusta mucho tu esperada continuación de la serie y todo lo que promete. Aventuras espaciales a todo gas, con tantos elementos de los grandes clásicos que casi me estoy imaginando estar ante una gran pantalla de cina viendo la Traslow, las naves espaciales, la infinidad de razas galácticas pululando por ese universo (muy bueno el nombre que has elegido para la nave, je, je), el copiloto robot… En fin, todos ellos forman los elementos perfectos para un gran cóctel de CiFi a lo Grande. Me voy a comprar las palomitas. Me trae tu saga muy buenos recuerdos, de tanto cómic espacial que leía hace años (Aparte del cine, claro está) En los ochenta, un tal Beá sacó una serie de cómic que se titulaba “Historias de la Taberna Galáctica” y tu historia me la recuerda, aunque la tuya me gusta más (la de Beá era un tanto surrealista y sus dibujos no me gustaban mucho)
ResponderEliminarEspero con atención lo que ese holograma tiene que decir. A buen seguro que nos trae buenas noticias… para nosotros, ávidos lectores, claro está
Un fuerte abrazo, compañero
¡Gracias Isidoro! Siendo una de las personas que me preguntaste hace poco por si iba a publicar un segundo capítulo de esta historia, esperaba con expectación tus impresiones jeje. Y oye, me alegra no haberte defraudado. Es fantástico poder combinar aquí cosas que me encantan de la ciencia ficción, pero también de otros géneros.
EliminarNo te voy a ocultar algo (puede que ya te lo comentara alguna vez), y es que me encantaría lograr que alguna vez un dibujante que me convenza se encargue de plasmar en viñetas todo esto, porque le veo tremendas posibilidades a nivel visual. Y con tu mención cinéfila vas a hacer que tenga más ganas de ello jaja. Algunos nombres los pongo al azar porque me vienen a la mente, pero otros, como el de la nave de Irvin, los tengo bien claros y me alegra que la gente conozca su origen y referencia.
Yo el único tipo de aventuras de este tipo que he leído en cómic son de Star Wars, y aunque tienen varias décadas, destilaban mucho encanto. Conozco de oídas esa serie que mencionas, aunque aún no he llegado a ver ningún ejemplar. Con la preparación de cada capítulo recuerdo con nostalgia la fascinación que me causó ver por primera vez Galáctica, Star Trek, Galaxy Rangers (serie de dibujos en este caso jeje) y otras del estilo.
Puedo adelantarte que el holograma traerá como consecuencia una misión para nuestro grupo de protagonistas, y que conocerás a más integrantes de la Tombstone en el próximo capítulo. ¡Otro abrazo!
Imaginación no te falta José Carlos, por este capítulo desfilan seres inverosímiles que harían las delicias del mismísimo George Lucas. La historia promete, veremos que ocurre en próximos capítulos. Saludos.
ResponderEliminarGracias Jorge, gran parte de culpa de esa variedad la tienen las películas, series y juegos (de pc o videoconsola) de ciencia ficción, que de un modo u otro me han marcado para querer expandir el universo que en ocasiones sólo se insinuaba en lugar de mostrar. Espero que la continuación te siga teniendo como seguidor jeje. ¡Otro saludo!
EliminarApenas un vistazo para conocer el ambiente en el que se mueve Irving y compañía.
ResponderEliminarVeremos a dónde nos lleva esa Tombstone.
Saludos.
Así es, poco a poco van apareciendo miembros de la tripulación. Tardo bastante en subir capítulos de esta saga porque estoy trabajando su posible adaptación en cómic. Espero que cuando haya novedades te alegre seguir los pasos de estos personajes. ¡Un abrazo!
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