Saludos ciudadanas y ciudadanos de Mega-City Uno. No es ningún secreto que soy todo un fan del Juez Dredd, el mítico justiciero del cómic británico. Lo atestiguan no solamente la guía de lectura que he elaborado, sino también las múltiples reseñas de cómics que he hecho de diversos títulos y podéis encontrar en este blog. Y hoy vengo a hablaros de la que posiblemente sea la recopilación de historias más bizarra y grotesca que he leído hasta la fecha. Se trata de "Heavy metal Dredd" de Ediciones Kraken.
Estamos ante uno de esos casos donde el título no engaña, y donde, para poder disfrutar de la lectura o sacarle un buen regusto, quien se aproxime a ella debe ser consciente de que aquí va a encontrarse algunas de las historias más bizarras del Juez Dredd. Esto último es algo que un lector curtido ya sabe de antemano, pues parte del éxito del personaje reside en el hecho de que sus aventuras tienden a veces a ser tan exageradas como grotescas, pero sin que ello suponga una pérdida de calidad, sino que conserva la capacidad de no dejar indiferente a nadie, para bien o para mal. Hay ocasiones en las que lo grotesco viene solamente en lo argumental, y otras en el tipo de trazo del dibujante que se ocupe de uno o varios episodios, pero en este tomo viene a ser muy frecuente el caso en el que ambas cosas confluyen, tanto argumentalmente como gráficamente.
A raíz de alguna opinión que he leído a veces sobre las historias de Dredd y la exaltación del fascismo o los estados totalitarios que se hacen en sus historias, pongo de manifiesto que eso no quiere decir que sea una lectura para tomarse totalmente en serio o que pretenda fomentar ninguna ideología en quien las lea. Esto lo digo porque a fin de cuentas, y aunque a la gente le cueste entenderlo, Dredd nació (al menos así lo he entendido desde que sigo al personaje y lo disfruto como lector), como una sática/crítica de hacia dónde podría llevar la existencia en la vida real de un mundo arrasado por un holocausto nuclear, y donde en las pocas ciudades organizadas que hay, la única ley es la que imponen los jueces, que tienen capacidad para juzgar y ejecutar cualquier sentencia, por delitos de lo más ridículos a veces. El que estos cómics provengan del Reino Unido no hace sino conferirles ese humor negro propio de muchos británicos, por lo que, volviendo a lo anterior, en este tomo hay mucho, pero que mucho humor negro y bizarradas por un tubo.
¿Qué autores han participado aquí? A los guiones están Alan Grant, John Smith, Jim Alexander, David Bishop y uno de los padres de la criatura, el omnipresente John Wagner. Como dibujantes han participado Simon Bisley, John Hicklenton, Deam Ormston, Brendan McCarthy y Colin Macneil. Y la traducción al castellano es de Marcos Randulfe.
¿Qué historias nos encontraremos aquí? La sinopsis menciona apenas las tramas de un par de capítulos, pero denota claramente lo que hallaréis en estas páginas:
"¡Esta colección de momentos caóticos hardcore es un bestial puñetazo en toda la cara!
¡Conjunto de relatos empapados de sangre, locura y obscenidad!
Enmarcados en la Mega-City Uno constituyen una satírica bofetada, y perfila insólitos delincuentes como Mort Rifkind, unos letales mutantes besogramas y un grupo de simios asesinos controlados por unas abuelas indignadas..."
Es cierto que algunas de las historias contenidas en este tomo ya las había leído en otras recopilaciones del personaje, como el blues del Juez Dredd o la aparición de Johnny el motero, y si ya me parecieron un tanto peculiares en su momento, en esta relectura el efecto ha sido similar. Pero esas han sido de las historias más normales que me he encontrado, porque luego la cosa ha ido por unos derroteros que han hecho que el título de este tomo haga merecer la consideración de "heavy".
Aquí hay cabida para historias donde los integrantes de un grupo musical (en un claro homenaje bizarro a "Los Beatles") deciden someterse a continuas operaciones de cirugía para lograr su ascenso a la fama, simios que atacan a la gente siendo controlados por abuela hartas de la criminalidad en Mega-City Uno, o hombres obesos que quieren matar a su antiguo líder porque éste ha adelgazado. Y si eso os parece poco, también podéis ver hasta dónde puede llegar un fanático de una estrella musical, lo que sucede cuando Dredd debe encontrar a unos criminales disfrazados de Elvis en una convención dedicada al mítico rey del rock, o conocer al hombre que mató (mejor dicho, casi mató, o al menos lo intentó), al Juez Dredd.
No quiero hablar de todas las historias, pero creo que ha quedado claro que lo de "heavy" no es por llamar la atención, sino que se lo gana a pulso. Será raro el episodio que deje indiferente a la persona lectora, y en varios casos las aventuras del Juez Dredd pueden rozar la repulsión por lo grotesco del apartado gráfico, o la constante violencia explícita que hay en la mayor parte de las viñetas. No os exagero si os confieso que es posiblemente el cómic que he leído de Dredd (aunque me quedan muchos archivos completos por leer todavía) en el que reparte más estopa y se cepilla a más delincuentes. Y esto tiene su mérito, porque la violencia es un elemento intrínseco al personaje y llevo ya un tiempo curtiéndome con las peripecias de este juez, jurado y verdugo.
¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? En el apartado de guionistas, y teniendo en cuenta que una de las cosas que hacen destacar al Juez Dredd es la originalidad y surrealismo de la mayor parte de sus historias, este tomo demuestra que las historias seleccionadas cumplen esos parámetros. Esto me deja una buena sensación respecto a la labor de los escritores, en el sentido de que no todas las historias me han gustado, pero no me han dejado indiferente, y eso es algo positivo, ya sea una indiferencia para bien o para mal.
He de confesar que lo que menos me ha gustado es el dibujo que me he encontrado aquí, pues a pesar de varios los ilustradores, tienen un estilo bastante similar que es grotesco y bizarro. Y ojo, en otras reseñas he defendido el hecho de que al Juez Dredd le sientan bien cualquier tipo de trazos en el apartado gráfico, pero es cierto que este tipo de dibujo aquí presente es menos cargante cuando aparece en pequeñas dosis. Como no es el caso, sino que todo el cómic tiene este estilo feísta, no me ha gustado tanto la obra en este aspecto.
Respecto al color, partiendo de la base de que el tipo de dibujo aquí presente no suele ser de mi agrado, no puedo decir otra cosa más que no destaca ni por cosas buenas ni por cosas malas, simplemente cumple su función de dar colorido a estas historias.
¿Merece la pena el cómic? DEPENDE. Puede sorprender que diga esto teniendo en cuenta lo mucho que me gusta el Juez Dredd, pero no es un cómic apto para todos los estómagos ni paladares. Ni por asomo lo recomendaría a alguien que quiera iniciarse con el personaje, pero es posible que para gente que ya lleve un tiempo leyendo las peripecias de Dredd, le pueda resultar una lectura cuanto menos curiosa. En ese aspecto no aconsejo o desaconsejo que lo leáis, solo advierto de que es una lectura bastante bizarra, con lo bueno y lo malo que eso conlleva.
Respecto al formato, este tomo es de tapa dura. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. También os dejo el enlace de mi guía de lectura del Juez Dredd, pensada para quienes deseen iniciarse con el personaje. ¡No quebrantéis la ley y sed buenos!
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