Un saludo desde el interior de una enorme mansión llena de secretos. Cada pocos meses una de las editoriales habituales que os traigo a este blog saca una buena obra tras otra, y eso me permite poder hablaros de tal o cual cómic que termina destacando por diferentes razones. En esta ocasión, y aunque profundizaré en ello más adelante, encaré esta lectura con bastante curiosidad. Y voy a hablaros de "El Espíritu de Lewis" de Nuevo Nueve.
Esta obra se publicó originariamente en dos álbumes por Editions Soleil, en los años 2017 y 2019. No obstante, ha sido en junio de este 2022 cuando Nuevo Nueve la ha editado de forma íntegra en castellano. Cuando leí la sinopsis de este tomo hace tiempo, me llamó bastante la atención, porque no solamente tenía por protagonista a un aspirante a escritor, sino que dicho personaje se iba al hogar familiar para intentar escribir su primera novela. Una vivienda llena de misterio. Y esto me despertó mucho interés por la obra, habida cuenta de que mi primera novela, "La casa familiar", tiene como elemento central precisamente una vivienda familiar llena de secretos, que suscita el interés de varios y muy diferentes personajes (como un ladrón o un agente inmobiliario, obsesionados con esa casa). En ese sentido, ha sido una lectura que, pese a que no es perfecta, he disfrutado de una manera diferente a como lo habría podido ser si nunca hubiese visto la luz mi novela.
Hay que decir por otra parte que, tanto en el mundo de los libros, como en el de los cómics o lo audiovisual, no es nada nuevo el que se cuente una historia donde un personaje empieza a escribir una obra en un lugar lleno de misterio, o gracias a un suceso paranormal. Tenemos ejemplos como el libro (que me gusta mucho más que la película de Kubrick) "El resplandor" (1977) de Stephen King, donde el protagonista comenzaba a trabajar como cuidador de un hotel, y aprovechaba sus ratos libres para intentar escribir un libro, tarea que comenzó a dificultarse cuando experimentó la vida propia de dicho hotel. También me viene a la cabeza la película "House, una casa alucinante" (1986) dirigida por Steve Miner y protagonizada por William Katt. En esta historia, y tras la muerte de su tía, un escritor se mudaba a casa de ésta para intentar escribir, aunque lo que descubriría allí le haría pasar muchos peligros. Y por citaros una referencia en las viñetas, también me acordé en este caso de "Fearscape", publicada en España por la editorial Medusa. Es cierto que la trama de esta obra y la de objeto de reseña difieren en muchas cosas, pero sí que hay un personaje escritor (aunque en "Fearscape" sea un plagiador), y existe una Musa que ayuda al protagonista. Así pues, me he acordado de todo esto a la hora de escribir esta reseña y tras la lectura de "El espíritu de Lewis".
¿Qué autores han participado aquí? Como guionista está Bertrand Santini, siendo Lionel Richerand el ilustrador. No he encontrado ninguna obra anterior o posterior de estos autores, lo cual ha sido curioso porque tienen talento. Del color se ocupa Boulard Hubert (1971-2020) cuyo seudónimo artístico era "Hubert" (conocido por obras como "Atom Agency" o "Tenebrosa"). De la traducción al castellano se ocupa un habitual de Nuevo Nueve, Lorenzo F. Díaz. El diseño y rotulación corren a cargo de Celia Gonzáles Bandera.
¿Qué historia nos encontraremos aquí? La sinopsis avanza lo siguiente:
"Lewis Pharamond es un joven escritor en pleno luto. Conmocionado por la reciente muerte de su madre, cruza Inglaterra para instalarse en Childwickbury, la mansión de su infancia donde espera poder escribir su primera novela de inspiración gótica.
Pero acosado por el dolor no puede escribir ni una sola línea. De repente fenómenos extraños ocurren y una noche aparece el responsable de estos hechos.
Su nombre es Sarah, fantasma de una mujer francesa extraordinariamente hermosa.
Con el paso de los días, Lewis y Sarah se van conociendo y, a cambio de una promesa de amor eterno, el fantasma le ofrece al joven el don de la escritura."
La trama arranca directamente con el funeral de la madre de Lewis. Éste, junto a sus tres hermanas, asiste tanto a la misa como al posterior entierro del cuerpo de la mujer. Posteriormente, veremos a la familia reunida ante el notario que se ocupa de gestionar el testamento. Curiosamente, Lewis será el único heredero de todas las propiedades que poseía en vida su madre, pero éste, muy apenado por el fallecimiento, y consciente de que necesita volver al hogar donde nació, renunciará a todo lo que le corresponde como heredero. Con una excepción: la mansión de Childwickbury. Como Lewis tiene el deseo de ser escritor, no solamente volverá al hogar familiar, sino que espera encontrar allí inspiración para su obra. Eso sí, no será difícil ver que no posee mucho talento para las letras.
Aunque Lewis se llevará consigo a su perra Tania, y en Childwickbury sigue trabajando la misma sirvienta que ha dedicado su vida a cuidar del lugar y de la difunta madre de Lewis, éste se pasará gran parte de su estancia allí en solitario. Claro que eso cambiará cuando, de forma inesperada, termine entrando en un mundo de fantasía, donde todos los animales disecados que hay por la mansión cobrarán vida, y donde Lewis conocerá a Sarah, una mujer fantasma. Tras varios intentos de entablar un contacto fluido, el aspirante a escritor intentará descubrir por qué Sarah ha quedado atrapada en este plano de la existencia, mientras que ella hará que el inexistente don para la escritura de él, nazca y se active por completo.
Mientras uno y otro intentan cumplir con su objetivo, irá floreciendo una relación romántica entre ellos, aunque ya podéis imaginar las dificultades que entraña cuando él es un ser vivo y ella una entidad fantasmal. Pasará el tiempo y Lewis logrará escribir su novela, y la llevará a una editorial londinense. La publicación será un bombazo, y mientras él saborea las mieles del éxito, se irá olvidando de la promesa que le hizo a Sarah de descubrir qué le pasó a ella en vida, y el por qué no logró ir a lo que haya después de la muerte. Entonces irán teniendo lugar una serie de sucesos, que volverán a llevar a los personajes al lugar donde se conocieron, la mansión familiar.
¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? Hay que comenzar diciendo que Santini, pese a algunos fallos a lo largo del guion, elabora una historia que, cuanto menos, se desmarca un poco de otras en este terreno de la escritura y lo paranormal. Incluso la resolución relativa a la muerte de Sarah es interesante, porque, salvo en el tramo final de la obra, es inesperada, al menos en lo que a mí concierne. También me gusta el ritmo de la obra y que no resulta pesada de leer. Ahora bien, con todo el potencial que ofrecía la mansión familiar, me quedo con la sensación de que apenas se ha explotado lo necesario, quedando ahí mucha parte interesante que contar en lo relativo a lo fantasmal. Por otra parte, en algunas escenas ha sido bastante brusco el modo de actuar de los personajes, estando mal gestionado su proceso de cambio y el giro radical en su proceder. No obstante, en líneas generales, Santini realiza un trabajo satisfactorio y que queda por encima de la media.
Respecto al trabajo de Richerand en la parcela gráfica, lo primero que me vino a la cabeza al abrir el tomo, fue que su tipo de trazo se parece, salvando las distancias, al de Ian Bertram en "Little Bird", obra publicada por la misma editorial. Richerand realiza un más que digno trabajo en la construcción de escenarios, especialmente en lo que atañe a Childwickbury, donde el artista despliega su mejor versión tanto en el diseño de la vivienda, como en las escenas de mayor presencia de entidades fantasmales. El dibujante se mueve bien en los diferentes pasajes de la obra y les confiere una estética gótica y propia de la época victoriana, pero tiene un defecto considerable, pues prácticamente todos los rostros de los personajes son iguales, y en ocasiones lucen como si fueran peces por la forma en que tienen abiertas las bocas. No es que esto desmerezca todos los logros en el conjunto de la obra, pero es lo que diferencia un resultado notable de uno sobresaliente.
El color de Hubert es bastante acertado, estando bien dominados los momentos de presencia fantasmal, con las tonalidades verdosas que lucen ahí, como también las escenas más convencionales.
¿Merece la pena el cómic? Sin duda estamos ante UNA OBRA INTERESANTE Y DIFERENTE, cuya trama no es que sea algo nunca visto, pero que está bien llevada en conjunto. Hay bastantes puntos de interés, y las virtudes de este cómic son más numerosos que sus defectos, quedando por tanto un bagaje positivo. Es una historia que merece el beneficio de la duda para quienes se sientan atraídos por su propuesta argumental o el apartado gráfico. Es una obra cerrada, quedando todo recopilado en este tomo.
Respecto de la edición, se presenta en cartoné, el formato estrella de Nuevo Nueve, y además de un bonito diseño de cubierta, trae un marcapáginas de tela. Esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra!
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