¡Saludos desde el salvaje y lejano oeste! Como dice Jonas en su carta a los californianos... "Y dijo Dios: Aquellos que sean lo bastante idiotas como para hundirse en el infierno, merecen quedarse allí a perpetuidad". Eso es algo que, como analizaré más adelante al abordar la trama de esta obra, será una verdad como un templo. He tenido el gustazo de volver a leer un nuevo episodio de las vivencias del enterrador Jonas Crow, y he aquí que os hablaré hoy de "Undertaker 2: Cómo danzan los buitres", de Norma Editorial.
Este segundo tomo, al igual que el primero, salió en 2015 a través de la editorial Dargaud-Lombard, llegando en 2016 a España gracias a Norma Editorial. Como recordatorio, os diré que la serie actualmente tiene seis entregas publicadas tanto en el mercado franco-belga como aquí en el nacional. En mi reseña del anterior tomo, os contaba cómo desde hacía mucho tiempo le tenía ganas a esta colección de cómics del oeste. Prácticamente no había leído ni una crítica negativa, y eso era síntoma de que se trataba de algo de mucha categoría y calidad en el mundo de las viñetas. Ya con mi primera lectura constaté yo mismo que, efectivamente, Jonas Crow es un personaje que te atrapa, y que toda persona amante del western debería leer esta colección sí o sí, sin discusión.
Como consejo a quienes no se hayan animado todavía a darle una oportunidad a esta serie, os digo que, si vais a empezarla, os hagáis con los dos primeros tomos, pues pertenecen al mismo arco argumental. Puede pareceros una recomendación arriesgada a priori, máxime si no sabéis gran cosa de esta colección, pero cuando hayáis despachado el primer tomo, y teniendo en cuenta cómo acaba, agradeceréis poder echar rápido mano al siguiente. Porque esta serie es puro western, pero más allá de eso, es puro arte. Habrá quien disfrute de los guiones, llenos de piruetas y golpes de efecto, o quien lo haga del apartado gráfico, el cual es sublime no, lo siguiente, tanto en trazo como en color. Pero lo importante es que, analizando "Undertaker" como resultado del talento de sus autores, es una obra que engrandece ese género tan denostado muchas veces como es el western, pero que tantas alegrías y joyas ofrece al mundo del arte y la narrativa.
¿Qué autores han participado en este cómic? Los creadores son el guionista Xavier Dorison (escritor de obras como "Aristophania" o "Long John Silver") y el ilustrador Ralph Meyer (que colaboró anteriormente con Dorison en "Asgard", y también es conocido por "Ian"), un tándem que ya había formado equipo antes de esta serie. También participa como colorista Caroline Delabie (quien dio color al arte de Meyer en títulos como "Página negra" y "XIII Mistery: La mangosta"). La traducción al castellano es de Elisabeth Falomir.
¿Qué historia nos encontraremos aquí? La sinopsis oficial es la siguiente:
"El enterrador Jonas Crow, la bella institutriz inglesa Rose, y la criada china dura de pelar Lin, deben llevar un cadáver atiborrado de oro en la mina "Red Chance".
Por delante, tres días y cincuenta millas que recorrer en carroza fúnebre por los abrasadores y polvorientos cañones del desierto.
Y a su llegada, un pueblo de mineros alterados que no van a ponérselo nada fácil…"
Voy a poneros un poco en antecedentes, pues los sucesos narrados aquí son consecuencia directa de lo acaecido en el tomo anterior. Jonas Crow fue contratado por Joe Cusco para realizar un encargo muy especial, pues Jonas debía ocuparse de llevar el cuerpo del propio Cusco (sí, tal como leéis, pues el tipo iba a suicidarse) a una localización concreta. Este hombre, un ricachón que hizo su fortuna en las minas, se tragó todas las pepitas de oro que tenía antes de acabar con su vida. Una vez encontrado el cadáver, uno de los empleados de Cusco averiguó dónde estaban las pepitas, y, encabezando a una furiosa población que quería recibir el dinero que merecían por su vida de trabajo al servicio del fallecido, empezó a enfrentarse a Jonas. El enterrador, también perseguido por la autoridad local, logró escapar a duras penas en su carroza fúnebre, en compañía de Rose y Lin, antiguas empleadas de Cusco. Pero los mineros fueron tras ellos, pues no dejarían marchar el oro que tanto querían...
Hasta ahí es el resumen que os puedo hacer de los acontecimientos anteriores. He sintetizado bastante, pero creo que basta para que os hagáis una idea de por dónde irán los tiros en esta ocasión. En este segundo álbum, Jonas, Rose y Lin, tras escapar de un tiroteo que casi acaba con sus vidas, intentarán cumplir con la última voluntad de Joe Cusco, pues éste, cuando contrató a Jonas, le hizo prometer que llevaría su cadáver a la mina donde Cusco amasó su fortuna. Como elemento de presión, Cusco le había revelado a Rose que si su cadáver no era llevado a la mina en un período concreto de tiempo, una persona moriría, pues había ordenado tener un rehén para asegurarse del cumplimiento de su última voluntad. Como podéis ver, Cusco murió sí, pero menudo jaleo montó a su alrededor, que tendría consecuencias antes, durante, y después de su suicidio.
Y lo que Jonas, Rose y Lin deben hacer durante gran parte de esta historia, es llegar lo antes posible a la mina de Cusco, sorteando todas las dificultades que encontrarán en el camino, que no serán pocas. Sin olvidar que tendrán a toda una turba furiosa de mineros siguiéndoles la pista, y no les permitirán mucho lugar al descanso. Será en esta empresa contrarreloj donde se vea de qué pasta está hecho cada uno de los tres personajes protagonistas. Jonas seguirá haciendo gala de un carácter tosco y desprovisto de sentimientos, fruto todo ello de su experiencia vital y su período como soldado en la guerra, pero le será inevitable ablandarse un poco a lo largo del viaje, aún a sabiendas de que, cuando cumpla con su obligación enterrando a Cusco, no volverá a tener relación con sus dos compañeras. Por otra parte, y como es lógico y enriquecedor, se nos irán desvelando más detalles del pasado de Rose y Lin, y de las cosas que han forjado su carácter en un entorno tan hostil como el del salvaje oeste. ¿Logrará llegar el trío a tiempo a la mina? ¿Salvarán a la persona retenida cuya vida está en juego? Las respuestas las tendréis si leéis este cómic.
¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? La labor de Dorison a los guiones me parece de notable alto, rozando el sobresaliente. Quizás en este segundo álbum abusa un poco de varios diálogos reiterativos, y alguno de los giros argumentales está cogido con pinzas, pero es cierto que eso se compensa con los detalles que va ofreciendo del pasado y la manera de ser de los protagonistas, pues humanizar y hacer profundos a los personajes enriquece una historia. En la historia siguen habiendo buenas dosis de acción, como es menester en un buen western, y también momentos de calma. Me leí de una sentada este álbum, muestra de que el ritmo narrativo elegido por Dorison es excelente, y refrenda todas las buenas sensaciones que ya me había inspirado anteriormente. Es por eso que, salvando esos detalles que he comentado al principio, hay que valorar de forma bastante positiva a Dorison, cuyo trabajo me encantó en el primer álbum, y se ha sacado de la manga a este gran personaje como es Jonas Crow.
El arte de Meyer en el apartado gráfico es sublime, toda una delicatessen, que mantiene el altísimo nivel que ya había ofrecido en el primer álbum, y eso tiene un mérito enorme, pues hablamos de un trazo de muchos quilates. Meyer es un artista que retrata con igual plasticidad escenas violentas y otras más pausadas, y dota a los personajes de una expresividad magnífica, pues en el western, como pasa en algunos otros géneros, las miradas o expresiones de las personas dicen a veces mucho más de lo que se pueda pensar a simple vista. Si a todo ese compendio de virtudes se le suma un dibujo muy trabajado en fondo, detalles y elección de planos y perspectivas para las viñetas, no me queda otra que quitarme el sombrero y aplaudir desde aquí a Meyer.
El color brilla a la misma altura que el dibujo, resultando excelente la labor realizada por Delabie y Meyer. Hay una clara contraposición entre las escenas que transcurren de noche, en el interior de escenarios con poca iluminación, como también en las viñetas a la luz del día. No soy capaz de imaginar una paleta de colores mejor que ésta para el arte de Meyer.
¿Merece la pena el cómic? Ya veo a Jed, el buitre de Jonas, relamiéndose delante mía antes de darme un bocado si hablo mal de la obra, pero... INDUDABLEMENTE QUE SÍ merece la pena. Ya no se trata de que sea un western espectacular en todos los aspectos, sino de que la serie en sí me parece de lo mejor que he leído en el género, y apenas llevo dos tomos de la misma. La historia iniciada en el primer álbum se concluye de forma genial aquí, y por cómo acaba este segundo álbum (me ha encantado lo que sucede en las últimas páginas) salta a todas luces que Dorison no ha hecho sino comenzar a contarnos las peripecias de Jonas. Yo pienso seguir leyendo más tomos de este enterrador, la pregunta es... ¿a qué estáis esperando para hacerlo vosotr@s? Por obras como ésta el western me parece uno de los mejores géneros que existe. Y si tiene este dibujo... ya ni os cuento.
Por ir terminando, y sobre la edición, es de cartoné y no tiene contenido extra, pero ya es un éxito que me deje hambriento de más álbumes de la serie. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. Más abajo os dejo los enlaces a las demás reseñas de la serie. ¡Hasta otra!
Undertaker 2: Cómo danzan los buitres - Estás leyendo esta reseña.
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