25 de octubre de 2021

Reseña de Undertaker 1: El devorador de oro. Una obra que hace memorable la figura del enterrador en el western

¡Saludos desde el salvaje y lejano oeste! No es ningún misterio lo mucho que me encanta el western en todos los formatos en que puede disfrutarse, siendo algunos de ellos el cine, las series, o los cómics. Es esto último lo que me ha traído aquí en una nueva ocasión, para hablaros de una de mis últimas lecturas. Y no se trata de un cómic más, pues gracias a esta obra, la figura del enterrador cobra un valor que no ha tenido por lo general en otras ocasiones. Toca hablaros de "Undertaker 1: El devorador de oro" de Norma Editorial. 


El primer tomo de esta serie, que hasta la fecha tiene publicadas seis entregas, vio la luz en 2015 gracias a la editorial Dargaud-Lombard, llegando en el mismo 2015 a tierras españolas gracias a Norma Editorial. Si miráis reseñas de los diferentes tomos publicados en internet, seguramente veáis muchas opiniones positivas y que ensalzan las virtudes de esta serie. Hacía bastante tiempo que tenía ganas de poder echarle el guante a estos cómics, así que, tras haber roto al fin el hielo, puedo decir que las valoraciones tan positivas que había leído en distintos lugares de internet no exageraban, pues se trata de un material de muy alta calidad. Y lo mejor de todo, es que ha logrado que una figura por lo general tan discreta en el western como es la del enterrador (a pesar de que a este gremio nunca le falte trabajo), haya cobrado un protagonismo tan importante y llamativo. 


Una de las cosas curiosas que leí en las reseñas de esta obra, es que hay gente que equipara la serie, por su calidad y arte, a la colección de "Blueberry". He de confesar que aunque ésta última sea una de las series más conocidas en el terreno del western en las viñetas, apenas he leído un par de historias, por lo que no me veo muy capacitado para mencionar nada a ese respecto. Aunque sí que puedo decir que aquellas historias de Blueberry que leí no eran auto-conclusivas, sino que continuaban en otros álbumes, y aquí me he encontrado eso mismo, pues este primer tomo de Undertaker no tiene un final cerrado, sino que emplaza directamente a leer el siguiente tomo por cómo son las últimas páginas. Y he de decir que, aunque lo comentaré más adelante, las viñetas finales del primer tomo son todo un gran gancho para querer pillar rápidamente el siguiente tomo y ver cómo seguirá la historia.

¿Qué autores han participado en este cómic? Los creadores son el guionista Xavier Dorison (escritor de obras como "Aristophania" o "Long John Silver") y el ilustrador Ralph Meyer (que colaboró anteriormente con Dorison en "Asgard", y también es conocido por "Ian"), un tándem que ya había formado equipo antes de esta serie. También participa como colorista Caroline Delabie (quien dio color al arte de Meyer en títulos como "Página negra" y "XIII Mistery: La mangosta"). La traducción al castellano es de Unai Velasco.

¿Qué historia nos encontraremos aquí? La sinopsis es la siguiente:

"Jonas Crow, enterrador, debe llevar el ataúd de un ex-minero convertido en millonario a la vena que una vez hizo su fortuna.

Un funeral que debe ser tranquilo, con un detalle: antes de fallecer, Joe Cusco se tragó su oro para llevárselo a la eternidad. Mala suerte, el secreto se rompe y provoca la furia de los mineros de Ciudad Anoki.

¿Cómo dejar enterrada tanta fortuna, cuando para sobrevivir sudan sangre y agua por las venas?

Como dice Jonas, la muerte nunca llega sola."

La historia no se anda por las ramas y nada más empezar conocemos a Jonas el enterrador, personaje que se encuentra sentado delante de su carro, esperando a que aparezca algún nuevo encargo para ponerse manos a la obra. No tardará mucho en aparecer un aviso en el que un millonario pide un enterrador con urgencia, razón por la que Jonas pondrá rumbo a Ciudad Anoki. Eso sí, antes de partir, conseguirá hacerse con un buitre que le acompañará durante su viaje.

Una vez que Jonas llegue a Ciudad Anoki, conocerá a Joe Cusco, el millonario que puso el aviso buscando un enterrador, y que le propondrá algo insólito a Jonas. Además de eso, y teniendo en cuenta que se ha producido un derrumbamiento en la minal local, no tardará en caerle otra oferta de trabajo al enterrador, que tendrá una ocasión inmejorable para que el lector vea sus habilidades profesionales. No obstante, la llegada de Jonas no despierta las simpatías de algunas personas, que intentarán descubrir si este hombre foráneo, de presencia indeseada, tiene algún trapo sucio. No es ningún secreto el hecho de que la figura del enterrador nunca ha sido muy querida por la gente, teniendo en cuenta a lo que se dedica, y eso es algo que se notará fácilmente en esta lectura. Porque una cosa es necesitar de ese tipo de servicios alguna vez, y otra muy distinta disfrutar de la persona que los ofrece. Si además ese personaje indeseado esconde un pasado violento... pues queda claro que cuando eso salga a la luz, todo puede estallar.


No voy a comentar más detalles de la trama, por si he ofrecido más información de la necesaria, pero me parecía indispensable compartiros algunas de las cosas que puede ofreceros este cómic, ya que se trata de la primera entrega de una serie muy buena. Y ojo, no considero que uno haya de ser necesariamente fan del western o del cómic franco-belga para paladear bien este producto, basta con tener afición por las buenas historias, bien contadas tanto narrativa como gráficamente. Desde los primeros compases se nota que Jonas es un tipo sombrío y seco, de esos que han elegido su oficio con el deseo de pasar un tanto desapercibido, pero además para dejar atrás su pasado. Y no os creáis que este personaje es plano en su desarrollo, porque poco a poco se irán conociendo más detalles de él, como las ambiciones que tiene para el futuro, lo que hacía antes de ser enterrador, o la manera en que, cuando considera necesario, le gusta ayudar a gente en peligro. Con ecos del Clint Eastwood de las pelis del oeste presentes en su ser (me viene en concreto a la mente "El jinete pálido"), puedo asegurar que conocer a Jonas no os dejará indiferentes. 

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? Cuando un guionista plantea una serie abierta, debe estar lo bastante fino para ofrecer una primera entrega que suscite el interés del lector por lo que cuenta, pero que además genere esas ganas de querer seguir las aventuras del personaje. En este sentido, Dorison hace un trabajo excelente, pues escoge la figura del enterrador para construir la historia en torno a él, y logra que un personaje que suele pasar desapercibido en la mayoría de historias del género, cobre importancia y haga gala de un poderoso magnetismo para seguirle la pista. Para ser éste un primer tomo de la serie, el tiempo narrativo me parece el adecuado, hay suficientes escenas de acción y desarrollo inicial del elenco de personajes, y se plantan las semillas de un fruto que comienza a recogerse aquí, pero que todavía no se ha agotado, ya que el final del cómic emplaza directamente a pillarse el siguiente para saber cómo sigue. No cabe otra cosa que valorar muy positivamente la labor de Dorison.

Y otra pieza clave para que esta obra sea magnífica, es el trabajo de Meyer en el apartado gráfico. Con un estilo claramente deudor del mejor cómic franco-belga en el género, Meyer tiene un trazo elegante y muy trabajado, que otorga importancia a la expresión facial de los personajes, sin descuidar por ello todo lo que les rodea, lo cual redunda en un excelente trabajo en el fondo de las viñetas. Hablo de pasada, pero sí que el apartado gráfico me hace recordar un poco a las escasas historias de Blueberry que he leído, aunque también me ha hecho rememorar otros westerns modernos que he tenido el placer de disfrutar como lector. Me ha parecido muy buena la labor de Meyer, y si ya me tenía ganado el guion de Dorison para leer más tomos de esta serie, el dibujo de Meyer es otra poderosa razón para seguir hasta donde quieran llegar los autores.

Por último pero no menos importante, hay que ensalzar también el gran trabajo de Delabie en el color, donde ha ayudado a Meyer. La gama de colores elegidos es otro de esos elementos que hace pensar en el cómic clásico del western franco-belga, pero también tiene la suficiente fuerza visual para que un lector moderno disfrute de ello. La paleta de colores se complementa muy bien con el trazo de Meyer, y no hace sino poner el broche de oro a una obra sobresaliente.

¿Merece la pena el cómic? Aunque ya veo a Jonas tomarme a ojo las medidas para mi ataúd si hablo mal de él... indudablemente SÍ. Este primer tomo sirve de introducción perfecta a un nuevo personaje que puede quedar grabado para siempre en la mente de los amantes del género, y quizás en los que, sin ser fans del western, sí lo sean de los buenos cómics. Antes de encarar esta lectura, y habida cuenta de la inmensa cantidad de valoraciones positivas que había leído al respecto, estaba dispuesto a encontrarme a llevarme un chasco por las expectativas, o bien hallar una gran historia, y eso es precisamente lo que he tenido el placer de disfrutar, con el añadido de toparme con lo que puede ser un gran personaje como Jonas Crow.

He de comentar que ya es mi segunda sorpresa agradable con los westerns que publica Norma, pues también me encantó "La estrella del desierto: Integral 1", obra que vuelvo a recomendaros una vez más. Por ir terminando, y sobre la edición, es de cartoné y no tiene contenido extra, pero como me ha dejado con muchas ganas de leer el siguiente tomo, ya lo considero un éxito. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. Más abajo os dejo los enlaces a las demás reseñas de la serie. ¡Hasta otra!

Undertaker 1: El devorador de oro - Estás leyendo esta reseña.

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