¡Huba! Vuelvo a escribiros desde la selva de Palombia, hogar del Marsupilami, el famoso animal de cola infinita y piel amarilla creado por André Franquin. ¿Qué tendrá este animal ficticio que tanta ternura me despierta? No sabría dar una sola respuesta, porque es de estas cosas que calan hondo en uno, pero quizás lo más acertado sea decir que leer estos cómics mantiene vivo el niño que llevo dentro. Y he aquí que, precisamente con la obra que voy a reseñar ahora, los niños son los grandes protagonistas. Toca hablar de "Marsupilami 4: En el cráter del volcán", de Editorial Base.
Si hay algo que ha quedado patente en cada lectura que he hecho de una obra protagonizada por el Marsupilami, es que no me ha dejado indiferente, y he podido pasar ratos de risas. El que una lectura esté enfocada a un público más infantil y juvenil nunca debería ser obstáculo para que una persona adulta lo disfrute, pues la magia de los cómics, como pasa en el cine o la literatura, es que precisamente una misma historia puede ser disfrutada de diferentes maneras por cada franja de edad que la descubra. Y en eso tampoco tiene siempre influencia el tiempo transcurrido desde que una obra se crea hasta que la persona la conoce. Este tomo fue publicado a finales de 1989 a través de Marsu Productions, y en 2015 Editorial Base la trajo a tierras españolas. Rizando el rizo, un servidor la ha leído ahora en 2021, y he disfrutado bastante de lo que nos cuenta este álbum.
No voy a hablar en profundidad sobre la trama todavía, pues ya sabéis si me seguís que eso lo hago tras comentar qué autores han hecho la obra. Pero sí me apetece señalar el hecho de que en este cómic no aparece ningún personaje humano, y todos los focos apuntan hacia la habitual selva Palombiana, en la que diferentes animales vivirán sus aventuras con mayor o menor fortuna en estas páginas. No es que estemos ante una especie de cómic a lo "Rey León" no, pero el mensaje que se viene a transmitir (sin que aquí muera ningún personaje claro está) no se diferencia mucho al de aquella película de Disney. Y esto es algo que se agradece, el desconectar de vez en cuando de las tramas en las que el ser humano intenta capturar a un Marsupilami, o bien se quiere acabar con la selva palombiana, u otras motivaciones que el hombre termina teniendo en esta ubicación.
¿Qué autores han participado en este tomo? Están al frente los mismos del episodio anterior. Tenemos aquí a Yann Le Pennetier (escritor entre otras obras de la reseñada en el blog "Atom Agency", o de "Basil & Victoria"). Sus colaboradores son a los guiones el propio Franquin (1924-1997), y el dibujante Luc Collin, conocido como "Batem", que es un autor que durante toda su carrera prácticamente ha estado ligado a los álbumes del Marsupilami. Al color les acompaña Leonardo Vittorio (conocido por colaborar en "Homenaje a Gil Pupila y M. Tillieux", y por "Natacha"), quien terminará su participación en la colección tras este álbum, ya que en adelante se ocupará otra persona. Este cuarteto repetía tras el anterior álbum de la serie. La traducción al castellano es de Mireia Porta Arnau.
¿Qué historia nos encontraremos aquí? La trama girará en torno a esto:
"En lo más profundo de la selva de Palombia, en las faldas del legendario Monte Urticando, crece una extraña variedad de cactus que sólo florece una vez cada 15 años.
Su polen provoca unos terribles picores que hará que los habitantes de la selva estén especialmente inquietos...
Especialmente, el viejo jaguar Gatogordo, que acechará a los tres pequeños marsupilamis."
Hasta la fecha, en las historias que había leído del Marsupilami, no se había explorado el Monte Urticando, donde había un volcán que se extinguió. De hecho, creo que ni siquiera se había mencionado, así que eso ha logrado que, desde las primeras páginas, en las que se nos narra un peculiar ciclo de la naturaleza que acontece cada 15 años en dicho lugar, ya estuviera bien atento al álbum y lo que me contaran los autores.
Una vez que da comienzo el florecimiento de este cactus tan especial, su polen se extenderá no solamente en el interior del propio Monte, sino que llegará a diferentes partes de la selva de Palombia, entre ellas la zona donde se encuentra ubicado el nido de los Marsupilamis. Los marsupilamitos comenzarán a experimentar una extraña reacción al polen, y el patriarca de la familia, consciente de lo que eso significa, cogerá a su hija e hijos, y los llevará al interior del Monte. Una vez allí, el Marsupilami dejará a su prole en el lugar, volviendo él solo al nido (no porque sea un desalmado, sino porque es algo que deben hacer los Marsupilamis), dejando así a su suerte a sus hijos, un poco a lo visto en la película de "300" de Zack Snyder, cuando los espartanos abandonaban a sus niños para que tuvieran una especie de ritual que marcaría su paso de la infancia a la adolescencia.
Y de eso va este álbum, del tiempo que los marsupilamitos pasarán en el interior del Monte Urticando, donde tendrán que afrontar muchos peligros, siendo uno de ellos la presencia del jaguar Gatogordo, un animal viejo y tuerto que hace muchas lunas que no se lleva un bocado decente a la boca. En una dinámica que evoca fácilmente la de otros personajes famosos como Silvestre y Piolín o el Coyote y el Correcaminos, habrá lugar a diferentes situaciones cómicas en las que Gatogordo intentará dar caza a sus presas, que serán muy jóvenes y estarán sin sus progenitores, pero no por ello su captura será sencilla. Desde luego Gatogordo no será la única amenaza a afrontar, pero sí la que más momentos de risas me ha dejado, y eso es algo que agradezco cuando elijo este tipo de lecturas.
¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? En cuanto a Yann y Franquin, cuentan una historia sencilla que ya se ha visto miles de veces, pero le dan ese toque tan simpático que caracteriza el mundo del Marsupilami. Es positivo que se profundice sobre la propia geografía ficticia de este mundo, y merece la pena acompañar a los marsupilamitos en esa transición forzosa que deben de experimentar para dejar de ser simples críos, a un poco más adultos. Solo un poquito, porque seguirán siendo unos granujillas de cuidado, pero en el buen sentido. Por lo tanto a nivel de guion, la historia es simpática y se lee con agrado.
Sobre el dibujo de Batem, teniendo en cuenta que es un autor que llevaba a estas alturas varios álbumes ilustrados del Marsupilami a sus espaldas, sigue siendo un acierto que se encargue él del apartado gráfico, heredero directo del estilo del propio Franquin. Tiene ese trazo clásico del cómic franco-belga, donde se mantiene el buen equilibrio entre las situaciones de humor visual, y la seriedad que a veces se requiere que tengan algunas escenas.
En cuanto a Vittorio, también se nota que el artista le tenía tomada la medida a la colección, porque realiza el mismo buen trabajo de los álbumes anteriores, en los que sus paletas de colores complementaban bien el trazo de Batem.
¿Merece la pena el cómic? Os lo diré de otro modo... ¿Tiene una cola infinita el Marsupilami? Claro que SÍ. No es ningún secreto que a mí como lector me tienen enganchado las historias del Marsupilami, y las disfruto aunque tienen un claro enfoque a un público más infantil o juvenil, pero siempre es agradable ver que las aventuras de este animal y su familia pueden seguir produciendo situaciones cómicas, y que las aventuras que viven suelen ser en muchos casos atemporales, como la narrada en este álbum. Porque al final, todos los niños y niñas tienen que volar en solitario y aprender a moverse en el entorno que les rodea, y eso es algo que jamás pasará de moda. Os animo a darle una oportunidad a esta lectura, que puede disfrutar toda la familia.
Por último, y sobre el formato de Ediciones Base, este tomo está publicado en tapa dura, y tiene el lomo del color de la piel del Marsupilami, lo que le da un toque bonito para tener en vuestras estanterías. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver otra reseña del personaje tenéis la de "Marsupilami: Historias cortas por..." o si queréis reseñas de otro tipo las podéis encontrar aquí. ¡Hasta otra!
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