¡Nu odulas etneg! No, no se trata de una enorme errata, sino de un mensaje inicial en la famosa "zorglengua", cuyo rasgo es decir las palabras en su orden correcto en una frase, pero con las letras en sentido contrario (dicho de otra forma, las primeras palabras de este texto correctamente leídas son "¡Un saludo gente!"). Y esto viene a colación porque aquí os hablaré de la serie de Zorglub publicada por Dibbuks Editorial. Se trata del gran vehículo de lucimiento para uno de los mejores villanos del spirouverso.
Fue en la década de los sesenta cuando André Franquin (1924-1997) y Michel Régnier (1931-1999), alias "Greg", colaboradores asiduos durante muchos años, introdujeron en la colección de Spirou a un personaje tan carismático y cuya trascendencia e interés ha perdurado con el paso de las décadas: Zorglub. Concretamente, hizo su entrada en escena en "Z de Zorglub" de 1960 (recopilada en " Spirou y Fantasio: Integral 7 (1959-1960) "), historia en la cual hará su primera aparición el gran villano, un científico megalómano y un tanto torpe al que es difícil no tenerle simpatía.
Lógicamente, con el paso de las décadas diferentes personajes del spirouverso han ido teniendo serie propia, de las cuales tenéis reseñas en mi blog. Tenemos ejemplos como los del marsupilami , el Conde de Champignac , o lógicamente el caso que nos ocupa ahora. Y como hace unos años el artista español José Luis Munuera (he reseñado muchas de sus obras, como " El corazón de hojalata " o " Merlín ") se tomó de la colección de Zorglub como guionista e ilustrador, aquí os la analizo al completo en los tres tomos que se publicaron.
Este primer álbum fue editado en 2017 por Dupuis, viendo la luz en nuestro país a inicios de 2018 por los mencionados Dibbuks. Por aquel entonces, Munuera era ya un artista con bagaje en el spirouverso, teniendo en cuenta que unos cuantos años atrás había ilustrado hasta cuatro álbumes de Spirou y Fantasio, uno de ellos con presencia de Zorglub. Por lo tanto no le era un personaje desconocido.
Aunque es cierto que en esta serie del villano uno de los grandes cambios, es que no se parece en algunas cosas a la versión clásica. De hecho en este primer tomo, que sirve de presentación para quien tenga su primer contacto con él, ni se mencionan a Spirou, Fantasio ni el Conde de Champignac.
¿Qué trama tenemos en este primer tomo? Os comparto la que encontró:
"Zandra, una adolescente de 16 años, va al cine a ver una película con su novio, André. Cuando salen, unos zorgbots la secuestran para llevarla con su padre, que no es otro que el malvado y genial Zorglub.
Tras una gran discusión sobre el derecho a la intimidad y la sobreprotección, Zorglub, cabreado y abrumador, activa por error un rayo láser experimental que aterroriza a media ciudad.
Al día siguiente, junto a su mayordomo Frédorg, nuestro brillante inventor toma la decisión de que ha llegado el momento de hablarle a Zandra sobre su madre y sus orígenes.
Pero no será posible ya que tendrán que defenderse de un grupo de soldados armados que aparecen de repente y que van tras un nuevo e infalible invento de Zorglub."
La obra comienza cuando dos chicos adolescentes salen de un cine y comentan la película. Justo cuando la chica, llamada Zandra, besé a André, un foco de luz proyectado desde el cielo se centrará en ellos. Será así como entre en escena Zorglub, el padre de Zandra, y uno de los villanos más conocidos del mundo. Desde su base volante, Zorglub se siente molesto porque alguien comienza a mostrar interés sentimental por su hija. Se iniciará así una obra en la que, mientras padre e hija intentan mejorar su relación familiar, un general militar se obcecará en que Zorglub le venda el único de sus inventos que el científico no quiere comercializar. Como los militares no se toman bien los rechazos, no tardarán en producirse un ataque en masa sobre la enorme fortaleza del villano, instalada en una isla perdida. Será entonces cuando todos los protagonistas deban aunar fuerzas para hacer frente a esta amenaza sobre sus vidas.
A la hora de valorar el trabajo de Munuera como guionista, lo primero que hay que decir es que teje una historia muy palomitera y de ritmo trepidante, que se lee en un suspiro. Hay acción, mucho humor y un intenso dinamismo narrativo de principio a fin. Es cierto que esta versión de Zorglub difiere en muchas cosas de la clásica (desconozco si fue decisión del autor o imposición editorial), por lo que puede gustar menos a quienes prefieren la concepción original del mismo en su forma de ser. Ahora bien, para quienes no hayan tenido ningún contacto con la serie de Spirou nunca, es una estupenda toma de contacto con uno de sus villanos más célebres. Este primer tomo tiene un tono juvenil y actualizado a los tiempos que corren, actualizando al personaje, su tecnología y la sociedad en la que se mueve, que no es la misma que hace seis décadas. La dinámica entre Zorglub y Zandra tiene momentos muy divertidos, y los secundarios como André o Fredorg le dan un punto de encanto a la obra aunque su presencia sea más secundaria. Hay que decir que la trama en sí es predecible en su avance, especialmente con la entrada en escena del villano (hay que decirlo, tiene escaso carisma) y el ejército, pero el ritmo que le imprime Munuera, sumado a ese tono narrativo y visual. digno de una película de acción para toda la familia, hace que las cosas menos buenas pasen más desapercibidas. Yo me lo he pasado muy bien, y he encontrado toda la diversión que quería y más, teniendo en cuenta que hace años que había leído este primer tomo y ahora he hecho una relectura para analizar la serie, y ha sido igual de disfrutable que entonces .
Lógicamente este cómic no tendría aspecto de película familiar de acción y humor sin el trabajo de Munuera a los lápices. No voy a descubriros a esta altura las virtudes del trazo dinámico, limpio y juvenil del autor, pero nunca está de más recalcarlas, porque en este álbum el dibujo de Munuera es toda una tarjeta de presentación para quien no conociera su talento. No me atrevería a pronunciarme sobre si me gusta más el diseño de Zorglub de Franquin o este de aquí (son igual de imponentes aunque la versión de Munuera induce más a la risa), pero sí puedo asegurar que me resulta imposible en ambos casos odiar al personaje, por más que su papel sea el del villano al que ver derrotado, bien por el héroe de turno, o por su propia incompetencia. La tecnología es algo que tiene mucha presencia en estas páginas, por ello no hay que obviar el hecho de que, a su manera, Zorglub es como una versión maligna y algo patosa de Tony Stark/Iron Man por su arsenal tecnológico, mezclado con cualquier villano de opereta de las películas clásicas de James Bond al tener su propia base secreta, sus ademanes y poses de malo de la película, y pasta a mansalva. Todo esto queda muy bien reflejado por Munuera, y las páginas donde la acción es vertiginosa tienen esa sensación impresa en el dibujo, que es fantástico. Mención aparte para esa cuádruple página que además contiene una revelación importante sobre la trama, así como también cierto desligamiento del spirouverso.
El color corre a cargo de Sergio Sedyas Román (entre otras obras ha estado en " La carrera del siglo " o " Pequeños Bill y Bolita ", colaborador habitual de Munuera. Gran parte del mérito de modernizar a un personaje de los años 60 reside también en la labor del colorista, que dota del tono visual moderno a la serie, y realiza buenas mezclas de colores, siendo otro puntal para este blockbuster en viñetas que tenemos aquí.
Respecto a si merece la pena el cómic, por supuesto que sí, estamos ante un primer álbum muy divertido, con buenas dosis de humor y diálogos chispeantes en ocasiones, que se lee rápido pero se olvida despacio. Si no queréis meteros en el spirouverso por la retrocontinuidad o otras razones, al menos dadle una oportunidad a alguna de sus series complementarias, como este caso en cuestión, ya que no hace falta ningún bagaje previo para disfrutar con las desventuras de Zorglub y su hija. .
En el divertido tomo anterior, una de las revelaciones más importantes tuvo que ver con Zandra, la hija de Zorglub. Y es que ella no era humana, sino una hija biónica que fue creada como una posible nueva arma que el villano vendería para sacar dinero. Sin embargo Zorglub descubrió que quería a esa joven, y el motivo de que el ejército quisiera acabar con él en el primer tomo, era precisamente que querían la patente de Zendra.
Pues bien, tras derrotar a los militares, toca que padre e hija vivan una nueva aventura. Y ninguno de los dos estará preparado del todo para lo que se viene.
¿Qué trama tenemos en este segundo tomo? Os comparto la que encontré:
"Zedrick, un crío gafotas de 10 años, es un niño bajito del que se esperan altas hazañas.
Es el fan número uno de las obras de Zorglub y quiere ser su aprendiz para aprenderlo todo de él, ir más allá y ¡ser el amo del mundo!
Aunque todo acaba torciéndose cuando sus hormonas se entrometen y se enamora de Zandra. ¡Las cosas no van bien en el mundo de Z!"
Ya desde el inicio vemos a Zorglub, sentado sobre una maleta y sosteniendo una sombrilla, mientras espera en un desierto a sus nuevos clientes. Es la ocasión perfecta para que pueda vender su nuevo invento, los huevos zorgpresa, que al ser abiertos, hacen que aparezcan enormes vehículos hinchables de aspecto militar. Como Zorglub le ha prometido a su hija que será una mejor persona, no son armas mortales, pero tienen usos interesantes. No obstante, no tardará en hacer su aparición en escena Zedrick, un renacuajo de 10 años y un intelecto prodigioso que quiere ser el mejor villano del mundo y desea adquirir experiencia junto a Zorglub. Tras demostrarle al hombre que puede ser un más que capaz aprendiz, la nueva pareja de jefe y esclavo (lo entenderéis con la firma del contrato estándar de becario) comenzará a trabajar. Aunque hay cosas que no estaban previstas, como que Zedrick se enamora de Zandra, y que, al no saber aceptar un rechazo, el niño reacciona de una forma impensable para sus nuevos amigos.
La labor como guionista de Munuera sigue los mismos derroteros que en el álbum anterior, es decir, la historia contiene humor, diálogos chispeantes, y emotividad cuando toca, pero sin caer en el sentimentalismo barato (que se trata de Zorglub a fin de cuentas) , y si bien en el tomo uno el personaje invitado era André, el novio de Zendra, aquí le toma el relevo Zedrick. Este querrá ser un buen aprendiz de malo pero no recibirá bien el rechazo de Zendra, que lógicamente no puede sentirse enamorada por un chico de 10 años, por lo que veremos hasta dónde llega su maldad. Por otra parte, Zorglub trata a su aprendiz más como una molestia indeseada a la que conviene tener ocupada, que como si fuera realmente un empleado, lo que dará alguna que otra situación graciosa, hasta que giren las tornas. Es cierto que el cómic, que sigue siendo tan divertido como el anterior y se lee con una sonrisa de oreja a oreja (al menos en mi caso), tiene algunos defectos, como el hecho de que André, que fuera un personaje de peso en la primera historia, aquí se limita a salir en unas pocas viñetas. Y aunque el desarrollo de la trama es menos predecible, algún que otro giro sí que está muy cogido con pinzas. Lógicamente este Zorglub sigue sin tener mucho que ver con el clásico de Spirou, pero a mí no me molesta, por lo que no lo veo algo malo. Así que, excepto las puntualizaciones que he hecho, me ha gustado la lectura y me lo he pasado genial.
Respecto a la parcela gráfica, diría que aquí el autor está incluso mejor que en el primer álbum, donde mostraba un nivel muy bueno. Me han encantado esos huevos zorgpresa y su contenido. De igual modo, hay escenas visualmente muy divertidas, como la primera toma de contacto entre Zorglub y Zedrick, el paseo en monorraíl por las instalaciones secretas de la mansión Z o algunas otras del final como el uso de un tanque de goma para salvar la vida de cierto personaje. Otra escena tronchante, aunque sea un homenaje de "El aprendiz de brujo", es la parte en la que los zorgbots tienen que arreglar una caldera, no tienen ni idea, e intentan ver tutoriales en internet y hacer lo que consideran más lógico. La expresividad de los personajes sigue siendo un punto muy bueno, especialmente en Zorglub y Zandra, pero sin olvidarnos del bueno de Fredorg, que no es sino un trasunto de Jarvis de Los Vengadores pero robotizado y con más mala leche.
El color de Sedyas sigue aportando mucho al buen resultado final a nivel visual, y me quedaría especialmente con el tramo inicial en el desierto, donde choca más el contraste de colores con el atuendo de Zorglub respecto a los habitantes de la zona, a lo que se suma Zedrick, que también destaca mucho.
Sin lugar a dudas sigo recomendando esta serie, me divierto de principio a fin con Zorglub, Zandra y su mundo. Es una lectura para disfrutar sin encajarla en el spirouverso, porque si una persona es demasiado purista respecto a la concepción original del personaje... va a sabotear su propio disfrute aquí. No hay que olvidar que esta serie dedicada al mayor genio del mal está hecha para divertirse sanamente y darle una actualización al personaje más acorde a los tiempos actuales, y lo consigue de forma notable.
Esta es una de esas lecturas que uno encara con cierta tristeza. Y es así sabiendo que es la última entrega publicada de la serie de Zorglub, ese soplo de aire fresco que ha revitalizado para los nuevos tiempos a uno de los mejores villanos del universo Spirou, a pesar de que aquí no haya vinculación ni mención al héroe.
Si en el primer tomo la trama giraba en torno a Zendra, la hija biónica de Zorglub, y en el segundo se introducía al aspirante a villano Zedrick, en esta ocasión la historia está vinculada con la clonación humana.
¿Qué trama tenemos en este tercer tomo? Aquí os la dejo:
"Zorglub está ocupado cuidando de su hija Zandra y tratando de solucionar unos problemillas en su máquina de clonar cuando descubre que un oligarca ruso ha puesto precio a su cabeza.
¡Y, para colmo, literalmente se multiplica por veinte!
¿Podrán Zorglub y todos sus clones escapar de la venganza rusa?"
El inicio de esta historia tiene lugar en Memphis, en un escenario que jamás habría imaginado posible en el mundo de Zorglub: la casa museo de Elvis Presley. Zandra es una auténtica fanática del rey del rock, por lo que veremos a padre e hija visitando este lugar tan turístico. Sin embargo, para Zorglub no es un viaje de placer sino laboral, ya que le han encargado crear un clon del famoso músico, y tendrá que robar su adn. Tras una misión no muy encarrilada, el villano logrará abrir el ataúd donde se conserva la momia de Elvis, y llevarse una parte de sus restos mortales. Una vez que vuele a Rusia, fabricará un clon del personaje ante un jefe criminal ruso que le encargó esa misión. Como el ruso no quedará del todo satisfecho (es un invento de Zorglub, qué os esperáis), querrá vengarse. Pero esto no es todo, porque el protagonista ha decidido crear muchos clones suyos, y entre todos ellos aparecerá... ¡un clon femenino! ¿Pondrá este hecho patas arriba el mundo de uno de los mayores villanos del mundo?
Empezando por la labor del Munuera guionista, vuelve a ofrecer una historia divertida, con un toque muy rocambolesco por la presencia de Elvis y sus clones, y esas visitas que Zorglub hará a Memphis y Rusia, teniendo en cuenta que hasta este tomo, no se había prodigado mucho en viajes fuera de su isla. Diría que es la historia más entretenida de todas, que tiene momentos tronchantes con los clones de Zorglub, cosa que me ha recordado un poco a la película "Mis dobles, mi mujer y yo" protagonizada en su día por Michael Keaton con varias versiones suyas, cada una portadora de uno de sus rasgos de personalidad. El factor femenino en esta obra es más fuerte que en el resto, gracias a la presencia de la habitual Zendra (que pierde un poco de protagonismo en detrimento del nuevo añadido al reparto de personajes), pero también por el añadido a la serie de Lady Z, la versión femenina de Zorglub que es su último clon y por lo tanto rompe con todo al ser una mujer. Por lo tanto, a nivel de lectura es un tomo de cierre de serie muy ameno, divertido y disfrutable. Eso sí, adolece del mismo defecto del anterior, y es la nula presencia de personajes que antes tuvieron protagonismo. Así por ejemplo, Zedrick, que terminó siendo finalmente una especie de colega de profesión de Zorglub, aquí ni aparece ni se le menciona para saber qué fue de él, lo que juega en detrimento del enriquecimiento de este universo. Es como si fuera un personaje de usar y tirar, y da pena eso porque habría seguido dando mucho juego, en especial con la presencia de los clones del protagonista. Es así lo único que puedo achacar en la parte de la confección y desarrollo de la historia.
En lo que concierne al dibujo, no voy a decir nada que no haya mencionado anteriormente, pues Munuera brinda una vez más un excelente trabajo, que encuentra su fuerte en todas las escenas con clones, ya sean de Zorglub o de Elvis, porque se trabaja la expresividad y el acabado de todos, sin que parezca que estén de relleno sin más en las viñetas. Las localizaciones nuevas están bien diseñadas, y siempre da gusto volver a contemplar la isla donde Zorglub vive y tiene su principal base. Lo que sí es cierto es que vuelve a haber una página cuádruple como en los anteriores álbumes, pero en este caso tengo la sensación de que es la más desaprovechada porque la imagen que contiene no requería de tanto despliegue de espacio. No obstante lo anterior, me reafirmo en que el dibujo de Munuera sigue siendo la mejor elección para el tono de la serie, por el dinamismo que le imprime, el humor visual que acompaña muchas situaciones, y el partido que se le saca a la caracterización de personajes.
Sedyas repite al color, brindando otro notable trabajo, cosa que no sorprende para quien haya leído los anteriores números de Zorglub o bien conozca su trayectoria.
El cómic merece la pena en sí mismo, pero aquí ya hago una valoración extensiva a toda la serie de Zorglub, teniendo en cuenta que no hubo más entregas. Para quien no conociera al personaje o no estuviera muy metido en el spirouverso, es una lectura más que recomendable para pasar un buen rato y acercarse un poco a uno de los grandes villanos de Spirou. Es cierto que los más puristas se quejan de que esta versión de Zorglub desluce porque poco tiene que ver con la de los años 60, y no les falta razón, pero yo sí entiendo que para adaptarse a los nuevos tiempos y público, se haya decidido darle otro enfoque y desligarlo completamente del mundo de Spirou y Fantasio, ya que aquí ni aparecen a modo de cameo ni se les menciona.
Estas cosas son típicas del cómic de superhéroes americanos, porque constantemente hay reinicios o lavados de cara de sus personajes más emblemáticos para ganar nuevos lectores, y no me molesta si el trato del autor es respetuoso y enriquece las cosas. Como ese ha sido el caso de este Zorglub de Munuera, ha sido un placer leerme los tres álbumes y disfrutar de todo lo que este universo ha deparado. Así que una vez más os animo a leer una buena serie de cómic europeo que a su vez tiene una bonita edición en tapa dura de Dibbuks. ¡Aviv bulgroZ!