En ese momento, todo lo que él había oído al
respecto era cierto. No había dolor, no había sufrimiento, solamente una
dulzura que envolvía los instantes finales del camino. Sólo un elemento
transformaba alternativamente esa calma en inquietud, alterando las distintas
sensaciones que se arremolinaban en todo su ser. Y eso le hizo recordar los
acontecimientos que le habían llevado a estar en aquel lugar: la bañera de su
casa.
¿Por qué había tenido que prestarse a ser partícipe
de aquella sesión de ouija? Todo parecía tan inocente…que no pudo preveer que
al final de esa noche, un espíritu errante atormentaría sus últimos días. Pero
lo hizo, vaya si lo hizo.
El agua de la bañera seguía tan caliente como segundos
antes, y la sangre descendía de sus muñecas para desembocar en el transparente
líquido, tiñéndolo de un brillante y espeluznante color carmesí. La llamada “muerte
dulce” seguía su curso, pero él veía esa dulzura torpedeada por la imagen que
había visto a cada minuto, despierto o en sueños, desde la sesión de ouija.
Y así fue como murió, con los ojos fijos en el
hombre ahorcado que flotaba en la habitación, que seguía con su perversa
sonrisa intacta.
Brutal! Muy oscuro y muy trágico. Una experiencia traumáticamente agradable. Suerte en el concurso!
ResponderEliminar¡Gracias! Ese toque intentaba darle, el oscuro que has mencionado, dejando para el final la parte más trágica. Un placer haberte sorprendido para bien. ¡Suerte para el concurso, también leí tu relato!
EliminarSaludos compañero, me complace ver que he logrado inquietarte, cuando uno tiene límite de palabras, es un reto condensar en poco espacio un efecto deseado, como era aquí el de inquietar y no dejar indiferente. Si además tras el final te viene ese espanto, genial como guinda de este micro con trágico final.
ResponderEliminar¡Gracias por pasarte, un saludo!
Cierto que un límite de palabras complica bastante las cosas... Los que escribimos no somos mucho de límites, ¿verdad? Pero tu lo resuelves impecablemente en este micro, tan bueno al principio como al final, con un terror medido y preciso que impacta. Una duda: ¿por qué dices que el agua de la bañera está fría? ¿no debería de ser caliente? , je, je
ResponderEliminarMucha suerte compañero, es muy bueno
Un fuerte abrazo
Hola Isidoro, exacto, el límite a veces complica las cosas, sobretodo cuando tienes más cosas que contar y te queda sensación de no haber profundizado en tal o cual parte del texto. Eso sí, como ya he hecho en alguna que otra ocasión, puede que una vez terminado el concurso adjunte una versión algo más amplia y explicativa.
EliminarYa sabes que para bien o mal, me gusta en ocasiones cocinar a fuego lento ese terror psicológico, tan efectivo como el visual bien llevado a cabo. Tras pensar en tu observación y leer un poco más al respecto...sí, he cambiado ese detalle, por alguna razón tenía metido en la cabeza lo del agua fría jeje.
Gracias por tu visita, tus palabras y la observación. ¡Otro abrazo!
Con el mal rollo que me da ver ahorcados, tu relato me ha desasosegado mogollón. El suicidio como unica salida a la locura desatada por una sesión de ouija. Fantástico relato, Jose Carlos.
ResponderEliminarSaludos Fernando, así que he logrado potenciar ese mal rollo con el final del relato jeje, eso es genial desde el punto de vista literario. A veces no hay más escapatoria a la locura que una solución tan desesperada como la adoptada aquí, al menos en el caso de nuestro "suicida".
EliminarGracias por tus palabras. ¡Un saludo!
Que nervios, todo en penumbra y sólo el hombre ahorcado frente a ti balanceándose como un péndulo de reloj que cuenta tus últimos segundos. Genial mi querido compañerísimo de celda!!
ResponderEliminarExacto Mendiel, una de las cosas que me animó a terminar el texto así, era la potencia visual de semejante imagen, la de un hombre ahorcado y con una sonrisa que incitara a hacer algo desesperado para olvidarlo todo. ¡Gracias por tus palabras encantadora Compañera!
EliminarUfff qie relato, tiene todos los ingredientes para ser de miedo, inquietante y oscuro. Muy buen relato Jose Carlos. Un abrazo
ResponderEliminarTienes razón Maria del Carmen, hay diversos ingredientes en el texto, y me alegra ver que hayan logrado transmitir ese toque oscuro para inquietar al menos un poco tras la lectura. ¡Otro abrazo compañera!
Eliminarinquietante, lo he visionado de principio a fin con un ligero escalofrío en las cervicales. Para que decirte más.
ResponderEliminarUn abrazo José.
Qué palabras tan encantadoras para quedarme contento con el tiempo invertido en escribirlo. Un placer haberte inquietado de esa forma jeje. ¡Otro abrazo Francisco!
EliminarTerror en estado puro, amigo José Carlos. Vas hacia delante y hacia atrás en la historia con sublime maestría, y el final, esa sonrisa perversa, me ha puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarUn saludo y mucha suerte, compañero.
Así es Bruno, ya me conoces un poco para saber que me gusta narrar de esta forma algo fragmentada en el tiempo, pero hecha así para construir el clímax. Me alegra ver que esa sonrisa ha causado el efecto deseado de transmitir terror y/o inquietud tras la lectura...
Eliminar¡Otro saludo y suerte a ti también!
Me ha parecido muy interesante como haces la distribución de los tiempos, utilizando estupendos recursos como la descripción de los hechos en pretérito y pasado, asi como también la explicación de semejante locura capaz de suavizar la trágica escena final, donde se me ha quedado helada la imagen en la retina imaginaria.
ResponderEliminarTe felicito, Juan Carlos, por la calidad del cuento y te deseo el mejor de los éxitos.
¡Un fuerte abrazo paisano!
Gracias Estrella, me gusta escribir a veces con el tiempo fragmentado, yendo hacia delante o detrás al describir los hechos que forman la historia, sobretodo porque te permite lograr un final tanto explicativo como oscuro y desolador en este caso por la última acción del protagonista.
EliminarMe alegra que te gustara y la imagen acudiera a tu mente para hacerte más intensa la lectura jeje. Es José Carlos mujer :) ¡Otro abrazo!
Brillante la forma de narrar, de enganchar y de conducir al lector al miedo en tan pocas líneas. Felicidades por este gran relato, mucha suerte. Un saludo.
ResponderEliminarHola y bienvenida a la burbuja Mariola, gracias por tus palabras, me alegra haberte sorprendido gratamente en pocas líneas como bien mencionabas. Ya sabes lo complicado pero estimulante que es este tipo de retos con un límite de palabras.
EliminarSuerte a ti también. ¡Otro saludo!
Ni aún la muerte más dulce nos proporciona la ansiada paz. Truculento e inquietante hasta el último suspiro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso es Eva, en este caso para el protagonista, ni siquiera ese trágico final le permitió unos últimos instantes de calma total. Un placer tenerte nuevamente por aquí :)
Eliminar¡Otro abrazo!
¡Excelente! Trágico e inquietante.
ResponderEliminarGracias Miguel Ángel, es grato comprobar que ha logrado inquietarte como resultado de la tragedia y su causa. ¡Un saludo!
EliminarMe has dejado sin palabras. Soy muy cobarde para las historias de espíritus y la tuya, en especial, me ha dejado con la piel de gallina (menos mal que la he leído durante el día). Muchísima suerte en el concurso. ¡un abrazo!
ResponderEliminarAsí que he logrado asustarte un poco jeje, eso es muy bueno. Me alegra que te haya inquietado tanto como para agradecer el hecho de leerlo durante el día jeje. ¡Gracias por desearme suerte y otro abrazo Joel!
EliminarCreo que al acostarme voy a apagar la luz, cerrar los ojos y no abrirlos hasta que me duerma, no vaya a ser... espeluznante esa imagen final del ahorcado. Suerte en el concurso. Un saludo José Carlos.
ResponderEliminarQuizás eso tampoco funcione jeje, gran parte de culpa en la decisión del protagonista, es que veía al ahorcado despierto o dormido, así que no encontró otra opción que la del suicidio...
EliminarMe complace ver que el ahorcado está aportando ese toque inquietante y espeluznante que buscaba al dejarlo para las últimas frases jeje. Gracias por desear suerte compañero. ¡Un saludo y sueños sin espíritus Jorge!
José Carlos has conseguido en pocas líneas transmitirme mucho desasosiego, tanto como al hombre que se está desangrando y no consigue olvidar esa imagen que lo persigue y que es escalofriante.
ResponderEliminarSuerte en el concurso
Hola Conxita, me resulta reconfortante saber la sensación de desasosiego que te ha dejado el texto, a veces con los micros uno tiene esa incertidumbre de si transmitirá bien el efecto deseado. Gracias por pasarte y por desearme suerte. ¡Un saludo!
EliminarHan sido tan solo unos párrafos, pero me ha puesto la carne de gallina. El final ha sido muy bueno, con el espíritu ahorcado que flotaba en la habitación.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un saludo.
Me complace leer en cada comentario que el texto, aunque breve, haya inquietado tras su lectura :) Ver a un fantasma en sueños o despierto, día tras día, puede llegar a requerir medidas desesperadas, como puede comprobarse por el protagonista.
EliminarGracias por pasarte y comentar Laura. ¡Un saludo!
Corto y funcional. Es verdad lo que dijo Mies Van de Rohe: Menos es Más. Aunque claro, el se refería a la arquitectura. Pero estoy seguro de que se puede extrapolar también a la literatura. En resumen, me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos Rad. Fíjate que me resultaba familiar ese nombre porque uno de mis amigos estudia arquitectura y me ha hablado de él en varias ocasiones, aunque no sabía que esa frase fuera suya. Me alegra que te haya gustado pese a su brevedad.
EliminarUna dulce muerte para una escalofriante visión, causa de un juego tan temido cómo perturbador. Jamás, es una de las cosas que nunca haría, ni harto vino, jugar a la ouija. Un micro buenísimo, José Carlos. No hay género que se te resista.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compañero!
Coincido totalmente contigo Edgar, ni en broma me pondría yo tampoco a jugar con esas cosas, no vaya a ser que lo que empiece con cachondeo, termine con lágrimas y no de risa precisamente. Ya ves que en este caso, una situación enloquecedora culminó con ese dulce final para el protagonista.
EliminarGracias por pasarte y dedicarme tan buenas palabras, me gusta cultivar varios géneros y no siempre es fácil sorprender :) ¡Otro abrazo!