Nota introductoria: Aunque este texto puede leerse de manera independiente, la anterior aparición de Windor, en la que cuento sus primeros pasos laborales tras acabar la universidad mágica, tuvo lugar en el microrrelato "Los primeros trabajos de Windor el mago" (para leerlo, clickad en el título).
Este texto que podéis leer a continuación, retoma la historia de Windor desde que se embarca hacia Trascania, donde hay una oferta de trabajo para ser consejero de un rey...
Windor llega a Trascania
Windor nunca había viajado en barco. Es más, no tenía ni idea de que algunas personas tienden a marearse durante un viaje. De haberlo sabido, le habría comprado algunas pastillas a un vendedor ambulante que daba vueltas por el muelle, asegurando que su mercancía era útil para evitar los mareos. Teniendo en cuenta que el viaje hacia Trascania iba a durar 2 días, era tiempo más que de sobra para que Windor pudiera vomitar, cosa que había hecho a los 10 minutos de iniciarse la travesía.
Para cuando el barco llevaba recorrida una cuarta
parte del trayecto, la salud del mago tenía tan buen aspecto como la de un tipo
con la peor resaca de su vida. Y según los rumores en el mundo mágico, esas
resacas inolvidables estaban aseguradas tras pasar una noche en la “Taberna
Resacosa”. Era curioso que con semejante nombre y su reputación de asegurar un
horrible despertar, no faltara nunca clientela. Sin embargo, el viaje en barco
también deparó una nueva oportunidad para que Windor hiciera magia.
Hay que insistir en una idea, y es que Windor no
hizo el hechizo que tenía en su mente, pero sí uno que resultó de utilidad…al
menos durante los primeros minutos. Todo había tenido lugar cuando, durante la
mitad del viaje, el barco navegaba sobre las aguas del mar Oscuro. Entonces
surgió de las profundidades un enorme pulpo, y empezó a atacar la proa del
barco. Todos los marineros fueron a por sus arpones, para intentar espantar a
la criatura. El capitán, tras recordar que había un mago entre el pasaje, había
bajado corriendo a la bodega, encontrando a Windor acurrucado en un rincón. Le
había expuesto con rapidez la situación, instando al mago a que hiciera algún
truco para espantar a la criatura.
Windor, que jamás se echaba atrás ante una situación
difícil, subió junto al capitán a la cubierta, colocándose frente al pulpo, que
empezaba a ascender peligrosamente, inclinando el barco bajo su peso. Tras
sacar la varita, Windor pensó en utilizar el hechizo de hipnosis, para
controlar los pensamientos de la criatura y obligarla a regresar al interior del
mar.
Pero no logró realizar tal hechizo, sino que de la
punta de la varita surgieron unas llamas gigantescas, simulando la figura de un
dragón. Todo el mundo a bordo observaba ese dragón de fuego, que asustó
inmediatamente al pulpo, el cual regresó al lugar del que había venido. Pero
claro, Windor no había hecho jamás ese tipo de magia, y no sabía cómo
controlarla. Eso originó que el fuego empezara a quemar la vela del barco,
amenazando con extenderse por cualquier parte. Y siendo de madera todo lo que había
alrededor, la cosa no estaba para permitir que esa barbacoa durase mucho
tiempo.
Para cuando Windor logró hacer desaparecer al
dragón, medio barco estaba quemado. Eso tuvo tres consecuencias. La primera fue
que el viaje duró el doble. La segunda tuvo como premio para Windor una nueva y
generosa ración de mareos. Y en tercer lugar, el capitán del barco maldijo su
suerte por haber rechazado aquel seguro por daños náuticos que un gnomo le
ofreció unos días atrás. Por suerte para todo el mundo que viajaba a bordo, no
hubo más incidentes el resto del tiempo, y tras 3 días, lograron llegar al
puerto de Trascania.
Windor se sintió mejor cuando bajó del barco. Tras
asegurarse de que dejaran su baúl en la posada más cercana al castillo,
recorrió el puerto de un lado a otro, sin creerse todavía que hubiera llegado
de una pieza allí. Una vez que se adentró en el interior de Trascania, comenzó
a preguntarles a algunos de sus habitantes diferentes cosas sobre el reino. Se
enteró de que la extensión territorial del mismo no era mucho mayor que la del
reino en el que había nacido. Eso era útil de cara a la labor de consejero,
porque las decisiones en un reino pequeño no traerían tantas complicaciones
como en uno más extenso. Al menos así lo pensaba Windor.
A medida que se iba acercando al castillo, se sentía
nervioso. Él sabía que las condiciones laborales para el puesto eran tan
apetecibles como un baño en aceite hirviendo, pero alguna ventaja tendría
lograr el cargo de consejero del rey. Al menos le darían comida y alojamiento,
y de paso seguiría engrosando su currículum en función del tiempo que lograra
mantenerse activo si se hacía con el trabajo. Absorto en sus pensamientos, casi
pasa de largo por la última posada situada antes del castillo.
El nombre de la misma era “Posada del inepto”, y
bajo el cartel había unas líneas que decían lo siguiente: Bienvenido a la posada del inepto, la más cercana al castillo. Un tipo
inteligente volvería por donde ha venido, pero si estás leyendo esto y te
decides a entrar, eres el tipo de persona que justifica nuestro nombre. Y
como Windor pensaba hospedarse allí hasta saber si conseguía o no el puesto de
consejero, decidió entrar, cuestionándose si era inteligente.
Una vez en el interior, le pagó al dueño por una de
las habitaciones, y le avisó de que traerían su baúl desde los muelles. Como
Windor estaba hambriento, se sentó en una de las mesas del comedor, y pidió la
especialidad de la casa, que consistía en una fuente llena de patatas, maíz,
chorizo y huevos con su cáscara. Lo cierto es que el plato le habría encantado
a Windor, de no ser por el polluelo que salió de uno de los huevos. Al terminar
de comer, la cara del mago estaba tan llena de picotazos que se sentía como un
queso gruyere. De haber tenido barba, habría marcado tendencia. Tras reponer
fuerzas con la comida, se marchó de la taberna rumbo al castillo.
Cuando llegó a los alrededores, se encontró con una
docena de magos haciendo cola ante la puerta. Teniendo en cuenta que tampoco
tenían barba, debían de ser magos recién licenciados como él. Para su sorpresa,
también había allí varios vendedores apostados en tenderetes. Uno de ellos ofrecía
a buen precio una extraordinaria variedad de cascos hechos con caparazones de
tortuga. Otro mostraba orgulloso una gran colección de barbas postizas,
argumentando que un mago sin barba era tan útil como un pirómano apagando
incendios. El último vendedor ofrecía…bueno, mejor dicho, tomaba medidas…para
preparar ataúdes.
Windor se colocó en la fila, y sintió una punzada de
pánico cuando del interior del castillo apareció un mozo llevando a un mago
sobre una carretilla. Lo preocupante era el enorme vendaje lleno de sangre que
llevaba el mago en su cabeza, que maldecía su suerte por haber acudido allí. El
remate vino cuando el vendedor de ataúdes se acercó para tomarle medidas al
mago de la carretilla, por si acaso estiraba la pata.
Esa imagen tuvo un peculiar efecto en los demás
magos de la fila; algunos se acercaron corriendo al tenderete de los cascos, y
otros optaron por irse. Windor, observando detenidamente algo que los demás no
habían visto, se dirigió hacia el vendedor de las barbas postizas. La razón era
sencilla: el mago de la carretilla tampoco tenía barba. Quizás con ella las
posibilidades de éxito fueran mayores.
Tras pagar por el producto y ponérselo siguiendo las
instrucciones del vendedor, Windor regresó a la cola, donde sólo quedaban los
magos que habían escogido comprarse el casco de tortuga. Ya sólo quedaba
esperar su turno.
¿A quién se le ocurre intentar llegar a Trascania sin contratar al agente gnomo un seguro para daños náuticos? Aunque más insensato fue pedir ayuda al bueno de Windor, je, je, je.
ResponderEliminarBueno, compañero. Tendremos que esperar para saber si Windor consigue o no el puesto de consejero. Un saludo.
El capitán no estuvo muy acertado en ninguna de esas dos decisiones jaja. Seguro que en cuanto regrese a casa intenta buscar a ese gnomo, si es que lo encuentra, porque por suerte no volverá a encontrarse con Windor...por una temporada.
EliminarEn la próxima historia se resolverá esa incógnita, es un placer saber que te está gustando esta saga y te quedas con ganas de más. ¡Otro saludo Bruno!
Muy bueno!! Me ha gustado mucho, sobretodo la pinta de mangarrán desastroso que tiene el mago, no sé, quizá me he sentido identificado...
ResponderEliminarUn saludo!!
¡Gracias Artza! La verdad es que el aspecto de Windor es tan desastroso como su dominio de la magia, así que imagina el personaje que es jaja. Bueno, mientras al sentirte identificado compartas esa incansable fuerza de voluntad que al final le hace seguir adelante, no es un mal objeto de comparación :)
Eliminar¡Otro saludo!
¿Quién dice que las barbas no están de moda? Yo creo que le depara un buen futuro a nuestro inepto mago jaja
ResponderEliminarUna observación muy acertada Kéllyta, las barbas no dejan de estar de moda, y Windor espera que esa barba postiza le ayude más adelante :)
EliminarAh, qué encantador es leerte lo de "nuestro inepto mago", es muy agradable sentir que el cariño hacia el personaje haya logrado ese punto de empatía. ¡Un saludo!
¡Hola, JC! Quería pedirte permiso para nombrar a nuestro tan querido mago en un pequeño relato que estoy escribiendo. Solo sería una mención y, obviamente, te daré el crédito por el personaje. Pero me hace mucha ilusión incluirlo. Espero tu respuesta.
Eliminar¡Hola Kéllyta! Disculpa el retraso en responder. Me siento muy halagado de saber que Windor te haya gustado tanto como para mencionarlo en uno de tus relatos. Así que...¡claro que sí puedes mencionarlo!
EliminarEso sí, no se te olvide avisarme en cuanto publiques el texto para leerte :) ¡Un abrazo!
¡Perfecto, muchas gracias!
Eliminar¡No hay de qué!
EliminarYa publiqué, cuando desees puedes pasarte por acá http://girlwithfairytattoo.blogspot.com/2016/04/la-profecia-de-la-rosa.html
EliminarGracias por el aviso, lo leeré y te comentaré mis impresiones allí en tu blog, un saludo compañera.
EliminarAyyyyyy qué intrigada me quedo!!!!!!1 ¿Será suficiente la barba?¿El mago herido es un señuelo preparado por el vendedor de cascos o está herido de verdad?
ResponderEliminarPobrecito Windor, incendia el barco y tiene doble ración de mareo.
Estoy deseando leer la siguiente entrega.
Muy feliz domingo!!!!!!
La barba no le vendrá nada mal, eso te lo aseguro, pues el rey es todo un personaje y sus criterios selectivos son de lo más...peculiares e inesperados.
EliminarSobre el mago herido, es real jeje, lo introduje para resaltar parte del anuncio de trabajo, que decía la necesidad de tener una cabeza dura para soportar golpes jaja. Para una vez que Windor hace una magia poderosa, y no le trae más que desgracias.
Será un placer avisarte para la próxima entrega. ¡Feliz domingo!
En la escena en la que Windor hace aparecer un dragón de fuego, nos muestras que se trata de un mago al que, por el momento, no le salen las cosas tal y como desea, pero que alberga un gran poder. El buen humor de los capítulos no decae, ni el interés generado en las aventuras y desventuras de este gran personaje, digno de inolvidables viñetas a todo color, gozo de mentes soñadoras. Puro entretenimiento, trama festiva a la par que efectiva. Continuaré disfrutando de cada uno de los pasos de éste, nuestro amigo, Windor el mago.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compañero!
Pues sí, Windor ha logrado con su constante empeño aprovechar bien su etapa en la universidad mágica, y poco a poco logra hacer magia, aunque siga sin controlarla o no sea la que él desea en concreto.
EliminarCreo que gran parte del encanto que ha logrado tanta empatía de la gente con Windor, es su carácter luchador y las situaciones cómicas que le suceden. Y lo cierto es que es un reto muy placentero imaginar nuevas cosas que le acontezcan.
Has dado en el clavo con las viñetas, poco a poco me lo imagino como un personaje de cómic, de los que nos hace desconectar de todo lo malo para reír sin parar. Será un placer seguir contando contigo Compañero. ¡Un abrazo enorme!
Tiene razón Edgar: un cuento al más puro estilo visual y colorista, digno de un gran cómic, con barcos de vela, monstruos marinos, dragones de fuego, castillos y reinos fantásticos… Lleno de aventuras, sentido del humor e ironía. Ese principio con el pulpo, a lo Julio Verne, me ha encantado, y la solución con el desastroso hechizo y sus consecuencias más todavía. Lo que más gracia me ha hecho es el nombre de posada y su reclamo, así como lo de los vendedores ambulantes, que siempre están en el momento oportuno y en el sitio justo, je, je (como la vida misma). Al final se ve en el pobre Windor un atisbo de perspicacia que esperemos le dé resultado, aunque habrá que esperar al próximo capítulo. Estás llevando muy bien esta historia José Carlos, y has convertido al mago en un personaje simpático y entrañable que quizás no sea tan inepto como parece, je, je
ResponderEliminarUn abrazo compañero
Al final entre Edgar y tú me vais a sacar los colores eh Isidoro, ya me empiezo a imaginar a Windor como personaje de un cómic y es una idea encantadora ahora que ando haciendo mis pinitos en ese sector jeje. Una de las ventajas de la fantasía es la gran cantidad de elementos, situaciones y seres que pueden tener cabida aquí. Lo cierto es que cada vez que me pongo a narrar las peripecias de este inepto mago, aprovecho para soltar todo el humor y las ironías que se me vienen a la mente, y ya de paso le sigo metiendo en dificultades de las que sale...bueno, a su manera como puedes ver.
EliminarEn este caso me apetecía bastante darle un toque de aventuras marinas al inicio del capítulo, rememorando esa época dorada del cine donde se hacían películas de este tipo, incluyendo la mítica de Julio Verne como bien has señalado. Así que es genial leerte que te haya gustado tanto esa parte inicial de la historia, con ese incendio indeseado jaja. Por otra parte, esa posada me permitió reafirmar el carácter humorístico y sarcástico que viene teniendo esta serie de relatos, y los vendedores confirman eso mismo que mencionas tal como es, siempre en el lugar y momento oportuno. El próximo capítulo traerá al fin al rey, un personaje de cuidado.
Gracias por esas buenas palabras sobre la evolución de la historia. Quien sabe, quizás nos sorprenda el mago a todos jaja. ¡Otro abrazo!
Saludos Julio David, nunca está de más ser precavido, aunque te aseguro que Windor tiene poca maldad en su interior, y no es de esas personas que se vaya a corromper una vez que su poder siga creciendo :) Lo que está claro es que las cosas le seguirán saliendo del mismo modo hasta que algún día acierte con la tecla adecuada jeje.
ResponderEliminarPronto podréis ver las consecuencias de esa barba, me ha parecido muy buena tu comparación con Sansón, has estado muy fino ahí compañero. ¡Otro saludo!
Ha de ser complicado eso de ser mago y revertir los embrujos...me ha hecho sonreír este mago poco diestro. Se intuye que no va a ser fácil...jajaja
ResponderEliminarPues sí, imagina tener un trabajo donde haces las cosas del modo contrario al que debieras y todo acabara descontrolándose jaja. Es agradable saber que la historia ha cumplido su cometido si te ha sacado al menos una sonrisa :) No será fácil, pero ya has visto que la insistencia y el optimismo son señas de identidad de Windor. ¡Un saludo compañera!
Eliminar¡Genial! Muy buena narración. Muy fresca. Tengo que empezar desde el inicio.
ResponderEliminarHola y bienvenido a la burbuja Miguel Ángel, gracias por tus palabras, me alegra ver que mis intentos por darle un toque distintivo a la historia son efectivos :) Espero te gusten las anteriores entradas de Windor. ¡Un saludo!
EliminarComo presidenta de las Windorlover exijo más cuidado por parte del autor ¿cómo va a mandar a nuestro Windor en un barco sin seguro nautico vendido por un gnomo? Jajajajaja. Qué buen capitulo JC, muy ágil de leer y humorístico, nos dejas con ganas de más aventuras de nuestro querido mago que demuestra gran poder interior a pesar que aún no sabe manejarlo. Esperamos tus siguientes entregas. Beso desde la 707!
ResponderEliminarQué grande Windor, si hasta tiene club de fans ya, cuando se lo cuente no se lo va a creer, con lo torpe que es y lo hortera que viste jaja. Si es que...a quien se le ocurre rechazar el aseguramiento del barco ofrecido por el gnomo jeje.
EliminarMe alegra mucho saber por tu comentario que has disfrutado con el capítulo y ha logrado su fin de sacar unas risas :) Sin duda tiene un poder que crece desde su etapa universitaria, quien sabe si algún día lo controlará. Será un placer seguir contando contigo como lectora :) ¡Otro beso desde la 221!
Que grande eres Carlos, nos haces el deleite con este personaje, nos haces reír a carcajada, si no fuera por la hora y en mi casa está mi marido y los vecinos durmiendo, soltaría la carcajada a gritos. La aventura en el barco ,que por cierto para una vez que le sale el truco , casi quema el barco. Encontrar una alojamiento que se llama el inepto todo un punto. Vamos que ahora con barba encontrará el trabajo , será el apropiado para él. -estará preparado para recibir mamporros. Estoy a la espera del siguiente capítulo y esta vez no tardaré tanto. Un abrazo
ResponderEliminarHola Maria del Carmen, muchas gracias de nuevo, has hecho doblete leyéndote éste y el anterior jeje. No te oculto que Windor se está convirtiendo en un divertido pretexto para sacar mi vena más humorística en los relatos. En cuanto le saco de un aprieto ya estoy pensando en el siguiente fregado donde se meterá jaja.
EliminarAsí que me alegra mucho saber que de haberte leído el texto en una hora más diurna, te habrías reído a lo grande jeje. Poco a poco hace magia, no la deseada, pero va por buen camino. Para que veas, a pesar del nombre del lugar va y entra :)
En breve habrá un nuevo capítulo, será lo siguiente que publique tras mi nueva entrada. ¡Otro abrazo!
Jajajajajaja! xD Me he partido de la risa con el bueno de Windor: hombre, pero qué mago de lo mas torpe! Jajajajaa Espero que tenga mejor suerte en sus próximas aventuras!Saludos! :p
ResponderEliminarHola y bienvenido Alexander, es un placer haber logrado el efecto cómico y divertido que quería darle al texto jeje. La verdad es que Windor es tan torpe como voluntarioso, pero siempre intenta las cosas. Creo que eso es lo que está logrando que la gente sienta simpatía por él, el hecho de que nunca se deje tumbar por mal que le salgan las cosas.
EliminarPróximamente sabrás cómo continua su historia, mientras hay dos textos anteriores a este por si quieres ponerte al día. ¡Un saludo!