7 de enero de 2022

Reseña de Spirou y Fantasio: Integral 7 (1959-1960). La irrupción de Zorglub, quien sería uno de los grandes villanos de este universo

Sed bienvenid@s una vez más a esta sección de la Burbuja. Desde hace ya bastante tiempo, como podéis comprobar buscando en el listado de mis reseñas de cómic, vengo leyendo historias ambientadas en el universo de Spirou y Fantasio, siendo una de las últimas "Spirou y los Soviets". Pero no empecé propiamente con este dúo, sino a través de colecciones centradas en el Marsupilami o Champignac, personajes que nacieron en esa serie principal. Pero como poco a poco voy ampliando mi campo de lectura, estoy aquí para contaros qué me ha parecido "Spirou y Fantasio: Integral 7 (1959-1960)" de Dibbuks. 


Publicado en 2008 por la editorial Dupuis, y en 2021 en España por Dibbuks, este integral es el séptimo de la colección dedicada a recopilar cronológicamente las aventuras de Spirou y Fantasio. Os puede resultar extraño que, sin haber reseñado previamente los seis tomos anteriores, haya optado por comenzar mi análisis de la colección en un número tan avanzado. Ello obedece a dos razones, siendo una de ellas el puro azar, pues es el título que llegó a mis manos. Pero otra de las explicaciones le otorga a esta lectura un componente de sumo interés, ya que se da la casualidad de que es en dos de las tres aventuras recopiladas aquí, donde quedan inmortalizadas las primeras apariciones de Zorglub, uno de los míticos villanos del universo Spirou. 


Hace no mucho, tuve el placer de leer un par de álbumes de la colección moderna de Zorglub, ambos realizados por José Luis Munuera (que ya ha participado en el universo de Spirou en otras ocasiones, como por ejemplo en la obra reseñada aquí "Marsupilami: Historias cortas por...") como artista completo, y me encantaron. En esas historias, y sin saber mucho del personaje, me encontré con las peripecias de un científico megalómano y un tanto desastroso mientras ejerce de padre de una joven adolescente. Y claro, ese buen acercamiento a Zorglub me dejó como consecuencia ganas de leer más historias donde apareciese, razón por la que suponía un enorme caramelo la oportunidad de verle en sus primeras apariciones. Y eso es lo que hace especial este tomo, ver cómo André Franquin (1924-1997) y Michel Régnier (1931-1999), alias "Greg", colaboradores asiduos durante muchos años, introdujeron en la colección de Spirou a un personaje tan carismático y cuya trascendencia e interés ha perdurado con el paso de las décadas. 

¿Qué autores han participado en este tomo? Como artista completo desarrollando todas las facetas, está el ya mencionado André Franquin (creador de personajes míticos como el Marsupilami o Gaston Lagaffe, cuyas primeras apariciones tuvieron lugar en la revista "Spirou"), que ejerce de guionista y dibujante. También con los guiones está Greg (conocido por ser artista completo en "Aquiles Talón", o escritor en "Colby"). Y de las tintas se ocupa Jean de Mesmaeker (1935-2017) , cuyo alias es "Jidéhem" (como ilustrador ha participado en "Natacha" o "Una aventura de Sofía y Starter"). Huelga decirlo, pero todos ellos son autores que han trabajado en el universo de Spirou y Fantasio, siendo notoria la presencia del dúo Franquin-Greg aquí en el blog, a raíz de mis reseñas de la serie del Marsupilami. La traducción al castellano de la obra es de Fabián Rodríguez Piastri. 

¿Qué historias nos encontraremos aquí? Comparto la sinopsis editorial de este integral que recopila tres historias:

"La Guerra Fría es el contexto histórico en el que surgió Zorglub. 

Catalizador de todos los temores de su tiempo, aplasta a todos los otros “malos” introducidos en el universo de Spirou. 

Zorglub es malo, megalómano, muy paranoico, y tan torpe en la venganza como en lo creativo. 

Su Zorglangue, sus dispositivos futuristas y sus inventos demoníacos conducirán a algunas de las páginas más divertidas y míticas de las aventuras de Spirou."

Como ya indicaba antes, este tomo recopila tres historias de Spirou y Fantasio, siendo la primera, "La llamada del miedo" de 1959, la más breve de todas. En esta narración, la única donde no aparece la figura de Zorglub, el villano, por así decirlo, es el Conde de Champignac, pues uno de sus experimentos podría desatar funestas consecuencias sobre la población de Champignac. Y claro, Spirou y Fantasio tendrán que ir lo más rápido posible en auxilio de su amigo. No les faltará la compañía de Spip, la mascota de Spirou, y del siempre juguetón marsupilami. A pesar de la brevedad de la historia, la trama me ha parecido interesante, por ser una de las escasas veces en las que algo pergeñado por el conde causa peligro a su alrededor, ya que sus inventos generalmente no son dañinos para nadie.

A continuación, viene "Z de Zorglub" de 1960, la primera historia extensa de este tomo, en la cual hará su primera aparición el villano Zorglub. Poco a poco, irán teniendo lugar distintos sucesos que afectarán principalmente a Spirou y Fantasio, aunque la meta será que Champignac pueda prestar toda su atención a esto. ¿La razón? Pues la entrada en escena del villano Zorglub, un científico megalómano y un tanto torpe, que conoció a Champignac muchos años atrás. Zorglub quiere que Champignac sea su aliado para un ambicioso plan, y, ante las continuas negativas del conde, poco a poco el lector puede ver distintas demostraciones del poder que posee el malvado científico. Se introducen conceptos de lo más ingeniosos como la "zorglengua", cuya peculiaridad es que las palabras en una frase se leen con el mismo orden en que aparecen, pero las letras deben leerse de derecha a izquierda. Así pues... "Aviv Bulgroz" es "Viva Zorglub", frase que dirán a menudo los "zorghombres", personas que han sido sometidas a cierto tratamiento que anula su voluntad, y les obliga a servir al villano. Ante esta situación... ¡los protagonistas deberán darlo todo para acabar con este nuevo enemigo!


Por último, y también del año 1960, está "La sombra de Z", última historia del tomo, que entronca directamente con la anterior, pues, a pesar del modo en que los protagonistas lograron derrotar a Zorglub anteriormente, ello no quiere decir que se haya eliminado por completo todo vestigio del mal que hizo este villano. Será a su retorno a Champignac, cuando los personajes se den cuenta de que algo no va bien, pues, con Zorglub fuera de juego, alguien ha dejado paralizada a casi toda la población de Champignac. Por si esto no fuera poco, Zorglub reaparecerá y volverá a poner en jaque al grupo protagonista. Para plantar cara por segunda vez a este peligroso enemigo, el devenir de las cosas les llevará a Palombia, el país del que es autóctono el marsupilami, y donde la población parece enloquecida. Ante una nueva situación que necesita ser resuelta, Spirou, Fantasio, Champignac y Spip y el marsupilami, tendrán que volver a hacer todo lo posible para evitar que el mal triunfe. 

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? Respecto de los guiones de Franquin y Greg, el resultado me ha dejado bastante satisfecho, pues las tres historias contenidas en este tomo, no solamente son entretenidas, sino que la aparición de Zorglub en este universo me resulta de lo más interesante. Hay que tener en cuenta que todo esto se publicó a finales de los 50 y principios de los 60, por lo que muchas de las cosas que hacen tan carismático a Zorglub, no estaban tan vistas por aquella época como sí sucede a día de hoy. Uno de los elementos característicos del villano, son sus creaciones, como modernas naves aéreas que le permiten ir de un lugar a otro, y que resultaban bastante ingeniosas en esa época, cuando el mundo del cine todavía no había conocido el boom de las epopeyas espaciales. Esto, sumado a otros aciertos de los guiones, como el permanente uso de gags cómicos y situaciones que generan risas, y teniendo en cuenta la agradable lectura que me ha supuesto el tomo, hace que valore muy positivamente el trabajo de Franquin y Greg. 

Respecto al dibujo de Franquin y las tintas de Jidéhem, puedo anticiparos que el apartado gráfico también me ha dejado bastante contento. Es cierto que el estilo de ilustración era el que se podía ver en muchas otras publicaciones de la época en el mercado franco-belga, y a día de hoy es bastante clásico, pero vuelvo a insistir en que en estos casos, hay que tener una valoración donde se recuerde en qué época y contexto se publicó algo. Franquin ya era todo un profesional consagrado en el campo de las viñetas, con muy buena mano para los gags cómicos visuales, y eso se puede comprobar en la lectura de este tomo, que desprende esa energía creativa del autor. Su trazo, con sus defectos y virtudes, es uno de los que rápidamente se asocia al cómic europeo, y he disfrutado de ello. 

Respecto del color, también es el clásico que uno se encuentra en este tipo de obras, por lo que no tengo nada que objetar, ya que cumple bien su función de complementar el trazo del artista.

¿Merece la pena el cómic? Me ha dejado buen poso, así que, en lo que a mí respecta, SÍ. Es una obra que puede disfrutar una persona lectora del cómic franco-belga clásico, y que seguramente saboree bien quien sea fan del mundo de Spirou y Fantasio. El que estén contenidas aquí las primeras apariciones de Zorglub, uno de los mejores villanos de este universo ficticio, me parece razón suficiente para que tengáis este cómic en vuestras colecciones. Los tres autores que hicieron estas historias ya no están vivos, pero por suerte su legado siempre quedará inmortalizado a través de estas páginas, y podréis disfrutarlas en cualquier momento. Y si le dais una oportunidad y Zorglub se gana un hueco en vuestros corazones, os recomiendo su serie moderna hecha por José Luis Munuera, pues es muy divertida. 

Respecto del formato en que Dibbuks ha publicado este cómic, es en cartoné, y la edición contiene muchos artículos interesantes que permiten conocer mejor a los autores y su forma de trabajo, pero también el contexto en que se hicieron estas historias, y qué cosas influyeron en su concepción. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías, podéis hacerlo aquí. ¡Hasta la próxima!

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