22 de febrero de 2022

Reseña de Bot 9. Una entrañable historia en la que un pez verá el mundo a su alrededor de otra manera

¡Saludos desde el fondo del mar! Es curioso cómo, partiendo de una sencilla premisa, una obra puede romperle los esquemas a uno. Me acerqué a la lectura objeto de reseña porque me generó muy buenas sensaciones ver la información que facilitaba la editorial en su web, y porque además el apartado visual me gustó. Y hoy me tenéis aquí para contaros qué me ha parecido "Bot 9" de Nuevo Nueve. 


Esta obra, que ha editado Nuevo Nueve a través de un acuerdo con su creador, Derek Laufman, es muda, pues apenas hay ningún texto a leer en la historia excepto algunas onomatopeyas. No es el primer cómic de este tipo que analizo en la web, pues en su día hablé de "Baboon!", historia de artes marciales ambientada en la selva. El que estemos ante un producto con esta peculiaridad obedece al hecho de que el personaje protagonista es un pez, y por lo tanto se intenta reforzar esa circunstancia mediante la ausencia de palabras que dicho pez pueda oír, y a las que atribuir algún significado. También quisiera decir que, sobre el aspecto visual, una de las cosas que me hizo apostar por ella fue el hecho de que, al ver una de las imágenes (concretamente la de la contraportada), me hizo recordar inmediatamente una aventura gráfica de pc llamada "Deponia", a la que le tengo cariño. Lógicamente no esperaba encontrarme aquí ninguna conexión con ese juego más allá de cierta semejanza visual, pero el resultado curiosamente ha sido el mismo, pues le he cogido cariño a este cómic tras su lectura.


Aunque la idea de ver a un pez haciendo un viaje por el fondo del mar no es nueva, porque a fin de cuentas es su hábitat natural, sí que me ha parecido interesante el hecho de que, en este caso, el elemento diferenciador sea la presencia de un robot. Concretamente, uno en cuyo interior viajará el pez a lo largo de las páginas de esta obra. Será así el modo en que el personaje vea y sienta todo de otra manera, provocando que el propio lector pueda tener la curiosidad (al menos en mi caso así ha sido), de conocer qué ha pasado en ese mundo, y ver qué le deparará esta aventura a ese simpático animal acuático. A tal fin, este tipo de obras requiere que uno asuma un papel muy activo en la lectura, para ir asimilando y descifrando lo que esconde cada imagen y entender lo que sucede, y no será hasta el final cuando se conozca realmente qué historia nos quería contar el autor. 

¿Qué autor hay al frente de esta obra? Desempeñando el rol de artista completo, se encuentra Derek Laufman (autor de obras como "The witch of Wickerson" o "Ruinworld"). 

¿Qué historia nos encontraremos aquí? Es el momento de compartir la sinopsis editorial: 

"En lo alto de una gran torre vive en soledad un viejo ingeniero con una sola pierna que construye robots en su taller. 

Como ya no puede hacer el traicionero descenso por las escaleras hasta la base de su torre, recurre a un ingenioso sistema mecánico a base de poleas y cubos para poder pescar en el mar.

Este sistema es su conexión con el resto del mundo y por él le llega el correo y los demás suministros. Se pasa los días en su taller y es feliz viviendo solo. 

Es un mundo que ha sufrido mucho. El paisaje se ha visto alterado por la contaminación, la pesca excesiva y las grandes inundaciones.

Pero la gente y los animales se las arreglan para salir adelante pese las adversidades. Historia de un pez que se encuentra a sí mismo en un sorprendente viaje como cabeza de un robot."

Como podéis ver, esta sinopsis es bastante extensa, facilitando un poco la interpretación de lo que os vais a encontrar a lo largo de esta obra. Las primeras páginas nos muestran al pez protagonista, el cual, mientras nada en un banco junto a otros iguales a él, sufrirá el ataque de un enorme y aterrador pez gigante (un vistazo a su diseño refleja que ha habido una buena dosis de contaminación en el entorno). Nuestro acuático protagonista intentará huir desesperadamente de este gran depredador, y, en medio de esa persecución, terminará introduciéndose en un cubo que estaba flotando en el agua como si fuera un enorme anzuelo metálico.

Mientras el pez sigue en el cubo, éste comenzará a salir del agua, ya que el dueño del mismo ha iniciado su recuperación. Será así el modo en que veamos a un viejo ingeniero con una sola pierna, y que vive en una torre sobre el mar. Este hombre recogerá al pez y lo meterá en una pecera, y encontrará dentro del cubo algo más, una pieza que necesitaba para terminar de ensamblar un robot en el que ha estado trabajando. Una vez que termine de prepararlo y consiga ponerlo en marcha, meterá al pez dentro del casco del mismo, y así se iniciará la gran aventura del pequeño protagonista de esta obra. 


El anciano verá cómo su robot, que lleva un número 9 en la carcasa, se marcha del taller, y empieza a descender de la alta torre. Esto nos permitirá ver varias cosas: que en el camino hacia tierra firme hay varios peligros que el ingeniero no podría sortear por su invalidez, y que este robot no es el primero que ha construido. El pez (y nosotros los lectores), podremos ver repartidos en diferentes partes otros modelos robóticos que terminaron formando parte del paisaje, y que deja bien claro que ese hombre ya ha intentado varias veces realizar algo. Lo que no se sabe, y no se desvelará hasta el final, es qué objetivo tiene. Por lo demás, una vez que el robot llegue abajo del todo, se introducirá en el agua que rodea la zona, e iniciará un gran viaje por las ruinas de lo que antaño fue una zona civilizada, desvelando muchos más detalles sobre el mundo que rodea al pez, y en el que se ambienta esta historia. 

¿Qué valoración merece el trabajo del autor? Antes de leer este cómic, no tenía ni idea de quién era Laufman, ni conocía su trayectoria. Como guionista, aquí nos cuenta el viaje que realiza el pez protagonista, al mismo tiempo que nos incita (por la ausencia de textos explicativos) a ser nosotros quienes vayamos dándole un significado a lo que vemos, traduciendo en palabras e ideas lo que él nos muestra a través de las imágenes. Considero que en una obra muda, gran parte del mérito en el guion radica en el hecho de narrar una historia que despierte el suficiente interés en el lector como para querer participar y estimular su imaginación y comprensión. En ese sentido, he disfrutado de lo que Laufman ha propuesto, y su historia, que en su esencia es simple y muy humana, me ha resultado bastante entrañable, razón por la que quiero seguirle la pista a este autor en el futuro, para ver de qué más cosas es capaz como narrador. 

En cuanto al apartado gráfico, fue una de las razones que en su día me despertaron interés por leer esta obra. Estamos ante un autor de trazo marcadamente cartoon, que no necesita de un estilo ultra detallado para conseguir que los personajes sean expresivos. Laufman se desenvuelve bien en diferentes tipos de escenas, tanto aquellas que requieren más dinamismo por ser más cinéticas, como en las que simplemente pretenden dejarnos ver toda aquella información visual que hay que asimilar. Este tipo de ilustración me parece muy atrayente para un público infantil al que uno quiera iniciar o seguir acostumbrando a la lectura de cómic, pero también puede hacer que un adulto disfrute bastante del estilo artístico de Laufman. 

Sobre el color, aplicado por el propio autor, no encuentro nada que objetar, pues en un caso como éste con un trazo tan cartoon, las tonalidades más intensas y dispares en la escala visual las veo adecuadas. 

¿Merece la pena el cómic? Baste decir que, sin ser perfecta, OJALÁ SE HICIERAN MÁS OBRAS ASÍ. Es curioso que recomiende una obra donde un pez viaja en el interior de una burbuja de cristal, teniendo en cuenta que en mi blog figura la palabra burbuja, pero es que esta lectura me ha encantado. Es de ese tipo de cómics que deberían leer las madres y padres con sus peques, y, dependiendo de la edad del niño o niña en cuestión, ellos mismos a solas, para fomentar su imaginación y la comprensión visual. Sea cual sea la franja de edad que aborde una lectura como ésta, le sacará su propia interpretación, y es lo bonito de estas cosas, que una misma historia nos pueda dejar tantas maneras de disfrutarla. Personalmente he disfrutado mucho de esta obra tan entrañable, y no puedo hacer otra cosa que recomendarla. Es auto-conclusiva, y requiere la participación del lector para entenderla y saborearla, así que... ¿a qué esperáis?

Respecto de la edición, es en cartoné, uno de los formatos estrella de Nuevo Nueve, y como extras viene un texto del autor, donde explica la influencia del Estudio Ghibli en el germen de esta obra, y además nos cuenta detalles de la trama. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías, podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra!

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