11 de marzo de 2023

Reseña de Gadiro: El embajador de la Atlántida. Una serie para conocer de otra manera aquella civilización que desapareció

Un saludo desde la Atlántica, que, en el momento de escribiros estas líneas, sigue muy viva y a flote, al menos en las viñetas. Mi objetivo en esta ocasión es analizar una serie de cómic llamada "Gadiro: El embajador de la Atlántida", publicada por Serendipia Editorial. 

El primer álbum apareció allá por el 2021. He de admitir que, por la gran cantidad de títulos que se publican mensualmente en España por las distintas editoriales nacionales, esta obra pasó desapercibida para mí en su momento. Y no fue hasta hace unos meses, cuando supe que mi amigo y compañero artístico Adrián Manuel García (co-creador junto a mí del cómic "Un disparo en el desierto") iba a participar en el segundo álbum de la serie, cuando pude empezar a ubicarla en el mapa. Así pues, aquí iré compartiendo el análisis de los números que vayan saliendo.



La primera cosa que queda clara con este álbum introductorio de la serie, es que la Atlántida existe y está más viva que nunca. Ahora bien, lejos de ser únicamente un continente avanzado en muchos aspectos, es un polvorín, como lo confirma el hecho de que dentro de los distintos reinos que la conforman, sean unos cuantos los que desean conquistar y dominar a los demás. 

La sinopsis del tomo avanza lo siguiente: 

"La Atlántida no era pacífica… Sus diez reinos luchaban encarnizadamente por el poder.

La Isla-Continente de la Atlántida en su apogeo, antes del hundimiento se extiende desde Madeira a las Islas cercanas a México, y está dividida en 10 Reinos, inmersos en una constante lucha de poderes… 

Sólo uno de estos Reinos responde a la clásica idea de una sociedad avanzada en Arquitectura, Astronomía y Ciencia: el reino de Atlantia. 

Los otros son salvajes y crueles, o ladinos, traicioneros y conspiradores.

Gadiro y sus compañeros viven en este próspero y avanzado territorio. Pronto se enfrentarán a la invasión del reino del Norte, Bóreas."


Aunque la descripción os haga pensar que en Atlantia todo es vino y rosas, está muy lejos de ser así. La causa es que el heredero al trono, Atlas, odia a su hermano gemelo Gadiro, el cual nació antes que él, pero no tiene interés alguno en reinar. No obstante, eso trae sin cuidado a Atlas, el cual estará peleando con su hermano al comienzo del cómic. Lo único malo para ellos es que, mientras se encuentran peleando duramente por defender su honor, está teniendo lugar una invasión de Atlantia llevada a cabo por el rey de Bóreas. Éste, ayudado por un poderoso druida, capitanea un ejército invisible que va avanzando peligrosamente hasta Athlán, el corazón del reino que quieren conquistar.

Así que este primer número, además de servir para presentar a los distintos personajes principales de la obra, muestra desde muy pronto cómo está el panorama tanto en la propia Atlantia, como en la Atlántida. Ahora bien, habrá ocasión para que, a través de algunas pequeñas pinceladas, se pueda saber más tanto de otros reinos del continente y su idiosincrasia, así como para ver que los dioses existen, y son bastante peculiares tanto en su aspecto, como en su forma de dejar que los humanos sufran situaciones de todo tipo, por más injustas o dolorosas que sean. Así pues, Gadiro deberá hacer frente tanto a una amenaza dentro de su propia familia, como a otra que pretende cambiar por completo las cosas en Atlantia. ¿Logrará descubrir la invasión a tiempo, o será víctima de un ataque perfectamente ejecutado?

¿Qué valoración merecen los autores? El guionista es Manuel Veiga (conocido por "Astriz & Audaz" o por participar en la revista "Trueno"). Veiga hace un buen trabajo planteando todo lo referente a la Atlántida, sus reinos, y los entresijos de Atlantia, así como caracterizando un poco al plantel de personajes principales sobre los cuales girará el grueso de la trama. El ritmo narrativo del cómic es acertado y en ocasiones bastante ameno, aunque en algún caso he visto fallos en la contemporización (como la escena del ejército invisible avanzando en un puente, y que los personajes hablen tranquilamente entre ellos cuando cada segundo es vital para avisar de la invasión). Por lo demás, me gusta este primer álbum, pues pasan unas cuantas cosas importantes a pesar de la extensión de la obra, y se lee de un tirón, así que Veiga hace un buen trabajo.

Como ilustrador está Fabiano Neves (ha participado en "Constantine" o "Red Sonja"), y realiza un notable trabajo. Aunque tiene un buen diseño de personajes y escenarios, donde más brilla Neves en este tomo, es en las diferentes escenas de lucha que hay, estando bien coreografiadas a pesar de que salgan muchos personajes. El trazo de Neves es limpio, enérgico y atractivo a la vista, por lo que desde las primeras viñetas me gustó, y, aunque el artista no seguirá en el segundo álbum de la colección (de éste se ocupará Adrián como decía al inicio), sin duda ha dejado una buena huella, que no es poco.

Sobre el color no viene información respecto a quién se ocupa de él, y aunque en estos casos quiere decir que suele hacerlo el mismo dibujante, por si acaso no diré quién lo hizo, basta mencionar que está bien aplicado sobre el dibujo de Neves y aporta cosas positivas al acabado visual del cómic. 

¿Merece la pena el cómic? Siendo el primer número de una serie, SE LEE CON FACILIDAD Y DEJA BUEN SABOR DE BOCA, razón por la que he disfrutado de lo que ofrece y os animo a darle una oportunidad. Vaya por delante que el cómic ni cuenta nada nuevo ni os cambiará la vida, pero está bien hecho y eso ya es buena carta de presentación, pues me deja con ganas de saber cómo continua la historia. La edición de Serendipia es de tapa dura y como contenido extra trae una fichas y diseños de los personajes, y un texto del guionista sobre la obra. 



Aunque el primer tomo me dejó con ganas de seguirle la pista a la serie, he de admitir que no la tenía como una prioridad. Más que nada porque entre escribir, leer libros y otros cómics, el tiempo no me da para más y debo ser selectivo. Sin embargo quería leer este segundo tomo por la presencia de mi amigo Adrián Manuel García como ilustrador, una vez que le toma el relevo a Fabiano Neves. 

La sinopsis del tomo nos avanza esto:

"Gadiro, junto a su prometida, Xail, una rehén perteneciente a los Aztecas Primitivos; su amigo Dhembo, un africano serer (de la zona de Senegambia); un muchacho egigcio llamado Naeem, aprendiz de Arquitecto, y un Druida expulsado de las tierras Celtas de la actual Francia, que lleva años en Atlantia, llamado Wythrin, se adentran en las hostiles tierras de Bóreas.

Les acompaña, como lugarteniente de la comitiva del Embajador, Sapphira, una espía de Atlas, el heredero de Atlantia, hermano de Gadiro, que busca su descrédito.

Nada más cruzar la frontera, comienzan las complicaciones. Como recibimiento, todo el grupo se ve atacado por centenares de serpientes dirigidas por los hijos del Rey Prokopios, pero esto, no más que el principio. Serán numerosas las trampas y consecutivos ataques que sufran con el fin de impedir que lleguen al castillo enemigo, donde, en caso de conseguirlo, se encontrarán a un rey que no está dispuesto a firmar ningún tratado de paz… ¡todo lo contrario!"


Lo más importante para empezar, es recordar que en el primer tomo toda la atención se la llevó el intento de invasión de Atlantia llevado a cabo por los ejércitos del rey boreano. Aunque lógicamente se comenzaban a perfilar personajes, información de otros reinos y se daba un poco de contexto del mundo en el que estaría ambientada esta serie, lo esencial es esa invasión. Gadiro y su grupo de amigos y aliados conseguirían derrotar a los invasores, provocando que estos tuviera que volver al reino de Bóreas con la pesadumbre de no haber logrado lo que querían. 

Pues bien, con Gadiro nombrado embajador de Atlantia, la primera misión que se le encomienda es precisamente la de enterrar el hacha de guerra con los boreanos. Eso implica que Gadiro desaparecerá un tiempo de la corte (su hermano Atlas no lo soporta y no quiere que sea un obstáculo para cuando pueda convertirse en rey), junto a sus aliados y un pequeño ejército que le acompañará durante su periplo. Entre esas filas hay una espía de Atlas que ejercerá de guardaespaldas de Gadiro. El viaje hacia Bóreas no estará exento de peligros, pero la gran confrontación para el grupo tendrá lugar una vez que lleguen a su destino y no tengan precisamente un recibimiento amable. ¿Cómo podría serlo si el rey de Bóreas sigue anhelando conquistar Atlantia y quiere acabar con sus enemigos? Por otra parte, en el reino de Azaes una princesa será sistemáticamente atacada en su alcoba, y nadie verá lo que sucede, por lo que ese hilo argumental se desarrollará en otro volumen con seguridad.

¿Qué valoración merecen los autores? El guionista es Manuel Veiga (conocido por "Astriz & Audaz" o por participar en la revista "Trueno"). Si en el anterior tomo hacía un buen trabajo comenzando a perfilar este universo creado por él y además metía la directa con la invasión de Atlantia, aquí he notado un pequeño bajón de nivel en calidad e intensidad. Da la sensación de que este tomo es simplemente una bisagra entre el primero y lo que venga en el tercero, y esa percepción la he tenido durante gran parte de la lectura porque hay poca profundidad. No es que sea un mal cómic, pues tiene generosas dosis de acción y se retrata bien el odio del rey boreano por sus enemigos, mostrando hasta dónde está dispuesto a llegar por lograr lo que quiere. Pero exceptuando eso y algún pasaje como el dedicado al pasado de Wythrin o el nacimiento de Gadiro, el resto de personajes se quedan sin seguir siendo desarrollados lo suficiente para sentir interés por ellos más allá de ser de los buenos. Sí, se tantea un poco el terreno con algunos de los secundarios, pero no demasiado. No obstante y al margen de mis observaciones, el cómic baja en calidad respecto al primero pero no es una mala obra, ya que entretiene y se lee de forma amena. 

En cuanto al trabajo de Adrián, como él y yo colaboramos en el pasado, ya sabía de lo que era capaz. Es cierto que me quedo con el dibujo de confección más artesanal que hacía cuando nos conocimos (que era espectacular), porque lo malo que le veo al digital es que termina pareciéndose demasiado al de otros artistas y se difumina el toque de cada uno. Pero esta forma de trabajo es la que predomina a día de hoy y hay que aceptarlo, y Adrián sigue demostrando que es un buen narrador visual. Por lo demás, el diseño de personajes es bueno, la expresividad de los mismos tiene un acertado trabajo detrás, y hay un laborioso nivel de detalle en las viñetas y la confección de escenarios. Las escenas de acción se encuentran igual de bien coreografiadas que en el primer tomo, por lo que se agradece que se mantenga la calidad en este aspecto. Como también me gustó el trabajo de Neves en el otro tomo, no puedo comparar y me quedo con la aportación positiva de cada uno a la serie. Por lo tanto me parece muy acertada la inclusión de Adrián en este tomo y para el siguiente. 

El color de Tiago Barsa está muy bien aplicado sobre los dibujos, y eso redunda en una correcta simbiosis de ambos aspectos para que la narración visual de la historia sea disfrutable.

¿Merece la pena el cómic? Sigue sin ser una serie que reinvente la rueda (tampoco creo que sea la intención), y aunque me gustó más el primero tomo, SE SIGUE DEJANDO LEER Y ENTRETIENE. Seguramente si llegáis aquí es porque os gustó el anterior número, por lo que casi que vais a encontrar más de lo mismo. La edición de Serendipia es de tapa dura y como contenido extra trae una fichas y diseños de los personajes. 

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