¡Saludos desde el frío espacio! De vez en cuando nos llegan obras donde la ciencia ficción, el espacio exterior, el terror, la tiranía y otros elementos se meten en una coctelera para ofrecernos algo diferente a lo habitual. Al menos, diferente para quienes no consumimos habitualmente obras del género. Es por ello que mi intención aquí es analizaros mis impresiones de la trilogía de "Negro horizonte" de Tengu Ediciones, en la medida en que la lea.
Esta historia, que será contada en tres álbumes, fue publicada originariamente a través de la editorial francesa Glénat, comenzando en el año 2023. En España la tenemos gracias a Tengu, que ya tiene experiencia más que sobrada en historias por partes, como podéis comprobar por ejemplo con mi reseña de la trilogía "Lord Gravestone" (también de Glénat). Y teniendo en cuenta el buen ojo de Tengu para las licencias y la calidad de sus ediciones... pues es un disfrute que sigan trayendo cosas golosas.
La historia que nos ocupa ha sido creada por el guionista Philippe Pelaez (en su historial figuran obras como "Hacen falta hombres" o "Maldito seas tú"), mientras que el dibujo y el color corren a cargo de Benjamín Blasco-Martínez (en el western ha trabajado en "Catamount" o "Go West Young Man"). Respecto de la edición española, traduce Fernando Ballesteros, y se ocupa de la maquetación Celia González Bandera. Pues bien, toca analizar los distintos tomos a continuación.
Lo primero que pensé al ver la portada del tomo, era que podía tratarse de una aventura espacial al estilo survival horror. Es evidente que ese gran diseño de lo que en la historia se conocerá como el Horizonte Negro del planeta Kepler contribuye a esa sensación. Aunque un vistazo a la sinopsis me hizo ver que había mucho más tras esa apariencia.
¿Qué historia nos encontramos aquí? La sinopsis dice lo siguiente:
"Philippe Pelaez y Benjamin Blasco-Martinez nos ofrecen una historia de ciencia ficción desconcertante y esotérica que mezcla sutilmente referencias bíblicas y científicas.
Primer volumen de una trilogía que pretende ser una alegoría de la tiranía, Noir Horizon pregunta al lector: ¿qué permite a un número limitado de individuos imponer su voluntad? ¿Cómo llega el hombre a someterse voluntariamente?
Con un fuerte enfoque cinematográfico, el dúo crea un álbum que se destaca, con una atmósfera incandescente y un fuerte alcance universal."
Aunque me extenderé un poco más en la parte relativa al análisis del dibujo, sí que estamos ante un cómic que, al margen de lo que os parezca por su historia, tiene un aspecto totalmente de película. Las primeras páginas son un indicio de ello, pues por un lado tenemos una especie de escena flashback sobre uno de los personajes protagonistas, pero seguidamente vamos al planeta Kepler, donde un enorme horizonte oscuro se traga todo lo que intenta penetrar en él. Sabremos que se han mandado desde hace tiempo sondas, drones y equipos humanos al otro lado de esa enorme pantalla negra que atraviesa el planeta, y que nada vuelve de allí ni permite saber qué hay al otro lado. Alguien tendrá la idea de que quizás, en el siguiente envío de humanos al matadero, deberían ser personas a las que nadie echará de menos. Será así como se reunirá un grupo de personas convictas, con la promesa de que sus vidas mejorarán si logran cumplir su nueva misión de adentrarse en el Horizonte Oscuro. ¿Qué les espera en Kepler? ¿Podrán entrar en la pantalla negra, o serán escupidos sus cuerpos desmembrados como tantas otras veces ha sucedido?
Empezando por la historia confeccionada por Pelaez, hay que decir que nos ofrece una trama en la que a priori podría parecer que tenemos un tipo de cómic, y luego estamos un poco ante una cebolla con muchas capas. Lo relativo al Horizonte Negro tiene ciertos momentos de survival horror al principio, aunque luego va deviniendo en otra cosa. El hecho de que sea un grupo de reclusos, a lo "Doce del patíbulo" o "Escuadrón Suicida" quienes forzosamente deban cumplir una misión peligrosa no es novedoso ni mucho menos. Ahora bien, el carácter de la trama para estos personajes (donde sí me flojea el casi nulo desarrollo de ellos salvo algunos flashbacks) estaría entre el terreno de la aventura, la exploración y la supervivencia, si bien va tornándose un poco por el sendero de la rebelión teniendo en cuenta la forma en que mucha gente malvive en el espacio, sujeta bajo una tiranía que podría ser derrocada. Y ahí el planeta Kepler, a pesar de su barrera oscura y los monstruos que hay al otro lado cuando les afecta la niebla, podría ser el lugar donde se refugien los desahuciados de la galaxia. Por lo demás, que la obra vaya a salir en tres álbumes asegura que, al margen de que luego sea mejor o peor la historia en conjunto, al menos no se estire innecesariamente. Este primer tomo, con buenas dosis de acción, monstruos y un poco de aventura y supervivencia, se lee fácilmente, tiene buen ritmo narrativo, y me ha gustado lo bastante para querer seguir la serie, que apunta a una especie de rebelión contra el tirano a corto plazo, al margen del papel que vuelva a jugar Kepler y lo que hay en él.
Respecto al trabajo de Blasco-Martínez, le da un acabado espectacular y cinematográfico a la obra. Tiene un alto nivel de detalle en las viñetas y entre otras cosas brilla en el diseño de escenarios, algunos de los cuales me han hecho pensar en películas famosas como "Dune" o "Blade Runner". Tratándose de una obra ambientada en el futuro... era indispensable lograr un resultado como el que ha conseguido el artista con sus lápices, con algunas páginas atmosféricas tan buenas como las iniciales en Kepler, o por ejemplo esta de una prisión donde está una de las protagonistas. El toque militarizado está bien conseguido a nivel visual, y las escenas de acción tienen un buen trabajo detrás. No encuentro demasiados defectos en el dibujo, lo que me hace valorar de forma sobresaliente el apartado gráfico, donde el color aplicado por el propio ilustrador le saca muchísimo partido a su trazo. Hay un marcado contraste de colores donde paradójicamente, en Kepler tenemos algunas de las páginas con más brillo e intensidad, en comparación con, por ejemplo, el tramo final y la ciudad donde está uno de los tiranos que domina a sus congéneres.
Sobre si merece la pena el cómic no es un misterio que me he llevado una grata impresión tras la lectura, y que será una espera larga hasta que llegue a España la siguiente entrega (tened en cuenta que, por si leéis esto en otra fecha, esta reseña está confeccionada a finales de octubre de 2024 y en Glénat hacía poco que había salido el segundo tomo). La edición de Tengu es en tapa dura y no contiene extras.
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