Este capítulo que vais a leer, forma parte de un proyecto común con bastantes personas, en el cual redactamos en grupo una novela negra con tintes sobrenaturales, llamada "La mansión Crow Mirror". ¿A qué viene esta explicación? Porque quizás os pille de sorpresa que publique una entrada y el relato lleve por título "Capítulo XIII". Para evitar confusiones de toda persona que no estuviera al tanto de este proyecto, es por lo que he procedido a aclararlo.
Clickando aquí podéis acceder a la novela desde el principio. La sinopsis de la misma es la siguiente:
"El detective en horas bajas Peter Mongabay recibe el
caso de investigar por parte de una misteriosa y bella dama, la desaparición de
su marido ocurrida en la mansión colonial Crow Mirror.
En principio parecerá algo ordinario, pero poco a
poco se dará cuenta que elementos misterios y fantásticos se entrelazan en su
investigación. Sucesos que aterrorizan y provocan el silencio de la comunidad
de St. Mare. Una comunidad dividida por el odio y las rencillas familiares.
Curiosamente Peter Montgabay, que se creía ajeno a
todo lo ocurrido en St. Mare y la mansión, descubrirá que algo de su pasado va
a aflorar. ¿Tienen relación ese sello en el anillo con el emblema de un cuervo
mirándose en el espejo que le dejó en herencia su abuelo con la mansión?".
Igualmente os aviso de que en el texto que leeréis a continuación, menciono una de mis creaciones literarias: El Amo de la lluvia. He colocado un enlace en la mención que hago al respecto, para quien quiera saber más sobre este ser.
Y tras esta introducción, aquí va mi aportación a esta historia.
Y tras esta introducción, aquí va mi aportación a esta historia.
Capítulo
XIII – Descubriendo a Herr Vex
Tras haber encontrado en el trastero una puerta
oculta, Mongabay no dudó un instante en adentrarse en su interior. Al principio
todo era oscuridad, hasta que notó la caricia que una cadena le hizo en su
rostro, y, convencido de lo que era, tiró de ella hacia abajo, iluminando la
estancia. Casi se le cae el cigarro que aún sostenía en la boca. Lo que
encontró le hizo sentir lleno de adrenalina, y eso le pasaba siempre que hacía
un hallazgo importante en una investigación. Había encontrado el escondite de alguien.
Mientras Mongabay se emocionaba ante el
descubrimiento, Blake y la señora Níspel entraban en el desván. En el exterior
de la mansión, Herr Vex ayudaba a Marjorie y Nathan en el jardín, al ritmo de “Crazy,
man crazy” de Bill Haley & The Comets, que sonaba ahora en el transistor.
La habitación era el doble de grande que el trastero, y Mongabay vio ante sí un paraíso de información. Empezó a observar las paredes, donde había colgadas numerosas fotografías y retratos. El primero de los retratos en los que reparó, mostraba a un hombre adulto sentado en un sillón, y dos niños sobre sus rodillas. Uno de los niños tenía un pelo muy oscuro, y el otro lo tenía claro. Debajo de la escena familiar había un texto: “Julio de 1815, salón de lectura, Nathaniel Mirror e hijos”. Cerca de ese retrato, Mongabay vio otro en el que aparecían dos mujeres, que parecían encontrarse en un pantano. Una de las mujeres era blanca, y la otra de color. La mujer blanca acariciaba una extraña piedra, y sonreía de modo enigmático. La leyenda decía lo siguiente: “Agosto de 1815, pantano Manchac, Amelie Crow y Angora”. Sin saber por qué, Mongabay se quedó hipnotizado durante algunos segundos mientras miraba a la mujer blanca.
Cuando salió de su breve estado de hipnosis, siguió
mirando más imágenes. En esta ocasión vio dos fotografías inquietantes. En la
primera, Herr Vex le daba la mano a Adolf Hitler, y ambos estaban sonrientes. Y
en la otra, Herr Vex aparecía frente a una enorme mesa llena de objetos
extraños. La mirada llena de malicia que mostraba Herr Vex ante la cámara, hizo
que a Mongabay se le cayera el cigarrillo de la boca. Con rapidez, apagó el
cigarrillo caído al suelo, y para no dejar pistas, metió la colilla en uno de
sus bolsillos.
Para seguir indagando más en aquel lugar, lo que hizo
Mongabay fue dirigirse al escritorio que había frente a él, donde había
abundantes papeles y expedientes. Algunos de esos papeles parecían documentos
oficiales y estaban en alemán, e iban firmados por “Wulfgar von Kriegg”. Un
escalofrío recorrió la espina dorsal de Mongabay, a pesar de que tras ver las
fotografías sus dudas ya eran casi inexistentes. Su recuerdo había sido
acertado…Herr Vex era Wulfgar von Kriegg…uno de los oficiales y consejeros
ocultistas de Hitler. Hambriento de más información, Mongabay empezó a hojear
los expedientes que había sobre el escritorio, y volvió a sentir otro
escalofrío. La razón de esta nueva sorpresa, se debía a que tres de los
expedientes estaban íntimamente relacionados con él. El primero tenía escrito
el nombre “Donald Black”, el segundo “El Amo de la lluvia”, y el tercero… “Peter
Mongabay”.
Donald Black era una persona que había conocido años
atrás, y con la que tenía una extraña y especial relación. El Amo de la lluvia…era
un ser que había investigado años atrás para un caso, y su sola mención le
aterrorizaba. Y por otra parte, ver su nombre en el último expediente, no podía
significar otra cosa que un seguimiento que le estaban haciendo. Varias
preguntas le asaltaron… ¿Solamente le investigaba Herr Vex/Wulfgar von Kriegg?
¿Quién más estrechaba el cerco sobre su persona? ¿Por qué era investigado, si
había sido contratado irónicamente para investigar él y no al revés? Justo
cuando Mongabay iba a abrir el expediente que llevaba su nombre, escuchó con
mayor fuerza las voces de Blake y la señora Níspel. Sin tiempo para coger nada
de allí, apagó la luz, cerró la puerta, y salió nuevamente a las escaleras.
Cuando avistó nuevamente a la señora Níspel, y para
cubrirse las espaldas, Mongabay fingió decepción y dijo:
- Tenían razón usted y Herr vex, solamente hay trapos
y cubos.
- ¿Esperaba otra cosa? Bien, eso le está bien empleado
por husmear más de la cuenta- dijo ella con una especie de sonrisa-.
- Si algún día la veo sonreír con alegría señora
Níspel, sabré que entonces el mundo se habrá ido al garete- respondió Mongabay,
haciéndole señas a Blake para irse de la mansión-.
Una vez que Mongabay y Blake se hubieron marchado de
la mansión, Herr Vex se metió en su escondite, y tras olisquear el aire,
reconoció el olor de sus cigarrillos. Él jamás fumaba en aquella habitación, y
entonces supo algo con toda certeza. La señora Níspel apareció en la habitación
y Herr Vex expresó en voz alta sus pensamientos:
- Mongabay ha estado aquí.
- ¿Y ahora qué hacemos?- preguntó ella con cara de
preocupación-.
Fantastico capítulo José Carlos.
ResponderEliminarCuando me has pasado el borrador por privado era más corto...Jajaja.
Excelente, ahora me gusta muchisimo más.
Aclarador capítulo.
Gracias por participar en este proyecto conjunto.
Un abrazo.
Gracias Oscar, sin duda con los párrafos separados y alguna que otra imagen, la cosa gana más que cuando te pasé el borrador jaja. Me alegra haber dado con la tecla idónea para este capítulo, y que estas revelaciones te hayan gustado. Ha sido un placer participar.
Eliminar¡Otro abrazo!
Un capítulo excelente, José Carlos, que aumenta los niveles de intriga. Se ha hecho corto.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Hola Mª Jesús, bienvenida al blog :) He intentado revelar algunos detalles que tenía en mente y me alegra que el resultado sea de tu agrado, sobretodo teniendo en cuenta que escribiste el capítulo anterior y tu opinión es muy bien recibida.
Eliminar¡Otro abrazo!
Me ha gustado mucho J C! Sin duda le has dado más intriga a la trama, con el descubrimiento de Montabay. Y encima Herr y Níspel están asociados, de aquí puede salir de todo, jeje. Y muchas gracias por mencionar a Nathaniel, a Amelie, a Angora y los renacuajos ; )
ResponderEliminarMe alegra que te guste, no hay nada que agradecer jeje, a fin de cuentas trabajamos en la misma dirección y me parece acertado potenciar todas las situaciones y relaciones posibles de la historia. No cabe duda de que Herr Vex y la señora Níspel son más de lo que su fachada aparenta.
Eliminar¡Un saludo y gracias por pasarte!
Alta tensión, señor J. C. Un capitulazo en todos los sentidos. Fuerza y garra a la trama, nuevas pistas y datos para Mongabay, nuevas dudas que esclarecer... Un sin fin de aciertos envueltos en un áurea de penetrante misterio, servida con elegancia y magnífica narración. Apasionante. Gran trabajo.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compañero de Mansiones, Vampiros y Fobias! ;)
Pd: Audaz inclusión del Amo de la lluvia...
Gracias por esa extensa opinión Edgar, es reconfortante saber que he logrado transmitir con el capítulo las sensaciones que has descrito. En efecto, quería resolver algunos interrogantes a la vez que abrir algunos nuevos, y revelar un cierto vínculo cómplice con el diálogo final.
EliminarComo Mongabay parece que será un personaje del que más de uno escribiremos al margen de esta historia, me tomé la libertad de preparar el terreno para vincularlo con el Amo, sobre el cual investigó tiempo atrás...
¡Otro abrazo Compañero de Mansiones, Vampiros y Fobias! Vamos abarcando un buen terreno literario jaja.