Con el deseo de provocaros una lectura cuanto menos inquieta, comparto en esta ocasión dos microrrelatos de terror, los cuales espero que os gusten y aterren a partes iguales. El primer micro se llama "Karma", y el segundo "Viaje al Amazonas". Son de un terror más psicológico que físico, ya que sus protagonistas vivirán situaciones que les atemorizarán en ambos casos. Disfrutad la lectura y dejaos llevar.
Karma
Mateo llevaba corriendo como un poseso durante un tiempo
incalculable. A pesar de breves paradas para coger aliento, estaba al límite de
sus fuerzas. Sin embargo, aquel ser que le perseguía no parecía sentir
cansancio.
Todo había ocurrido sin explicación. Mateo había
aparecido en una plaza del pueblo en el que era alcalde. Era una noche
tormentosa, y no había nadie en las calles. Las luces se habían apagado
repentinamente, y entonces apareció aquello. Fusionados con la oscuridad, orbitaban
sobre ésta dos ojos rojos y dos pequeñas llamas de fuego. Mateo sintió una
inmediata descarga de pánico, y huyó despavorido entre las oscuras calles del
pueblo.
Aquellos ojos y llamas le siguieron tras cada
esquina. Todas las casas, comercios y edificios estaban cerrados, y Mateo acabó
llegando a un callejón sin salida. Con las llamas a escasos centímetros de él,
la irrupción de un relámpago en la noche le permitió ver lo que le perseguía:
un toro con fuego en las astas. Cuando el toro se preparó para embestirle, todo
se fundió en negro, y Mateo despertó gritando de su pesadilla.
Meses después, y convertido en villano local, Mateo
logró erradicar los festejos taurinos del pueblo.
Viaje
al Amazonas
Algo no iba bien, pero Adolfo no se encontraba en su
mejor momento para precisar qué era. Sentía embotado el cerebro, y sus
pensamientos más lúcidos aparecían fragmentados y con cuentagotas. Algo iba
realmente mal. La piel le escocía, su temperatura interior era anormalmente
alta, y había cánticos de fondo. Esos cánticos le hicieron ser consciente de su
situación.
Desde hacía semanas, Adolfo, que era presentador de
un programa de aventuras, había oído rumores de una antigua tribu que vivía en
el Amazonas, y que era prácticamente desconocida. Con la sensación de que era
su oportunidad de obtener reconocimiento mundial, usó todos sus recursos para
viajar desde España a Brasil.
Una vez organizó una pequeña expedición, llegó
hasta la parte del Amazonas donde los rumores ubicaban a esa tribu. La búsqueda
duró una semana, pero fue un éxito, y Adolfo y su expedición encontraron a toda
una tribu de más de cien miembros.
Lo que nunca revelaron los rumores que oyó Adolfo,
es que la tribu era caníbal, y en el caldo que ofrecían a sus visitantes, había
un potente somnífero. Posteriormente, los visitantes eran cocinados en el
interior de enormes calderos, y Adolfo pudo comprobarlo antes de morir lentamente...
Ay, José. Lo del toro no me lo esperaba ni por asomo, jejeje. Yo me voy al Amazonas pero intentaré no tomar ningún caldito que me ofrezcan. ;)
ResponderEliminarMuy chulos, compi. :)
Un beso.
Entonces se puede decir que he logrado aguantar el golpe de efecto hasta el final con el toro jaja. Por otra parte, ya sabes, siguiendo aquel consejo tan conocido..es mejor no aceptar nada de desconocidos, sobretodo si es una tribu que vive en un lugar tan retirado...
EliminarGracias por pasarte y comentar. ¡Besos!
Un micro "reivindicativo" y uno con tintes "culinarios", en la variedad está el gusto y con los dos me sorprendiste al final. Muy buenos, José Carlos!!
ResponderEliminarNunca he ido a los toros ni a la jungla, creo que estoy a salvo jajajaja.
Un abrazo, compañero!!
Pues sí Julia, es tal cual lo dices. Hace ya tiempo que tenía la idea para el primero, pero con la incertidumbre sobre si podría dar para un microrrelato o un relato corto, y al final con lo del concurso lo tuve claro jeje. Sobre el culinario, sí que ha sido cosa espontánea, me vino a la mente estos días. Me alegra doblemente haberte sorprendido :)
EliminarYo tampoco he estado en ninguno de los dos sitios, estamos a salvo jaja.
¡Un abrazo Julia!
Dos relatos completamente diferentes. LOs dos me han gustado. El primero en la boca de muchos, en una actualidad absorbente.
ResponderEliminarEl segundo, un miedo atroz de pensar verse uno muriendo dentro de una marmita. Escalofriante.
Un besillo.
Sí, a excepción del fuego, que está presente en las astas del toro y en la cocción del menú especial, son dos micros muy diferentes. Eso sí, me alegra ver que en ambos casos te han gustado, a veces sacar dos cosas en una misma entrada puede tener sus riesgos jeje. Esperemos no tener que vernos nunca en ninguna de las dos situaciones.
Eliminar¡Un beso María!
Muy buenos J C! Los dos son puntos muy alejados del terror, pero con finales sorprendentes. Me encanta que el malvado ser del primero fuera un toro embolado y que gracias a eso se abolieran los actos taurinos. Y vaya con la expedición del segundo, jaja, desde luego que encontró a la tribu... ; )
ResponderEliminarTienes razón Ramón, más que un terror físico, es psicológico. Para el primero tenía claro que el protagonista debía sentirse como si él fuera el animal que es perseguido por el pueblo para que finalmente acaben con su vida, y por ello me pareció oportuno darle la oportunidad de cambiar esa barbaridad, a pesar de convertirse en enemigo del pueblo.
EliminarY sobre lo otro, es mejor no buscar fama y gloria entre tribus jaja.
Me alegra doblemente que te gustara la lectura. ¡Un abrazo!
Bravo por Mateo que abolió las corridas de toros. Me gustó mucho el relato. En el segundo, vaya caldito!! Aunque aquí por el amazonas (porque Perú tambien tiene parte de el) hay muchas leyendas de esas tribus y hay varias que siguen siendo descubiertas y viven en estado primitivo, se les llama "tribus no contactadas". Así que, como dice Soledad, si vienen al Amazonas, mejor no tomar nada, no vaya a ser que terminen como plato principal XD!
ResponderEliminarSaludos Mendiel. Con el primer relato tuve el impulso de darle una oportunidad de cambiar al protagonista, ya que él pudo sentir durante su sueño lo que es ser perseguido por las calles sin descanso. Es un placer leer que te haya gustado :)
EliminarSobre el segundo, a pesar de que el río pasa por Brasil, Colombia y Perú, me decanté por una de las tres opciones. Pero vaya, que en cualquiera de los tres sitios habrá tribus "no contactadas" como has mencionado, y no me sorprendería que alguna tuviera esos hábitos culinarios. Así que os secundo, mejor no tomar nada si uno encuentran una tribu de estas jaja.
¡Un abrazo!
El terror de "Karma" sin duda, es el que padecen estos nobles animales en las salvajes fiestas tradicionales del hombre, me alegra que ese alcalde aboliera tales festejos.
ResponderEliminarUn viaje al amazonas con tintes de "Holocausto Caníbal" (Donde precisamente también los únicos que sufrieron durante el rodaje fueron animales, en la que mataron salvajemente nada más ni nada menos que a una serpiente, una rata, una tortuga, una tarántula y dos monos)... Pronto tendremos en las pantallas una especie de reboot de aquella, "The Green Inferno" de Eli Roth...
Dos microterrores originales, donde el miedo es más una realidad que un recurso narrativo.
¡Abrazo, Compañero de Celda! ;)
Vas en la línea correcta Edgar, con "Karma" he tratado de abordar eso, haciéndole sentir al protagonista una mínima parte de lo que siente ese animal cuando es la parte perseguida. Al menos en nuestros textos, podemos disfrutar de estos finales redentores.
EliminarY por otra parte, creo que te conté alguna vez que no he visto esa película (y seguramente no me vea capaz nunca jaja), pero sí que me pareció una idea con mucha angustia impregnada en las frases que describen el ritual y el destino del reportero con ansia de fama.
Me alegra por partida doble haberte sorprendido, y que el miedo te haya parecido real y hasta cercano por no ser cosas imposibles.
¡Otro abrazo Compañero de Celda!
Muy buenos José Carlos, :)
ResponderEliminarDel primero me quedo con la erradicación de los festejos taurinos ¡Bravo! y que no me esperaba para nada lo que serían las llamas, (visualizaba fantasmas, alienígenas...) pero eso no, jeje
Del segundo solo tengo que decir que aproveche el caldito con sabor a ciudad, jijiji
Un abrazo!!!
Hola Irene :) Me alegra que la resolución del primer relato te guste, en esto de los relatos podemos imaginarnos cosas que en la realidad...parecen imposibles a día de hoy. Así que logré sorprenderte con las llamas jaja, bien bien. Tienes toda la razón en el segundo, un caldito de ciudad para la tribu jaja.
Eliminar¡Otro abrazo!
Dos relatos sensacionales, José Carlos, con esos finales inesperados.
ResponderEliminarAbrazo!!!!
Hola Mª Jesús, gracias por pasarte a comentar, es muy gratificante leer que ambos relatos hayan gustado, pero que muy gratificante :)
Eliminar¡Otro abrazo!
El viaje al amazonas me gusto mucho ya que hasta el final se revela que Adolfo estaba siendo cocinado vivo.
ResponderEliminarHola Anto. La verdad es que era complicado ocultar hasta el final que estaba siendo cocinado de un modo que supusiera un golpe de efecto. En el primer párrafo dejé unas pequeñas pistas, pero si he logrado sorprenderte eso es genial.
Eliminar¡Un saludo!
Muy buenos ambos, sí señor. Con en el primero yo también he entendido al final que intentabas poner al hombre en el lugar del toro y crear esas mismas sensaciones que el animal puede tener, la fuente en este caso del terror. Ese cambio de género con ironía y mensaje reivindicativo te ha salido redondo.
ResponderEliminarEn cuanto al segundo, le has dado muy bien el toque terrorífico a esa imagen que todos tenemos en mente gracias a los dibujos animados y las viñetas, del estereotipado explorador enrollado en una maroma, con una zanahoria en la boca y metido en una perola enorme mientras indígenas con penacho y hueso en la nariz bailan a su alrededor. Y es que, despertarse cociendo en una olla... no es plato de gusto, je, je
He disfrutado con los dos, eso sin dudas
Un saludo
Un saludo y gracias por comentar tan ampliamente tus impresiones Isidoro. Respecto al primero es tal como lo has descrito, transmitir la sensación que puede sentir el animal cuando se ve rodeado y perseguido de personas con intenciones inhumanas, inmorales y malévolas. Como al escribir relatos podemos permitirnos lograr cosas que en la realidad no son tan sencillas, me alegra ver que el final te haya gustado por su simbolismo.
EliminarY en cuanto al segundo, es muy cierto que en los dibujos esas escenas las veíamos y nos las tomábamos con humor en la niñez. Por eso ha sido un buen estímulo transformar esas risas en inquietud, ya que como bien dijiste, no es plato de buen gusto verse en una situación así.
Me alegra doblemente que ambos micros te gustaran. ¡Otro saludo!
Ains, José Carlos, para mí el alcalde de ese pueblo es más bien un heróe, no un villano.
ResponderEliminarDe momento no voy a viajar al Amazonas, pero canibales tenemos unos cuantos por aquí y estos no nos sangran para sobrevivir.
Un saludico, compi.
Hola Sue. Para nosotros es un héroe, con lo de villano me refería a las personas ancladas en el pasado y que ven estas tradiciones como algo que seguir manteniendo vivas.
EliminarEspero que si algún día viajas al Amazonas, no te topes con estos u otros caníbales jaja.
¡Otro saludo!
Hola,
ResponderEliminarPor primera vez he leído unos microrrelatos, ¡y de terror!. Han sido muy efectivos. Me gustó más la segunda. Con facilidad puede ser el argumento de una novela.
Saludos.
Hola Eduardo, nunca es tarde para leer unos microrrelatos jeje. Efectivamente, los escribí para un concurso de micros de terror, y me alegra leer que te gustaran. Realmente de no haberlos escrito con límite de palabras de cara al concurso, habría desarrollado más el segundo, estás en lo cierto.
Eliminar¡Un saludo!
Lo que no se puede dudar, es que el caldito les dejaba super tranquilos y libres de todo estrés. Muy buenos los dos relatos José Carlos. Besitos albueliles.
ResponderEliminarHola Mercedes, es una forma de verlo jaja. Lo malo es que tras el caldo, y cuando la víctima se despierta dentro del fuego, su muerte va a ser dolorosa. Gracias por pasarte, un beso :)
EliminarTremendos relatos.
ResponderEliminarTerror en su máxima potencia.
Ambos muy buenos.
Situaciones que nadie desea vivir.
Un gran abrazo.
Saludos Lucia, no se puede pedir más tras leer tus comentarios jeje. Por un lado me alegra esa gran valoración que haces de ellos, y por el otro coincido contigo, es mejor no tener que vernos en esa tesitura en el futuro.
Eliminar¡Otro abrazo!
Me gustan los dos micros José, pero el segundo es mi preferido....jeje... por ese hacer tan lentamente...jajaja... de verdad que me gustó, aunque no probaría el guiso canibal ni "jarta de vino".
ResponderEliminarTe dejo el mío para que lo puedas leer: http://fotoalquimiada.blogspot.com.es/2015/10/el-cuarto-oscuro.html
Un saludo!!
Hola y bienvenida al blog Sonia. Al subir los dos micros en la misma entrada, sabía que al menos uno iba a gustar jaja. Coincido en que eso hacer lentamente...le añade mucha miga al sufrimiento del protagonista, y yo tampoco probaría ni ese guiso ni ese caldito de bienvenida jaja.
EliminarPor otra parte, ayer mismo leí el tuyo, y de hecho lo compartí por google+ para que más gente te leyera :)
¡Otro saludo!
Fenomenales los dos relatos compañero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Doblemente gracias Oscar, otro abrazo.
EliminarMuy buenas descripciones.
ResponderEliminarDel primero me gustó esta angustia de la persecución.
El segundo me gustó aún más, pobre Adolfo, fue parte de la cena.
ABRAZO!!
Hola Diana, gracias por pasarte a comentar. Si te gustó la sensación del primero, entonces está logrado uno de sus objetivos jeje. Sobre el segundo, es cierto que guarda el final más intenso y retorcido de los dos, no lo niego, ya le habría gustado a Adolfo que la tribu fuera vegetariana jeje.
Eliminar¡Un abrazo!
jajajajajaja!!! así es! :)
EliminarEncantada de leerte!
Lo mismo digo Diana, encantado de leer tus comentarios y leerte en tu blog.
EliminarVaya par de micros... El primero, la verdad es que esperaba otra cosa XD Pero mira, me alegro de que el protagonista se convirtiera en el villano del pueblo.
ResponderEliminarY el segundo, uff... Qué terrible despertar, ¿no? Más vale no fiarse de los calditos que te ofrezcan así, tan a la ligera ;)
Me han gustado, ya me iré pasando por aquí, a ver con qué otras historias nos deleitas :D ¡Abrazo!
¡Saludos Carmen! Soy consciente de que con el primero, para bien o para mal, tuve el factor sorpresa por aliado jeje. Quizás más que terror, es una historia con reflexión sobre algo que me entristece que siga existiendo, pero donde al menos en nuestros relatos podemos cambiar.
EliminarSobre el segundo, si a la frase de no aceptar regalos de extraños, le añades el rechazar calditos ofrecidos por tribus del Amazonas, la vida será menos..dolorosa jaja.
Gracias por haberte pasado y compartido tus impresiones, será un placer seguir leyéndote y que alguna otra de mis historias te consiga sorprender :)
¡Un abrazo!
Saludos. Es otra forma de subsistir en la selva jaja, una especie de ley del salvaje oeste trasladado a la selva amazónica. Lo de los sesos me ha recordado al banquete de Indiana Jones en el templo maldito jaja.
ResponderEliminar¡Un saludo compañero!
José Carlos el primer relato no me lo esperaba tras el titulo, pero me lo imaginaba que corría mientras soñaba. Yo corrí de verdad ante un toro atado a una cuerda en unos festejos y si no es por que me agarraron del brazo de un tirón me coge. Y a la selva pues no he ido nunca, lo más cerca que estado en ella has sido en las películas que veía en la tele o en el cine infantil donde siempre había una tribu de caníbales.
ResponderEliminarHola, me alegra entonces ver que el título te ha despistado lo necesario hasta averiguar más detalles. Con ese primer micro trato de compartir mi rechazo a festejos de ese tipo, donde se le da un trato vejatorio y cruel a los animales.
EliminarYa sabes, si algún día vas a la selva, cuidado con los alimentos o bebidas que te ofrezcan jeje. Un saludo.
Si ja,ja,ja,,, Lee en mi blog mi relato la Bruja Patrocinia allí por tomar un vino paso algo , eso si quizás lo tendría que mejorar en el contenido, ya me dirás que te parece. Un abrazo
EliminarSí, lo leí en google+. Le falta retocar un poco en la manera de expresarlo, pero es una historia para tener cuidado con lo que se bebe jeje. Un abrazo.
EliminarQué loco que acabe de leer estos dos relatos, porque estos días estuve pensando en hacer cuento un viejo sueño donde se celebraba una extraña fiesta de San Fermín en el pasillo de la casa chorizo de mis viejos, donde unos toros nos atacaban (no te digo el ginal por si logro llevarlo al blog) y porque estoy editando un relato con una receta de cocina muy especial.
ResponderEliminarMuy buenos tus trabajos.
Saludos.
¡Hola Raúl! Pues qué agradable casualidad entonces, no sólo te habrá hecho la lectura un poco más especial, sino que espero que publiques en el blog ese relato para leerlo :) En cuanto al culinario que andas editando, será un placer leerlo.
EliminarGracias por partida doble. ¡Otro saludo!
¡Hola JC! Muy buen relato el segundo, ha sido mi preferido. La próxima vez que viaje al Amazonas tendré cuidado de no aceptar sopas o bebidas alcohólicas raras, que es lo que más se encuentra XD
ResponderEliminarBesos, sigue escribiendo ^o^
¡Hola! En primer lugar discúlpame la tardanza en responder, estas semanas son de locos promocionando un cómic que me han publicado. Lo cierto es que en los viajes de aventuras hay que tener cuidado jaja, y en la medida de lo posible no beber sustancias desconocidas, por muy inofensivo que parezca todo jaja.
Eliminar¡Besos y gracias por comentar!