La tarde se había tornado en fría y lluviosa, y Gabriel había sido tan poco previsor en ese aspecto, que no había cogido un paraguas antes de salir de casa. Iba camino de la facultad, donde tenía algunas clases de su último curso. Para evitar mojarse en demasía, iba buscando por la calle huecos bajo los balcones de los pisos. No tenía mucho ánimo para afrontar varias horas de pesadas asignaturas, y además no deseaba llevarse un resfriado a casa, por lo que a medida que la lluvia crecía en intensidad, su estancia bajo los balcones era más prolongada. Y lo peor es que sólo había recorrido medio camino y no tenía deseos de dar la vuelta y coger un paraguas en casa, ni de seguir caminando hasta la facultad. Tras andurrear un poco entre balcones, divisó un local cuyo letrero le sedujo poderosamente: “Cafetería-Librería”. No tardó ni un minuto en decidirse a entrar allí y saltarse sus clases de la tarde.
Nada más traspasar la entrada, Gabriel sintió la
calidez del lugar. Era una cafetería de aire bohemio con bastantes estanterías
repartidas en su interior, música jazz de fondo, y objetos decorativos de
estilo vintage. Se fijó en que cada mesa era diferente en su decoración con
respecto a las otras, e igual pasaba con los asientos de cada mesa, lo que
aportaba frescura a la estética de aquel lugar. Tras dar un paseo por el
interior mientras observaba algunos libros de los que había en las estanterías,
cogió uno y se sentó en una mesa. En realidad ya había leído antes “El halcón
maltés” de Dashiell Hammett, pero para él estar en un lugar tan pintoresco, le
hacía querer sentirse integrado leyendo algo como el resto de personas. La
camarera le trajo la carta, y tras examinarla brevemente le pidió una infusión
de frutas del bosque. Gabriel no sentía ningún remordimiento por saltarse sus
clases, y sí que se sentía algo travieso por estar allí, lo cual le gustaba.
Poco después, cuando le trajeron su infusión y sintió el paladar caliente tras
el primer sorbo, se fijó en ella. Al principio no se había percatado, pero su
mirada se topó con una mujer que le interesó profundamente.
Esa mujer estaba sentada en la mesa contigua frente
a él, y parecía enfrascada en la lectura de un libro. Un primer vistazo a su
rostro le permitió a Gabriel comprobar que era una mujer madura. Mentalmente le
atribuyó una edad cercana a los 40, casi el doble que Gabriel, que tenía 22.
Por lo general Gabriel no se fijaba en mujeres maduras, pero se sintió
magnetizado por la que tenía enfrente. Para no seguir observándola
descaradamente, abrió el libro que había cogido y lo sostuvo en el aire,
fingiendo leer mientras la seguía observando. Tenía el cabello liso y de color
castaño, el cual le caía hasta los hombros. Sus facciones eran atractivas y sus
ojos de color verde, e iba vestida con un suéter, falda y botas, lo que a ojos
de Gabriel le daba un toque elegante pero acorde con el lugar. Gabriel fue tan
torpe aparentando leer que ella le sorprendió observándola, y él sintió sus
mejillas inflamándose fruto de la vergüenza, por lo que dirigió su mirada hacia
el libro. No llegó a observar que ella esbozó una sonrisa antes de volver a su
lectura. Gabriel sentía su corazón revolucionado, latiendo de forma
absolutamente desbocada. Esa tarde ya acumulaba las sensaciones de travesura y
vergüenza, comparables a que en un examen hubiese usado una chuleta y le
hubiesen cazado. No dejaba de sentirse atraído por esa mujer que aun siendo
mayor que él, le despertaba una sensación cercana al deseo y la aventura. Fruto
de esta última sensación, se acercó impulsivamente a la barra, y le pagó a la
camarera (que se mostró sorprendida), su infusión y lo que la mujer madura
estaba tomando. Volvió a su mesa y ojeó de nuevo su libro.
Un cuarto de hora más tarde, la mujer se levantó y
fue a la barra a pagar. Gabriel vio cómo la camarera le decía a la mujer que él
la había invitado, y volvió a centrarse en el libro, por si ella le sorprendía
nuevamente mirándola. El lado pesimista de Gabriel le decía que ella se
marcharía sin más, sin preguntarle el motivo de la invitación, y puede que
incluso pensando en la gracia de que un joven que no conocía le invitara. Sin
embargo, ella se acercó y le habló con una dulce voz:
- Hola, gracias por la invitación- y le dedicó una
amplia sonrisa a Gabriel-, me ha sorprendido pero agradezco el detalle.
- No hay de qué- dijo Gabriel con cierta timidez-, me
aportó calidez ver a alguien como tú en este lugar.
- Vaya, gracias nuevamente- dijo ella ruborizándose un
poco-, no sé qué decir a eso.
- No te preocupes, espero no haberte molestado. Te
deseo una buena tarde.
- Gracias, igualmente.
Se dedicaron una sonrisa de cortesía, y ella se dio
la vuelta, dando unos pasos hacia la salida. Y como si estuviera movida por
otro impulso, dio la vuelta, se acercó de nuevo a Gabriel, y le dijo algo:
- Mañana por la tarde volveré aquí, por si aceptas que
te devuelva tu invitación de hoy.
Al día siguiente, Gabriel se despertó temprano para
ir a sus clases de la mañana, que eran las más importantes. El día estaba
nublado, por lo que antes de salir de casa se echó un paraguas pequeño en su
bandolera. La mañana se le hizo eterna en la facultad, en parte porque sus
clases habían sido de contenido farragoso pese a su importancia, y en parte
porque deseaba volver a ver a la mujer madura. Seguramente ella pasaría la
mañana trabajando, sin acordarse apenas de él, y tener esa idea le hacía pensar
a Gabriel que quizás ella le dijera de volver a verse sólo por educación. A fin
de cuentas, él era un chico joven con deseo de conocer a una mujer madura, y se
había mostrado algo torpe frente a ella. Ella podía estar casada o tener pareja.
Gabriel llevaba un mes sin tener nada con ninguna chica, y si bien no echaba de
menos eso, el haber visto a esa mujer el día anterior le había despertado un
apetito carnal de intimar con ella, y otro social de tener una conversación
agradable y descubrir un poco de su persona.
Y llegó el mediodía, y fue a casa a comer con sus
compañeros de piso, ya que su familia vivía en otra ciudad y él había preferido
compartir un piso a dejarse un riñón en una residencia estudiantil. Terminada
la comida, lavó los platos, se vistió, y terminó de arreglarse en el baño.
Antes de salir cogió de nuevo su bandolera, comprobando que el paraguas
continuara dentro, y fue rumbo a la cafetería-librería, con el corazón
latiéndole intensamente durante todo el camino. Cuando llegó al lugar y accedió
a su interior, allí estaba ella. Entonces las piernas le empezaron a flojear un
poco. Después de todo, era cierto, ella había vuelto como le dijo la tarde
anterior. El pulso de Gabriel empezó a acelerarse cuando ella levantó la mirada
y le vio, haciéndole señas para que se sentara a su lado.
Interesante y muy sugerente, Carlos. Estoy deseando saber cómo continúa la historia. No nos tengas mucho tiempo en vilo, ¿eh?
ResponderEliminarBesos.
Hola Eva, me alegra que estos primeros pasos de la historia hayan despertado tu interés, al no ser mi género habitual nunca se sabe si se logra poner buenos cimientos para una historia. Te informaré en cuanto salga la siguiente parte.
Eliminar¡Besos!
Otro continuará... ¡Te mato! Nada, aguantaré la intriga hasta ver como termina el incipiente romance. Muy chulo ;)
ResponderEliminarUn beso.
¡No me mates que te quedas sin saber más jaja! En esta ocasión me animé a desmenuzar la historia en partes (ya que mis dos primeros relatos eróticos acaban con su última línea). Tendrás que aguantar un poco :)
Eliminar¡Gracias por pasarte a comentar, un beso!
Muy bueno José Carlos, la promesa que se intuye y todas sus posibilidades engancha, :)
ResponderEliminarNecesitamos saber como termina, jajaja
Un abrazo!!!
¡Hola Irene! Me alegra mucho leerte esas palabras, es un aliciente añadido ver por vuestros comentarios que queréis seguir leyendo y no habéis perdido el interés por seguir. No sé cuántos capítulos serán, pero prometo no estirarlo hasta el infinito jaja.
Eliminar¡Un abrazo!
Nos dejas en lo mejor, José Carlos, con la miel en los labios!! Ahora me muero de curiosidad por saber qué tal se desarrollará el encuentro entre ellos (más cuando estamos advertidos de que se trata de un relato erótico, ji, ji).
ResponderEliminarMuy bueno, espero la continuación :)
Un abrazo, compañero!!
Saludos Julia, si te has quedado con ganas de más y tu curiosidad ha sido despertada, es que logré darle un mínimo de interés a este encuentro casual, y eso es muy satisfactorio para seguir adelante con la historia. En efecto, el género es erótico, y se hará honor a esa palabra en capítulos venideros jaja. Te mantendré informada.
Eliminar¡Otro abrazo compañera!
Me ha gustado mucho José Carlos, esperaré la segunda parte ya que nos has dejado con la miel en los labios, intrigados con la historia de Gabriel y la mujer madura.
ResponderEliminarGracias por compartir el relato!
Abrazos!
Hola y bienvenida al blog Rakel, tras ver que llevas tiempo trabajando este género, me alegra mucho que este primer capítulo te haya despertado el apetito necesario para seguir un poco más la historia :) Te agradezco tu tiempo para leer y comentar.
Eliminar¡Abrazos para ti también!
Un inicio de relato qué, con elegancia, nos adentra en la sugerencia de lo que está por venir... Sin duda, un segundo o tercer encuentro (que ya no serán casuales) más calientes que esa infusión de frutos del bosque. Supongo que habrá agradable conversación... jejeje ;) Estupendo relato.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compañero!
Me ha gustado bastante tu mención a posteriores encuentros más calientes que la infusión jaja. Has acertado, tan sólo el primero ha sido casual, ya que lo demás empieza a fluir con naturalidad. Espero que lo que está por venir te vaya dejando gratas sensaciones a medida que la historia avance. Puedo afirmar que sí, habrá conversación jaja.
Eliminar¡Gracias por leerme en este género, un abrazo Compañero!
Hola Nefertiti, si te has quedado con ganas es que he sabido dejarlo en un buen momento :P La verdad es que nunca se sabe qué va a depararnos un día de la vida real, aunque nunca hay que descartar que alguna vez ocurra algo que nos deje buen sabor de boca, no te desanimes :)
ResponderEliminar¡Saludos!
¡Ay como me ha encantado este encuentro casual! Lo que más me gusta es la cafetería, me encantan esos sitios. Me llenan de calidez y tranquilidad.
ResponderEliminarEspero la siguiente entrega con ansia.
Un abrazo.
Son el tipo de sitios que tienen algo especial, ¿verdad? Y sí, llenan de esa sensación de tranquilidad y paz interior durante el rato que se queda uno en ellos. Me alegra que te haya causado tan grato efecto el encuentro :P Espero que la siguiente entrega te tenga con ganas de más y más jaja :P
Eliminar¡Un abrazo!
Muy buen inicio, despierta interés. Ahora veremos quien es ella.
ResponderEliminarHola Maria Eugenia, espero verte en las siguientes partes de esta historia a ver si mantienen despierto tu interés :)
EliminarUn saludo.
Mmm jóvenes y maduritas, esto promete!! Me encantó el ambiente vintage que le has dado al lugar y el nerviosismo de Gabriel es encantador. Yo también le hubiera invitado un tecito jojojo. Vamos con la siguiente parte!! NEXT!!
ResponderEliminarPues sí, la mezcla de persona joven y madura puede dar mucho juego Mendiel :) La curiosidad del sitio es que me ayudé de una cafetería-librería a la que suelo ir para coger algunas ideas, estos sitios son encantadores como has dicho. Y sí, se nota que Gabriel no es un seductor habitual, al menos no de mujer maduras jaja.
Eliminar¡Pronto tendrás la siguiente parte, besos!
Primera parte de un relato romántico que se inicia nuevamente con la lluvia, la cual es la causante de ese encuentro casual. Un chico joven, estudiante, que se ve obligado a abandonar las clases de la tarde por la lluvia y entrar en un maravilloso establecimiento tan bien descrito que es muy sencillo imaginárselo, y que de pronto se siente atraído por una mujer que intuye mucho mayor que él. En un impulso la paga su consumición, y esta, para su sorpresa y satisfacción, le invita al día siguiente. Lleno de angustia, transcurre la mañana pensando en si ella le esperará como dijo o si por el contrario no la encontrará allí, pero al entra de nuevo en la cafetería-librería, allí está la mujer... ¿Qué ocurrirá al final? ¿La mujer se enamorará de él? ¿Nacerá una relación amorosa o una intensa amistad de intereses compartidos? Habrá que esperar.
ResponderEliminarSaludos, Compañero.
Un perfecto resumen del texto Ricardo. Sí, la lluvia me ha vuelto a servir de ayuda para condimentar la historia jeje. Si he logrado que te imagines el lugar no se puede pedir más a ese respecto. Aunque ambas personas tienen una edad diferente, sí que hay una primera toma de contacto que se consuma con un posterior encuentro en el mismo lugar. En el próximo capítulo empezarán a responderse tus preguntas, espero que te vayan haciendo un seguidor de la historia hasta el final :)
Eliminar¡Un saludo Compañero!
Emocionante encuentro... pero deduzco q no, no nacerá una relación amorosa ( algo q leído lo leído se puede preveer), q porqué lo pienso? pues pq todas las historias q leo me dan un final inesperado ( inesperado a lo q dejo a mi mente pensar)...en éste no me equivocaré. Jajaja, es broma... ya vendrá lo q tenga q venir, pero q sepáis q pienso en ése final.
ResponderEliminarPor favor, no tardes en dar el resultado q la intriga provocada no me dejará "cavilar".
Te sonrío con el Alma.
Pues por darle algo de emoción a la respuesta..puede que sí o puede que no jeje. Es cierto que tú que ya has leído más cosas del blog sabes que a menudo me suelen salir finales inesperados o poco frecuentes, desde ese punto de vista espero no perder ese toque de incertidumbre. Por lo demás, como bien has mencionado, vendrá lo que tenga que venir jeje.
EliminarPronto estará la siguiente parte, que me anima mucho leeros que queréis leerla :) Otra sonrisa con el alma.
Me encanta!!! Que buena son las cafeterías... y las miradas...
ResponderEliminarMe alegra haber acertado al recomendarte que lo leyeras :) Sin lugar a dudas hay sitios con cierto encanto que, combinados con una grata compañía y algo de complicidad (ya sea consciente o inconsciente), dan lugar a momentos bonitos.
Eliminar¡Un beso Toñi!
Me gusto mucho el detalle de cantando bajo la lluvia y ahorita vamos para la continuación
ResponderEliminarHola Anto. Se me ocurrió sobre la marcha cuando escribía el texto. A fin de cuentas, en esa escena de la película se notaba el entusiasmo del actor, y Gabriel también se sentía entusiasmado jeje.
Eliminar¡Un saludo!
Bueno, bueno, bueno. Aunque sé que habría llegado pronto de alguna forma u otra a esta historia, me alegro mucho de que me dijeras de su existencia. Para ser el comienzo (de no sé cuántas entregas aún), está bastante bien. Conocemos a Gabriel, a qué se dedica, sus gustos y su fascinación por la mujer desconocida que es mayor que él. Y ese final de capítulo ha sido ideal para dejarnos con la pregunta: ¿y qué pasará a continuación?
ResponderEliminarEn definitiva, me tienes encantada. Seguiré leyendo cuando pueda porque de lunes a viernes tengo el tiempo un poco limitado xD.
Saludos.
¡Hola! Pues imagino que sí, tarde o temprano habrías llegado a esta historia con tu gusto por lo romántico jeje. Es curioso, escribí este capítulo hace bastantes meses como algo que no sabía si iba a continuar, pero al abrir el blog, subir este capítulo, y ver el gran apoyo de la gente a la historia, me terminé de convencer para continuar.
EliminarDe momento hay 3 partes publicadas, y una 4ª que sacaré esta semana. Me alegra haber acertado con la recomendación y que te apetezca seguir activamente esta historia :)
¡Un saludo!
¡Y que lo digas! Por algo mi blog se llama así como se llama jeje. A veces, de un relato se puede sacar una gran historia y me alegro muchísimo de que hayas querido explotar esta gran idea. Ains, que emoción, ¡cuatro capítulos ya! Seguramente lo termine de leer entre hoy y mañana lo que tienes publicado y también ocurrirá lo mismo con Proyecto Fobia ;)
EliminarTiene muy buena pinta, por eso me apetece seguir curioseando sobre la historia de Gabriel (por cierto, es un nombre que me encantaaaa *-*) y la mujer desconocida.
A ver hasta dónde me llega la inspiración con esta y la otra historia que tienes en mente leer. Ya irás viendo que Gabriel es un chico al que por una cosa u otra, es fácil cogerle cariño. ¡Un beso!
EliminarMe ha gustado bastante y me ha dejado ganas de leer más. Pero voy a ir leyendo uno capítulo cada día, para no empacharme. Ta luego.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, si te has quedado con ganas de más es buena señal :) Es cierto, las cosas con moderación no empachan jeje, tienes material para algunos días, espero te siga gustando. ¡Un saludo!
EliminarAisss me encanta esta historia! Y como ya hay 7 capítulos voy a preparme un té bien calentito y a continuar la historia jejeje. Un abrazo :)
ResponderEliminarHola y bienvenida a esta historia casual Elena, espero que cada capítulo te enganche cuanto menos lo justo para seguirla hasta donde llegue :) ¡Otro abrazo!
EliminarPor fin he cumplido con la tarea pendiente de leer tu "encuentro casual", y es de lo más prometedor.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola compañero, me alegra leerte nuevamente. Es bueno que la lectura de este inicio te haya despertado el interés necesario para al menos leer el siguiente, que espero te cause igual efecto para seguir el resto jeje. ¡Otro saludo!
EliminarViendo que llevas once capítulos, he querido descubrir dónde empezaban estos encuentros y he husmeado hasta encontrar este inicio.
ResponderEliminarTienes la capacidad de intrigar, de conseguir la focalización en el chico y querer que vaya sumando en esa fascinación que tiene. Nos regalas descripciones muy visuales, cosa que se agradece (aunque cuidado con lo de "facciones atractivas" que no se ve pues es muy subjetivo), pues nos ayuda a situarnos en el lugar y ver a los personajes. Estos se antojan con muchas posibilidades. Especialmente me parece muy interesante el chico, pues su gusto por la mujer mayor no me parece fruto de la casualidad, ya que se adivina demasiado melancólico y de un mundo interior bastante profundo para su edad. El hecho de que lea a Hammett con 22 años resulta lo suficiente anacrónico para que no sea un joven al uso.
Veremos a dónde nos lleva esto. Por ahora me tienes muy intrigado.
Buen trabajo.
Saludos y bienvenido al primer capítulo de la historia Alejandro. Espero que ese olfateo narrativo te deje con gratas sensaciones en los demás capítulos jeje.
EliminarTomo nota de esa sugerencia entre paréntesis, me parece que no te falta razón. Lo cierto es que Gabriel es más maduro que muchos chicos de su edad, y aunque él no lo sabe aún, tiene una mente que irá abriéndose respecto a las mujeres y la edad.
Me apeteció añadir ese detalle referente al halcón maltés, ya que es una obra que todos deberían leer alguna vez. ¡Un saludo y gracias por tus palabras!