16 de diciembre de 2020

Reseña de Wild's End 2: El enemigo interior. Cuando la amenaza no solamente procede del espacio

Hola nuevamente amantes de los cómics y la ciencia ficción. Como dije anteriormente, iba a analizar por completo la trilogía "Wild's End" publicada en tierras españolas por Dolmen Editorial. Podéis leer aquí mi reseña del inicio de la saga por si queréis refrescar la memoria, o bien saber más de este universo ficticio si sois nuevos en él. Pues bien, aclarado lo anterior, quiero compartiros mis impresiones sobre el segundo tomo de esta saga, titulado "Wild's End 2: El enemigo interior". 


Hay que comenzar diciendo que en todo momento queda claro que las grandes influencias para la historia siguen siendo «La guerra de los mundos» de H.G Wells, por todo lo relativo a la invasión alienígena y el entorno rural en el que se desarrolla, y también «El viento en los sauces» de Kenneth Grahame por el hecho de tener personajes antropomórficos como protagonistas. Eso sí, como novedad añadida para este tomo, tenemos además influencias de más obras, como por ejemplo la serie «Expediente X» o la película «La invasión de los ladrones de cuerpos».


Respecto a más novedades que nos encontramos de lo ya visto en el primer tomo, cabe destacar que dos de los nuevos personajes que aparecen aquí como consultores del ejército (uno mencionado a menudo en el tomo anterior) son los escritores Lewis Cornfelt y Herbert Runciman, quienes no solamente son diferentes en su manera de ser, sino que también tienen estilos narrativos tan contrapuestos como su manera de enfocar el tema de los alienígenas y la ciencia ficción. Podemos ver un guiño a Julio Verne y H.G Wells por la forma de perfilar los personajes y una de sus primeras «discusiones» sobre el modo de escribir en sus libros.

¿Qué autores tenemos al frente de este tomo? Repitiendo como dúo artístico tenemos a Dan Abnett (autor de numerosas historias en Marvel, o de libros de Warhammer 40.000) a cargo de los guiones, e I. N. J. Culbard a los lápices (conocido por la novela gráfica de "En las montañas de la locura" de H. P. Lovecraft). La publicación original de la historia se hizo nuevamente a través de la editorial americana "Boom! Studios", siendo Dolmen Editorial quien nos la trae a tierras españolas. 

¿De qué va este "Wild's End 2: El enemigo interior"? Si en el primer tomo se producía el inicio de una invasión alienígena, aquí la narración irá por los siguientes derroteros:

"La invasión de la Tierra fue solo el inicio de este grupo de héroes. Mientras Clive, Susan, Fawkes y los otros supervivientes de la invasión alienígena de Iglesia del Cuervo de Abajo (Lower Crowchurch) tratan de hacer frente a lo que acaba de pasar en su pequeña ciudad, los militares llegan en un intento de encubrir el “incidente”. 

Los residentes de la ciudad son inmediatamente detenidos, interrogados y tratados como sospechosos. ¿Son espías alienígenas, colaboradores, simpatizantes? 

Clive, Susan y los demás necesitarán escapar del encarcelamiento si quieren correr la voz y advertir al resto del mundo, antes de que los extraterrestres regresen."

Volvemos a tener en este tomo seis números, pertenecientes al segundo arco argumental de la trilogía. Y no os voy a engañar, nuevamente la historia se cuece a fuego lento al principio, para coger bastante ritmo a medida que van pasando los capítulos, lo cual hace que se siga leyendo de un tirón y no haya pasajes aburridos. A ello ayuda el hecho de que, si bien seguimos teniendo a los mismos protagonistas de antes, como Clive Slipaway, Fawkes, Peter Minks, Susan Peardew o Alph Swagger, éstos tendrán que separarse, y acompañaremos a cada uno de los distintos personajes en los sucesos de los que forman parte, favoreciendo así a la narración los diferentes caminos sobre los que transcurrirá. Además, Abnett va profundizando en el pasado de algunos de los personajes, permitiendo que les conozcamos mejor. 

Y de los personajes pasamos a la otra cara de la moneda: los extraterrestres. Estos siguen teniendo aspecto de farolas y lámparas, pero no por ello dejan de ser peligrosos, como podrán conocer los militares en sus distintos enfrentamientos con ellos. Del mismo modo, iremos viendo hasta dónde puede llegar el alcance de esa invasión que comenzó en el primer tomo y prosigue aquí de una forma más intensa y notoria, con el añadido de los enfrentamientos entre el ejército y el enemigo invasor.

Si ya os comentaba al principio los homenajes a Julio Verne y H.G Wells, también hay un guiño a Sherlock Holmes y el Doctor Watson en uno de los contenidos extras de un capítulo, que es un relato sobre un par de personajes que, acompañados de una tercera persona, deben descubrir la auténtica naturaleza de éste a partir de la observación y la deducción. Lo veréis claro porque uno de los personajes lleva la voz cantante y se dedica a hablar y observar, mientras que el otro toma anotaciones y relata los hechos, tal como hacía Watson. 


Antes de valorar el trabajo de los autores, quiero recalcar lo enriquecedor que es para el universo de Wild’s End el hecho de que, al final de cada capítulo, se sigan introduciendo diferentes documentos gráficos relacionados con la historia (algo que también veíamos en «La Liga de los Hombres Extraordinarios»), como el relato detectivesco antes mencionado, notas personales de los protagonistas, informes militares sobre vigilancia y observación, y demás cosas que otorgan más contexto a la historia principal, cosa que se agradece al hacer más inmersiva la lectura.

¿Qué valoración merece el trabajo de Abnett y Culbard? Empezando por el guionista, el trabajo narrativo desarrollado por Abnett sigue estando al mismo buen nivel ya mostrado anteriormente en el primer tomo. Me parece todo un acierto que comencemos a saber más de los distintos personajes principales, porque se les otorga mayor profundidad y recorrido emocional, permitiendo que así nos importe un poco más su destino. Ya partía el autor de una premisa argumental poco original con las influencias que se notan en Wild's End, pero eso no hace menos disfrutable esta historia, pues su lectura sigue siendo amena y simpática. 

Y sobre Culbard, que se ocupa del dibujo y el color, he de confesar que, a pesar de una pequeña mejora respecto al primer tomo, sigue pareciéndome el gran lastre para darle una mayor valoración a este cómic por su estilo de dibujo simple y demasiado minimalista, sin apenas trabajar el nivel de detalle en las imágenes. Sé que Culbard tiene buenas valoraciones en su arte por otras reseñas que he leído, pero siendo honesto, de haber tenido otro dibujante mejor y con un estilo muy distinto, Wild’s End podría ser una obra realmente memorable a nivel visual, aumentando el impacto de la misma en el mundo del cómic.

¿Merece la pena el cómic? Al margen de mis críticas sobre el dibujo, SÍ. Wild’s End, sin ser precisamente original, sí que resulta lo bastante entretenido para pasar las páginas una tras otra hasta llegar al final, lo cual no es poca cosa. En este segundo tomo se mantiene el interés por ver cómo sigue la narración, y persiste una sensación de lectura placentera. Y aunque la historia se cierra, queda claro que todavía nos queda por llegar el tercer y último tomo, una vez que las piezas del tablero están colocadas para las jugadas finales.

Sobre la edición, Dolmen Editorial mantiene ese acertado formato de tapa dura que luce muy bien en cualquier estantería, y que incluye las portadas originales, algunas alternativas, y todos los extras que ya os indicaba sobre este universo ficticio y que aparecen al final de cada capítulo. Y antes de despedirme, os dejo aquí todos mis análisis de la serie entera:

Wild's End 2: El enemigo interior - Estás leyendo esta reseña.

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