Era mediodía y Matías estaba saliendo del trabajo
cuando le sonó el teléfono. Era su hermana Eleonora, y su voz sonaba alegre por
primera vez en el último mes:
- Matías, ven en cuanto puedas, papá ha logrado
combatir a su enemigo y hoy ha logrado vencerle. Me ha preguntado por ti y
quiere que estés con nosotros.
- Voy enseguida para allá. Hasta ahora.
El corazón le latía con fuerza en el pecho. Una
victoria, al fin una victoria tras algunos meses derrotado por su cruel
enemigo. Había tenido una mañana horrible, pero esa llamada de Eleonora había
cambiado por completo su estado de ánimo. En cuanto Matías llegó al
aparcamiento y subió a su coche, trató de llegar lo más rápido posible junto a
su padre y su hermana. Al llegar al lugar de destino, una residencia de
ancianos, se fundió en un abrazo con lo que quedaba de su familia. Ojalá su
madre hubiera estado allí para unirse a ellos.
Matías y Eleonora compartieron toda la tarde con su
padre, y disfrutaron escuchando todas las historias que él quiso contarles.
Parecía como si jamás se cansaran de escuchar su voz y sus vivencias. A fin de
cuentas, no todos los días su lucha arrojaba resultados tan favorables ante su
constante enemigo: el alzheimer.
Con la llegada de la noche, una de las enfermeras de
la residencia les dijo a Matías y Eleonora que el horario de visitas había
terminado, y éstos se marcharon con mucho pesar, pero despidiéndose del modo
más intenso posible de su padre. Cualquier despedida podía ser la última que
una persona con alzheimer recordara, y Matías le dio a su padre el abrazo más
fuerte de toda su vida, susurrándole al oído el gran amor que le tenía, y lo
agradecido que estaba por haberle convertido en el hombre que era. Y Eleonora
hizo lo mismo, aferrándose con fuerza a su padre, y diciéndole que no dejara de
luchar para tener más días así. El constante enemigo no merecía salir
victorioso con tanta frecuencia, y no había otra opción que luchar cuanto se
pudiera, aun sabiendo las escasas opciones de victoria.
Tras salir al aparcamiento de la residencia,
Eleonora y Matías hablaron unos minutos antes de despedirse:
- Me alegra mucho que estuvieras aquí Matías.
- La tarde que hemos compartido no me la habría
perdido por nada, parecía el de siempre. Durante unas horas sólo tenía ganas de
sonreír, ojalá papá tuviera más días lúcidos.
- Lo sé, es demasiado doloroso estar con él en sus
días grises, escuchándole hacer preguntas incoherentes o aguantando las
lágrimas cuando no nos reconoce.
- Tengo tanto miedo de que acabemos algún día así
hermanita…
Y Matías rompió a llorar, y a los pocos minutos
Eleonora estaba exactamente igual, sintiéndose débil ante las palabras de su
hermano, las cuales no estaban carentes de sentido. La herencia genética podía
ser caprichosa, y en mayor o menor medida, el sufrimiento ante la enfermedad de
su padre les hacía pensar en el destino que ellos tendrían al llegar a la
vejez. La memoria humana era algo sumamente valioso, y era una crueldad infame la
posibilidad de verse privados de ese incalculable tesoro a medida que
envejecieran. Así que si había un enemigo peor que una enfermedad, ese era el
tiempo cuando jugaba a su favor.
Aun así, ambos hermanos se consolaron recordando que
la vida sigue y hay que vivirla, disfrutando cada día del mejor modo posible,
luchando a diario por vencer todos los obstáculos que aparecen por el camino.
El que nos muestras sí que es un auténtico súper villano, estas enfermedades degenerativas que te llevan a perder tus recuerdos y tu identidad son terribles, y nos dan miedo a todos, tengamos antecedentes en la familia o no.
ResponderEliminarMe ha encantado tu forma de relatar la historia, tan clara, tan ágil y sin profundizar en detalles, innecesarios desde mi punto de vista, sobre la enfermedad. Con lo que nos has contado, te ha quedado redondo. Un relato soberbio sin duda alguna, JC, es un gustazo siempre leerte.
Un beso enorme
Hola compañera, sí que es un villano considerable como has mencionado, sobretodo por las cosas que perdemos cuando aparece en nuestra vida. Sin recuerdos, perdemos gran parte de nuestra identidad, y eso es terrorífico.
EliminarMe alegra que te haya gustado el texto. Al ser para el concurso, he intentado dar los detalles necesarios para transmitir el mensaje, pero sin olvidar que no sólo es duro para quien sufre esto, sino también para las personas que están a nuestro lado.
Gracias por tu apoyo compañera, siempre es un placer leer que disfrutes de tus lecturas en la burbuja :) ¡Otro beso enorme!
Ains, me he quedado más triste que Bambi el día de la madre. =/ Es muy bonito, pero este villano es odioso. Como comenta Chari, los datos justos y precisos para ponernos en situación con mucha delicadeza, bien hecho. ;)
ResponderEliminarUn abrazo, compi. =)
Vaya, pues eso es algo así como una tristeza en grado máximo. Es verdad que el alzheimer, como cualquier enfermedad que impida disfrutar de una vejez placentera, es un villano odioso y temible, y supera con creces el daño que pueda hacer alguien de carne y hueso.
Eliminar¡Otro abrazo compañera!
:( que triste JC! Mi abuelita perdió la batalla con ese mismo enemigo pero tenía también sus días de victoria. Enternecedor relato. Un beso!
ResponderEliminarHola Mendiel, siento lo de tu abuela. Imagino que sin mucho esfuerzo habrás reconocido la importancia de esos días de victoria y de poder estar presente en ellos.
Eliminar¡Un beso para ti también!
No hay peor enemigo que el tiempo y la enfermedad que se lleva los recuerdos.
ResponderEliminarCreo que lo has escrito con tanta ternura que alguna lágrima escapará de más de unos ojos.
Muy bonito relato compañero.
Abrazos
Saludos Francisco, eso mismo pensaba en la parte final, que el tiempo y la enfermedad son poderosos villanos cuando se trata de provocar dolor y sufrimiento. Es un tema tan triste que no pude evitar narrarlo con esa sensación.
Eliminar¡Un abrazo compañero!
Excelente relato compañero.
ResponderEliminarSin duda la pérdida de los recuerdos es casi peor que la muerte. No conocer a tus seres queridos, no saber lo que has hecho con tu vida antes de ese instante en que estás viviendo debe ser terrorífico.
Un fuerte abrazo José Carlos.
Gracias por tus palabras Oscar, he intentando aportar una visión diferente del mundo de los villanos.
EliminarAsí es, perder los recuerdos es algo tan duro y triste que el simple pensamiento de que algún día pase, es demoledor. No soy capaz ni de imaginar lo que una persona con esa enfermedad pueda sentir aunque la mayor parte del tiempo ande perdida en los recuerdos.
Otro abrazo compañero.
Mmmmmm... Pobre señor, debió ser duro vivir cada día con esa enfermedad tan terrible y egoísta. No quisiera pensar cuan horrible sería si me olvidara de todas aquellas personas que amo y tal vez mee aman, tantos recuerdos, tantos libros, tantas... Un relato conmovedor y sencillo amigo, gracias por compartirlo :)
ResponderEliminarBesos!!
Hola Etheldred, debe ser muy duro para esa persona, aunque jamás podremos conocer la magnitud de ese sufrimiento desde la perspectiva del principal afectado, al menos no mientras tengamos la suerte de que no nos toque ese villano en la vejez.
EliminarPor eso el mejor modo de combatirlo, y de combatir otras enfermedades, es disfrutando de las personas que amas o te aman, de los recuerdos que se poseen, y de las demás cosas que valoremos en nuestras vivencias.
Gracias a ti por pasarte y compartir tus impresiones. ¡Un beso!
Maldito enemigo q nos hiere el Alma.Es muy doloroso ver a tu ser amado, estando sin estar.
ResponderEliminarGracias por poner toda la dulzura q sí existe en momentos así aún latiendo el dolor.
Te sonrío con el Alma.
Así es, un auténtico enemigo invisible cuando se acerca, y duro y canalla cuando está presente. Tenía que poner algo de esperanza y luz en el texto a pesar de la tristeza reinante, me alegra que te gustara.
EliminarOtra sonrisa igual para ti :)
Todo lo que no está en nuestra mano para poder arreglar es sin duda el peor enemigo.
ResponderEliminarEs muy bueno José Carlos dura realidad, me has dejado un poco tristona.
Pero me quedo con la última parte del relato y el mensaje optimista de que la vida se debe disfrutar y siempre seguir :)
Besos!!!
Hola Irene, tienes toda la razón, lo que no está en nuestras manos para arreglar es lo que más daño nos acaba haciendo, sobretodo por la creciente impotencia que genera.
EliminarPero sí, el mejor modo, o al menos uno de los mejores para combatir eso, es intentar disfrutar de cada día y cada momento, y seguir adelante del modo en que podamos. ¡Besos para ti también!
Como siempre, buscando la originalidad participas en este concurso cuyo tema principal es la creación de un villano. Tú has elegido a uno que acecha constantemente, incluso a las personas sanas: la enfermedad, y lo has enfocado en una en concreto: el alzheimer. Nos has dejado una conmovedora sensación que ha encogido nuestro corazón con esta historia de dos hermanos que visitan a su padre enfermo al hospital, narrando su repentina mejora pero que puede no durar mucho. Frases llenas de sentimiento, directas al alma del lector. Destaco una muy buena: ''Así que si había un enemigo peor que una enfermedad, ese era el tiempo cuando jugaba a su favor.''
ResponderEliminarSaludos, Compañero de celda.
Hola Ricardo, tras leer todos los relatos para el concurso, me di cuenta de que muy pocos hablaban de una amenaza invisible e incorpórea, y vi mi oportunidad de abordar el tema desde esta perspectiva. Y tal como has reflejado, escogí una enfermedad en concreto de las numerosas que hay.
EliminarSon muchos los casos en los que al oír hablar de esta enfermedad, o escuchar de alguna persona conocida que un pariente la tuviera, he pensado que debía ser muy duro envejecer y perder los recuerdos por el camino. Es una de las muchas formas indignas que hay de pasar los últimos años de alguien, por eso cada día de victoria hay que valorarlo a lo grande.
Esa frase que mencionas me encanta como quedó, porque precisamente quería resaltar la poderosa y malvada dupla que a veces conforman tiempo y enfermedad.
Un saludo Compañero de celda.
Qué relato tan entrañable, José Carlos. Realmente hay enemigos formidables que nos acechan cargados de armas destructivas que ni siquiera podemos ver. La enseñanza de tu relato es que hay que disfrutar siempre en las buenas y luchar sin rendirse en las malas. Así es la vida :))
ResponderEliminarBuena aportación al concurso, compañero!!
Un abrazo enorme y feliz fide.
Gracias por tus palabras Julia. Es precisamente así, enemigos que llegan en ocasiones en silencio, o que poco a poco van creando una destrucción irreparable a pesar de la resistencia que se ejerza. Por eso hay que disfrutar de lo bueno y recordar que para bien o mal, lo más peligroso de la vida es vivirla, y a partir de ahí, todo lo demás hay que afrontarlo del mejor modo posible.
EliminarOtro abrazo igual de grande y feliz fin de semana :)
Un villano muy particular, tan malvado como los de marvel. Me ha recordado a "El diario de Noa". Una historia que llega a la patata.
ResponderEliminarSaludos acolchados!
Desde luego compañero, un villano particular, invisible en muchos casos hasta que ya es tarde, y tan malvado como en un cómic o película. Es un halago leer que te haya llegado a esa parte :)
Eliminar¡Un acolchado saludo!
Escrito con pulso firme y total sensibilidad. Un relato hermoso por su exquisita narrativa, profundo y conmovedor. Pura tristeza con un mensaje vital. Usando el alzheimer como villano has creado un texto formidable, José Carlos.
ResponderEliminar¡Abrazo, compañero!
Como siempre un placer leer tu análisis Edgar. Intenté escribirlo con la mayor sensibilidad posible, alejándome de detalles más...duros de la enfermedad. Hay villanos tan presentes en la realidad, que es necesario que nos convirtamos en héroes a menudo para afrontar cada batalla.
Eliminar¡Otro abrazo!
Maldito Alzeimer! Un besazo amigo Genial tu relato.
ResponderEliminarMaldito sea, toda la razón compañera. ¡Un beso!
EliminarMe alegra mucho que ese bloqueo te diera la oportunidad de escribir esta historia tan maravillosa. En cuanto supe que se trataba de esa enfermedad, vino a mi mente mi abuela. Por suerte para mí, no fui la más afectada en este tema, pero me dolía mucho que no reconociera a mi madre y que ella estuviera triste cuando no intentaba hacerle ver que era su hija.
ResponderEliminarSupongo que este relato lo he sentido muchísimo más que de costumbre por los recuerdos que ha traído consigo. Y bueno, como siempre, me ha encantado.
Muchos abrazos calurosos para estas fechas tan frías :)
Hola Ross, es cierto que tuve un pequeño bloqueo al escribir esta historia, ya que tenía dos formas de encararla pero con distintas enfermedades. Soy consciente de que habrá personas que hayan tenido la mala suerte de vivir en carne propia los síntomas de esta enfermedad en alguien cercano. Por eso lo importante es recordar que hay que seguir adelante del mejor modo que se pueda, saboreando cada victoria.
EliminarEspero que al margen del recuerdo que te haya invadido al leerlo, también repares en la importancia de seguir viviendo y disfrutando de bueno que ofrezca cada día.
¡Otro caluroso abrazo!
Eso es algo con lo que me quedé al finalizar el relato ;)
EliminarPues eso es lo importante. De nuevo te envío un abrazo :)
EliminarUna gran historia, con un villano aterrador que nos acecha a la vuelta de la esquina.
ResponderEliminarGenial, muy triste, pero me ha encantado ese halo de esperanza.
Un besillo.
Exacto María, a veces los peores villanos no tienen una forma física, pero sí que influyen en el deterioro de las personas que han de enfrentarse a sus ataques. Sin esperanza para seguir adelante, cada día sería una derrota aún sin tener que afrontar estas cosas. ¡Un beso!
EliminarTemido villano el que nos recuerdas (nunca mejor dicho) en este relato cargado de emotividad. Celebro que hayas escapado de los tópicos a la hora de encarar este reto y nos hayas introducido en una historia mucho más humana y que por otro lado infunde miedo de verdad. Un saludo.
ResponderEliminarHola Jorge, un terrible villano sin lugar a dudas. Ya me conoces, intento darle un toque diferencial (la dificultad es lograrlo siempre pero ese es el reto jeje) aunque se trate de un tema ya muy tratado. Así que me alegra leer por tus palabras que lo he logrado y te hayas sentido inmerso en las distintas sensaciones que el texto puede despertar. Un saludo para ti también compañero.
EliminarUn texto que nos lleva a la reflexión. El Alzheimer es una enfermedad que, como muy bien dices, causa pavor. Mucho más que una enfermedad física, porque lleva a perder aquello que para nosotros es más preciado, porque nuestros recuerdos, a fin de cuentas, son nuestra vida. Dicen que para prevenir la pérdida de memoria, lo que hemos de hacer es ejercitar el cerebro como si de otro músculo se tratase. Y para ello, una de los mejores ejercicios es leer… ¿Para qué voy a decir más, no?
ResponderEliminarUn placer leerte como siempre. Abrazos
Totalmente de acuerdo Isidoro, esta es una de esas enfermedades (por desgracia hay muchas duras) que pueden atacar a las personas en una etapa en la que atesoran infinidad de recuerdos y vivencias. La sensación es de pérdida de identidad, porque como has señalado, los recuerdos son nuestra vida. Sin duda un gran modo para prevenir o combatir esta cuestión lo has vuelto a mencionar, y tiene que ver con ejercitar el cerebro de distintas formas, y me alegra que este texto te haya gustado compañero.
EliminarUn placer responderte como siempre jeje. Un abrazo.
Hola Julio David, secundo totalmente tu primera frase. También tienes razón en lo demás, toda enfermedad degenerativa es terrible, tanto para la persona afectada como para su círculo más cercano, porque la sensación de impotencia está presente siempre. Y sí, totalmente injusta por lo que se pierde, ya que los recuerdos son de valor incalculable a cualquier edad.
ResponderEliminarUn saludo compañero.
Hola José me ha encantado este relato sobre esta enfermedad tan cruel. Me toca la fibra mas intima por que he vivido esta enfermedad cerca de mi madre durante mucho tiempo y he visto todo el proceso de la enfermedad. Tengo mucho escrito sobre el tema que cada vez que intento leerlo me hecho a llorar por lo sensible que me siento. A través de la enfermedad de mi madre he ayudado a mucha gente con su problema incluso haciendo charlas. Esta enfermedad me ha marcado tanto que me preparé y busque información sobre ella que me he especializado y estoy trabajando en una residencia de ancianos donde vivo día a día la problemática de esta enfermedad y otras degenerativas. Así que dicen que la experiencia en esos cuidados me hacen que me implique más con mis residentes y le de todo mi amor y todo mi cuidado. Un abrazo
ResponderEliminarHola Maria del Carmen, en primer lugar me alegra que te haya gustado el relato, a pesar de ser sobre algo cruel como has señalado. Lamento que tuvieras que vivir de forma cercana todo lo que ello conlleva, y me parece muy bien y muy elogiable que, lejos de dejarte abatir, te volcaras a investigar más al respecto.
EliminarEstoy seguro de que tu experiencia te servirá para afrontar de un mejor modo esa situación cuando la ves en otras personas, y ello repercutirá en una realización más humana y eficiente de tu trabajo. ¡Un abrazo!
Una enfermedad es el peor de los enemigos del ser humano. Y la impotencia de quienes ven la paulatina degradación del ser querido es el peor de los sufrimientos.
ResponderEliminarEsta es una enfermedad que padecen más los que la observan que los que la padecen en su fase avanzada.
Un relato muy triste y a la vez muy real.
Un abrazo.
Eso mismo pienso, que es el peor enemigo, o uno de los peores, sobretodo por la impotencia que genera muchas veces cuando uno no puede hacer nada por la otra parte. Lo has expresado perfectamente, la degradación del ser querido es algo para lo que nunca puede estar uno preparado, y en casos como éste lo sufren más quienes la ven desde afuera que el propio afectado, que está en ese estado de desorientación.
EliminarUn abrazo Josep Mª.
Es una enfermedad realmente terrible. La hermana de mi abuela la tuvo y fue triste ver como poco a poco su personalidad se fue perdiendo hasta que al final no quedó nada de ella.
ResponderEliminarPues sí, muy terrible ver como alguien se va apagando de esa manera sin que se pueda hacer gran cosa por remediarlo. Un saludo Rad.
Eliminargran micro jose carlos,lo más importante aparte de vencer al villano es permanecer unidos así seguro que se vence con amor y humildad,grande jose,un abrazo
ResponderEliminarGracias por tus palabras Pedro, así es, hay que intentar permanecer unido a esa persona y a otras que sean del mismo círculo, para hacer valedero el famoso dicho de que la unión hace la fuerza. Un abrazo compañero.
EliminarHola,José Carlos.
ResponderEliminarHace poco te he dejado un comentario y me he quedado con "mal sabor de boca". Ha salido espontáneo y ahí ha quedado. Luego he seguido "chafardeando" por tu blog. Te felicito por todas las cosas que haces.
Este relato me ha "tocado", éste sí, porque desprende amor, entrega y humanidad.
Me encanta como escribes, pero reconozco que los temas sobre los que escribes,a veces, no los entiendo o tal vez debería decir que no me llegan, posiblemente la edad influya bastante.
Ánimo y adelante, con todas las cosas que te ilusionen (pero sin pasarse, que eso de vestirse de "poli" para comer y beber gratis no está nada bien, jajaja).
Un abrazo.