Para poneros en situación antes de comenzar la lectura del texto, os recuerdo que la narración de esta historia, se hace entre el pasado y el presente del doctor August Remprelt. Los capítulos impares son del pasado, y los pares son del presente.
Para leer lo inmediatamente anterior a este capítulo, clickad aquí.
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Noviembre de 1988
August Remprelt se encontraba en su
despacho principal, sentado en una silla giratoria situada tras un imponente
escritorio de madera de caoba. De forma repetida, acariciaba un péndulo que
colgaba de su cuello. El gesto le traía recuerdos de su niñez, una época en la
que su visión del mundo se había tornado tan negra como un pozo de alquitrán. Y
todo había empezado a ocurrir por culpa de ese objeto que ahora acariciaba con
sus dedos, y que Remprelt había convertido en su talismán para las sesiones de
hipnosis.
El despacho principal de Remprelt era
todo un templo dedicado al estudio de la mente humana. Había varios estantes de
madera repletos de libros sobre el ser humano y sus funciones cerebrales,
estudios sobre la psique, la interpretación de los sueños, el subconsciente y
la hipnosis, biografías de los mejores profesionales en el campo de la
psiquiatría, e innumerables libros de medicina y anatomía. Pero la cosa no se
quedaba ahí, pues sobre el escritorio había un par de reproducciones a tamaño
real del cerebro humano, y en un enorme armario acristalado situado en un
extremo del despacho, había una inmensa colección de cintas de casete y vhs
sobre reportajes, documentales e investigaciones del cerebro humano y sus
diferentes funciones. Remprelt tenía un televisor con reproductor de vhs en el
despacho, y disfrutaba en ocasiones viendo algo de su colección. Del mismo
modo, en uno de los cajones de su escritorio guardaba un walkman para escuchar
los casetes en cualquier parte. Sin embargo, no era momento para el ocio, pues
Remprelt estaba esperando una visita, y tras escuchar unos golpes en su puerta,
dio orden de que pasara la persona a la que esperaba.
Con una mirada de ojos azules llena de
ambición, y una sonrisa que irradiaba autoconfianza, el visitante se presentó
como Stanley Farrell. A Remprelt le gustó el firme apretón de manos que le dio.
Una vez sentados, el doctor empezó a interrogar a su visitante:
- Así que le interesa el puesto de
vigilante nocturno, ¿verdad señor Farrell?
- Por favor, llámeme Stan. Y ya puestos
puede tutearme. ¿Quién no querría trabajar en un centro tan prestigioso como el
Clarkson?
- Ya, eso dice todo el mundo Stan- sonrió
con malicia Remprelt-, pero claro, tu labor no va a ser la de doctor, enfermero
o celador, así que… ¿por qué tanto interés en ser vigilante nocturno en este
centro? Según la ficha que dejaste en recursos humanos días atrás, ni siquiera
tienes experiencia previa para el puesto.
- Verá doctor Remprelt, sé que toda la experiencia
laboral que tengo no sirve ni de lejos para trabajar aquí, pero… ¿puedo serle
franco?
- Adelante Stan, soy todo oídos.
- Pues la razón es simple. Verá, sé por los
periódicos que en este centro internan cada vez a más personas condenadas por
la justicia, y tengo el deseo de vigilar que esa basura no se escape de aquí.
Suena un tanto extraño, pero esas personas le han fallado a la sociedad, y
disfrutaré viendo cómo pasan una larga temporada en este edificio.
- Ya veo, así que esa es su verdadera
motivación para el puesto- y el doctor, que se quitó las gafas para limpiarlas
con el faldón de la camisa, sintió un creciente interés por aquel tipo-. Es
peligroso hacer ese tipo de comentarios en una entrevista de trabajo.
- Lo siento doctor Remprelt, sólo he sido
sincero con usted. Como decía una antigua novia que tuve- y Stan esbozó una
enorme sonrisa-, hasta el demonio merece que le cuenten la verdad.
Tras escuchar aquella frase, a Remprelt
se le secó la boca. Había escuchado eso mismo en boca de alguien años atrás.
Pero ese alguien no le venía a la cabeza, y Remprelt era del tipo de personas
que creen que hay cosas que tarde o temprano, afloran en la mente de quien sabe
esperar pacientemente su llegada. Así que, tras buscar en uno de los cajones
del escritorio, encontró una botella de agua, le dio un trago, y continuó la
conversación:
- Agradezco tu sinceridad Stan. ¿Cómo sé
que tu deseo de vigilar a los pacientes no lleva oculto otro deseo aún mayor de
hacerles la vida imposible? Porque el vigilante nocturno únicamente debe
procurar que nadie salga de su habitación una vez se apaguen las luces, y que
todo esté en orden. La violencia física es lo último que quiero como director
de este centro.
- No se preocupe por ello doctor Remprelt,
no voy a negarle que la tentación de putear a esta gente es demasiado grande,
pero no es lo que deseo. Solamente quiero evitar cualquier posible fuga de
quien realmente fingiera estar loco para no ir a la cárcel.
- ¿Controlarás cualquier impulso negativo
hacia los pacientes?
- Desde luego, puede confiar en mí. Si le
parece bien- y Stan pasó a la última fase de su plan de ataque-, puedo estar
una semana a prueba, sin que usted me contrate. Si se siente satisfecho una vez
pase ese tiempo, podrá ofrecerme un contrato que estime adecuado, no pondré
pegas al tiempo o salario.
- Es una propuesta interesante Stan- a
Remprelt le empezaba a inspirar confianza el tipo-, me parece muy bien tu
ofrecimiento. Como en la ficha tengo tu teléfono de contacto, mañana te llamaré
para darte una respuesta.
- De acuerdo, estaré expectante.
Tras despedirse con un apretón de manos,
Stan cerró la puerta del despacho, y Remprelt volvió a sentarse en la silla
giratoria. Aquel tipo le despertaba sensaciones opuestas. Por un lado, había
captado su interés al revelar que su deseo de trabajar en el Clarkson, era para
controlar que la “basura” que los jueces enviaban allí, no escapara. También
mencionó algo que a Remprelt le pareció importante: esas personas le han
fallado a la sociedad. Ésa era una de las razones que motivaban la práctica del
proyecto fobia en los pacientes ingresados por vía judicial. Quizás, sólo
quizás, Stan podía ser con el tiempo un miembro más al servicio del proyecto.
Sin embargo, el instinto de Remprelt le decía que, si bien Stan podía ser en el
futuro un leal sirviente a su causa, también podía ser peligroso. La mención de
aquella frase sobre la verdad y el demonio había activado una alarma interior,
aunque su sonido apenas fuera audible. Al día siguiente llamaría a Stan, y le
daría una respuesta. Aún quedaba una larga jornada por delante, y otras cosas
que hacer.
Al mismo tiempo, Stan recorría los
pasillos para regresar al vestíbulo principal. Una vez que salió del Clarkson,
se dirigió al aparcamiento y subió a su Plymouth Fury del 58 color crema. Ya en
el interior, arrancó el motor y puso una emisora de música rock. Había seguido
el plan ideado el día anterior, y le había contado a Remprelt alguna de las
cosas que sabía que podían interesarle. Realmente no le importaba ninguna de
las personas que había allí internadas, por lo que no pensaba hacerles nada.
Pero tenía que conseguir aquel trabajo, era la única forma de poder investigar
lo que se cocía en el interior de aquel psiquiátrico. Había empleado los dos
últimos años de su vida en recabar toda la información posible sobre Remprelt y
el Clarkson, pero eso no le había dado la respuesta que buscaba a sus dudas, ya
que había obtenido esa información desde fuera. Necesitaba trabajar en aquel
lugar para investigar más, y para acceder al círculo de confianza del doctor.
Sabía que no sería una tarea fácil, pero Stan era una persona paciente. No le
quedaba más remedio que esperar la llamada prometida al día siguiente. Así que
puso en marcha el Plymouth, y cogió la carretera de servicio para regresar a su
casa.
Mientras tanto, en el Clarkson, el resto
de la jornada fue agotadora para Remprelt. Había tenido que atender a más
pacientes de la cuenta, debido a la baja de uno de los médicos de planta. Ya
entrada la noche, y tras comer algo en la cafetería del psiquiátrico, Remprelt
se dirigió a una de las habitaciones de descanso para el personal. Una vez
allí, se metió en una de las camas. Antes de quedarse dormido, y tras sopesarlo
varias veces, tomó una decisión respecto a Stan.
Al día siguiente, el teléfono sonó en
casa de Stan, y cuando éste lo descolgó, escuchó lo que tanto anhelaba oír:
- Stan, soy el doctor Remprelt. Te concedo
una semana de prueba, y si lo haces bien, serás el nuevo empleado para el turno
de noche. Ven mañana por la mañana y te enseñaré las instalaciones.
- Será un placer. Hasta mañana.
Tras colgar el teléfono, le invadió una
sensación de triunfo. Había sorteado el primer obstáculo hacia la verdad, y
ahora debía seguir con su actuación. Aprovecharía la semana de prueba para
hacer bien las cosas y ganarse la confianza de todo el mundo, y una vez lograra
el puesto, empezaría a investigar cada pasillo y habitación del psiquiátrico.
¡¡Genial!! Me ha gustado el giro que le has dado al final, parecía que el Doctor Remplert había encontrado en Stan un alma gemela, pero al parecer ha ido a dar con un enemigo... Y se lo ha metido en la cama, como se suele decir. A ver cómo se desarrolla todo. Los diálogos están estupendos, a mi se me dan de pena, así que admiro a quien los hace tan creíbles y amenos.
ResponderEliminarUn beso, José Carlos, feliz finde
¡Hola Chari! Me alegra que el personaje de Stan haya quedado en ese camino intermedio que da algo de misterio a sus motivaciones. Lo único que puedo decirte es que, para bien o mal, será un personaje con importancia en la trama. Ha sido una frase muy graciosa la de la cama jaja.
EliminarBueno, seguro que no se te dan tan mal los diálogos, todo es ponerse, corregir y volver a corregir hasta que te guste cómo quedan :)
Gracias por tan amables palabras y por ser una seguidora tan activa de esta historia. ¡Un abrazo y feliz finde!
Un personaje muy interesante y enigmatico llega a la institución. ¿Cuáles serán sus motivaciones? ¿Qué descubrirá? Son muchas las preguntas que se plantean en este capítulo y que dejan al lector expectante por saber más.
ResponderEliminarGran capítulo JC!
En efecto Santiago, te puedo asegurar que Stan es todo un personaje, y sus motivaciones para trabajar en el psiquiátrico son poderosas. El puesto de vigilante nocturno le permitirá avanzar en su búsqueda de respuestas. ¿Respuestas para qué? Poco a poco se irá desvelando su historia.
Eliminar¡Un abrazo Compañero de Celda!
Un segundo capítulo que vuelve al presente, con un August Remprelt adulto, convertido en doctor, regresando así al tiempo del prólogo. Una entrevista de trabajo realizada a un misterioso personaje cuyo objetivo real no parece ser trabajar ahí. Mediante una excelente descripción del santuario del doctor, nos transportas al lugar y nos haces presenciar la conversación con interés con un diálogo creíble.
ResponderEliminarAbrazo, Compañero nº 221.
Así es Ricardo, en este capítulo, vuelvo al presente de la historia, para ampliar un poco más el mundo que rodea a Remprelt, así como su santuario como bien has mencionado. Este nuevo personaje que ha entrado en escena, representa una incógnita para el argumento, ya que desea trabajar en el psiquiátrico pero tiene poderosas razones para ello, y eso puede convertirle o no en un socio ideal para Remprelt.
EliminarEstá siendo un placer co-escribir esta historia contigo, un abrazo Compañero nº13.
Una mente tan poderosa como la de August solo podria ser retada por alguien que sin miedo entrara a jugar en su propio juego, habra que ver si Stan no tenga una sórdida historia tras de el que le haya brindado la fortaleza mental de entrar en los terrenos de un experto en jugar con el rompecabezas de la mente humana.
ResponderEliminarSeguire al tanto de esta historia, realmente valio la pena y por mucho el esperar este magnífico segundo capítulo
un abrazo
Saludos Anto, me encanta el modo en que has hablado de la aparición de Stan. Para August va a representar todo un desafío conocer más sobre la personalidad de Stan, así como las motivaciones reales que le han llevado a solicitar el puesto de vigilante. Como has mencionado, habrá que ir descubriendo la historia del personaje, que creo que va a ser cuanto menos sorprendente.
EliminarEs un enorme placer tenerte como seguidor de la historia, y también leer cada uno de tus comentarios compañero. ¡Un abrazo!
Muy buen capítulo que consigue mantenernos expectantes y con ganas del siguiente José Carlos, el nuevo personaje me gusta aunque me da a mi que no esconde nada bueno!! Jeje
ResponderEliminarBesin ;)
Gracias por dejar tus impresiones Virginia. Me alegra que te quedes con ganas del siguiente capítulo, que correrá a cargo de Ricardo. La verdad es que Stan es un personaje con una fuerte motivación para entrar en escena. No desvelaré aún si es un motivo bueno o perverso, pero no dejará indiferente.
Eliminar¡Un beso!
Como te dije a través de la mirilla de la celda, un capítulo genial, un personaje inteligente que al inicio nos engaña aparentando ser un orate más de la institución o un tipo que merece estar en ella. Pero luego nos rebela sus supuestas intensiones. Cual sera su función en la institución? Capítulo que te deja con ganas de más. Muy bien JC. Beso.
ResponderEliminarHola Mendiel, agradezco tus palabras. El personaje de Stan será importante, y ha estado mucho tiempo preparándose para formar parte del psiquiátrico, por lo que tiene claro que debe meterse en el bolsillo a Remprelt. Espero que el próximo capítulo te siga dejando con ganas de más :)
Eliminar¡Un beso compañera!
Genial capítulo. Me quedo con ganas de saber más de este personaje y de todos los que estoy segura aún quedan por aparecer.
ResponderEliminarMe está gustando esta saga.
Un besillo.
Saludos María, me alegra leerte que tengas ganas de seguir la historia. Aparecerán otros personajes, y cada uno aportará su granito de arena para ensamblar el puzzle que representa todo esto. Es un placer tenerte de seguidora.
Eliminar¡Un beso!
Me ha encantado este nuevo personaje, ya que introduce más suspense a lo anterior. Una vez dentro nos podrá chivar cosillas. ;) Muy chulo, José.
ResponderEliminarUn besote. =)
Hola Soledad, me alegra que la entrada en escena de Stan te haya parecido un acierto. Es un personaje que tendrá importancia en la trama, no será el único, pero sí tendrá un papel de peso. Poco a poco se verá lo que desea encontrar.
EliminarUn beso y gracias por seguir activamente la historia.
¿Hay intereses ocultos? O solo pretende recabar información de lo que sucede a puerta cerrada...
ResponderEliminarMe da que hay mucho detrás del nuevo personaje, ¿venganza?
Me ha gustado mucho José Carlos, ;)
Esperando más capítulos.
Besos.
¡Saludos Irene! Voy a ser malvado y no te voy a adelantar nada importante, pero sí que este personaje, aunque no será el único nuevo en la trama a lo largo de los capítulos, tendrá un papel...que no dejará indiferente. Es un placer tenerte como seguidora de la historia.
Eliminar¡Un beso!
Magistral, José Carlos! Tenía muchas ganas de que llegase este segundo capítulo. Me está encantando la historia y la entrada de Stan ha sido perfecta. Estoy impaciente por leer los próximos capítulos.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias por tus palabras Eva. A veces estar metido en más de un proyecto literario a la vez tiene el inconveniente de tardar un poco en ir publicando cosas, pero me gusta saber que estabas expectante. Sí, Stan aportará mucho juego a su manera. En el próximo capítulo del presente (el 3º lo escribirá Ricardo y será de nuevo en el pasado), aparecerá otro personaje, espero te guste.
Eliminar¡Un beso!
Muy bien José Carlos. Continúas presentándonos a los personajes que van a formar toda esta genial trama, y de una manera altamente intrigante, tal como el relato requiere. Ese tal Stan promete ser todo un personaje, como tú mismo adelantas en los comentarios, y que veo va a dar mucho de sí. Un acierto su creación. También me gusta el detalle que pones en las descripciones, porque te tomas tu tiempo en situarnos perfectamente, en colocarnos visualmente en el lugar o en las acciones de los personajes, lo cual se agradece.
ResponderEliminarContinuaremos leyendo, je, je
Abrazos
Hola Isidoro, sí que va a ser un personaje que no dejará indiferente, poco a poco lo irás viendo jeje. Creo que, cuando se va a narrar una historia extensa, es tan importante el desarrollo de los personajes (ya sabes que incluso para algo breve es esencial), como el del entorno en el que se moverán, así que agrada leerte que las descripciones te han gustado.
Eliminar¡Un abrazo compañero!
Creo que Stan no sabe exactamente dónde se está metiendo, pero me causa curiosidad. ¿Por qué querrá introducirse en ese oscuro mundo? ¿Por qué necesita investigar el Clarkson? ¿Sospecha de las actividades del doctor? Muchas incógnitas que, supongo, serán resueltas en próximas entregas (espero jeje).
ResponderEliminarCada vez me gusta más leerte, pero sobre todo, cada vez me gusta muchísimo más Proyecto Fobia. Ambos le estáis dando buena forma ^^
Saludos.
Es cierto que Stan no conoce la magnitud de lo que sucede en el Clarkson, y con el deseo de dar respuesta a sus dudas, se propuso conseguir sí o sí el empleo. Poco a poco se irán desvelando las incógnitas sobre este personaje, que no dejarán indiferente, al menos así lo creo.
EliminarEs un halago estar ganándome tus elogios de forma constante, y que esta historia te esté atrapando entre sus letras. Gracias por el elogio al trabajo conjunto.
¡Un saludo!
Bueno, la verdad es que el día que no te lo ganes... Ese día será el mismo que deje de leerte porque no me guste lo que escribas. Me temo, mi querido JC, que eso no sucederá nunca ;)
EliminarEstá bien saber ese buen vaticinio jeje, gracias nuevamente por pasarte y comentar :)
EliminarMe parece interesante como hacéis el relato co-escrito entre dos, uno lo plantea a su forma y el otro le da la vuelta , los dos capítulos resultan interesante estoy en espera de la continuación.....
ResponderEliminarYo me encargo de los capítulos del presente y mi compañero Ricardo de los del pasado, así cada uno le da su toque aún narrando pasado y presente del mismo personaje. Un saludo y hasta el próximo capítulo.
EliminarMe ha encantado el modo en el que retratas a Stan, no tanto por lo que cuentas como por lo que sugiere. Hay mucho misterio detrás de este personaje que me hace preguntarme por su interés en entrar en el psiquiátrico. Te felicito. Me gusta mucho tu estilo. Saludos
ResponderEliminarMuy bien visto Ana, este personaje es de los que poco a poco se irá conociendo mejor, y se desvelará con los capítulos qué auténticos intereses tiene, y de qué índole son...
EliminarGracias por tus palabras, es un placer que te hayas sumado al seguimiento de esta historia y la estés disfrutando :) ¡Un abrazo compañera!