Este microrrelato, lo escribí para uno de los concursos de la comunidad "Edupsique: Narrativas multiformes", en concreto para su sección #ancla2. En uno de los concursos de esta sección, se ofrecían distintas imágenes para que los participantes escogieran una y escribieran un texto. Y aquí os traigo el mío, el cual espero que os guste, porque tuve el placer de ser uno de los 3 ganadores de aquel concurso.
Los sonidos de la alegría
En otros tiempos, Eulalia escuchaba expectante los
ruidos que surgían al otro lado de la pared. Lo fácil era observar por
cualquier ventana de la casa, cuyas vistas daban al puerto pesquero del pueblo.
Sin embargo…para Eulalia era especial escuchar a través de aquel maravilloso y
ornamentado círculo ovalado del desván. Lo que le llenaba el corazón de
alegría, como el viento que hincha las velas de un barco antiguo y le insufla
de una enorme potencia, era escuchar a través de aquel círculo el sonido del puerto
en su máxima actividad. Eso sólo podía significar una cosa: que el barco de su
esposo había vuelto de faenar en alta mar. Lo mágico era llenar cada cavidad
de sus oídos, con el sonido mezclado de las gaviotas y los marineros entonando
alegres canciones. Siempre que Eulalia escuchaba eso, el corazón le latía tan
deprisa que ella tenía miedo de que se le parara de golpe. Cuando Ricardo
atravesaba el umbral de la casa y ella bajaba corriendo las escaleras del
desván para abrazarle, todo era alegría, una alegría tan inmensa que sólo la
conocen quienes verdaderamente aman o han amado a alguien.
El desván y aquella construcción circular, que lejos
de ser una ventana bien laboriosa o un ojo de buey, era para Eulalia su círculo
de la alegría, tuvo su importancia durante muchos años, hasta que Ricardo y su
barco se hundieron en una tormenta marítima, y él y sus demás compañeros no
regresaron jamás. Ricardo nunca llegó a saber que Eulalia se quedó embarazada
tras su último tiempo juntos.
Algunas décadas después, y todavía en la misma casa,
Eulalia le contaba a su nieta Olga la importancia de aquel círculo mágico del
desván, y ambas se emocionaban cuando
los sonidos del exterior llegaban a sus oídos.
Eulalia era una mujer que prefería disfrutar de la sugerencia de los sonidos en vez de la realidad absoluta de las imágenes, por ello subía al desván y desde allí, escuchaba las rutinas del puerto, sumergiéndose en la magia de los sonidos. Y allí, esperaba ansiosa la llegada de su marido tras faenar en el peligroso mar. Una bella historia, José, que cuando llega a su momento trágico y a ese final evocador conmueve. Enhorabuena por tu puesto en el concurso.
ResponderEliminarUn abrazo, Compañero.
¡Gracias Ricardo! Exactamente, Eulalia disfrutaba de aquella manera, la sentía como algo mágico, y por eso no veía físicamente a su marido hasta que éste entraba en la casa. Pese a la tragedia, ella dejó que aquellos sonidos aún le despertaran sentimientos positivos, y así se lo transmitió a su nieta.
EliminarOtro abrazo.
Me gustan mucho las historias con alma, esas que siendo o no ciertas, tienen visos de realidad y transmiten sentimientos tan sencillos y tan complicados como solo un ser humano puede albergar. La tuya es así, entrañable y delicadamente realista. Me ha encantado!!
ResponderEliminarUn abrazo, José Carlos, y enhorabuena por ese premio logrado con tu relato :)
Sin duda este tipo de historias tienen un carisma especial cuando como bien has explicado, se cuentan cosas sencillas y que sin embargo son importantes para las personas. Me alegra haber logrado ese efecto a caballo entre realidad y sentimiento.
Eliminar¡Gracias por la enhorabuena, y por tu tiempo para leer y comentar! Otro abrazo Julia :)
Que facilidad tienen las abuelas para conseguir que las nietas vean la magia allí donde ellas la ven. Y sembrar tan buenos sentimientos dentro. Me encantó el micro, gracias por compartirlo. Besos
ResponderEliminarPues sí, no hay dudas sobre la valía de los ascendentes en nuestras vidas, y sobre la influencia de algunas cosas y valores que nos inculcan. Tras leer tu micro, tenía la sensación de que iba a gustarte esta historia, y me alegra mucho haber acertado :)
EliminarBesos y bienvenida a la burbuja, será un placer tenerte de visitante y volver a leerte :)
Me ha gustado el microrrelato por su sencillez de contar una historia triste en algo que al recordar hace muchos años era un signo de alegría lo que divisaba y oía por allí
ResponderEliminarEs cierto que la historia es triste por el desarrollo que tiene, pero la parte buena es justo la que has mencionado, el mencionar la alegría que suponía para la persona protagonista oír esos sonidos del exterior, sobretodo por lo que implicaba eso. Un saludo.
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