¡Un saludo desde el interior de uno de los pisos de la 13, Rue del Percebe! No os digo cuál exactamente que me querréis espiar. ¡No hay lugar a la privacidad en esta vivaracha comunidad de vecinos. Como el cómic español es un sector del que no tengo tanto conocimiento como de europeo o americano, me pareció que una gran forma de remediar eso era meterme un chute de una de las obras más populares de las viñetas españolas.

Estamos ante una de las obras míticas (que no la única por suerte) de Francisco Ibáñez (1936-2023), uno de los historietistas más importantes de las viñetas españolas. Creador entre otros muchos personajes de Mortadelo y Filemón, Pepe Gotera y Otilio, El botones Sacarino o Rompetechos, merece la pena darle un buen repaso a una obra que no realizó durante tantos años como algunas de las mencionadas antes, pero que sin duda marcó el mundo del tebeo en nuestro país. Yo había leído alguna que otra página años atrás y me gustaba la propuesta de autor, pero no ha sido hasta hace bien poco cuando he querido ponerme tranquilamente a disfrutar del legado artístico de Ibañez con esta serie.
A tal fin, quiero dedicarle un análisis especial a través de un par de obras que, por las fechas en que escribo este texto (octubre de 2025), son recientes. Por un lado hablaré de un especial tipo Wally de buscar y encontrar, y por el otro de una nueva reedición en formato integral del trabajo de Ibáñez en esta colección.
Busca y encuentra 13, Rue del Percebe
Esta primera propuesta me parece una opción fantástica para que los más peques de la casa conozcan y disfruten el universo del número 13 de la Rue del Percebe. Y ojo, la recomiendo tanto para el público más joven de la casa, como para cualquier otro grupo de edades, ya que es una selección de historias que permiten conocer mejor a las personas que habitan estas paredes, o a aquellas otras que tienen la mala suerte de tener que ir a este peligroso edificio.
Parte de la información que la editorial Bruguera dedica al tomo nos avanza lo siguiente:
"¿Serás capaz de descubrir todo lo que se esconde en el edificio más famoso de la historieta?
Con este Busca y encuentra de la 13, Rue del Percebe, podrás sumergirte en cada página para buscar y encontrar todos los elementos que se esconden en las viñetas: una calavera, un sombrero con tres alfileres, tres manojos de llaves... las páginas de la 13, Rue están plagadas de peculiaridades, ¿serás capaz de encontrar todos los detalles que se esconden en el edificio?"
Usando una propuesta lúdica del estilo de buscar al mítico Wally, tenemos una selección de historias donde aparece un listado de cosas que encontrar cada dos páginas, y al mismo tiempo en los márgenes se va aportando información muy útil para que conozcamos mejor los secretos tras las paredes de este mítico edificio. Por lo tanto no solamente puede uno disfrutar buscando los objetos necesarios para completar la lista y conocer curiosidades, sino que lógicamente el placer se halla también en disfrutar la historieta que hay en cada página.

Si nos fijamos en el tipo de historias que se cuentan y en la forma en que se presenta cada página, es inevitable pensar en series españolas de las últimas décadas que beben un poco de este material, como Aquí no hay quien viva o La que se avecina. Valga como ejemplo la figura de Don Senén, el dueño del colmado (que en la última página que ilustró Ibáñez de la serie era ya un supermercado), que tiene un género que muchas veces destaca por su escasa calidad y alta peligrosidad, y que intenta engañar a la gente; es un trápala que bien podría ser el Antonio Recio de la comunidad. Luego hay personajes surrealistas como el ladrón Ceferino Raffles, que vive en el tercero izquierda, y que roba todo aquello a lo que pueda echar mano. En las historias seleccionadas en el tomo, se le verá agenciándose un árbol, la chimenea o el ascensor del edificio, o cosas tan surrealistas como una alfombra mágica, una planta carnívora, o una antorcha olímpica. En no pocas ocasiones, sus robos provocan tragedias que se comentan en la radio.
En el ático se encuentra un pícaro de las deudas como es Manolo, al que se vende como un pintor, pero que demuestra un constante ingenio para librarse de la gran multitud de acreedores que intentan hablar con él para cobrar sus deudas. No puede faltar la mención del gato y el ratón del edificio, ya que el segundo siempre estará fastidiándole la vida al primero, en lo que recuerda al show de Rasca y Pica de Los Simpson o a la relación entre Tom y Jerry. Y elementos como el árbol junto al edificio que cambia de unas historias a otras, el ascensor que rara vez funciona, o la jauría de vecinos y vecinas que hay en el edificio y la gente nueva que llega a él, más apariciones estelares en algunas páginas, conforman una serie de historietas muy divertidas para todos los públicos.

El trabajo de Ibáñez como guionista es cierto que tiende a la repetición cuando uno está llegando al final del tomo, pero el hecho de que cada página sea una historia independiente (solamente las primeras que hizo en su momento avanzaban en sus tramas), es lo que permite que esta lectura sea ideal para alternar con otras cosas. Yo he ido leyendo cada días unas cuantas páginas para no saturarme y me he reído mucho con las surrealistas ocurrencias que tuvo el autor en su momento para contar cada nuevo día en este peculiar edificio. Hay personajes memorables, otros no tanto, y algún que otro cameo que siempre saca una sonrisa. Este edificio sufre de todo, incendios, invasiones alienígenas, inundaciones... y eso hace que se rompa de vez en cuando la monotonía, por lo que viene bien. Por lo tanto, y como me gusta el tipo de humor que usaba el autor, he disfrutado de su trabajo con esta lectura en pequeñas dosis.
Respecto al apartado gráfico, aunque el estilo de dibujo de Ibáñez pueda parecer sencillo al lector más novato, no es ni por asomo. Hay que tener en cuenta que el mérito de esta serie era condensar en una sola páginas muchas historias de demasiados personajes, y además lograr que estuvieran cada página repleta de gags visuales. Es por ello que he disfrutado mucho de esta lectura, tanto con esos pequeños cameos de personajes famosos del autor, como con las ocurrencias que tenía y que hacían entrañable abrir cada día el álbum para ver con qué me sorprendía. Por lo tanto me llevo una muy grata impresión de este trabajo, aunque no fuera una sorpresa porque ya conocía al autor de otros trabajos.
¿Merece la pena el álbum? Pues claro, y lo hago extensible a todo tipo de público. Lo veo disfrutable para un público joven, pero también para gente de más edad, bien porque leyeran las historias del autor en otras décadas, o porque sean personas que hayan leído mucho tebeo español o cómic europeo, pero no hayan llegado todavía a conocer las virtudes del 13, Rue del Percebe. Los datos que hay en los márgenes de las páginas me han reportado mucha información extra de la serie, y la lista de objetos a buscar en cada varias páginas ha sido un buen reto para ir fijándome bien en cada viñeta. La edición de Bruguera me ha parecido excelente.
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