30 de enero de 2021

Pasaje a Circondia

El golpeteo de las gotas de lluvia sobre los cristales del estudio era muy relajante. Olga se había quedado dormida en el sofá mientras leía. Al acordarse de lo que hacía antes de dormir, buscó el libro, que estaba en el suelo. Intentó encontrar la última página que recordaba haber leído, y luego introdujo un marcapáginas antes de cerrar el libro. 

Miró su reloj de pulsera y apenas era media tarde todavía, pero las nubes de tormenta habían conferido una tonalidad violeta al estudio, dando la sensación de estar empezando la noche. Olga se levantó del sofá y se fue a la cocina a prepararse una infusión caliente de hierbas. La lluvia le evocaba recuerdos muy agradables. En un día como ése había recibido sus primeros regalos de Navidad en la infancia, pero también recordaba haber salido a correr bajo la lluvia muchas veces, o besar a algún chico en pleno diluvio, tan solo por el deseo de sentirse en contacto con la naturaleza. Y también fue en un día similar cuando tuvo su primer contacto con el reino de Circondia…

Con aquel último fogonazo de su memoria, Olga sintió una punzada de nostalgia. Lo echaba de menos. En aquel lugar había pasado muchas horas de su vida, que allí equivalían a varios años en tiempo circondiano. Cuando consideró que había llegado el momento de no volver a Circondia, guardó la llave con la que accedía a aquel reino. De aquello habían pasado ya tres años. Aunque en ese tiempo había tenido que frenarse los pies ante cada impulso de volver allí, cosa que había ocurrido muchas veces. No obstante, el cielo parecía lanzarle a Olga una indirecta para volver allí. La tormenta se vio completada por la irrupción de varios relámpagos, y Olga creyó ver en el cielo una figura dibujada entre cada estallido de luz. Parecía… sí, la puerta de acceso a Circondia. 

Cediendo ante el enorme impulso de su interior, Olga dejó en la encimera de la cocina la humeante taza que todavía sostenía en la mano, y se encaminó a su habitación. Cogió un cojín concreto de los muchos que había sobre su cama, lo abrió, y encontró lo que buscaba. Abrió el armario y cogió un chubasquero rojo. Una vez que se encaminó al zapatero que había cerca de la puerta del estudio, cogió unas botas de agua y se las puso. Se sentía emocionada. Salió del edificio en el que vivía y caminó varias calles bajo la incesante lluvia. 

Uno de los encantos de Circondia era que su acceso estaba en la puerta de una librería. Olga lo descubrió cuando empezó a trabajar en ella. Le tocó abrir un día que el dueño no podía ir, y se equivocó introduciendo una llave distinta en la cerradura. Al principio pensó que la había roto, porque se escuchó un sonido similar al metal al partirse, pero cuando la puerta se abrió sola, vio lo más maravilloso que jamás pudo imaginar. Y eso mismo es lo que contemplaba ahora, la entrada a Circondia, que la volvería a recibir con los brazos abiertos…

28 de enero de 2021

Reseña de Nils 1: Los elementales. La presentación de un mundo de fantasía donde la vida se extingue lentamente

¡Hola! Aunque ya había abordado el terreno de la fantasía anteriormente en esta sección (a través de mis análisis de "Merlín 1" y "Merlín 2"), en esos casos se trataba de historias con un fuerte componente humorístico. No obstante, el cómic que voy a analizaros aquí, y que es el primero de una trilogía, camina sobre ese terreno narrativo desde una perspectiva seria, porque nos va a mostrar un mundo en decadencia donde la vida se extingue lentamente. Mi reseña de hoy está dedicada al tomo "Nils 1: Los elementales" de Ediciones Kraken.


Aunque se publicó originariamente en el mercado francobelga por la editorial Soleil, gracias a Ediciones Kraken podemos disfrutar en España de esta historia. No voy a ocultar el hecho de que, hasta hace unos años, mis lecturas de cómic estaban muy orientadas al mercado americano, y en concreto al género de los superhéroes. Pero mi paladar comiquero se fue expandiendo y poco a poco comencé  a leer más y más cómics producidos en Europa. Eso me ha permitido disfrutar cada vez más de las geniales historias que se hacen en el viejo continente. Nils es un buen ejemplo de esas historias de calidad que se pueden degustar, porque no solamente se trata de un cómic bien hecho, sino que gracias a su arte gráfico, fácilmente lo puede visualizar uno como si se tratase de una película de animación.


Lo anterior no es algo que solamente piense yo, pues tenemos como ejemplo la descripción que la editorial hace de este primer tomo y que os cito: "Primer tomo de la trilogía Nils, una historia ecologista a medio camino entre la mitología nórdica y las obras de Miyazaki". Por si no sois personas muy conocedoras del mundo del anime, Hayao Miyazaki es toda una leyenda del sector, ya que, además de ser director de cine de animación, es también ilustrador, productor y animador entre otras cosas. Y por si fuera poco, es co-fundador del famoso Studio Ghibli junto a Isao Takahata. Es responsable de películas como "El viaje de Chihiro" o "La princesa Mononoke". Pues bien, además de esta sensación de leer una obra que fácilmente podría ser una película, tenemos ese otro elemento que impregna todo el cómic, como es la mitología. 

¿Qué artistas han creado este primer tomo de la serie? Encargado de los guiones, tenemos a Jérôme Hamon (conocido por "Green Class" y que participó en "Marsupilami"), mientras que de los lápices, el entintado y el color, se ocupa Antoine Carrion (que cuenta en su historial con obras como "El canto de los sables" o "La sombra blanca"). Se trata de la primera colaboración entre ambos autores, los cuales estarán juntos durante toda la trilogía. En cuanto a este primer tomo que nos ocupa, el resultado de su estreno como pareja artística es más que aceptable. Por último pero no menos importante, la traducción está hecha por Jorge García Valcárcel.

¿Qué se nos cuenta en este primer tomo de la trilogía? Su sinopsis es la siguiente:

"Según las antiguas leyendas, hay un mundo más allá de la materia. Un mundo hecho de seres luminosos, sin los cuales la materia permanecería inerte. 

Así, cuando los territorios del Norte, antes fértiles y florecientes, se convierten en tierras áridas donde nada crece, estas leyendas reaparecen y las miradas se vuelven hacia los antiguos dioses. 

Nils, acompañado por su padre, trata de esclarecer el misterio. 

Recuerdos, memoria, equilibrio entre el mundo de los hombres y el mundo de los dioses. Una historia que sumerge a través de preguntas metafísicas y existenciales."

Desde las primeras páginas ya se nos muestra un mundo frío y sin vida. Hay personas y animales desde luego, pero los campos cultivados no dan ningún fruto, las mujeres no pueden quedarse embarazadas, ni los animales reproducirse. En esas circunstancias, los seres humanos son conscientes de que algo pasa, y que, si nada lo remedia, están destinados a morir y extinguirse con el paso del tiempo. Ahí entrará en juego Ruben, un hombre estudioso que destina su tiempo a investigar lo que pasa y cómo arreglar el problema. Sabedor de que en algún lugar del mundo debe haber respuestas, decidirá viajar para encontrar una solución a la falta de vida.

Pero no hará solo el viaje, pues estará con él Nils, su hijo. Este personaje no solamente da nombre a la trilogía como podéis ver, sino que además tendrá un papel importante que desempeñar a lo largo de la historia, aunque es algo que se irá descubriendo poco a poco. Una vez que padre e hijo comiencen su periplo, llegarán a un bosque donde descubrirán la existencia de los elementales, quienes, en conexión con la materia orgánica, contribuyen a la existencia de vida en el mundo. Pero cada vez quedan menos elementales por culpa del papel que desempeña en todo esto el reino de Cyan.


Más o menos hasta ahí os puedo contar. En este primer tomo, se sientan las bases de lo que será este universo ficticio que tendrá más desarrollo en las otras entregas. A tal efecto, juega un papel lógico que se muestre un mundo en decadencia cuya vida se extingue poco a poco, como también es importante que sepamos qué bandos hay en esta historia, y qué importancia tienen los elementales y la existencia de los dioses en todo lo que sucede. Aunque los personajes no están muy desarrollados, no lo considero un problema, porque tratándose de una primera parte de una trama más amplia, es lógico que aquí se nos dé la información en pequeñas dosis, pues todavía queda mucha tela por cortar. 

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? En primer lugar, y en lo que respecta al guion de Hamon, se nos plantea una historia encuadrada en el género de la fantasía (con ciertos toques de steampunk por la tecnología que podemos ver de Cyan), donde la naturaleza y la mitología cobran importancia. Se plantea una historia que tiene interés, y está bien dosificada la información que el guionista quiere transmitir. La trama avanza con bastante ritmo, y si bien en algunas páginas los acontecimientos parecen un tanto apresurados, no es algo que deba restarle puntuación al resto de la narrativa. Para ser el primer tomo de la trilogía, me ha generado el suficiente interés como para ver qué depara el resto de la historia. 

Abordando ahora el desempeño de Carrion en la parcela gráfica, no me queda otra que destacar su exquisito trabajo a los lápices. Se puede disfrutar de muchas maneras de un buen dibujo, y en mi caso, cuando estás viendo unas viñetas que, además de funcionar como cómic, podrían hacerlo como película, queda claro que merece la pena el material. Son geniales los fondos de muchas viñetas, que no hacen sino mostrarnos más de ese mundo de fantasía donde se desarrolla la historia. 

No menos acertada es la paleta de colores que usa Carrion, de tonalidades más frías y apagadas por lo general, pero que es justo lo que encaja con este mundo que se está muriendo. Como contraposición, sí que tenemos un color más intenso cuando vemos a los elementales, o bien la influencia de los mismos en las cosas, porque es señal de que hay vida en lo que vemos. Ese contraste de luminosidad me ha gustado.

¿Merece la pena el cómic? Claro que SÍ. Cuando estamos ante una primera parte de una trilogía, es lógico que tengamos la duda inicial sobre darle una oportunidad o no, por si luego no nos convence y dejamos una historia sin terminar. Pero desde mi punto de vista, estamos ante un tomo que tiene los suficientes elementos de interés para que os enganche la trama, y queráis saber cómo sigue todo. Los autores realizan una gran labor, y eso se nota por la calidad de la lectura. Os recomiendo darle una oportunidad, ya os guste el género de la fantasía, el campo de la animación, o las historias con trasfondo y que hablan de la conexión naturaleza-vida. 

Por ir terminando, y respecto a la edición, Ediciones Kraken ha sacado este tomo en formato de tapa dura. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías, podéis hacerlo aquí. Os dejo con el índice de los análisis de la trilogía. ¡Hasta la próxima!

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24 de enero de 2021

Reseña de Helldorado. Una guerra despiadada entre conquistadores y nativos

Saludos gente lectora, preparad el equipaje y tomaos algo para el mareo, porque el cómic objeto de reseña hoy, nos va a transportar a una pequeña isla situada en el océano Atlántico en pleno siglo XVII. Aquí podremos ver el duro enfrentamiento entre conquistadores españoles y nativos locales, todo ello aderezado por la importante presencia de una epidemia que asola a ambos bandos. Así pues, hoy os hablaré de "Helldorado" de la editorial Nuevo Nueve. 


Esta obra, publicada originariamente entre los años 2006 y 2009 por la editorial Casterman para el mercado francobelga, nos llega de forma íntegra a España gracias a Nuevo Nueve, y me parece todo un acierto, porque se trata de un material de interés y bien elaborado. Os anticipo que el término "hell" del título, no está simplemente para llamar la atención, sino que realmente se trata de un cómic donde veremos el lado más oscuro y despiadado del ser humano en un entorno que ya de por sí es duro. Porque una cosa es contar una historia de conquistadores ávidos de sangre y oro, pero otra muy distinta es añadir en esa ecuación la presencia de una terrible epidemia que hará mella en todo ser viviente. 


Pero me estoy adelantando. Es cierto que, cuando se mencionan las palabras "El Dorado", algunas de las cosas o situaciones que puedan venirnos a la cabeza sean referentes a barcos llenos de conquistadores europeos, con destino a islas exóticas inexploradas y de riquezas por descubrir. Que luego se trate de militares pacíficos o violentos es harina de otro costal, aunque en muchos casos la balanza se decante por la violencia (como pasa en este cómic). No lo digo a coña, pero por el diseño de los escenarios y los personajes, en algunas páginas de esta obra me he acordado de la película de animación "La ruta hacia El Dorado", aunque "Helldorado" es todo lo opuesto a eso, compartiendo únicamente detalles estéticos. 

¿Qué personas están tras la creación de esta obra? A los guiones tenemos a Jean David-Morvan (autor entre otros cómics de "Lobezno Saudade" o "Las aventuras de Spirou y Fantasio", del cual reseñé su trabajo en "Merlín") y Miroslav Dragan (conocido por "El arte de Estela" o "La Hermandad"). A cargo de la labor gráfica, tanto en el dibujo como en el color, está Ignacio Noé (quien participó en la obra argentina "Historietas por la identidad" o en "Las crónicas de Sillage"). De los tres artistas, al único que conocía era a Morvan, así que he tenido la oportunidad de estrenarme y valorar el trabajo de las otras dos partes. 

¿Qué historia tenemos en este cómic? Os comparto aquí la sinopsis facilitada por la editorial:

"Siglo XVII, una pequeña isla tropical en medio del océano Atlántico. 

Conquistadores españoles y Syyanas, indios nativos que la habitan, libran una sangrienta guerra. 

En consecuencia, la isla se convertirá en el campo de batalla del frontal choque de dos civilizaciones opuestas radicalmente en todo: costumbres, religión, moral… 

Pero una misteriosa epidemia asola por igual a ambos bandos."

Ya desde las primeras páginas, donde no hay textos de apoyo, se nos muestra el tipo de lectura que vamos a tener en adelante. Se suele decir que, cuando un ilustrador está inspirado en la narración gráfica y las composiciones de página, no hace falta nada más para entender lo que estamos viendo. Y eso es lo que tenemos en el inicio de este tomo, donde podemos ver la crueldad de los conquistadores hacia los nativos, sin necesitar leer ni una palabra explicativa. Con el incisivo uso de los primeros planos que usa Noé, tenemos información más que de sobra para entender todo lo que está sucediendo, y captar las emociones de crueldad y desolación que se nos intenta transmitir.

Pero no os vayáis a pensar que solamente los conquistadores son crueles, porque los propios Syyanas van bien servidos en ese sentido. La existencia de la epidemia, y el hecho de que afecte a una buena parte de la población Syyana, nos permite ver de qué manera lidia con ella su líder, haciendo gala de una frialdad desalentadora viendo cómo trata a sus congéneres por el hecho de estar infectados. Y sobre este punto gravita gran parte de la historia, porque, además de mostrarnos poco a poco las diferencias entre cada uno de los bandos enfrentados, se hace hincapié en la peligrosidad de la epidemia, y en el uso que se hace de las personas infectadas para según qué finalidades. 


La narración gira alrededor de varios personajes movidos por intereses contrapuestos, si bien tienen cosas en común. Por un lado tenemos al conquistador Abatirso, auténtico devoto de Dios desde que tuvo un momento de revelación en el pasado, y que tiene como única meta purgar el mal existente en la isla, para lo cual no le importará llevarse por delante a su propia gente. También está Pavo-Caltán, quien dirige a los Syyanas y hará lo que sea necesario para frenar a sus rivales. Pero en medio de esta sangrienta contienda tendremos a Dathcino, Hutatsu e Initsiii, nativos que se ven en medio de ambos bandos, y que sufrirán como consecuencia de ello, aunque cada uno tenga un papel que jugar en esta historia. Así pues, hay elementos suficientes para que esta historia sea cuanto menos interesante de seguir. 

¿Qué valoración merecen los autores de este cómic? Empezando por los guiones, y sopesando de forma conjunta el trabajo de Morvan y Dragan, tenemos un gran trabajo a dúo. Ambos nos cuentan una historia que ya desde el principio engancha y no me resultó pesada de leer, y que desde mi punto de vista acierta al mostrarnos cómo viven esta guerra los diferentes bandos, y no solamente uno de ellos, lo que habría dejado en anecdóticas las razones que tuviese una parte u otra para ganar su enfrentamiento. Sigo pensando que el título de este cómic no es por casualidad, y que se nos quiere mostrar hasta qué punto puede ser un infierno vivir una historia como la que se nos cuenta, motivo por el cual el aura de muerte y maldad que impregna casi toda la historia está hábilmente logrado, sin andarse con contemplaciones. Además, el final es muy acorde a lo que se nos ha contado para llegar a él.

Respecto al argentino Noé, su destreza a los lápices es muy buena, en especial en los primeros planos, que tan presentes están en todo el cómic. Precisamente por el uso de esos enfoques tan directos, podemos ver bien la expresividad de todos y cada uno de los personajes, ya sean los principales en la viñeta, o simplemente algunos que están a su alrededor. 

Pero además de lo anterior, esos planos incisivos también nos permiten disfrutar de una gran variedad de animales de la isla. Y no solamente eso, sino que a través de diferentes planos más generales o panorámicos, también podemos disfrutar bien de los distintos escenarios en los que transcurre la historia. El uso del color me parece acertado, y permite diferenciar bien escenas del presente, de flasbacks del pasado de los personajes. 

¿Merece la pena el cómic? Claro que SÍ. Esta obra merece la pena tanto por la historia que cuenta, a pesar de que no sea ande con rodeos para mostrar la crueldad de ninguno de los dos bandos, como por su arte gráfico de gran calidad. Es un cómic que avanza con ritmo y sabe dosificar bien los momentos de calma, y que además se sustenta de forma acertada sobre sus diferentes ejes narrativos. Os animo a darle una oportunidad, ya que además es auto conclusivo.

Por último y sobre la edición, Nuevo Nueve ha sacado este tomo en formato de tapa dura, recopilando los tres álbumes existentes, permitiendo así que podamos leer de un tirón el material. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías, podéis hacerlo aquí. ¡Hasta la próxima!

21 de enero de 2021

Reseña de El Veterano. Reconstruyendo el pasado de un hombre perdido

Hola a todo el mundo. El cómic que será hoy objeto de análisis, nos presenta la historia de un antiguo combatiente de las guerras napoleónicas que, debido a una herida en la cabeza, tendrá que reconstruir su pasado, en medio de una trama a medio caballo entre el culebrón y lo detectivesco. El título de esta obra de Ponent Mon que voy a reseñaros es "El Veterano".  


Esta obra fue originariamente publicada por la editorial Glénat en 2017. Me es imposible obviar el hecho paradójico de que, gracias a Ponent Mon entre otras editoriales, estoy haciéndome todo un lector "veterano" en el cómic europeo. Y eso pasa no solamente por leer obras publicadas en nuestro continente, sino también por las distintas épocas de la historia de la humanidad que puedo disfrutar de forma gráfica, gracias a los contenidos que publica esta editorial. Hasta la fecha apenas había leído cómics ambientados en la época de Napoleón, y lo más cercano en el marco temporal había sido el libro de "El Conde de Monte Cristo" de Alejandro Dumas. Por eso este cómic, que arranca en la famosa batalla de Waterloo, me ha permitido entre otras cosas viajar a esa época gracias a sus viñetas. 


Mi anterior reseña a ésta, sobre el tomo "El flautista de Arnhem", también estaba dedicada a otra historia ambientada en un período de guerra, pero mucho más reciente en comparación. Pues bien, una de las primeras cosas que puedo deciros de "El Veterano", es que, además de escenas propias de la guerra de Waterloo,  presenta algunos elementos comunes tanto a la obra que ya os citaba de Dumas, como a otras de corte más detectivesco o de intriga, entre las que, aunque os parezca extraño, podría citar historias de Agatha Christie o Sir Arthur Conan Doyle. Y ello es así porque, tanto por la propia naturaleza de la historia en sí, como por la forma de actuar de muchos personajes, parece que estemos ante una de esas historias de misterio donde hay algo que no encaja, y es necesario estar atento para intentar averiguar quién ha hecho qué y por qué motivos. 

¿Qué equipo creativo hay tras esta obra? En este caso hay tres personas implicadas, siendo el ya fallecido Frank Giroud el guionista (conocido entre otras cosas por la colección "Destinos" o la obra "¡Adelante!"), Gilles Mezzomo el dibujante (ilustrador en "Ethan Ringler - Agente Federal y también participante en un número de "Destinos"), y Céline Labriet la colorista (que ha participado en la colección de Glénat dedicada a grandes personajes de la historia). Este trío de artistas realiza una buena labor en conjunto, aunque posteriormente la analizaré por separado. De la traducción al castellano se ocupa Fabián Rodríguez Piastri. 

¿Cuál es la sinopsis de este cómic? La trama que os encontraréis es la siguiente: 

Ha vuelto de entre los muertos. Está perdido entre los vivos.Un veterano del ejército de pronto descubre que tiene esposa, riquezas y una vida anterior que no recuerda.

"Septiembre de 1815. Herido en la cabeza durante la batalla de Waterloo, Maxime Danjou, antiguo capitán del 7º de Húsares, protagoniza una trifulca con unos realistas al salir del hospital Val-de-Grâce.

Mathilde Brunoy, que se presenta como su esposa, le saca de prisión. Al oficial, esa hermosa mujer le suena de algo, pero… ¡sabe que jamás ha estado casado! 

Durante los días siguientes, tratará de convencer a Mathilde de que se equivoca, pero poco a poco van apareciendo pruebas que parecen apuntar a que se trata efectivamente del coronel Brunoy. 

Pruebas tan abrumadoras que Maxime empieza a perder el norte. ¿Se estará volviendo loco? ¿Tal vez Mathilde, traumatizada por la muerte de su marido, pretende que este reviva en otro? ¿Será acaso víctima de una endiablada maquinación?"

Como ya podéis ver claramente, al margen del inicio de la historia lleno de acción, llega cierto momento a partir del cual todo lo que van surgiendo son más y más interrogantes, que no solamente deben ser resueltos, sino que empezarán a agolparse en la cabeza del protagonista, que cree saber quién es claramente, pero que poco a poco comienza a tener sus dudas. Ello se ve reforzado por las secuelas que él arrastra de su pasado militar, y que se manifiestan en pérdidas de memoria o desvanecimientos. Esto es algo que, además de hilvanar una trama de intriga, da un poco de juego a que el campo de la psicología, aunque de forma un tanto pasajera, haga su aparición en la historia.

Como las dudas del desdichado protagonista le hacen pensar que, pese a saber realmente quién es, hay cosas que no terminan de encajar, esto será lo que nos introduzca sin lugar a dudas el elemento detectivesco en la ecuación, merced a un investigador privado que intentará esclarecer todo este misterio. En este aspecto, es muy evidente la influencia de Sherlock Holmes, porque el investigador no solamente es hábil mentalmente, sino también alguien que tiene un buen dominio en el arte del disfraz. 


Todo lo anterior es lo que hace que estemos ante una historia donde hay cabida para situaciones de los más variadas, como batallas militares o duelos a espada, pasando por tramas romántico-trágicas y misterios por resolver, donde si uno está lo bastante atento, puede tener pistas suficientes para saber qué es lo que pasa realmente, y quién es la persona al frente de todo. Hay asesinatos, enigmas y codicia a lo largo del camino que tendrá que recorrer este veterano con una salud delicada. 

¿Qué valoración merecen los autores de la obra? En primer lugar, y en lo que atañe a Giroud con el guion, realiza una buena labor planteando distintos interrogantes a lo largo de la historia, si bien es cierto que en ocasiones creo que gestiona de forma errónea los tiempos para la resolución de algunas cosas, haciendo que puedan parecer precipitadas las revelaciones mientras que la historia es de cocción lenta. Pero en líneas generales, el guionista nos ofrece una historia con sus puntos de interés, y que queda bien resuelta. Además, son de agradecer algunas de las expresiones que usa a lo largo de las páginas, ya que eso hace sentir que uno realmente pueda estar en la época en la que todo transcurre.

En cuanto a Mezzomo y su trabajo en la ilustración, estamos ante un artista que trabaja mucho los detalles de cada escena, y que, a pesar de tener un trazo un tanto tosco y que en viñetas con mucho nivel de detalle puedan dificultar la perfecta visualización de todos los elementos, también rinde a buen nivel. Al igual que su compañero en los textos, aquí con los dibujos también podemos sentirnos como visitantes de época, ya sea por calles abarrotadas de transeúntes y comerciantes, campos de batalla, o paisajes en plena naturaleza. 

Y respecto al color, Labriet también logra realizar un trabajo bastante competente, en especial si tenemos en cuenta el nivel de detalle de Mezzomo, y lo que ello supone para colorear los distintos objetos, paisajes y personajes que veremos a lo largo de las páginas. Así que en conjunto, las tres partes del equipo creativo logran una buena sinergia. 

¿Merece la pena el cómic? SÍ, no se pierde nada por darle una oportunidad y leerlo, a lo cual os animo. Ayuda que estemos ante una historia auto conclusiva, y que la mezcla de distintos elementos y géneros narrativos aquí presentes den lugar a una buena historia, que a poco que os gusten los misterios, posiblemente os atrape hasta el final. Además, si estáis bien atentos a la lectura, van apareciendo ciertos detalles que pueden ayudaros en las conclusiones finales respecto a qué y quién está detrás del sinvivir que padece el protagonista. 

Por último y sobre la edición, tenemos en este tomo de tapa dura recopiladas las dos partes de la obra, lo que facilita que se pueda leer de un tirón, cosa que, teniendo en cuenta el clímax con el que acaba la primera parte, se agradece. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías, podéis hacerlo aquí. Hasta que volvamos a leernos, un saludo lectoras y lectores de cómic. 

20 de enero de 2021

Gambito de maestro

Nota informativa: Este texto que vais a leer es real y autobiográfico, ya que tuve a aquel profesor en la educación primaria, y lo he escrito para participar en el concurso de relatos #MiMejorMaestro convocado por la editorial Zenda e Iberdrola. 

Gambito de maestro

Todavía recuerdo la última vez que lo vi en persona. Él iba caminando por una céntrica calle granadina, dándole vueltas en el aire a un silbato atado a una cadena. Ese movimiento era algo habitual en él cuando me impartía clases, y no me sorprendió que siguiera realizándolo aunque ya estuviera jubilado, pues gracias a eso le pude reconocer en la lejanía. Con el tiempo, y gracias a mi retorno a la lectura de cómics, me fue fácil pensar que se parecía a Thor cuando mueve su Mjölnir para entrar en acción.  

Aquel día, tras haberle reconocido, me acerqué a él y le saludé. Le costó un poco reconocerme, ya que yo había cambiado un poco desde que terminé la educación primaria, y por aquel entonces estaba estudiando en la universidad. Pero al final supo quién era yo, y me agradó el hecho de que, a pesar de la incontable cantidad de alumnas y alumnos a los que dio clase durante su carrera, todavía se acordara de mí.  

He de reconocer que no es fácil encontrarse a los antiguos maestros de uno mismo. Se entremezclan la alegría de ver a alguien que influyó en mi crecimiento personal y académico, pero también la tristeza de comprobar que el tiempo pasa para todos, como en una partida de ajedrez, cuando entre jugada y jugada transcurren los minutos. Porque he ahí algunos de mis mejores recuerdos con mi antiguo profesor, como son nuestras partidas sobre el tablero.  

A ambos nos gustaba el ajedrez, y debido al hecho de que desarrollé una afición temprana por ese juego, y que él sabía jugar, fue inevitable terminar compartiendo tiempo juntos, en algún recreo o tarde de clase con tiempo libre, como dos peones que avanzan sus caminos en el tablero de forma solitaria, pero al final terminan colisionando. Soy incapaz de recordar quién de los dos ganó más partidas, pero eso no importa.  

Confieso que, además del ajedrez, otra de las cosas que me gustaba hacer con mi maestro, era chincharle (aunque éramos varios los compañeros que nos poníamos pesados) cada vez que teníamos con él clases de educación física, para que nos dejara jugar al fútbol a mí y los demás futboleros del aula. Huelga decir el exquisito placer que nos generaba el verle aparecer ante nosotros con un balón de fútbol y su silbato inseparable, dispuesto a entrar en escena si nos pasábamos de intensos en el partido.  

Pensaréis que de todo lo que he relatado, no he mencionado ningún recuerdo relacionado directamente con la enseñanza o alguna materia académica, pero no es porque él fuera un mal maestro. Sencillamente, creo que la valía de un docente está más allá de lo que pueda enseñarte en una pizarra o un manual de texto, porque al final todos somos personas, y el aprendizaje de un ser humano puede suceder a diferentes niveles. A su manera, esto es como una serie de movimientos en un tablero de ajedrez, pues una partida se puede ganar con una incontable variedad de combinaciones, las mismas que puede tener un docente para que uno de sus alumnos progrese en un sentido u otro. 

Aquel día, cuando me despedí de él, tuve una extraña sensación. No sabría explicar la razón. Quizás fuera por si no volvíamos a encontrarnos nunca, quien sabe. No obstante, también me quedé satisfecho de haber vuelto a verle tras tantos años sin saber de él. Porque a día de hoy, y aunque han pasado bastantes años desde aquel último encuentro en la calle, todavía puedo recordar aquellos momentos compartidos, con o sin tablero de ajedrez, y que forman parte del rastro que Matías, mi maestro, dejó en mí. 

16 de enero de 2021

Reseña de El flautista de Arnhem. Una historia familiar dentro de la Operación Market Garden

Saludos visitantes de la burbuja, hoy estoy aquí para compartiros mis impresiones tras la lectura de una historia bélica publicada por Ponent Mon. No es mi primer encuentro con este género dentro del mundo del cómic, y he de admitir que hasta la fecha mis experiencias han sido positivas. ¿Habrá sucedido igual en esta ocasión? Al final lo sabréis. La obra elegida para reseñar es... "El flautista de Arnhem". 


Hay que comenzar diciendo que, aunque en esta obra algunos personajes son ficticios para centrar la narración sobre ellos y lo que les acontece, el resto de los que aparecen, al igual que lo que se nos cuenta, sucedió realmente.  La Operación Market Garden, que fue la mayor operación aerotransportada de la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar en septiembre del año 1944, de forma posterior al más que conocido Desembarco de Normandía. Por resumirlo mucho, la idea con este plan de los Aliados era capturar varios puentes dominados por los nazis, ubicados en los Países Bajos, para poder atacar Alemania. A tal efecto, esta operación estaba dividida a su vez en dos fases u operaciones. Por un lado, con la fase Market, la fuerza aerotransportada de los Aliados intentaría la toma de dichos puentes, lo cual se reforzaría con la fase Garden, en la que tropas terrestres avanzarían también hacia dichos lugares, reuniéndose así todos los efectivos posibles. 


Como suele pasar con estos sucesos de la historia, puede que antes de leer esta obra ya sepáis si dicha operación militar fue un éxito o un fracaso. Yo desde luego no voy a deciros nada más al respecto, porque la manera en la que está confeccionado "El flautista de Arnhem", hace que esta lectura sea de un gran interés para conocer más a fondo dicha operación aliada. Ello es así por la inclusión de mapas, referencias históricas, y otros datos y elementos que confieren un toque casi de documental a este tomo, el cual, por otra parte, me hizo recordar muchas de las películas bélicas que he visto ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. 

¿Quién ha creado esta obra? Como artista único, y podríamos decir que como flautista en solitario de esta composición, está Antonio Gil, autor ya curtido en ilustraciones históricas, que dentro del mundo de los cómics ya hizo otra historia bélica como fue "1921: El Rif". Pues bien, cuando alguien tiene experiencia en contar historias de cierto tipo, ya sea con los guiones o la ilustración, se nota y se agradece, en especial si es la misma persona la que combina todas las parcelas creativas de una obra. Podrá gustar más o menos el estilo gráfico de Gil, pero sin duda esta obra tiene una finalidad didáctica que alguien interesado en sucesos bélicos sabrá apreciar. 

¿Qué se nos cuenta en esta obra? La sinopsis de la misma es la siguiente: 

"Holanda 1944. La mayor operación aerotransportada de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial, la Operación Market Garden, se desarrolla tras el éxito del desembarco de Normandía. 

Más de 100.000 soldados estuvieron involucrados en ella y su objetivo táctico era tomar una serie de puentes sobre los principales ríos de los Países Bajos para dar a Alemania el golpe final que terminara la guerra. 

Con este episodio histórico de fondo, nos convertimos en testigos de una historia apasionante centrada en varios personajes de ficción: un espía del Servicio de Operaciones Especiales que escapa de la Gestapo y es perseguido, su hijo y dos comandos reclutados para buscarlo por toda la zona de la Operación. 

La melodía proveniente de una flauta será el hilo conductor de la historia."

La propia sinopsis ya nos anticipa que algunos personajes son ficticios, pero es algo lógico, porque la idea aquí no es solamente hacer un intenso repaso a toda la operación militar, sino añadir además una historia que capte nuestro interés por ver cómo será el desenlace para dichos personajes. Es algo que por ejemplo, y aunque las razones narrativas sean diferentes, ya hemos visto en el cine, como en "Salvar al soldado Ryan" de Steven Spielberg, que estaba ambientada en plena Segunda Guerra Mundial una vez realizado el desembarco en Normandía, pero nos mostraba la búsqueda de un hombre al que unos soldados debían rescatar. Aquí también hay que rescatar a uno de los personajes, aunque por distintas razones. 

Todo comenzará cuando se nos comente la existencia de un espía aliado al que los nazis le siguen la pista. Aunque los alemanes ya tienen casi neutralizada a toda la red de espionaje enemiga en los Países Bajos, queda este cabo por atar, siendo el más peligroso, pues John Hewson, el espía en cuestión, posee una información estratégica de vital importancia para el devenir de la guerra. Y es la razón por la que los bandos en guerra, querrán dar con él, para neutralizarle o bien usar su información en la derrota alemana. Ahí cobra importancia el que, con motivo de la operación aliada, la presencia de tropas en los Países Bajos permita buscar al espía para rescatarle.


En esa tesitura, entrará en juego Harry Hewson, soldado aliado de la división aerotransportada, y desconocedor de que su padre, al que no ve desde hace muchos años, está vivo y además se encuentra envuelto en el mismo conflicto bélico que él. Harry se hará con una flauta durante la historia, y de vez en cuando tocará una melodía que solamente otra persona en el mundo podría reconocer si la escuchase... su padre. Y todo esto, en el marco de una violenta y agotadora contienda militar entre los bandos enfrentados por la posesión de los puentes que tan importantes son a nivel estratégico para el desarrollo de la guerra. 

¿Qué valoración merece Gil? En estos casos en los que una misma persona se ocupa de todos los apartados creativos, es más difícil dar una valoración global, porque tiene una gran dificultad hacer uno solo un cómic como éste. Ahora bien, empezando por el guion, nos encontramos con una historia que, al margen del componente histórico y didáctico, me ha resultado interesante y amena de leer, con abundantes escenas de acción, como suele ser imprescindible en historias bélicas. 

En cuanto al apartado gráfico, tengo opiniones encontradas. No es que me disguste la labor de Gil, pero en algunas ocasiones he tenido esa sensación de estar viendo fotografías retocadas para que luzcan como viñetas. Ese estilo fotorrealista no es el que más me atrae, pero entiendo que para abordar una historia como ésta, con ese toque de documental, pudiera ser una opción lógica. Al margen de eso, queda un trabajo aceptable entre ilustración y coloreado. 

¿Merece la pena el cómic? Lo cierto es que SÍ, CON CONDICIONANTES. Esto lo digo porque al ser una historia bélica, encuadrada en la Segunda Guerra Mundial, y con toques más didácticos que puramente narrativos de cómic, si no os gusta el género bélico, se os puede hacer cuesta arriba. En mi caso no me disgusta ni una cosa ni otra, y por eso me ha merecido la pena leerlo y os animo a darle una oportunidad, pero es lógico que otras personas puedan tener otra percepción.

Por último y sobre la edición, tenemos el habitual tomo en tapa dura de Ponent Mon, y como extra viene la partitura de la melodía que Hewson toca con su flauta. Si queréis leer otras reseñas mías de la misma editorial, tenéis aquí las de "Íncubos" o "Memoria". Hasta la próxima. 

12 de enero de 2021

Nieve sobre Relión

Era paradójico, pero en Relión, uno de los planetas más desérticos y calurosos de la galaxia, llevaba nevando sin descanso desde hacía varias horas. La población autóctona, conformada por alienígenas de aspecto reptiliano, humanos que habían ido a vivir allí por el clima seco, y animales traídos de distintos planetas, asistían embelesados al espectáculo que proporcionaba la intensa nevada. Aunque cada uno de estos grupos observaba el fenómeno meteorológico por distintas razones. 

Los alienígenas lo hacían porque jamás habían visto nevar, y era como si estuviesen asistiendo a un fabuloso espectáculo de magia. Para los animales, los copos de nieve que caían en sus cuerpos y sus pelajes traían consigo una sensación de frío, más intensa que una gota de lluvia que, dadas las condiciones ambientales de Relión, rara vez caían frías de las nubes. Sin embargo, los humanos estaban hipnotizados y aterrados, y seguían la trayectoria de la nieve desde los cielos hasta caer en la tierra por una razón. Así comenzó la perdición de la humanidad en su planeta natal allá por el año 2059, con la llegada de una prolongada e intensa nieve como la que caía sobre sus cabezas en esos momentos. Porque con la nieve vinieron Ellos. 

Echando la vista atrás, y rememorando el inicio del fin para la antaño orgullosa humanidad, era inimaginable pensar que, a raíz de una nevada, daría el pistoletazo de salida la exterminación casi completa de toda una raza. Pero así fue como sucedió. En todo el planeta, sin importar la estación en la que se encontraran los distintos continente o países, tuvo lugar una tormenta que trajo nieve a cada rincón habitado del mundo. Algunos días después de la aparición de las nevadas, se produjeron las primeras muertes. Nadie sabía cómo ocurría, pero algo invisible parecía acabar con las vidas de las personas que estaban fuera de sus hogares. Y no se podía combatir a algo que no se podía ver. Al menos no inicialmente. 

Solo con el tiempo, y a pesar del preocupante incremento de muertes, se pudieron descubrir cosas de los causantes de todo, que no eran sino una agresiva y poderosa raza alienígena. Recopilando los hallazgos acaecidos en distintos rincones del planeta, se sabía que eran seres invisibles, posiblemente gracias a alguna tecnología de camuflaje, y que en un entorno como el de las constantes nevadas, apenas mostraban más señales de su presencia que unos ojos brillantes y un rastro de sangre de sus víctimas. De hecho, no se tenía constancia de su llegada al planeta, porque sencillamente nadie los vio llegar en naves que surcasen los cielos. También se supo que las constantes nevadas parecían estar provocadas por estos mismos invasores, quienes se valían de extraños artefactos para provocar estas condiciones climatológicas favorables a su presencia. Fue así como, a través de diversas armas equipadas con tecnología calorífica, se les pudo combatir. 

Pero aquello no era un arma definitiva, y aunque equilibraba las cosas, poco a poco la humanidad fue quedando diezmada, hasta que la única opción lógica ya no era defender el planeta, sino salir de él y encontrar refugio en otros lugares de la galaxia. Jamás se logró averiguar qué movía a esos invasores a exterminar la vida humana. Podía haber sido todo objeto de una agresiva colonización, pero nunca se llegó a descubrir el por qué. Solo se tomó consciencia de que, si la humanidad quería sobrevivir, debía hacerlo lejos de su mundo. Y así vino la salida del planeta, el mayor sálvese quien pueda de la historia de los seres humanos. Toda nave espacial que volara y permitiera surcar el espacio para escapar, fue tan válida como cualquiera. 

El inicio de aquel desesperado éxodo produjo que aquellos mismos humanos que habían huido lo más lejos posible de la nieve, encontraran tranquilidad en Relión. Pero eso iba a llegar a su fin. En aquel planeta tan retrasado tecnológicamente, luchar no debía ser contemplada como opción. Una vez que los humanos tuvieron la certeza de que esa nieve no era un fenómeno casual, sino algo provocado, solo cabía comenzar a alertar a la población, y hacerlo con toda la rapidez posible, antes de que comenzaran a llegar las primeras muertes, y la amenaza fuese imparable. Porque con esa nieve, venían Ellos. 

10 de enero de 2021

Reseña de Wild's End 3: Fin del viaje. Todas las cosas concluyen tarde o temprano

Bienvenidas/os al principio del final, porque con esta reseña acabo mi análisis de la trilogía de cómic "Wild's End", donde hemos podido asistir como espectadores a la invasión alienígena de nuestro planeta en versión antropomórfica. Haciendo gala hasta el final de la fuerte influencia que ha tenido "La guerra de los mundos" en esta obra, con este "Wild's End 3: Fin del viaje" concluye esta saga de ciencia ficción. ¿Ha merecido la pena el broche final?


En primer lugar, hay que agradecer el hecho de que Dolmen Editorial publicara en nuestro país esta saga que originariamente sacó "Boom! Studios". Como he ido leyendo cada tomo con una grata sensación en cada uno a pesar de ciertos matices, tenía muchas ganas de llegar hasta este punto, el final de todo, que a su vez no será sino el inicio de algo (no os asustéis, el cómic termina de forma clara) nuevo. Porque sí, como podéis imaginar, si en el primer cómic se producía el inicio de la invasión de las farolas, y en el segundo asistíamos a un desembarco completo de estos alienígenas, es justo aquí, en el tomo que os reseño hoy, donde el enfrentamiento entre farolas y animales alzanca su punto decisivo.


Hay que precisar una cosa, y es el hecho de que, mientras las farolas se muestran como un enemigo implacable y que no se detiene ante nada para arrasar con todo rastro de vida que encuentran, no sucede lo mismo con los habitantes del planeta. Porque el ejército, que ya había hecho gala de su paranoia en el tomo anterior, sigue un poco en esa línea de actuación aquí, llegando al punto de declarar una ley marcial en la que ya no hay miramientos por salvar a toda la población, sino solamente a quien no desafíe a la autoridad militar, reflejada como el último bastión defensivo que queda en pie. Pero por suerte, todavía tenemos a nuestro grupo principal de personajes, quienes están en medio del bando invasor y el militar, y buscan ante todo acabar con la amenaza que vino del espacio. 

¿Qué autores han concluido esta saga? Como debe ser, y en aras de una coherencia narrativa y gráfica, Dan Abnett e I. N. J. Culbard son las personas que, al igual que iniciaron esta historia, se ocupan de ponerle punto y final a la misma.

¿De qué va este "Wild's End 3: Fin del viaje? Llegados a este punto, nos encontramos con el siguiente curso de los acontecimientos:

"A pesar de todos los esfuerzos militares, los invasores alienígenas se están apoderando del mundo. 

Las ciudades han sido invadidas y el campo, infestado. 

Quedan pocas esperanzas para que la Humanidad resista. Clive, Susan y los demás se han visto separados, luchando por encontrar un lugar seguro a salvo de los alienígenas. 

Con pocas opciones, los supervivientes necesitarán recurrir a la misma gente que una vez temieron, para hacer un último esfuerzo con el que invertir el curso de la guerra."

Si bien anteriormente se había producido la separación del grupo de personajes principales, teniendo por lo tanto varios hilos narrativos, aquí se sigue ese mismo sistema, aunque la progresión es a la inversa, siendo la finalidad el que todos vuelvan a reunirse de una manera natural y nada forzosa. Además, se nos añade un nuevo personaje, el profesor Plimpton, quien podría haber conseguido construir la única arma eficaz para contrarrestar el poder de las farolas. 

Por lo tanto, y como podéis imaginar, la meta será localizar al profesor, quien se encuentra aislado en una ubicación secreta que habrá que descubrir. Pero antes de todo eso tendremos más pasajes de la destrucción que causan las farolas por todas partes, siendo una necesidad el que algunos personajes como Susan y Minks, quienes habían ido en busca de ayuda a una localidad alejada de Iglesia del Cuervo de Abajo, intenten salvar a todas las personas posibles que se encuentran a su paso. En esta labor, ambos conocerán al señor Jakes, que es idéntico al fallecido Fawkes, quien les ayudará aunque lo haga inicialmente a desgana.

Y por otra parte, tenemos al grupo de Clive, Upton y Alph. La militar Upton será quien le revele a Clive la posible existencia de un arma que pueda hacer frente a los alienígenas, pero esa revelación contendrá algunos hechos que dejarán tocado a Clive, pues están directamente relacionados con el grave accidente que le hirió en la guerra, mucho tiempo antes de esta invasión. Con la búsqueda de esa arma por meta, el grupo intentará regresar a Iglesia del Cuervo de Abajo para pedir ayuda a lo que queda del ejército, y ahí descubrirán que las cosas están descontroladas. 


Como viene siendo habitual, complementan nuevamente el final de cada capítulo distintos documentos gráficos que amplían y enriquecen este universo ficticio. Es así como podremos leer varias cartas escritas por personajes de esta historia, pero también un acta de la declaración de la ley marcial, una hoja de control de sucesos que ocurren en distintas horas de un día, o incluso se nos muestran unas anotaciones del profesor Plimpton, que trabaja sin descanso en su arma contra las farolas. Por lo tanto una vez más estos añadidos resultan todo un acierto, porque hacen que la lectura sea más intensa y realista. 

¿Qué valoración merece el trabajo de Abnett y Culbard? No incidiré mucho en el tema, porque mis opiniones son muy similares a las ya compartidas en mis anteriores reseñas. Pero Abnett sigue realizando una labor decente en los guiones. En este tomo no hay un desarrollo tan a fuego lento como en los anteriores, sino que los acontecimientos tienen más dinamismo, cosa lógica teniendo en cuenta que este viaje está llegando a su fin. Y aunque hay menos desarrollo de personajes aquí, sí que se hace hincapié en el pasado de un par de ellos. Por lo tanto, y haciendo una valoración global de su trabajo en esta trilogía, me deja más que satisfecho con su desempeño.

Respecto a Culbard, sigo firme respecto a mi análisis de su estilo gráfico. No es un dibujante que me guste, ni por su trazo simple ni por su falta de trabajo en los detalles de las viñetas. Me sorprende que tenga cierto prestigio por las razones anteriores, y sigo pensando que, si "Wild's End" hubiese tenido un dibujante más competente y con un estilo muy diferente, esta trilogía podría haber tenido mucha más repercusión. Pero a favor de Culbard hay que decir que al menos ha mantenido una coherencia gráfica de un tomo a otro. 

¿Merece la pena el cómic? Tanto este tomo como la trilogía al completo, SÍ que merecen la pena. Lo sé, es raro que piense así si el dibujo, parte esencial de un cómic, no me ha convencido, pero es que estamos ante una historia entretenida de leer, que se disfruta desde el principio hasta el final. Y por eso es un viaje que personalmente me ha merecido la pena como lector, y al que os animo a darle una oportunidad si todavía no habéis empezado esta saga. Si ya la estáis siguiendo... ¿a qué esperáis para concluirla?

Lo que comenzaba como una muestra de un estilo de vida rural, termina con el inicio de algo nuevo, toda vez que las cosas han cambiado, no solamente para los protagonistas, sino para todo el planeta. Pero como ya anticipaba, podéis estar tranquilos que esta trilogía tiene un claro broche final, y es coherente con lo que se nos ha ido relatando en todos y cada uno de sus capítulos. 

Por ir terminando, hay que resaltar la gran edición realizada por Dolmen Editorial, quienes han publicado este tomo y toda la trilogía en tapa dura, en una edición muy bonita y que se merece una oportunidad de formar parte de vuestras estanterías. Y antes de despedirme, os dejo aquí todos mis análisis de la serie entera:

Wild's End 3: Fin del viaje - Estás leyendo esta reseña.

6 de enero de 2021

Reseña de Memoria. La belleza de recorrer las calles de una ciudad distinta

Saludos gente aficionada a los cómics y las historias ilustradas. En esta mi primera reseña de 2021, he elegido "Memoria", una obra muy especial de "Ponent Mon" que he tenido el placer de leer hace poco. En dicha obra tendremos una buena ración de ciencia ficción y realidad virtual, todo ello narrado magistralmente a nivel ilustrativo, y con una historia no menos atractiva para disfrutar. Así pues, preparaos para conocer la existencia de la ciudad de Memoria. 


Admito que se me hace difícil hablar de esta obra porque cualquier detalle de más que os cuente podría estropearos el disfrute de su lectura. Pero se me antoja necesario al mismo tiempo poder compartiros algunas cosas para que podáis sentir que estamos ante una historia cuya lectura merece la pena. Porque "Memoria" es un cómic fantástico, de esos que plantea un concepto narrativo que, en manos de otra persona, podría haber sido realmente lioso, pero que en cambio resulta sencillo de seguir y no perder el hilo. Ya os comentaba que esta historia nos habla de la realidad virtual, y es posible que a algunas personas os venga a la cabeza la película "Matrix". ¿Y sabéis qué? Película y cómic tienen una peculiar conexión: ambas aparecieron en el mismo año. 


Fue allá en 1999 cuando vio la luz en Les 400 Coups Fondation la primera parte de "Le naufragé de Memoria", cuya segunda y última parte se publicó en 2004. A principios de 2020 se publicó la edición integral por la editorial La Pastèque, y en la recta final del mismo año nos llegó a tierras españolas gracias a Ponent Mon, que sigue realizando una labor impagable acercándonos obras atractivas y que puedan llegar hasta nosotros a pesar de que transcurriesen años desde su publicación originaria. Y lo mejor de todo, al menos en mi opinión, es que la historia contenida aquí ha envejecido muy bien pese a los años desde su creación. A fin de cuentas es un tema que no pasa de moda, como por ejemplo atestigua el éxito de la serie "Westworld", que tiene elementos comunes con "Memoria".

¿Quiénes han creado esta obra? Aunque no se ha prodigado mucho en el mundo del cómic, a cargo del guion tenemos a Claude Paiement (autor de "La femme aux cartes postales" junto al mismo dibujante que aquí), mientras que la ilustración es terreno de Jean-Paul Eid (dibujante en obras como "Schizo" o "Bungalopolis"), que a diferencia de su compañero, sí tiene más recorrido en este medio. De todas formas, el hecho curioso es que en España no había publicada previamente ninguna obra de estos artistas, y "Memoria" es la primera que nos llega por aquí, recayendo la traducción en Fabián Rodríguez Piastri, colaborador habitual de Ponent Mon.

¿Qué se nos cuenta en esta obra?  Pues bien, la sinopsis es la siguiente:

"Benjamin Blake es un taxista que conoce muy bien la ciudad de Memoria. Un día, recoge a alguien que olvida en el asiento trasero del coche un maletín que cambiará su vida, al entender que él y todos los ciudadanos de Memoria son extras en un mundo virtual. 

Esta ciudad que no existe, una Nueva York en la década de 1930, es ofrecida como destino por la compañía Brainstorm, un lugar que permite a los turistas satisfacer sus deseos más vergonzosos con la mayor impunidad. 

Pero detrás del escenario está la sombra de un monstruo digital."

La historia arranca con la narración de Benjamin el taxista, quien nos compartirá algunos pensamientos, antes de que pasemos a verle a él directamente en Memoria, la ciudad donde vive, y que conoce a la perfección debido a su profesión. Aunque pronto comenzará a darse cuenta de que quizás desconoce demasiadas cosas. Una serie de acontecimientos harán que se cuestione su existencia por completo, e intente encontrarle un sentido a su existencia en Memoria, ya que, para bien o para mal, no puede salir de dicha ciudad por más que lo intente en su taxi.

Es cierto que estamos ante una historia que se disfruta mejor, o al menos así fue mi experiencia, sin saber prácticamente nada. Si me apuráis, leyendo simplemente la contraportada ya es suficiente para que se nos genere un gran interés por saber qué es lo que nos va a ofrecer esta obra. Ahora bien, lo cortés no quita lo valiente, y si me tenéis aquí es precisamente para compartir mi valoración sobre lo leído, porque me ha sorprendido muy gratamente este cómic. Y porque si necesitáis algún estímulo extra para decidiros a darle una oportunidad a "Memoria", estaré encantado de dároslo. 

 
Antes mencioné la serie Westworld, que a su vez es un remake de la película del mismo título escrita y dirigida por Michael Crichton en 1973, y no lo hice por casualidad, sino porque en "Memoria" nos encontraremos algunas cosas vistas tanto en la película como en la serie (como esos variados parques temáticos), y que, al margen de la época en la que estemos, es atemporal, porque cuando un ser toma consciencia de su existencia, intenta no solamente encontrarle sentido a la misma, sino afianzarse, defendiendo lo que por derecho cree que le pertenece. Esto es algo que podréis ver a lo largo de este cómic, cuando Benjamin entre en contacto con otros personajes que conocen los secretos de su mundo, y quieran luchar no solamente por defenderlo, sino para descubrir también qué hay al otro lado. 

¿Qué valoración merecen Paiement y Eid? Desde mi punto de vista, uno de los mayores atractivos del trabajo de Paiement con los guiones, es el contarnos una historia muy atractiva argumentalmente, y hacerlo además facilitando la comprensión de la misma, aunque lógicamente al principio nos resulte todo extraño o un tanto inconexo. Esto puede parecer una perogrullada, pero es que hay autores que en este mismo terreno de la ciencia ficción y las realidades virtuales, se empeñan en rizar el rizo o buscarle tres pies al gato, y lo único que logran es que la lectura de su obra sea farragosa y más liosa de lo que debería ser. Así que Paiemente teje una historia que, además de los aciertos mencionados, en ningún momento se me ha hecho pesada de leer, pues tiene todo tipo de escenas, y va dosificando de buena manera la información que se va desvelando al lector.

Respecto al apartado gráfico, no queda otra que quitarse el sombrero ante la espectacular labor realizada por Eid, no solamente por sus composiciones de página, sino también por los diferentes formatos visuales para narrar la historia. Aludo a lo anterior porque un aspecto genial de "Memoria", es que haya pasajes a color, otros con dicho color más débil, y otros directamente en blanco y negro, en función de si estamos en Memoria, en los rincones secretos de la ciudad, o bien en el mundo real. Si a eso sumamos el elegante trazo del dibujante, todo queda mezclado de una manera fabulosa. 

Por lo tanto, si ya me parecía notable la labor de Paiement, la de su compañero Eid no es para menos. Da gusto leer un cómic así, que si bien nos ofrece un argumento que no destaca precisamente por ser original, sí que está lo bastante bien llevado a término como para destacarlo de muchas otras obras de cómic, películas o series. 

¿Merece la pena el cómic? Por supuesto que SÍ. Esta obra reúne numerosas virtudes que hacen que su lectura merezca una oportunidad. Puede atraeros por su trama, por su espectacular dibujo, o por cualquier otro elemento destacable como historia dentro del género de la ciencia ficción. Se trata además de un cómic que, si bien se publicó en dos partes en diferentes años, nos llega completa en esta ocasión, por lo que podréis leerla de principio a fin. Además, es una obra autoconclusiva y que no aburre, al menos no lo hizo en mi caso, pues tiene buena dinámica narrativa. 

Sobre la edición de Ponent Mon, seguimos teniendo formato de tapa dura, como debe ser para conservar del mejor modo una obra tan interesante como ésta. Y esto es todo por mi parte, si queréis podéis leer más reseñas mías de otras obras de la editorial como "Íncubos", donde disfrutaréis de un viaje al terror de Lovecraft. Hasta que volvamos a coincidir, un saludo. 

3 de enero de 2021

Crónicas de lo Oculto: Capítulo 1 - Libros del alma

Introducción: En el anterior texto (podéis leerlo aquí), presenté a Andrés Ibáñez Monachil, un periodista de sucesos paranormales, que trabaja en la revista "Crónicas de lo Oculto". Andrés recibió una llamada de la dueña de una librería ubicada en Almuñécar, un pueblo de la costa de Granada. Y animado por la posibilidad de investigar un nuevo suceso paranormal, Andrés se prepara para viajar hasta la librería.


Capítulo 1 - Libros del alma

Una vez que reservó una habitación donde hospedarse, Andrés se encontraba en su despacho terminando de preparar todo el material de trabajo que necesitaría para manejarse adecuadamente sobre el terreno, cuando volvió a sentir ese cosquilleo interior ante la posibilidad de estar cerca de experimentar una nueva vivencia paranormal. Aquella era una de las cosas que le hacía disfrutar de su profesión y su estilo de vida, dedicados por completo a la búsqueda de descubrir nuevas historias que le recordasen que hay algo más allá de la existencia terrenal.

Prácticamente entre unas cosas y otras se le fue la tarde, y justo cuando se aseguraba de tener nuevas cintas para su grabadora, apareció su jefe para avisarle de que pronto era hora de cerrar. Andrés terminó de guardar todo entre la bandolera que solía usar y una bolsa de deporte, y acompañó a su jefe hasta el ascensor, despidiéndose de él cuando llegaron al sótano, aunque asegurándole que le informaría de lo que aconteciese en tierras granadinas. 


Cuando Andrés llegó a su plaza de aparcamiento, metió la bandolera y la bolsa en el maletero de su apreciado Citroën Ds "Tiburón", coche que había heredado de su padre, y que no solamente recordaba al clásico del cine de Steven Spielberg por el sobrenombre, sino también por los colores, mezcla de blanco y azul marino, similares a los de un tiburón de verdad. Andrés arrancó el vehículo, y puso rumbo a su casa, donde tendría tiempo de comer algo y preparar una pequeña maleta con ropa antes de acostarse.

Al día siguiente, Andrés se puso en marcha desde temprano. Desayunó algo rápido y no tardó en lanzarse a la carretera. Era algo curioso que abandonara "La Isla" de San Fernando, una localidad rodeada de agua, a bordo de un vehículo apodado "Tiburón", para tener como destino otra zona unida al mar. Durante las horas de trayecto, alternó la escucha de la emisora "Rock Fm" con la reproducción de su grabadora, repasando así sus notas sobre el nuevo caso a investigar. No se encontró demasiado tráfico en el recorrido, así que llegó a media mañana a Almuñécar. Hacía buena temperatura y el cielo estaba totalmente despejado de nubes.

Andrés ya conocía un poco la zona de haber veraneado un par de veranos allí, así que no le costó llegar al hostal donde había hecho su reserva. Aparcó el vehículo en una calle aledaña, cogió la bolsa de deporta y la maleta, y se registró en el hostal. Después de dejar el equipaje en la habitación, y llevando consigo la bandolera, que contenía cosas que le harían falta, decidió dar un paseo hasta la librería. No tenía previsto entrar todavía en el establecimiento, ya tendría tiempo de ello a lo largo de las siguientes horas. Primero deseaba familiarizarse más con la zona donde se encontraba el lugar de los sucesos, lo cual implicaba dar vueltas y charlar un poco con algunas personas comerciantes locales, por si descubría datos de interés para su investigación. 

Hacia el mediodía, y como el tiempo acompañaba, Andrés disfrutó de una copiosa comida en la terraza de uno de los bares que conocía. Cuando terminó de tomarse un café, decidió caminar por el paseo marítimo para hacer la digestión menos pesada. Pronto iría a la librería, así que comenzó a repasar mentalmente todas las cosas que sabía sobre el nuevo caso paranormal que podía tener entre manos. Hasta donde había podido averiguar por las conversaciones con los lugareños, "Libros del alma" llevaba abierta al menos cuatro años, aunque el local donde estaba ubicada había sido anteriormente otra librería, que estuvo en funcionamiento casi tres décadas, hasta que Celeste entró en escena. Andrés sabía que debía hablar de tal circunstancia con Celeste, y por eso no quiso averiguar demasiado de la anterior persona propietaria de la librería. No le sería difícil encontrar respuestas de la misma forma que horas antes, pero primero quería que fuera Celeste quien le contase los detalles de la adquisición del local. 

Un tiempo después, Andrés llegó nuevamente a las inmediaciones de la librería, y tras mirar el horario de apertura colgado en la puerta, decidió esperar por allí hasta que Celeste llegara. Quedaba poco para que se abriera el establecimiento, así que, intentando observar lo que podía desde las vistas interiores del escaparate, estuvo observando todo con atención. Lamentablemente, lo que podía atisbar desde la calle era muy poco. Escasos minutos después, llegó Celeste. Era una mujer de aspecto muy amigable, que llevaba botas de montaña, unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros que le daban un aspecto de leñadora. Andrés no se la había imaginado así el día anterior por lo asustada que se mostró al teléfono, así que esperó que fuera la única percepción errónea que tuviera sobre aquella historia:

- Disculpe, ¿puedo ayudarle?- cuando ella reconoció a Andrés por la foto que siempre salía en la revista, casi dio un brinco de alegría-. ¡Pero si es usted, qué alegría señor Ibáñez!
- Hola Celeste, puede llamarme Andrés a secas- el investigador le dedicó una amistosa sonrisa-, a fin de cuentas, pasaremos algún rato juntos.
- Entonces trátame de tú- ahora ella sonreía-. Muchas gracias por haber venido, su presencia me infunde una tranquilidad que necesitaba.
- No hay de qué. Si aquí hay una historia que descubrir, seré yo quien le agradezca que me contactara. 
- Ya verá que sí, aquí pasa algo extraño- la librera rebuscó en su bolso, y extrajo finalmente un manojo de llaves, introduciendo una de ellas en la puerta-. Pero usted mismo podrá juzgar la veracidad de todo.
- Eso espero, consiguió usted despertarme interés por teléfono, y nada me gustaría más que dar con algo jugoso.
- Pues vayamos al grano- Celeste abrió la puerta, y Andrés la siguió al interior-. Siéntase como en su casa. 

Ahora que podía visualizar todo, Andrés se sentía como un niño en una gran juguetería. Las primeras sensaciones que recibía del local eran cálidas y reconfortantes. Es lo que él valoraba cuando accedía a una librería, que no era sino un hogar de acogida temporal de libros, en espera de ser adoptados para nuevos hogares. El establecimiento era bastante amplio y su superficie estaba repartida a dos alturas. La decoración, donde destacaba la madera en estanterías y suelo, reforzaba esa sensación de calidez. Celeste se dirigió a su escritorio, situado poco después de la puerta, y con un amplio gesto de su mano animó a Andrés a curiosear cuanto quisiera. Así que mientras ella encendía su ordenador, él accedió gustoso, echando un vistazo a todas las estanterías. No esperaba encontrar nada anormal en aquella primera inspección, pero eso no era una prohibición para que, como lector habitual, disfrutase curioseando. 

Desde luego se podía encontrar allí una amplia variedad de lectura de las más diversas categorías. Todo estaba ordenado por temáticas y disciplinas artísticas y, dentro de cada apartado, el orden era alfabético por autor o autores. También había algunas mesas de madera y expositores giratorios, donde se encontraban revistas, libros de oferta y otras cosas. Andrés pensó que, si cada mañana se encontraba Celeste todo fuera de lugar, debía de costarle una gran cantidad de tiempo dejar las cosas como estaban antes. La cuestión era tan simple como vital... ¿Quién desordenaba aquello y por qué? Andrés extrajo de su bandolera la grabadora, mostrándosela a Celeste, y le pidió permiso para usarla. Tras recibirlo, comenzó a grabar y hizo unos breves comentarios relativos al lugar donde estaba y la persona que le acompañaba. Entonces fue a lo importante:

- ¿Te encuentras todo desordenado cada mañana?- inició Andrés su turno de preguntas-. Es decir, veo que todo tiene un orden muy concreto, así que tengo curiosidad por saber si aparecen mezcladas cosas de distintas disciplinas artísticas, o hay algún otro patrón, o directamente es aleatorio. 
- Pues es un tanto curioso, porque me encuentro los libros colocados por editoriales, estando ellas en orden alfabético. Y además de eso, hay otras cosas que aparecen donde no deberían, como aquellos libros- señaló hacia el expositor de ofertas-, que están en las estanterías, de donde los cogí tiempo atrás para destacarlos como ofertas, o las revistas, que en lugar de aquella mesa- donde ahora podían verse, ocupando toda la superficie del tablero de madera-, aparecen en el expositor. Y algunas otras pequeñas cosas, aunque sin demasiada importancia en comparación.
- Curioso sin duda. Da la sensación de que alguien utilizara otro criterio de ordenación, o eso me hace pensar- inquirió Andrés, que pensó que, dentro del desorden, efectivamente había cierto sentido-. 
- Sí, lo he pensado en un par de ocasiones, pero... ¿por qué y para qué? La primera vez que entré aquí y lo vi todo desordenado- Celeste había perdido ahora un poco de esa alegría anterior, para asemejarse a la mujer que llamó la tarde anterior a "Crónicas de lo Oculto"-, pensé que habían entrado a robar. Me asusté mucho pensando aquello, pero la caja registradora estaba intacta, y no faltaba nada en el local. Ni un libro. 
- Y si doy por hecho que no te has quedado aquí ninguna noche para ver lo que sucede... ¿estoy en lo cierto?
- Sí- en ese punto, la simple idea de hacer eso parecía aterrorizar a la librera-, desde luego. Como te dije por teléfono, no tengo cámaras, y de tenerlas, me da miedo lo que podría ver en las grabaciones. Pero volviendo a tu pregunta... no me he sentido capaz de pasar una noche aquí, aunque sea mi negocio y debiera hacerlo.
- No te preocupes, es cierto que habría sido lógico hacerlo, pero entiendo que puedas sentirte bloqueada a ese respecto- por su propia experiencia, Andrés sabía que cada persona encaja las cosas a su manera, y no sirve de nada ahondar en temas que dejen a nadie en evidencia-. Ayer me dijiste que esto sucede desde hace unas tres semanas, que no tienes más empleados, y solamente tú tienes acceso a las llaves, ¿es correcto?
- Sí, desde que adquirí el local lo he llevado sola, y únicamente hay dos juegos de llaves, las cuales siempre tengo guardadas. Y como lo primero que hice cuando me quedé este sitio fue cambiar las cerraduras, ni siquiera el antiguo propietario o su familia podría acceder.
- En unos momentos abordaremos el tema de los antiguos dueños- Andrés sabía por su experiencia que en estos casos aquello podría ser una fuente valiosa de información-, pero antes quiero saber una cosa más... ¿ocurrió algo relevante que esté relacionado con el inicio de estos sucesos? 
- Qué va- la naturalidad con la que dijo aquello indicaba que era sincera-, no hay nada que pueda tener relación, y he pensado bastante en ello. Los días previos al inicio de todo, fueron días normales en el negocio. 
- Verás, siempre hay asociado un factor desencadenante para todo fenómeno paranormal. Es cierto que la dificultad- y ahí Andrés tenía tablas de sobra a ese respecto-, radica en descubrir precisamente lo que inicia todo. Algunas veces es algo relacionado con la persona que sufre los sucesos, lo sepa ella o no. Por eso intento no descartar nunca ninguna hipótesis previa. Pero no te preocupes Celeste, mi tarea es averiguar todo eso valiéndome de la información que me das y la que yo consiga de otras fuentes o medios. 
- Le he contado todo lo que sé, espero que le sirva.
- Sin duda, y ahora es el momento de hablar de la adquisición del local y la anterior persona propietaria.

Celeste comenzó a contarle a Andrés lo relativo a esa cuestión, y él escuchaba atentamente, sabedor de que todo lo que se seguía grabando volvería a escucharlo más tarde. Después de preguntarle algunas cuestiones más, y como comenzaron a entrar personas en la librería, Andrés dejó que Celeste atendiera su negocio, mientras que él se puso a fotografiar con su teléfono todas las estanterías. Cuando creyó que tenía todo lo necesario, se acercó al escritorio de Celeste, y, tras esperar a que ésta terminara de cobrarle a una clienta, se despidió, prometiendo volver a la hora de apertura del día siguiente, para ver in situ todo desordenado. Una vez que Andrés regresó al hostal, se dio una ducha y se puso ropa limpia para salir a cenar a uno de los bares de la zona. De regreso en la habitación, programó varias alarmas de su teléfono móvil, se metió en la cama, y repasó todas sus grabaciones y anotaciones hasta que el sueño le venció.

Al día siguiente, Andrés se levantó temprano, y después de vestirse cogió su inseparable bandolera y la bolsa de deporte. Desayunó en una cafetería situada frente a la librería, e hizo tiempo allí hasta que apareció Celeste y le reconoció. Entonces él, que comenzaba a sentirse inquieto por dentro, anhelando encontrarse una historia real, se acercó a la entrada del negocio y la saludó:

- ¿Listo para entrar Andrés?
- Desde luego- él palmeó con una de sus manos la bolsa de deporte que llevaba colgada de un hombro-, y traigo mis juguetitos.
- Sea pues, allá vamos. 

Celeste comenzó a abrir la puerta, y cuando ambos accedieron al interior de la librería, lo primero que notó Andrés fue una sensación gélida, muy diferente a la experimentada la tarde anterior. ¿Sería simple sugestión propia? Sin tiempo para ahondar en aquello, Andrés miró las estanterías, y comprobó que todo estaba tan cambiado como Celeste le había advertido. 

- Aunque esté de más decirlo- Celeste rompió el silencio reinante-, yo no he tenido nada que ver con esto. Cuando cerré ayer a la hora habitual, las cosas estaban tal como las viste. 
- Tranquila, no he pensado que esto sea cosa suya- Andrés tenía su atención repartida entre la librera y las estanterías, las cuales seguía observando-, no me diste la impresión de ser esa clase de persona. 
- Me alegra saberlo- ¿Necesitas que te ayude con algo?
- No, lo único que necesito es examinar todo esto- dijo Andrés abarcando con un gesto todas las estanterías-, usando uno de mis artilugios. Haz como si no estuviera, pero no vuelvas a colocar nada en su lugar hasta que acabe.

Con un asentimiento de cabeza, Celeste dio su aprobación. Andrés soltó con delicadeza la bolsa de deporte en el suelo, y extrajo de la misma un aparato que recordaba a uno de los primeros teléfonos móviles. Lo encendió pulsando varios botones, y el aparato, que era un localizador de residuos ectoplásmicos, se encendió, emitiendo algunos pitidos a bajo volumen. Andrés recordaba bien la distribución de los libros de su visita el día anterior, así que comenzó a pasar el localizador por cada libro que sabía que estaba mal colocado. Cuando el aparato empezó a emitir destellos luminosos y sonidos más elevados, Andrés se sintió emocionado. No era una prueba definitiva de que estuviese a punto de encontrar un nuevo caso real de fantasmas, pero le faltaba poco. El investigador pulsó algunos botones más del localizador, y de éste emanó una luz brillante, como si fuese una linterna. Entonces Andrés lo vio todo con claridad, y le costó mucho reprimir las ganas de dar saltos de alegría. En varios libros que tenía frente a él, la luz mostraba huellas... huellas de manos. Y por los residuos de las mismas, solamente podían ser de un ente paranormal. 

Andrés se encontró huellas por todas partes. Lo cual le hacía pensar en la posibilidad real de que un fantasma fuese el causante del continuo desorden allí. Desorden ordenado, mejor dicho. Entonces rememoró algo que él había dicho el día anterior, sobre que todo diese la sensación de que los libros se ordenaran en base a un criterio distinto del usado por Celeste. En aquellos instantes, la mujer no era consciente de las revelaciones del investigador, aunque poco después sería informada. Cada suceso tiene un por qué, una causa que desencadena todo, y Andrés era consciente de que ahora le tocaba descubrirlo, habida cuenta de que, al fin, volvía a tener otro caso real paranormal. Una parte de su ser le indicaba la posible conexión de todo, y eso era algo que intentaría refutar a lo largo del día. Pero antes de ponerse manos a la obra, tenía que hacer varias cosas. 

En primer lugar, Andrés decidió comunicarle a Celeste lo que acababa de encontrar, sugiriéndole que durante un rato colgara el cartel de cerrado en la puerta. Ella no parecía creerle al principio, aunque era evidente que, cuando le pidió ayuda a Andrés, sabía que se exponía a encontrar de verdad una explicación paranormal a todo. Cuando él le pidió que le ayudase a fotografiar las huellas de manos, la librera casi se desmaya, si bien pudo dominarse lo necesario para no caer inconsciente. Cuando logró serenarse un poco, Andrés le pasó su localizador, explicándole que ella solamente debía enfocar con él las estanterías, para revelar todas las huellas ectoplásmicas, que el investigador fotografiaría. 

Al terminar la tarea, Andrés le dijo a Celeste que volvería nuevamente por la tarde, y que estaba decidido a pasar la noche en el interior de la librería, si ella no tenía nada que objetar. Una vez que recibió el permiso para ello, y antes de marcharse, le pidió a la mujer que guardase allí la bolsa de deporte, y que volviese a ordenar todo, pues era necesario para ver durante la noche cómo ocurría el desorden. Ya fuera del establecimiento, y todavía ilusionado por tener un nuevo caso de verdad, Andrés encendió su grabadora, contando sus hallazgos mientras caminaba por el paseo marítimo. Cuando terminó, llamó por teléfono a su jefe para informarle sobre sus hallazgos, obteniendo el beneplácito de su superior para seguir investigando. Andrés decidió entonces seguir a aquella parte de su ser que sabía lo que podía estar pasando, y dedicó el resto de la mañana a hacer un par de llamadas telefónicas, y quedar con una persona que sospechaba que podía ser clave para su investigación. Y vaya si obtuvo información reveladora.

La persona a la que Andrés había visitado durante la mañana, era Amelia Torrejón, la hija de Herminio Torrejón, antiguo propietario del local. Pudo dar con ella gracias a la información que Celeste le facilitó el día anterior. Aunque aquella mujer no había trabajado jamás en la librería, era la única hija del anterior dueño, que algunos años atrás había comenzado a padecer Alzheimer, razón por la que había tenido que dejar de trabajar. Así fue como Celeste, cuando supo que se traspasaba la librería, entró en acción, adquiriendo la propiedad y reformándola un poco antes de reabrirla. Con el dinero de la venta, Amelia pudo ingresar a su padre en una residencia para que le cuidaran. Y mientras pasaba el tiempo, Herminio iba empeorando de su enfermedad, hasta fallecer algunas semanas atrás. Era curioso, pero en la mayoría de sus días, cuando Amelia iba a visitar a su padre a la residencia, escuchaba a su padre decir que debía ordenar sus libros, pues siempre había trabajo que hacer en la librería. Antes de despedirse de Amelia, ésta le enseñó a Andrés algunas fotos de su padre, las cuales observó con atención. 

Por la tarde hizo nuevamente acto de presencia en la librería, y le dijo a Celeste que iba a preparar todo de cara a la noche que le esperaba. Así que sacando nuevamente cosas de la bolsa de deporte, colocó varias cámaras de vídeo en distintas partes de la librería, y dejando al lado de cada cámara un pequeño foco luminoso. Diferentes personas que entraban al establecimiento le observaban con curiosidad, y Celeste salía del paso diciendo que iban a grabar un anuncio publicitario. Al final de la tarde, Andrés le pidió a Celeste que cerrara la librería por fuera, y que él se quedaría dentro. También le indicó que actuara de la misma manera que hacía cada día. Para la mañana siguiente, él esperaba tener todo el misterio resuelto. Si la suerte le acompañaba claro. A tal fin, y una vez que se quedó solo en la librería, fue al servicio, y luego comenzó a encender las cámaras y los focos, los cuales bañaban cualquier superficie de su alrededor con el mismo tipo de luz especial que el localizador de residuos. Así, si aparecía un fantasma, sería visible y las cámaras podrían grabarlo. Finalizado aquello, Andrés apagó las luces del local, se sentó tras el escritorio, y dejó encendido el localizador, que con sus sonidos le serviría de alarma si algo aparecía. 

Las horas fueron pasando, y Andrés siguió sentado tras el escritorio haciendo gala de una gran paciencia. No dejaba de observar las distintas zonas de la librería iluminadas por los focos, y comprobaba a veces que el localizador continuase funcionando. Únicamente emitía sonidos cuando se movía, por eso era recomendable agitarlo en el aire, por si captaba algo, pero apenas emitía un bajo pitido. Andrés estaba comenzando a recordar la charla que había tenido durante la mañana con la hija del antiguo propietario de la librería, cuando creyó ver algo a la luz de uno de los focos. Fue apenas una ráfaga que pasó a una velocidad demasiado alta para verlo con nitidez. Pero un movimiento del localizador en el aire hizo que éste comenzara a emitir sonidos altos. A eso le siguió otro sonido más lejano, similar al de libros que se sacan o guardan en estanterías. Andrés tuvo la sensación de que era el momento de levantarse y acercarse con calma al lugar de la acción. 

Con la habilidad de un samurái bien entrenado en el arte del sigilo, se aproximó al lugar donde estaban la cámara y el foco más cercanos. El localizador cada vez sonaba más alto, indicando que la fuente de emisión ectoplásmica no andaba lejos. El corazón de Andrés estaba latiendo a la misma intensidad que un tren de alta velocidad en pleno trayecto, y casi se le sale del pecho cuando el investigador llegó a la altura del foco, y observó en el campo de visión de éste. Entonces lo vio, y una enorme sonrisa se dibujó en el rostro. Era pura felicidad por ver a un fantasma en acción. Andrés se maravilló observando al ente en movimiento, yendo de una estantería a otra sosteniendo diferentes libros en el aire. De no haber tenido los focos, lo único que Andrés habría observado serían los libros volando de un lado a otro, nada más. Pero era la magia de la química al servicio de la ciencia, que permitía disfrutar de lo paranormal. 


El fantasma no parecía haber advertido la presencia de Andrés, pues seguía con su vaivén de una estantería a otra mientras el investigador lo observaba asombrado. Andrés cogió la cámara que tenía a su lado, siguió enfocando al fantasma, y usó el zoom para verlo mejor. Tenía el aspecto de un hombre mayor, llevaba barba y gafas de vista, y estaba calvo. Era clavado a... ¡Herminio, el antiguo dueño de la librería!

El desorden con cierto orden, el descubrimiento de que el fantasma era el antiguo propietario de la librería, y la relación de la muerte de éste semanas atrás con el inicio de los sucesos sufridos por Celeste, no dejaban lugar a dudas. Todo estaba conectado. Andrés permaneció inmóvil durante largo rato, grabando al fantasma de Herminio con la cámara, mientras éste seguía su labor de colocación. Llegado cierto punto, y cuando pareció sentirse satisfecho, el fantasma se desvaneció en el aire, dejando a Andrés a solas, exaltado y feliz, pero bastante cansado. El investigador se aseguró de que estaba todo grabado correctamente, fue apagando todos los focos y cámaras, se dirigió de nuevo hacia el escritorio, y se quedó dormido nada más sentarse en la silla. 

Algunas horas después, ya con los rayos del sol colándose a través del escaparate, Andrés se despertó al escuchar a Celeste abriendo la puerta. No había descansado tan bien como quería, pero al menos estaba más repuesto de la fatiga acumulada. La mujer observó las estanterías, vio que nuevamente estaba todo en los lugares incorrectos, y sin disimular su inquietud, no tardó en formular la pregunta clave:

- ¿Lo has visto Andrés? ¿Qué ha pasado?
- He visto todo, pero también lo tengo grabado Celeste- Andrés se levantó de la silla para ofrecerle a la librera que se sentara-. Te recomiendo que cuelgues el cartel de cerrado y te sientes, hay mucho que contarte.

Ella le obedeció, y una vez que Andrés comenzó a hablar, no se dejó ningún detalle olvidado. Un buen rato después, y a pesar de que Celeste ya intuía algo de lo que pasaba, toda la verdad la pilló de sorpresa. Empezaba a verle sentido a esa ordenación de los libros, que debía ser la que usara Herminio mientras trabajaba allí. Andrés no podía recomendarle a la mujer qué hacer a continuación, si bien le sugirió que, como única forma de prevención, probara a dejarlo todo como estaba ahora. El que Herminio hubiese fallecido, y él no dejase de pensar en su negocio, era la única explicación para que volviera cada noche a colocar los libros donde creía que debían de estar. ¿Dejaría de aparecer si se respetaban sus cambios? Podía ser, pero ni Andrés era capaz de asegurarlo, ni Celeste le habría creído. 

Lo único claro es que el investigador tenía una nueva historia para publicar en "Crónicas de lo Oculto", y que nada habría sido posible sin la aparición de Celeste en escena invitándole a viajar hasta "Libros del alma", que irónicamente, sí que había empezado a ser una librería con alma desde las apariciones de Herminio. Andrés invitó a Celeste a comer, y hablaron más de los sucesos de aquellos días. La mujer no sabía qué hacer en adelante, pero decidió que haría caso a Andrés, y respetaría aquella última voluntad de Herminio, aunque él nunca lo hubiese pedido.