La mayor diferencia de este tomo respecto al anterior, es el cambio de escenario. Sir Edward abandona Inglaterra para transitar por el salvaje oeste. En ese sentido, supone un giro casi por completo respecto al ambiente en el que se mueve, con la excepción de que, también en la indómita y violenta América, hay sucesos paranormales. Y es por ello que, aunque el contraste de las calles londinenses sea bastante notoria con las llanuras desérticas de este nuevo país, Sir Edward no se sentirá tan extraño en el ambiente.
¿Qué historia nos encontraremos aquí? La sinopsis dice lo siguiente:
"Sir Edward Grey visita el oeste americano.
Un nuevo caso del investigador de lo oculto al servicio de la reina Sir Edward Grey le llevará hasta las áridas tierras del salvaje oeste americano.
Allí se aliará con un experto explorador y un extraño joven de mente simple para enfrentarse a extraños sucesos y hordas de zombis en territorio indio."
Es el año 1880 cuando Sir Edward llega a Utah en busca de un hombre británico. Nada más llegar a su destino, el protagonista se encontrará una iglesia quemada donde reza una mujer india. A partir de ahí, a medida que intente averiguar el paradero del hombre que busca, sufrirá en carne propia la antipatía que su presencia despierta. Aunque no todo el mundo querrá que se vaya, conocerá a Morgan, un vaquero que le ayudará en su búsqueda del inglés, y le contará más sobre la iglesia quemada, a la cual se le prendió fuego porque una vez desaparecieron muchas personas de su interior y se pensó que el maligno había invadido el lugar.
No será lo único paranormal que se encontrará, sino el principio de un torrente de sucesos de esta índole que le harán recordar que, aunque esté en otra parte del mundo, su trabajo nunca termina. Se topará con la existencia de una mujer joven que parece ser la líder espiritual de toda una tribu india y tiene ciertos poderes, y también será atacado por una especie de perro gigante. También vivirá varios ataques de muertos vivientes, los cuales no se detienen ante las balas, y son un enemigo demasiado fuerte al que hacer frente con una pistola y su fe religiosa. En definitiva, en esta historia Sir Edward deberá combatir una amenaza que no esperaba en un entorno diferente al habitual.
En cuanto a los guiones, se han ocupado de ellos un dúo habitual de la AIDP, que es el conformado por Mike Mignola y John Arcudi. Ahora bien, aunque habitualmente han ofrecido en esa serie historias de calidad y adictivas, no he conseguido disfrutar de la misma manera sus ideas en este cómic. Como fan del western la idea de ver a Sir Edward Grey en este ámbito me parecía atrayente a más no poder, y estaba deseoso de ver la ejecución, pero al final del todo, me he quedado con una sensación bastante fría. La trama en sí, aunque avanza un poco a trompicones y tiene lagunas, no está mal del todo (incluso hay espacio para saber más de la infancia de Sir Edward), pero no me ha resultado lo suficientemente bien hilvanada como para dejarme un mejor sabor de boca. El personaje del vaquero Morgan sin duda ha sido un gran acierto, e incluso meter en la ecuación a los muertos vivientes, pero la elección de la villana y todo lo que tiene que ver con ella no me ha parecido muy brillante. Quizás es lo que os decía, que como fan del western me estaba frotando las manos con este cómic, y luego me he quedado regular, con la valoración final de que los guiones no estaban mal, pero no pasan de un aprobado, al menos para mí.

El apartado gráfico me parece superior a los guiones, si bien hay que decir que, aunque John Severin (1921-2012), que ya había trabajado en el Hellboyverso antes, tenía un estilo clásico que encajaría perfectamente con un western sobrenatural, no termina de parecer la elección ideal para este tipo de historia. Ahora bien, que no me termine de convencer no quita el hecho de que hace un trabajo bastante aceptable, pues el diseño de personajes es muy bueno, y también el nivel de detalle en las viñetas, tanto a nivel de paisajes como de otro tipo de escenarios donde transcurre la trama. Recalco que quizás es que, tratándose de un western, me esperaba algo que me rompiera los esquemas, y siendo una obra que pasaría el corte también en lo visual, no me deja el cuerpo temblando de la emoción. En cualquier caso, el trazo clásico de Severin no desentona del todo y, sin ser la elección que yo habría hecho, cumple bien con su cometido.
El color de Dave Stewart también cumple bien aunque no llega a la brillantez de muchos otros de sus trabajos, quizás sea por ese enfoque clásico que posee el apartado gráfico. Pero también aprueba en su cometido.
¿Merece la pena el tomo? Supone un bajón notable de calidad, al menos en cuanto a mí se refiere, a lo que ofreció la serie en su primer cómic. Quizás haya quien opine al revés, por eso esto no deja de ser cuestión de gustos. Me las prometía muy felices viendo a Sir Edward en el salvaje oeste que tanto me gusta, y sin embargo la obra me ha dejado sensaciones encontradas, y regusto a oportunidad perdida. Ahora bien, pese a todo lo que digo, el cómic entretiene y amplía el universo de este personaje tan interesante que es Sir Edward, ya que le saca de su ambiente habitual para meterlo en otro diferente donde también hay amenazas sobrenaturales. En resumen el cómic me ha parecido pasable sin más, siendo lo más destacado el dibujo, pero me sigue dejando con ganas de leer otras aventuras del protagonista.
Se acabó el periplo de Sir Edward por el salvaje oeste americano y toca retorno a Inglaterra, en lo que supone una buena ocasión para que el nivel de la serie se recupere tras el bajonazo del tomo anterior. Su nueva aventura le trae al pueblo de Hallam, en Somerset, en el año 1881. Aunque en un principio el personaje está a disgusto en su nuevo destino por la ausencia de un misterio pararnormal, pronto se dará cuenta de que su visita le deparará más de una vivencia de aquellas a las que sí está acostumbrado.
¿Qué historia nos encontraremos aquí? La sinopsis dice lo siguiente:
"Terror pantanoso en una nueva historia del investigador de lo paranormal creado por Mike Mignola.
Un oficial de la corona ha muerto en el pantanoso pueblo de Hallam, en Somerset.
Aunque podría tratarse de un simple asesinato, ciertas circunstancias extrañas han hecho que sea Sir Edward Grey el enviado a investigar las causas del suceso.
Un viaje a unos humedales que esconden un terrible secreto."
Como mencionaba antes, Sir Edward no está muy contento con la nueva investigación que se le ha encomendado, pues debe ir a un pueblo rodeado de agua en el que hay una fábrica de un elixir que, para poder llegar a todo el país, debe recibir el sello de aprobación real. Y con esa finalidad se envió poco antes a un agente del gobierno, que murió en extrañas circunstancias. Entonces Sir Edward, que tiene la función de retomar la labor de aquella persona, deberá investigar las causas de su muerte. Esto le hará ver que, aunque en principio no hay ningún elemento sobrenatural en el asunto, esté muy equivocado y pronto sepa que, lejos de su primera impresión, está donde debe estar, combatiendo a un mal al que sí está acostumbrado.
Y es que el pueblo de Hallam es tan peculiar como enigmático. Habitantes con ciertos rasgos anfibios en sus caras, conductas sospechosas de la autoridad local, la fábrica de elixir que es la que ha cambiado por completo al pueblo y de la que depende mucha gente, y anguilas, muchas anguilas. Pronto irá descubriendo Sir Edward que el agua es importante en su investigación, pero más crucial que eso, es lo que hay en sus profundidades. Un culto ancestral a las anguilas tiene mucho que ver con lo que siempre ha sido Hallam, que hasta una época relativamente corta, era un lugar prácticamente con más agua que porciones de tierra habitable. Sir Edward deberá investigar todo lo que sucede allí, al tiempo que intenta mantenerse con vida, pues es una presencia non grata en el pueblo, y podría correr la misma suerte que el difunto agente de la corona al que reemplaza...
Comenzando el análisis de los guiones, aquí no está implicado Mike Mignola en la historia principal (sí en una corta que viene como complemento), estando presentes Kim Newman y Maura McHugh. No conocía previamente ni el trabajo de él ni el de ella, pero me ha gustado esta primera toma de contacto que he tenido. Ya sabéis que me llevé un chasco con el tomo anterior de la serie a pesar de estar ambientado en el salvaje oeste, y necesitaba recuperar mejores sensaciones a la hora de ponerme con esta nueva entrega. En ese sentido, la trama me ha gustado bastante, pues tiene un trasfondo que me hace pensar en "Harrow County" (serie con la que comparte dibujante), el rollo de las anguilas y la fábrica de elixir me ha despertado interés, y notar a Sir Edward implicándose cada vez más en el caso no ha parecido forzoso sino natural. No es que el cómic sea una maravilla, pero sí ofrece un resultado notable en cuanto a la creación de la trama y la manera de llevar los tiempos narrativos. Por tanto me deja buena sensación el trabajo del mencionado dúo.
La parte gráfica recae sobre Tyler Crook (si bien Ben Stenbeck hace un genial trabajo, como siempre, en la historia corta de complemento en el tomo), que además de su excelente trabajo en "Harrow County" como ilustrador, también se desenvolvió muy bien como autor completo en "
Los Cazadores Solitarios". Hablamos de un dibujante con mucha experiencia en el Hellboyverso, por lo que ha demostrado en el pasado sobradamente su talento y lo que puede aportar a este universo en las viñetas. Con Sir Edward, personaje con el que no había trabajado en su serie hasta entonces, demuestra que es la persona idónea para una historia de este tiempo, donde hay anguilas gigantes y escenarios acuosos y lúgubres. Hace buen diseño de los monstruos que aparecen, y también de los lugares en los que se mueve Sir Edward, además de conservar un trazo dinámico y muy válido para una narración sobrenatural.
Como colorista está Dave Stewart. Aunque hace un gran trabajo, su presencia aquí supone que Crook no coloréo sus dibujos con acuarela, que es como suele hacerlos, sino que esta vez se trató de algo hecho de forma digital. Aunque me habría gustado la técnica habitual de Crook, es cierto que no se puede negar el excelente trabajo de Stewart, que se amolda bastante bien al estilo de su compañero y consigue crear una atmósfera lúgubre y absorbente en Hallam y sus pantanos.
¿Merece la pena el cómic? A expensas de saber si se mantiene el nivel en la serie o el siguiente tomo tiene una calidad variable, esta tercera entrega me ha gustado, tanto en su historia principal como en la curiosa narración de complemento al final. Es cierto que influye que venía con las expectativas bajas del segundo tomo, pero he pillado con bastantes ganas lo que han querido contarme aquí los autores. En ese sentido me lo he pasado bien, he disfrutado de la atmósfera creada en esta obra, y tengo muchas ganas de leer lo próximo del personaje a ver con qué me encuentro. Por lo tanto, si se había perdido el apetito por Sir Edward anteriormente, quizás este cómic os lo devuelva.