27 de diciembre de 2023

Reseña de Astérix: La serie. Descubriendo lo que esta franquicia clásica del cómic europeo puede ofrecer

Un saludo desde una remota aldea gala que resiste los intentos de conquista del Imperio Romano. Aunque las aventuras de Astérix y Obélix llevan publicándose desde el año 1959, cuando salieron primero en la revista Pilote y posteriormente se fueron recopilando en álbumes, todavía aparecen nuevas entregas actualmente, ya realizadas por otros autores distintos a los difuntos creadores el guionista René Goscinny (1926-1977) y el ilustrador Albert Uderzo (1927-2020). 


La explotación de estos personajes les ha llevado a estar presentes en el campo de los dibujos animados, el cine de acción real, o los videojuegos, por no ignorar su presencia en el mundo de los juguetes (hasta hay una línea de Playmobil de este universo) y otro tipo de objetos de coleccionismo. Yo recuerdo haber visto de pequeño algún fragmento de película de dibujos, y también jugué en su día a uno de los juegos de ordenador. También he visto un par de películas de acción real, pero hasta la fecha no me había leído ningún cómic completo, solo fragmentos, y es por eso que, aunque mi acercamiento a las viñetas está siendo desordenado, sí que me gustaría compartiros mis impresiones al respecto según vaya leyendo tal o cual aventura de los personajes.


Sería en el año 1959 cuando, en la revista Pilote, haría su primera aparición Astérix. A día de hoy, viendo la enorme cantidad de álbumes que se han publicado del personaje junto a su compinche Obélix, sería fácil decir que el éxito se veía venir desde el principio. Pero... ¿se pensaría lo mismo en la época en la que salió? No soy tan longevo como para haber nacido antes de ese año para poder opinar, pero poco importa, pues la clave es saber que el camino de Astérix empezó en esa fecha, para no detenerse nunca hasta ahora.

Siguiendo con mi lectura de algunos álbumes del famoso personaje creado por Goscinny y Uderzo, por fin he podido ponerme con su primera aventura (lo sé, no tengo remedio porque empecé por otras más avanzadas). Y tenía muchas ganas por ver si, desde el primer episodio, ya se sentaban las bases de este universo tan longevo y peculiar, que ha trascendido el mundo de las viñetas para ser un fenómeno mundial. 

La sinopsis nos cuenta lo siguiente:

"Con este título nace Astérix, el mítico héroe galo creado por los famosos Goscinny y Uderzo. 

Para lograr hacerse con el secreto de la poción mágica que les da a los habitantes de la irreductible aldea una fuerza sobrehumana, los romanos secuestran a Panorámix, el druida."

Puede que esta trama os resulte familiar si visteis la primera película con personajes reales que se hizo hace unos cuantos años. En efecto, en "Astérix y Obélix contra el César" de 1999, parte de la historia tiene que ver con los deseos de un personaje llamado Detritus por hacerse con el secreto de la poción mágica que hace que los galos sigan resistiendo los ataques romanos. En el cómic Detritus no existe, sino que quien quiere descubrir por qué esta poción es tan especial será Caius Bonus, quien cada vez tendrá un mayor deseo de probar dicha poción y experimentar sus efectos. Para tal fin, primero mandará un soldado para que, caracterizado de galo, intente averiguar más al respecto en la aldea. Más adelante, los romanos secuestrarán a Panorámix, y entonces los acontecimientos se sucederán uno tras otro con la presencia de Astérix en el campamento romano.


Esta obra tiene detrás un gran trabajo de Goscinny. Esto es así porque los comienzos de una colección a veces pueden ser difíciles mientras se le toma el pulso, pero basta leer unas pocas páginas para saber que el guionista ya estaba bien metido en su historia como para asentar bien unos cuantos pilares de lo que serían luego las líneas maestras de la serie. Es cierto que el gran problema que se ve aquí es que apenas se le otorga protagonismo a otros personajes galos que no sean Astérix, Panorámix y Obélix (aunque su presencia se limita a unas pocas viñetas en comparación con el protagonista). Tampoco veremos aquí a Ideafix. Pero sí que, desde el inicio, se nos cuenta la heroica resistencia de esta aldea gala ante la conquista romana que ya domina prácticamente toda la Galia, y del mismo modo se nos presentan los campamentos militares que rodean la población resistente. El tipo de historia narrada aquí sigue un esquema que con el tiempo se repetiría más, como es el deseo de que alguien conozca el secreto de la poción y quiera hacerse con ella, y se empieza a perfilar el carácter de Astérix y el de Panorámix. El humor impregna la obra a menudo, que será otra de las constantes de la serie con el tiempo. Y los tiempos narrativos son adecuados, sin lugar a que uno se aburra, por lo que Goscinny logra un gran trabajo. 

Respecto a Uderzo, si bien no alcanza la perfección desde el principio (al menos no en comparación a sus trabajos de álbumes posteriores), sí que estaba claro que casi le coge el punto a la obra desde el principio. Los personajes principales casi tienen el diseño definitivo al que todos conocemos (falla la caracterización de Julio César, que tiene una nariz distinta en su primera intervención respecto a la del final del álbum, y algunos detalles así), y el humor visual está muy bien trabajado. Todavía no veremos aquí a los romanos volar por los aires mientras dejan el calzado en el suelo cuando les golpea un Astérix tras ingerir la poción, pero sí que se nos muestra que los rivales de los galos son de lo más manejables en el combate. Queda por tanto un trabajo notable de Uderzo, que ya estaba cerca de la perfección desde el inicio, y lógicamente cogería más soltura con próximos álbumes. No podría pronunciarme sobre el color original, porque la edición que he leído es de 2024 y ya está más que pulido este aspecto, pero es el tipo de coloreado clásico de este tipo de cómics. 

¿Merece la pena el tomo? Sin lugar a dudas, es una obra que, aunque tiene más de 60 años desde su aparición, no envejece y resulta divertida, dinámica y derrocha carisma. Aquí comenzó a cimentarse la leyenda de Astérix, y no hay que ser un gran experto con el personaje para saber que, con lo visto en este primer álbum, el éxito que tuvo la serie estaba más que trabajado desde su concepción. Es una obra más que recomendable, tanto si empezáis a leer a Astérix por aquí, como si os ha pasado como a mí y lo habéis leído de forma desordenada. La edición que os comento tiene mucho contenido extra para hablar bien de la creación de la serie, los artistas que le dieron vida, y muchas otras curiosidades. 



La primera vez que supe de esta historia, fue cuando en 2002 se estrenó "Astérix y Obélix: Misión Cleopatra" y pude verla, teniendo en cuenta que la anterior película con personajes reales me había gustado, y me apetecía ver una nueva entrega de estos galos.

En su día, y en posteriores revisionados, la película me gustó sin ser una obra maestra, pero sí un entretenimiento ligero que cumplía su función de sacar unas risas. Lógicamente hasta ahora que he podido leer la obra en que se basaron no tenía argumentos para decir si había sido mejor o peor adaptación.

La sinopsis nos dice esto:

"En esta ocasión, Astérix y Obélix se enfrentan a una nueva misión: ¡construir un palacio para la mismísima Cleopatra!

César está convencido de que los egipcios ya estaban en decadencia. Cleopatra, indignada, propone demostrarle que los egipcios son los mismos que construyeron las pirámides, faros y templos. Así pues, le construiría un palacio en Alejandría en sólo tres meses. César afirma que, si esto resulta posible, estará equivocado.

¿Fracasaran en la ejecución de la obra?"

Julio César se encuentra en compañía de Cleopatra cuando le comenta a ella que el pueblo egipcio está en decadencia. Lógicamente, la reina de Egipto montará en cólera y le dirá a su acompañante que para demostrarle lo equivocado que está, será construido un palacio en su honor en un período de tiempo determinado. Lo malo es que el encargo recaerá sobre Numerobis, un arquitecto tan peculiar que sus construcciones no obedecen demasiado a lo convencional, y no es precisamente talentoso. Así que Numerobis, sabiendo que si no completa el encargo será pasto de los cocodrilos de la reina, pedirá ayuda a su amigo Panorámix. Lógicamente, el druida accederá a ayudarle con la construcción del palacio, para lo cual le acompañarán Astérix, Obélix e Ideáfix. Teniendo en cuenta que el druida elaborará poción mágica para todos los obreros egipcios, la cosa debería ser sencilla de llevar a buen puerto, pero serán muchos los inconvenientes y problemas que los personajes deberán afrontar. ¿Lograrán completar el encargo a tiempo o el César tendrá razón sobre los egipcios?



La historia tejida por Goscinny me ha resultado muy divertida (que los galos, que habitualmente combaten a los romanos, terminen ayudando en la construcción de un palacio para Julio César es de lo más inesperado aunque sea por ayudar a un amigo en peligro), y siempre es agradable ver a los galos fuera de su aldea, viajando a través del mundo para conectarse con otras culturas que son diferentes a la suya. Como suele pasar en las aventuras de Astérix y Obélix, este cómic está trufado de humor y es difícil no reírse con algunas de las ocurrencias del guionista. El ritmo narrativo es muy ameno y la premisa de que el César menosprecie a los egipcios y luego intente derrumbar el palacio cuando ve que sus palabras van a dejarle en ridículo me ha parecido de lo más curiosa. Es cierto que las apariciones de Cleopatra la muestran habitualmente en un permanente estado de divismo y enfado que a veces me ha saturado, aunque por suerte no está presente en toda la obra, y también tiene algún que otro momento más simpático. La película de acción real que se hizo adoptó casi página por página este álbum, y me parece acertado teniendo en cuenta que es una obra muy buena, por lo que claro que Goscinny ofreció un gran trabajo.

Por parte de Uderzo, está al nivel habitual que puede ofrecer su talento, que suele ser mucho. No faltan los habituales gags visuales, los dibujos cargados de energía y dinamismo, y el excelente manejo de la expresividad de los personajes, además del ya habitual gran nivel de detalle y diseño de escenarios. En ese sentido es difícil decir nada nuevo que no haya comentado en los análisis de otros álbumes de la serie, pero por destacar alguna cosa más de esta aventura egipcia de los galos, me quedo con escenas como la del asedio romano y Astérix corriendo a entregar un mensaje, o ver a Obélix arrastrando un montón de barcos por el río, por no olvidar a los trabajadores del palacio dándolo todo para su construcción después de haber ingerido poción mágica. 

¿Merece la pena el tomo? Por supuesto, es una más que buena aventura de los galos que tendría más que merecido estar en cualquier listado de las mejores álbumes de Astérix y Obélix. Tiene humor, un viaje a Egipto, y desprende la habitual simpatía de esta serie. Genial complemento si disfrutasteis la película, y gran elección si únicamente os interesan las viñetas en lugar de lo audiovisual. 



Esta octava entrega de las peripecias de Astérix y Obélix vio la luz en formato álbum en 1966 en Francia, y fue un éxito de ventas desde el inicio, refutándose el hecho de que la creación de Goscinny y Uderzo ya era todo un fenómeno en el mundo de las viñetas europeas. 

Es a su vez la primera entrega que he podido leer completa, y me gustó el hecho de que precisamente los personajes salieran de su país para llegar a tierras británicas, y por lo tanto en la obra se les vea tanto en su aldea gala, como posteriormente viajando a otro país, teniendo divertidos choques con esa otra cultura. 

La sinopsis es breve pero concisa:

"En esta ocasión Astérix viajará hasta Bretaña en compañía de su inseparable Obélix para ayudar a su primo bretón, Buentórax, a defender su aldea del invasor romano."

Hay que precisar que Astérix no conoce físicamente a su primo Buentórax el bretón. Ahora bien, el motor de la trama consiste en que los romanos ya están colonizando tierras bretonas, y la aldea de Buentórax se encuentra asediada por dichos invasores. Es más o menos lo mismo a lo que se enfrentan continuamente en la famosa aldea gala, por lo que Buentórax viajará hasta ella, para pedirle auxilio a su primo. Panorámix elaborará un tonel de poción mágica para que Astérix, Obélix y el bretón puedan llevarla hasta esa aldea indefensa. Y básicamente la historia gira sobre eso, las vueltas que dará el tonel para ver si llega a su destino y sirve como defensa contra los romanos. Por el camino, la peculiar pareja de amigos protagonistas conocerá las costumbres del nuevo país que conocerán en sus aventuras, siendo una de las cuales un deporte que, como podéis ver por la portada, practican allí, y que también guarda relación con uno de los vaivenes de la poción mágica. 


A Goscinny lo había leído anteriormente narrando las historias de "Iznogud", el peculiar visir que quiere ser califa en lugar del califa. En ese sentido, me hacía una idea del tipo de guiones que podía encontrarme aquí. Cuál ha sido mi sorpresa cuando he visto que de los repetitivos guiones de la obra mencionada, me he encontrado aquí una versión menos encorsetada del autor, pues su historia, aunque siga una trama lineal, está bastante más desarrollada al estar ante un álbum de más de 40 páginas. También cambia un poco el tono humorístico de Goscinny, estando su fuerte en este cómic en la forma en que retrata a los bretones, especialmente en sus costumbres, vocabulario y forma de ser. Los personajes no tienen casi desarrollo eso sí, pero no me ha importado demasiado. El ritmo narrativo tiene momentos calmados pero también otros bastante dinámicos, y se lee con gusto, porque además la historia es atractiva y divertida, a la par que guarda algunos momentos cómicos memorables (como esa sincronización romana para partir toneles de vino, que luego se vuelve en anarquía al emborracharse los soldados, o las reacciones del pobre Obélix ante los platos gastronómicos bretones). En definitiva, me ha gustado este cómic y, aunque no empezara la colección de Astérix por el primer número, no me ha importado nada hacerlo por una octava entrega, pues se puede disfrutar plenamente siendo un lector novato con este universo.

El arte de Uderzo tiene ese característico toque de la bd clásica europea, pero su trazo es muy limpio, dinámico y entra muy bien por los ojos aunque esta historia se hiciera hace casi seis décadas. Gran parte del mérito de que me haya echado unas cuantas risas no es solamente de los guiones, sino también del dominio de Uderzo del humor visual, que retrata muy bien situaciones que ya incitan a la risa, pero bajo sus lápices aseguran las carcajadas. Como es la primera obra que leo completa de este dibujante, su mayor mérito lo veo en eso, en ser un material que tiene muchos años de vida, pero para nada parece desfasado como otras obras que he leído de esa época. Eso, sumado a la energía del trazo del autor y su trabajado nivel de detalle, hace que destaque por méritos propios el apartado visual, para complementar perfectamente el guion.

¿Merece la pena el tomo? No tengo bagaje para compararlo con otros de la colección hasta que pueda leer más, pero ha sido una lectura notable que he disfrutado, y me ha dejado buenas sensaciones tras mi primera toma de contacto seria con el mundo de Astérix y Obélix en las viñetas. Seguro que para un coleccionista de la colección merecerá la pena, pero no me cabe duda de que, para quien empiece como yo con este universo ficticio, el tomo es una elección bastante buena. Además del formato en tapa dura de Salvat, esta edición de 2023 trae mucho contenido extra para conocer más del contexto de creación de la obra, sus repercusiones, las adaptaciones al cine, el merchandising y mucho más derivado de este exitoso álbum. 



La gracia de mi lectura de este cómic es que lo he hecho en pleno julio de 2024, a pocos días que se inicien los Juegos Olímpicos de París. Obviamente no ha sido casualidad que en Salvat hayan decidido reeditar este álbum hace poco tiempo. He leído algunas críticas de que usen para la portada una imagen de la película de animación que se hizo de la obra en cuestión, pero a mí me gusta bastante, por lo que paso por alto el hecho de que el César no sale en ninguna viñeta. 

Como decía, ni ha sido casualidad la reedición ni tampoco mi elección de lectura para estas fechas. Así que mi curiosidad por leer un nuevo álbum de Astérix, máxime con esta temática deportiva en concreto, era inevitable. Y puedo anticipar que me ha merecido la pena. 

La sinopsis nos avanza lo siguiente del cómic:

"Todos los hombres de la aldea embarcan con rumbo a Grecia para participar en los Juegos Olímpicos y darles nuevamente una paliza a los romanos. Pero las cosas se complicarán cuando descubran que no pueden usar la poción mágica para ganar."

Van a celebrarse los Juegos Olímpicos una vez más, y los romanos tienen como meta conseguir que Julio César se sienta orgulloso de ellos si obtienen muchas palmas de oro en las diferentes disciplinas deportivas donde habrá competiciones. Pero claro, los galos se enteran también de que va a tener lugar este evento, y querrán participar. El único problema inicial es que solamente los romanos han recibido una de las invitaciones para ir, pero los galos no. Aunque técnicamente, si los romanos han conquistado casi toda la Galia, se diría que eso les convierte por tanto en participantes válidos. Así que con esa treta, Astérix, Obélix, Panorámix, Ideafix y todos los hombres de la aldea van a Grecia. Eso sí, como forma parte de las reglas la competencia sana y tampoco podrán competir demasiadas personas, únicamente Astérix representará a la aldea, y no podrá tomar poción mágica. ¿Logrará demostrar su superioridad en alguna disciplina deportiva?


Goscinny ofrece aquí una historia que, aunque no le saca todo el partido posible a un evento tan peculiar como son los Juegos Olímpicos (apenas se le dedican unas escasas páginas en el tramo final), sí que es bastante divertida. Quizás a día de hoy sea un choque cultural importante el hecho de que las mujeres galas se queden todas en la aldea para limpiar las casas y otros menesteres, por lo que esa parte de la obra puede pillar desprevenida a la persona lectora, a pesar de que se justifique en que, al no poder participar ni en pruebas ni como espectadoras, no les queda otra que no formar parte de una velada olímpica. Es cierto que este cómic se publicó en 1968 y eran otros tiempos... pero se podría haber abordado mejor el tema. Al margen de eso, los vaivenes y tejemanejes entre galos y romanos con la poción mágica son graciosos, y hay situaciones divertidas repartidas por toda la obra, haciéndola entretenida de leer hasta el final. No es el mejor trabajo de Goscinny para mí, pero sí uno que tiene sus cosas interesantes y deja buen sabor de boca. 

Uderzo realiza un trabajo notable, como ya venía ofreciendo en otras obras previas. Algunas de las mejores situaciones cómicas de la obra son desternillantes por la forma en que el dibujante las ilustró, siendo genial la dinámica que tienen el centurión Tulius Borricus y el forzudo soldado romano Claudius Mulus, cuyo ánimo pasa de la alegría a la depresión en cuestión de segundos por culpa de los galos. Y respecto a la parte de los Juegos Olímpicos en sí, como cabe esperar las escenas deportivas están a la altura, mostrando a muchos atletas de diferentes disciplinas artísticas haciendo gala de sus habilidades físicas en cada prueba que se ve en las viñetas. Por lo tanto Uderzo seguía demostrando que era un artista de primer nivel con otra buena obra de Astérix en su haber. 

¿Merece la pena el tomo? Le veo dos posibles respuestas. Si quieres una aventura más de Astérix condimentada con algo de deporte, es una elección disfrutable que no decepciona con esa expectativa. Ahora bien, si por el título te pasa como a mí, que esperas que haya muchos más pasajes de pruebas deportivas, te puedes llevar un chasco, y el cómic no es malo pero sí se quedaría corto. En cualquier caso, con unas cosas y otras, como tiene mucho humor y dinamismo y es muy divertido, lo recomiendo tranquilamente. 


Como ya he mencionado en otras ocasiones, y aunque no es la mejor manera de encarar la lectura de una colección tan longeva como es la de Astérix y Obélix, voy leyendo los álbumes de forma desordenada, según van cayendo en mis manos. Claro que, a efectos de mantener la coherencia argumental, las reseñas sí las coloco por la numeración correcta, al margen de en qué momento haya leído tal o cual aventura. 

Por lo tanto esta ha sido mi primera toma de contacto con el trabajo de Jean-Yves Ferri (una de sus obras más destacadas es "La vuelta al campo") en la serie de Astérix, a pesar de que supone, por el orden cronológico, su cuarto álbum junto a Didier Conrad a los lápices. Del ilustrador sí conocía su trabajo tras el más que interesante "El lirio blanco", por lo que ya sabía lo que me encontraría en el apartado visual. Así pues, me quedaba ver qué tal combinaban ambos autores.

La sinopsis del tomo dice lo siguiente:

"Adrenalina, la hija del famoso jefe galo Vercingétorix, llega a la aldea que tan bien conocemos para provocar un montón de aventuras a las que, lógicamente, Astérix y Obélix se verán arrastrados."

Algunos arvernos llegarán a la aldea gala nada más empezar la historia, y les acompañará Adrenalina, la hija del jefe Vercingétorix, tristemente famoso por su rendición a los romanos en su última batalla. Pues bien, teniendo en cuenta que las tropas de Julio César buscan a Adrenalina, los leales arvernos tienen un plan para llevarla a Bretaña. Pero claro, para poder llevar a cabo dicha idea, necesitan organizar bien el viaje, para lo cual no pueden llevar consigo a la joven, que tendrá que quedarse bajo la custodia de Astérix y Obélix. Sin embargo, Adrenalina, que está cansada de que a su alrededor todo sean guerras y discusiones, les dará más de un quebradero de cabeza a sus guardianes, especialmente con la ayuda de algunos jóvenes de la aldea que no dudarán en poner de su parte para que la chica se marche de aquella zona. ¿Quién encontrará antes a la joven huida, los romanos, los galos, o el hombre que traicionó a Vercingétorix y que es un espía de Julio César?


La historia creada por Ferri me ha parecido entretenida, no brillante ni colmada de originalidad, pero sí amena de leer y bien aderezada con golpes de humor. Agradezco el hecho de que varios personajes adolescentes tengan su porción de protagonismo y no siempre estén acaparando los fotos los de siempre, ya que el grueso principal de habitantes de la aldea gala están más que vistos a estas alturas. Es cierto que hay críticas de todo tipo en internet sobre el trabajo de Ferri aquí; hay quienes dicen que es su mejor álbum en la serie, al igual que quienes difieren de ello. Por mi parte, y teniendo en cuenta que el autor no se desmarca del tono narrativo clásico de la colección (es lo menos arriesgado, pero también lo más fácil para que parte del público veterano, especialmente el conservador, no salte alarmado porque les han cambiado sus personajes), no se puede calificar el álbum como algo sobresaliente, pero tenía ganas de leerlo para pasar un buen rato y he salido altamente satisfecho. Me ha resultado un poco cargante el diseño del personaje de Adrenalina (entiendo que al ser adolescente esté de vuelta de todo y sea una revolucionaria, aunque se hace repetitivo), pero he agradecido que los piratas hayan aparecido durante gran parte del álbum en lugar de tener la típica escena donde los galos les hunden el barco o lo hacen ellos mismos para evitar una paliza. Los romanos tienen algunas escenas para ellos, pero básicamente como alivio cómico, que tampoco está mal. Así que mi primera toma de contacto con el trabajo de Ferri ha sido positiva y satisfactoria.

Respecto a la labor de Conrad, ya le conocía de antes y sabía que, como mínimo, iba a encontrarme un dibujo muy similar al de Uderzo, por lo que en ese aspecto se mantiene coherencia visual en el tono de la serie sin que se note el paso del tiempo desde el primer álbum, ni el cambio de ilustrador. Aunque sea un matiz muy leve, sí se aprecia un toque ligeramente más moderno en el trazo de Conrad, tanto en los acabados de los personajes como en el dinamismo de ellos. Hay un buen diseño de los adolescentes que aparecen aquí, aunque en esencia sean casi calcos de sus padres. No encuentro nada que achacar al trabajo del ilustrador, por lo que con él quedo bastante satisfecho.

El color es de Thierry Mébarki, y conserva el tono clásico, destacando quizás el cambio de colores para los momentos de flashback, ya que hay algunos en la obra. 

A la hora de decidir si merece o no la pena el cómic, tengo claro que con Astérix y Obélix lo que pido es entretenimiento y humor, al margen de que haya una historia con más calidad y originalidad que otras. En este caso concreto, esta aventura me ha dejado buen sabor de boca. No la veo ni mucho menos como una de las mejores de lo que llevo leído hasta ahora en la colección, pero tampoco es una mala obra ni mucho menos, sino un decente entretenimiento que quizás pueda llegar a un nuevo público con el añadido de los personajes adolescentes para renovar un poco la galería de gente habitual. 



Esta historia fue la quinta colaboración del dúo Ferri-Conrad, y por ahora (a fecha de septiembre de 2024 cuando os escribo esto) ha sido la última escrita por el primero, ya que el segundo sí ha seguido en el siguiente álbum de la serie, que tenéis analizado más abajo.

A estas alturas sigo sin ser ni mucho menos un experto en Astérix y Obélix, ya que me quedan muchos álbumes por leer de la colección (he mencionado en otras ocasiones que estoy haciendo una lectura un tanto anárquica, sin seguir un orden), por lo que mis puntos de vista sobre el trabajo de estos dos artistas están limitados a su labor en los álbumes que han hecho, pero no los comparo con Goscinny y Uderzo. 

La trama del álbum es la siguiente:

"Todo comenzó con una representación esculpida de la Tarasca, un animal aterrador de las leyendas celtas.

Astérix, Obélix e Ideáfix, estarán acompañados por Panorámix, para ir en busca de este fantástico animal..."

La historia arranca con Julio César, que se encuentra hablando con el geógrafo Terrignotus, quien está intentando convencer al máximo dirigente romano sobre organizar la búsqueda del grifo, el animal mitológico que habita en las tierras de Barbáricum. Como los romanos tienen prisionera a una amazona sármata, Terrignotus cree que su aventura será exitosa, y Julio César verá con buenos ojos la posibilidad de incorporar una criatura de fantasía a su circo. Así las cosas, mientras los romanos emprenden su viaje para encontrar al animal, Astérix, Obélix, Ideafix y Panorámix van camino de las tierras sármatas, ya que el druida galo ha recibido una llamada de auxilio del chamán de esa zona. Como su amigo está inquieto por la búsqueda que quieren hacer los romanos del grifo, ha pedido ayuda a quienes mejor saben cómo hacerles frente... los irreductibles galos, los cuales no podrán tirar de la poción mágica pero estarán acompañados de un ejército de mujeres guerreras para anticiparse a sus enemigos. ¿Quién llegará antes al grifo? ¿Realmente existe?


A la hora de hablar del trabajo de Ferri, tiene sus cosas buenas y algunas no tanto, aunque en conjunto su labor me parece buena para lo que uno puede esperar de un álbum de Astérix en estos tiempos. La trama en sí me ha gustado, sobretodo por estar ambientada en parajes nevados, ser las mujeres las que llevan los pantalones en el pueblo sármata, y por la inclusión del grifo como el gran objetivo a encontrar por todos los personajes del álbum. Es cierto que los romanos no van a ofrecer apenas dificultad a Astérix y Obélix (porque el papel de Panorámix aquí es anecdótico), y quizás ahí está el punto débil de la trama, que el final se ve venir desde el principio. También me parece desaprovechado el trío de romanos que encabeza la expedición, en especial teniendo en cuenta que por sus choques entre unos y otros podían haber dado muchísimo más juego para la parte humorística. Algo parecido le ha sucedido a la trama romántica que afecta a Obélix, pues tiene su encanto, pero me deja la sensación de que se desaprovecha un poco su potencial. No obstante, la trama avanza con buen ritmo y sigue habiendo momentos de buen humor para disfrutarla, por lo que como ya decía antes, claro que tiene aspectos positivos. No creo que sea el mejor trabajo de este guionista ni una aventura top de la serie, pero tampoco es una mala obra. 

Conrad sigue en su buena línea, y con varios álbumes ya a su espaldas mimetizándose al trazo de Uderzo, uno disfruta de su arte. Es cierto que el hecho de querer asemejarse lo máximo posible al ilustrador originario de la serie, tiene como parte negativa el que apenas puede soltarse un poco para mostrarnos algo más atrevido. Entiendo que un cambio de dibujo podría afectar a los lectores más maniáticos y veteranos de Astérix y Obélix, pero a mí no me importaría en absoluto ver otra forma de ilustrar las peripecias de los galos más famosos de las viñetas. Aunque esto ya lo he comentado en otra ocasión y queda más como una reflexión personal que otra cosa. Lo importante es que el trazo de Conrad, además de dinámico y pulcro, se luce aquí especialmente con los escenarios donde transcurre la aventura, y hay momentos excelentes, como el descubrimiento del grifo.

El color es de Thierry Mébarki, y aquí también es mucho más disfrutable que en otras entregas su labor, teniendo en cuenta la diferencia de colores entre los paisajes nevados, el ejército romano, y los galos. Queda todo integrado de forma orgánica.

Sobre si merece la pena o no el álbum, para mí claro que sí. No es la mejor aventura de los galos ni mucho menos, pero eso no quita que me haya hecho pasar un rato de lo más agradable, que a fin de cuentas es lo que buscaba con esta lectura, risas y un "viaje" por tierras heladas en busca de una criatura mitológica. 



Este álbum ha sido mi segunda toma de contacto con el mundo de Astérix y Obélix en las viñetas. En el momento de escribiros esto (enero de 2024), es precisamente el álbum más reciente de los personajes, y el primero que leo de otros autores que no fueran sus creadores, Goscinny y Uderzo. Por eso tenía gran curiosidad por ver qué podía contar el nuevo equipo creativo.

Cuando una colección tan longeva como la que nos ocupa ha contado con la presencia de sus creadores durante varias décadas, es inevitable que, cuando aparece otro equipo creativo, pongamos la lupa en la que forma que tengan de contarnos un nuevo episodio de estos personajes. Aquí siempre hay división de opiniones, pues hay gente que quiere exactamente lo mismo que ya tenía antes, aunque también hay quienes piden una renovación argumental o gráfica. Yo ando en una posición intermedia en estos casos, pues me gusta que quienes viene detrás, cuenten algo nuevo de una forma diferente, pero respetando las esencias del material original. Sobre si lo han logrado o no los autores de este tomo número 40, hablaré luego.

La sinopsis del tomo es breve:

"El título de este cómic es El Lirio Blanco, el nombre de una nueva corriente de pensamiento positivo que recorre Roma y se extiende por todo el Imperio a la velocidad del rayo. Pronto llegará a la aldea de nuestros queridos galos, con consecuencias insospechadas."

El cómic nos muestra en sus inicios a los romanos, pues, lejos de mostrar su habitual espíritu guerrero y conquistador, se muestran más reacios a ser como eran antes. Julio César, temiendo que este estado casi depresivo de sus tropas repartidas por aquí y allá, buscará soluciones, y he ahí que entrará en escena Viciovirtus, el médico en jefe de los ejércitos romanos. Este hombre cree que lo que necesitan las tropas es una mejora en su estado de ánimo mediante la introducción del positivismo en sus vidas. Un soldado feliz será una pieza productiva, y eso repercutirá en que los ejércitos recuperen su ferocidad. Como modo de poner a prueba el método de Viciovirtus, se le asignará ir a uno de los puestos que rodean a la conocida aldea gala que siempre se le resiste a los romanos. Y así echará a andar el cómic, mostrando los primeros avances del médico tanto entre los galos como entre el ejército. Esta corriente positivista alterará la normalidad de la aldea, y Astérix y Obélix, que no están convencidos de los beneficios del cambio, intentarán solucionar la situación, que se irá agravando a medida que avancen las páginas. 


El guion es de Fabcaro (como autor completo ha hecho obras como "Moon river" y "Open bar"), en el que ha sido su primer acercamiento a este universo. La trama es sencilla, pues gira en torno a la presencia de Viciovirtus y su filosofía positivista del lirio blanco, y también con las consecuencias de la misma. El primer fallo que le veo al planteamiento es que se le encarga a este médico resucitar el ánimo de las tropas romanas, y, salvo en el primer tercio de obra, no hace nada relativo a esto después, desviándose bastante de la trama, en un giro que le hace perder enteros, pues habría sido más interesante centrarse precisamente en reavivar el ánimo de las tropas de modo que pudieran poner en algunas dificultades (dentro de lo posible claro) a los galos. No obstante el camino elegido por Fabcaro no está mal, pues la historia está bien contada y de forma amena, haciendo que se lea con facilidad y haya bien diseminadas por el cómic unas cuantas situaciones bastante cómicas. Los diálogos positivistas también le confieren encanto a los diálogos de muchos personajes, siendo Viciovirtus el mayor exponente. Eso sí, me queda esa sensación de que se le podía haber sacado mucho más partido a la historia, pero es una apreciación personal. En resumidas cuentas, tenemos un álbum que respeta a los personajes y aunque no innova demasiado, entretiene y se lee rápido, deparando algunas risas por el camino, por lo que mi valoración es positiva. 

El ilustrador Didier Conrad (ha participado en "Los innombrables" o "Lucky Luke") no es nuevo en el universo de Astérix, pues es ya su sexta participación. Su trazo es muy similar al de Uderzo, por lo que en ese aspecto se mantiene una clara coherencia visual en la colección, siendo difícil notar el cambio de autores en la misma. El dibujo es por tanto limpio y enérgico en las escenas de la poción mágica. Es cierto que, como comentaba antes, a veces preferiría que, cuando entra un dibujante distinto al que popularizó a unos personajes, su estilo artístico sea diferente e innovador respetando las esencias. Aunque tengo mis dudas de si la legión de seguidores de Astérix que han crecido con el arte de Uderzo habría querido eso (en mi caso he disfrutado del Lucky Luke de Bonhomme sin ser un calco del de Morris). En cualquier caso, el apartado visual es notable y Conrad hace una buena labor. 

El color es de Thierry Mébarki (solo he encontrado trabajos en Astérix en su historial) es de aspecto clásico y eso, teniendo en cuenta el apartado artístico, es justo lo que casa bien con él, por lo que el trabajo de Mébarki es bueno. 

Sobre si merece o no la pena el cómic, para mí, como lector que lleva muy poco leyendo a Astérix y Obélix, sí que ha sido una lectura interesante y entretenida. No tengo el bagaje suficiente como para decir si en comparación con otras aventuras es mejor o peor, pero me ha dejado buen sabor de boca y eso es lo importante, ya que quiero seguir leyendo más de estos personajes y disfrutar de su mundo. 

20 de diciembre de 2023

Reseña de SuperGroom: La serie. Spirou deja de ser un héroe para convertirse en un superhéroe

¡Saludos! Ya he contado en algunas ocasiones que en este blog no hago demasiadas reseñas de superhéroes salvo en contadas ocasiones, y porque algo me atraiga especialmente por distintas razones. En ese sentido, salvo de Marvel o Dc, sí que hay análisis de cómic de pijameo que he hecho de otras editoriales, por el motivo antes expuesto. Y he aquí que me ha vuelto a suceder eso, pues hace poco llegó a mis manos un cómic que convertía a un héroe clásico del cómic francobelga, en todo un superhéroe. 


Es por eso que quiero reseñaros las diferentes entregas que aparezcan de "SuperGroom" de Nuevo Nueve, pues es una serie abierta que comenzó a editarse en la editorial Dupuis, y de momento cuenta con un par de entregas, las cuales reseñaré según la española Nuevo Nueve las publique aquí. 


Lo primero que tenemos que saber, es que en este tomo se hace un repaso de la forma en la que Spirou ha llegado a convertirse en SuperGroom. Será Spip, la mascota amiga del protagonista, quien haga de narrador para ponernos al día de lo que pasa. Precisamente una de las mayores motivaciones de Spirou para llegar a ser un superhéroe, no es otra que resucitar su carrera, pues el progreso, las nuevas tecnologías, y la enorme competencia en el mundo de los cómics, han hecho que un personaje clásico de la bd ya haya pasado de moda. 

Es un análisis interesante, pues yo leo tanto obras de pijameo como otras clásicas del cómic europeo, y es cierto que lo que pueden ofrecer unas y otras, aunque compartan el entretenimiento, en muchas ocasiones difiere bastante. Así que es interesante ver cómo aparece una figura que puede mezclar ambos mundos. 

¿Qué historia nos encontraremos en este cómic? La sinopsis avanza lo siguiente: 

"La noche es tranquila en Bruselas. Pero esto es solo una ilusión: decenas de figuras enmascaradas deambulan por los tejados. ¿Qué hacen estos superhéroes recién  salidos de los cómics estadounidenses en la capital de Europa?

¡El responsable de este lío no es otro que Spirou! ¡Sí, Spirou, el famoso personaje de cómic que ha vivido decenas de aventuras en álbumes y que incluso tiene una revista a su nombre! Hay que decir que en los últimos tiempos, Spirou ha entrado en un periodo de dudas: olvidado por los más jóvenes (incluso tratado como  anticuado).

Su forma de vida y sus incesantes viajes por el mundo chocaban con sus convicciones ecologistas. Entonces surgió esta idea, nada estúpida a priori: inventa a  SuperGroom para llamar la atención."

Como ya contaba antes, Spirou está atravesando un momento difícil. A su fama pasada y olvidada, se añade el hecho de que también tiene sus dudas existenciales, pues es un intrépido aventurero que no para de viajar por el mundo, pero al mismo tiempo eso no coincide demasiado con su conciencia ecologista, teniendo en cuenta que, para llegar a todos esos lugares del planeta, debe ir en aviones, trenes... y eso no ayuda precisamente a que él contribuya a un mejor medio ambiente. Sea como fuere, entre estos y algunas otras cosas, se le ocurre que, debido al constante tirón en la actualidad de los superhéroes, una forma de revitalizar su relevancia sería convertirse precisamente en uno de esos personajes. Para dicha tarea le ayudará el siempre ingenioso y colaborador Conde de Champignac, el cual diseñará la indumentaria y los aparatos que usarán Spirou y Spip. 


Ahora bien, aunque Spirou le pondrá muchas ganas a sus primeras apariciones como SuperGroom, las cosas no saldrán precisamente como a él le gustaría, y no tardará mucho en colgar el traje y retomar su vida, la cual, dicho sea de paso, no irá precisamente bien por una decisión que tomará. Pero lo peor no es eso, sino que pasará un tiempo, y alguien actuará como SuperGroom, usurpando su identidad superheroica, y será entonces cuando Spirou deba volver a convertirse en esa otra versión suya, para investigar quién lleva su uniforme, y con qué finalidad. Y es más o menos lo que os puedo anticipar respecto a los sucesos que transcurrirán en este primer tomo de la serie, pues para averiguar el resto de cosas os animo a leer este cómic. 

Toca hablar del trabajo de los autores. En primer lugar tenemos al guionista Fabian Vehlmann (conocido entre otras obras por "Ian" o "Solos"). El primer elemento en contra que tenía el escritor, era contar una historia de orígenes de un superhéroe, teniendo en cuenta que es algo muy trillado y donde hay que ser muy original o bien tener muy buen ritmo narrativo para hacer que no sea algo pesado. En ese sentido Vehlmann sortea bien la papeleta, pues es cierto que el inicio del cómic no es excesivamente original, pero sí me ha gustado la motivación para que Spirou decida ser SuperGroom (y que es una realidad, pues el cómic europeo compite constantemente con el de superhéroes americano), y está todo contado con ritmo y no se hace cansino ni aburrido. Más allá de eso, en el resto del cómic pasan las cosas suficientes como para que no decaiga la narración, hay cierto desarrollo de personajes, y me ha gustado lo que se ofrece en esta primera entrega de la serie. Como era inevitable que aparecieran otros personajes del universo Spirou, también he agradecido que, aunque el protagonista absoluto es el que es, no por ello dejen de ayudarle quienes le rodean habitualmente en los cómics y que aquí son buenos secundarios. La trama del cómic en general no os va a sorprender en exceso (especialmente si leéis mucho pijameo), pero está contada con tan buen ritmo y de una forma interesante, que me ha dejado una impresión satisfactoria del trabajo del guionista. 

El ilustrador es Yoann (aunque ha trabajado mucho en el universo de Spirou, es conocido también por obras como "La ladrona del cementerio" o "La mazmorra"). Su estilo tiene un poco de cómic europeo, pero también de americano. Uno de los puntos flojos que le he encontrado, es el diseño de escenarios, especialmente en planos donde se ve la ciudad de fondo, que parece todo hecho demasiado deprisa. Por lo demás, el dibujante se desenvuelve muy bien en las escenas de acción, y sabe imprimirle fuerza y dinamismo a la mayoría de pasajes. El diseño de los atuendos de superhéroe no son muy originales porque parten del uniforme clásico de Spirou, pero más interesante es cómo lucen los artilugios voladores de SuperGroom, o la esfera que usa el superhéroe falso. Así que en líneas generales, un buen trabajo de Yoann. 

El color corre a cargo de Fabien Alquier (en España nos han llegado obras suyas como "Gringos locos" o "Milenio"), y su labor es bastante acorde a lo que demanda una obra de este tipo, que no es el típico cómic europeo, sino un híbrido con toques americanos, donde la paleta de colores juega un buen papel, y la luminosidad está bien trabajada en la mayoría de escenarios. 

Sobre si merece la pena el cómic, por mi parte es una obra disfrutable, tanto si sois fans de Spirou como si es vuestro primer contacto con él, que permite divertirse y ver al personaje fuera de su zona de confort y probándose en el terreno más pijamero. La obra se lee rápido, entretiene, y a mí me ha dejado con ganas de esa continuación, pues su final es claramente de una obra abierta que pretende engancharnos para leer la segunda parte, y en cuanto a mí, cumple en ese sentido. La edición de Nuevo Nueve no tiene contenido extra, pero es tan genial como siempre en su formato de tapa dura. 

10 de diciembre de 2023

Reseña de Iznogud: 33 historietas de Goscinny y Tabary. El visir que está obsesionado con ser el califa en lugar del califa

¡Un saludo desde el interior de un gran palacio! Como observador de esta historia, puedo contaros qué me han parecido las peripecias de un personaje cuya obsesión por derrocar a su gobernante le llevará a idear planes de todo tipo. Toca hablaros de "Iznogud: 33 historietas de Goscinny y Tabary" de Ediciones Salvat.


Iznogud es una serie de historias francesas creadas por el guionista René Goscinny (1926-1977) y el dibujante Jean Tabary (1930-2011), y que vieron la luz por primera vez en el año 1962, a través de una revista llamada Record, aunque la desaparición de ésta hizo que luego se continuara con la publicación a través de otra revista, Pilote. La trayectorial editorial de esta serie ha llegado a superar la treintena de álbumes, siendo el último del año 2022. Pero, como pasa con los buenos personajes del cómic europeo, estamos ante un producto que ha tenido adaptaciones en el formato audiovisual. Primero llegó una serie de dibujos animados en el año 1995, la cual contó con 52 episodios, y también se hizo una película de acción real en el año 2005, dirigida por Patrick Braoudé (aunque parece ser, por las críticas que he leído, que no es de mucha calidad). Tenemos por lo tanto un personaje con solera en el cómic europeo, y con el que tuve mi primer contacto hace ya bastantes años, precisamente viendo la serie de dibujos. Pasó el tiempo y me empezó a picar la curiosidad por leer algún cómic de Iznogud, y he aquí mi estreno con él en las viñetas. 


Y el recuerdo más vívido que tengo de la serie de dibujos, es el de ver a Iznogud muchas veces malhumorado cuando algún plan le salía mal, lo cual le sucedía a menudo, pues su obsesión era ser el califa en lugar del califa. A su manera, Iznogud no es muy distinto de otro personaje clásico del humor como es Pierre Nodoyuna, pues también hacía gala de una energía infinita para concebir planes malvados, pero también veía siempre cómo fracasaban todas sus ideas e intentos de perjudicar a sus enemigos. Es más o menos la filosofía de Iznogud, si bien su único rival es el Sultán Harún Al-Panzón, y no porque le caiga mal precisamente, sino simplemente por es la figura que ostenta todo el poder en el Bagdad de "Las mil y una noches". Así pues, aunque las historias de Iznogud tienden a ser monotemáticas y de esquemas repetitivos, también son ingeniosas en sus diálogos y eficaces en su humor gráfico. 

¿Qué autores han participado aquí? Como guionista está el famoso René Goscinny (conocido entre otras muchas obras por "Astérix y Obélix" o "Lucky Luke"), mientras que el ilustrador es Jean Tabary (destacan trabajos suyos como "Corinne y Jeannot" o "Valentín el vagabundo"). La traducción al castellano es de...

¿Qué historias nos encontraremos aquí? Se recopilan hasta 33 historietas del personaje de distinta extensión. La descripción del tomo nos dice lo siguiente:

"Este volumen reúne 33 historietas de Iznogud escritas por René Goscinny y dibujadas por Jean Tabary, publicadas inicialmente en las revistas Record, Pilote y, en algún caso, directamente en álbum, entre 1962 y 1969. 

En palabras del propio Goscinny: «Dos personajes son los protagonistas de esta serie. El primero, Harún al-Panzón, califa de Bagdad, que es muy bueno, muy gordo, poco inteligente y apenas hace nada (aunque lo poco que hace lo hace bien). El segundo, el gran visir Iznogud, que es pequeño, delgado y horriblemente malo y sol tiene un sueño: convertirse en califa en lugar de califa»."

Como podéis imaginar, teniendo en cuenta el gran sueño de Iznogud de ser el califa en lugar del califa Harún Al-Panzón, las tramas orbitarán siempre sobre esa obsesión. Valga como ejemplo aquella cuya imagen tenéis adjunta, en la que Iznogud y su esbirro fiel, Dila Lará, serán testigos de la existencia de un genio mágico que aparecer al frotar un par de babuchas. Teniendo en cuenta que dicho genio concede el deseo que se le pide, está claro que el visir querrá hacer uso de ese poder para lograr ocupar el lugar que cree que le corresponde siendo él el califa. Y como será costumbre en todos los episodios, dará igual lo que haga el protagonista, así como el ímpetu o la habilidad de la que haga gala para conseguir llevar al éxito sus planes, que nunca saldrá nada como él desea. 

Es cierto que, a pesar del inexistente elemento de la sorpresa por acabar siempre de la misma manera, sí que los autores intentan cambiar el cómo suceden las cosas, y de qué manera varía cada plan de Iznogud de ser califa. Hay por ejemplo una historia en la que Dila Lará conoce a un mercader que es una copia exacta de Harún Al-Panzón, y cuando le presente a dicha persona a Iznogud, la intención será la de suplantar al auténtico califa para que, una vez más, pueda llevarse a cabo el deseo del protagonista. Ahora bien, cada vez que este doble debe hacer alguna tarea, se irán dando diferentes circunstancias para que nada de lo que va planeando y modificando luego el insistente Iznogud pueda salir bien. O bien el califa contraerá una enfermedad, o perderá peso, o le saldrá barba, o diferentes circunstancias más, las cuales harán inútil tener un doble suyo si a cada rato ha de cambiarse algo en él. 


Curiosa será la duplicidad de historias que tendrán como telón de fondo sendos picnics fuera del palacio real. Quizás de las dos la más divertida es la segunda narración, ya que el plan de Iznogud, que intentará ejecutar junto a su fiel Dila Lará, es llevar al califa al desierto y, una vez en algún punto perdido del mismo, dejarle abandonado para que se muera de sed. Dará pie a más de una risa el hecho de que los lugares escogidos por Iznogud para cumplir su propósito, estén poblados de mucha gente, como comerciantes de agua que van de un lado a otro, un mercader de un aceite que se parece sospechosamente a agua, otro hombre que se ocupa del riego y transporta agua de un punto a otro del desierto, alguien que se ha preparado una piscina para refrescarse... En definitiva, es un ejemplo más de que nada que conciba Iznogud para hacer el mal, está predestinado a salir bien, aunque es cierto que en algún que otro momento logrará alguna victoria en apariencia, como la historia en la que consigue hacer volar al califa como un globo de aire, o cuando, gracias a una bebida especial, intercambie su cuerpo con él. Por lo tanto, tenéis mucho por leer dentro de estas 33 historias. La mayoría son episodios de unas 8 o 10 páginas, pero de vez en cuando hay unos complementos de 2 páginas que sirven para terminar de desarrollar el final de alguna historia amplia, intentando atar todos los cabos aunque se abran nuevas situaciones.

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? En lo referente a los guiones de Goscinny es inevitable recalcar el gran problema que os podéis encontrar, y es la falta de frescura en la dinámica narrativa de cada historia, pues siempre es lo mismo: Iznogud buscando quitar de en medio al califa. Ahora bien, si eso no os importa (en mi caso lo único en que afecta, es que difícilmente podría leerme seguidos dos integrales de esto, ya que me saturarían demasiado), la gracia de las tramas desarrolladas por Goscinny se encuentra en el modo de alcanzar el consabido único objetivo de Iznogud en la vida. Hay historias muy divertidas dentro de este tomo, donde queda claro que, con apenas cuatro detalles, calamos rápidamente al protagonista, pues en general es un personaje apático y malhumorado, salvo cuando está inmerso en una nueva tentativa de acabar con el califa (quien, por otra parte, nunca se entera de la jugada, y siempre se toma todo a bien), donde se muestras infatigable, altamente creativo, entusiasta, y terco a pesar de que rara vez le salen bien las cosas, pero no por eso deja de intentarlo hasta que ya es imposible. En ese sentido, lo mejor del tomo a nivel narrativo es ver de qué forma nos sorprenderá Iznogud a la hora de intentar ser el califa en lugar del califa, pues a buen seguro habrá risas con cada nuevo intento suyo. El que cada episodio recopilado aquí sea de corta extensión favorece a que el ritmo de lectura sea dinámico. Así pues, en resumen, teniendo en cuenta que Goscinny le saca provecho a un mismo concepto bastante simple y repetitivo, su labor es buena.

En la parcela gráfica, se podría decir un poco lo mismo de Tabary como ilustrador que lo referente a su compañero el guionista. Estéticamente, el arte de Tabary no difiere en exceso del imperante en la época, ni de muchos otros artistas similares. Pero obviando eso y que no estamos precisamente ante historias planteadas de una forma visual que rompa los esquemas, y que se presentan en composiciones de página clásicas, hay que admitir que Tabary es un buen narrador cómico. En las peripecias de Iznogud es tan importante el humor escrito como el que se plasma a través de los dibujos, y en ese aspecto el ilustrador se maneja muy bien en el terreno, ya que el tomo está plagado de gags cómicos visuales. También destacaría la expresividad de Iznogud, que tan pronto está en unas viñetas malhumorado o triste cuando algo no le sale bien, como sonriente y feliz como un niño el día de Navidad cuando tiene nuevas ideas. Queda por tanto una correcta labor de Tabary, que no diría que sobresalga en ningún aspecto, pero que como poco es competente, en la línea de los cómics de los años 60, cuando se crearon estas historietas. 

¿Merece la pena el cómic? Le he sacado grandes objeciones en guiones y dibujo, pero SÍ, IZNOGUD ES UN PERSONAJE QUE DEBÉIS CONOCER, ESPECIALMENTE LOS AMANTES DE LA BD CLÁSICA. Estamos ante más de 30 episodios en los que el gran e inmundo visir (como se lo describe a menudo) va a tener siempre el mismo objetivo vital, a pesar de que rara vez conseguirá lo que quiere. Es un ciclo continuo que parte siempre de esa sencilla premisa de querer desbancar al califa para gobernar en lugar de él, pero en la mayoría de ocasiones la gracia está en ver qué estratagemas inventa Iznogud para intentar salir victorioso. El dibujo es el de la época, pero cumple su cometido de completar bien el tono humorístico que impregna toda la publicación. Recomendado para fans de la bd, pero también para todos los públicos, y aunque este integral recopila las historias de la época de los 60 y no sé si habrá más entregas por la editorial, es un tomo más que decente para disfrutar de cuanto pueden ofrecer las peripecias de Iznogud el inmundo, el infame, y cualesquiera otros adjetivos malignos, los cuales merece sin lugar a dudas. 

El tomo de Salvat es en formato de tapa dura, y quizás tiene el fallo de traer como extra una amplia entrevista que no tiene nada que ver realmente con el contenido del tomo, y queda por tanto como un complemento anecdótico. Por lo demás, si queréis leer cualquier otra reseña mía de cómic, las tenéis todas aquí. ¡Hasta otra!