31 de marzo de 2021

Reseña de Juez Dredd: Mega-City Zero (Vol.1). Cuando no hay lugar para impartir justicia

Saludos ciudadanas y ciudadanos de... ¿Mega-City Uno? Hoy me tenéis aquí para reseñar una serie diferente a lo habitual en las historias del Juez Dredd. Acostumbrado a ejercer de juez, jurado y verdugo en una mega-ciudad saturada de población, paro y criminalidad, en este "Juez Dredd: Mega-City Zero (Vol.1)" publicado por Ediciones Kraken se nos plantea algo muy diferente... ¿Qué pasaría si no hubiera lugar donde impartir justicia?


Hay que comenzar explicando que esta serie objeto de reseña, que alcanzó una extensión de 12 números, fue editada por IDW Publishing entre el 2016 y el 2017. Es decir, no salió directamente en la británica 2000 AD como suele pasar con la mayoría de historias de este personaje. Pues bien, al margen de ello, y como viene siendo habitual en nuestro país, es Ediciones Kraken quien nos trae esta historia. Es cierto que, en el mundo del Juez Dredd, que entre otras cosas fue afectado por un holocausto nuclear, la existencia de un lugar como Mega-City Uno suele focalizar la mayor parte de sus aventuras. Es ahí donde funciona el llamado sistema de justicia rápida, y donde los Jueces tienen un papel fundamental para mantener el orden.


Es precisamente así, con ese modo de vida, donde el Juez Dredd es el máximo exponente del intento de mantener una lucha constante contra la elevadísima criminalidad en una mega-urbe sobrepoblada. Ahí el personaje está como pez en el agua, pero es algo que cambia cuando, ya desde el comienzo de la historia que nos ocupa, Dredd se despierta en un campo verde y alejado de todo cuanto conoce. La necesidad de saber qué ha pasado y cómo ha llegado hasta ahí, será lo que nos permita ver al protagonista explorar un mundo que evoca retazos de historias como "Mad Max" y otras de índole apocalíptica, donde la gente subsiste como puede y reina una total anarquía. Y he ahí que ese punto de partida resulta de lo más interesante.

¿Qué autores hay tras esta obra? Como guionistas tenemos a Erick Freitas (conocido por obras como "Cloudia & Rex" o "Motro") y Ulises Farinas (que ilustró "Juez Dredd: Mega-City Dos", y también es conocido por varios números de "¿Dónde está el wookie"?), que además de co-escribir las historias también se ocupa de las magníficas portadas. El ilustrador es Dan McDaid (quien ha dibujado números de "Golpe en la pequeña China" o "La Patrulla Condenada. Dc Young"), mientras que el color recae sobre Ryan Hill (conocido por "The Fix" o "Rick y Morty"). Hay que añadir que todas estas personas ya han trabajado juntas en muchas ocasiones, por lo que no son para nada desconocidas entre sí. Y por último, la traducción al castellano ha sido realizada por Lara Moyano Alcántara.

¿Qué historia se nos cuenta aquí? Si bien os he avanzado gran parte de esta información, la sinopsis oficial es la siguiente: 

"Marcando el inicio de una nueva y mejor era, el Juez Dredd se despierta para encontrarse con que la Mega-City Uno ha sido devuelta a la Edad de Piedra: mega bloques descuidados y ningún ciudadano.

Dredd luchará por resolver el misterio mientras se las arregla siendo simplemente Joe."

Cuando Dredd despierta en un campo verde, se pregunta dónde está, pues si se encontrara en los páramos exteriores a Mega-City Uno, sería imposible encontrarse cualquier tipo de vegetación a consecuencia de la guerra nuclear que asoló aquello. Es así como, accediendo al último archivo registrado en su computadora personal, recordará que su situación arrancó investigando una desaparición en masa en el bloque Angela Davis. Un hecho insólito, pues es como si tanto el edificio como sus habitantes se hubiesen esfumado sin más. 

Pero claro, eso es el último recuerdo que Dredd tiene en la Mega-City Uno, y después de abandonar la escena del delito... hay un gran vacío en su memoria. Decidido a recorrer el lugar donde se halla, se topará con unos niños de los pastos que sobreviven como pueden, sin padres que cuiden de ellos, teniéndose solamente a ellos como única familia. Esos niños conducirán a Dredd hasta Ang Avi. Y allí será donde el justiciero vea algo insólito: un Mega-Bloque en medio del campo. Como podéis imaginar, Dredd no tardará en comenzar a investigar más, intentando entrar en dicha construcción. Será así como podrá tener algunas respuestas, pero también donde estará fuera de su elemento al comprobar que por todas partes reina la anarquía, y no hay ningún respeto por la ley, concepto desconocido allí. 


Y más o menos por esos derroteros transcurren estos primeros cuatro capítulos del total de doce que componen esta maxi-serie, que, dicho sea de paso, tuvo una continuación. Pero eso es adelantarse mucho, y quiero hablar un poco más de este primer volumen. Dredd descubrirá lo que sucedió con el bloque de Angela Davis y sus habitantes, y mientras se ocupa de recabar más información, deberá evitar en más de una ocasión que los niños del pasto acaben muertos, ya que en Ang Avi no toda persona es bienvenida, y se intentan eliminar presencias no deseadas. En este primer volumen la historia no es auto-conclusiva, porque quedan dos volúmenes más con el resto de capítulos, pero sí que supone un buen gancho inicial para despertar el interés por saber cómo seguirá todo tras las últimas páginas.

¿Qué valoración merece el trabajo de los artistas aquí presentes? La historia que nos proponen conjuntamente Freitas y Farinas tiene un más que interesante punto de partida, porque intentan ofrecer algo diferente al ubicarnos a Dredd en un entorno radicalmente opuesto al que él conoce. Es cierto que la anarquía y el caos forman parte de su día a día, pero no en un lugar donde el concepto de la ley no existe. Los capítulos avanzan con ritmo y pasan bastantes cosas, y aunque Dredd comienza a mostrar un cierto apego por los niños de los pastos que no es muy acorde a su forma de ser, no lo veo algo malo por ser diferente. Farinas además realiza unas portadas maravillosas, plagadas de detalles y muy trabajadas. 

Por su parte, el dibujo de McDaid, si bien es sucio y bizarro, no desentona teniendo en cuenta que en el largo historial de vida editorial del Juez Dredd, precisamente uno de los estilos gráficos que tienen cabida es el aquí presente. No encontraréis viñetas limpias y trabajadas al detalle como las portadas de Farinas, pero no es algo que sea para criticar en un mundo donde lo grotesco está más que presente en muchas ocasiones. 

Y por otra parte diría lo mismo respecto al trabajo de color de Hill, que va en consonancia al estilo artístico de su compañero McDaid, y por lo tanto se complementan bien, ofreciendo un resultado disfrutable en lo que nos proponen a nivel gráfico. 

¿Merece la pena el cómic? Si queréis ver al Juez Dredd fuera de su entorno... SÍ. Estamos ante una oportunidad para que un lector veterano vea al justiciero en un entorno un poco diferente a lo habitual, pero al mismo tiempo reconozca elementos familiares a lo largo de la narración. Tampoco es mal punto de partida para un lector novel que quiera darle una oportunidad a las peripecias del personaje. Es quizás una opción más bizarra que otras que os podría recomendar un servidor, pero me parece muy interesante que parta de la base de ver a un personaje fuera de su elemento. La historia es entretenida, se lee rápido, y queda por ver cómo avanza en los dos volúmenes restantes antes de hacer una conclusión general, pero de momento es un buen inicio.

Por último, y respecto de la edición, este tomo se sacó por Ediciones Kraken en formato de tapa blanda y contiene las portadas principales de los números, pero también algunas alternativas, destacando una a doble página impresionante de Paul Hanley. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. También os dejo el enlace de mi guía de lectura del Juez Dredd, pensada para quienes deseen iniciarse con el personaje. ¡No quebrantéis la ley y sed buenos!

26 de marzo de 2021

Reseña de Cobra Kai: La saga de Karate Kid continúa. La historia de Johnny

Saludos gente lectora. A día de hoy, y por el fenómeno que ha supuesto a nivel mundial, mucha gente ha visto o bien conoce la saga de películas de "Karate Kid" y la posterior serie "Cobra Kai" que retoma la trilogía cinematográfica un tiempo después de la tercera película de la misma. Pues bien, hoy me tenéis aquí para compartiros mis impresiones tras la lectura del cómic de Norma Editorial "Cobra Kai: La saga de Karate Kid continúa. La historia de Johnny". 


Fue en la década de los 80, concretamente en el año 1984, cuando se estrenó la película "The Karate Kid" (también conocida como "Karate Kid, el momento de la verdad"). Dirigida por John G. Avildsen y protagonizada por Ralph Macchio, William Zabka, Martin Kove y el ya fallecido Noriyuki "Pat" Morita (1932-2005), aquella película fue todo un éxito que en la misma década tuvo dos secuelas para seguir explotando el fenómeno. De todas ellas, y sin que fuera un peliculón pero sí una historia que nos marcó a muchas personas por diferentes razones, la original fue la más importante para la figura de Johnny Lawrence, el protagonista de Cobra Kai. Hasta que Daniel LaRusso irrumpió en su vida, Johhny tenía todo lo que quería en su vida: era el campeón de karate de la zona, y además estaba con la chica de sus sueños. Pero todo eso fue cambiando, y no para bien precisamente. Larusso comenzó a salir con su ex-novia Ali, y finalmente le ganó en el torneo de karate.


Precisamente la serie de televisión de "Cobra Kai", estrenada en 2018, tiene como una de sus motivaciones principales contarnos la vida de Johnny ya en la madurez, y ofrecernos su punto de vista de todo lo que le sucedió en el pasado. A raíz de haber perdido el título de campeón contra LaRusso, y por distintos sucesos, su vida se fue poco a poco al garete. Convertido en un alcohólico y un padre que prácticamente ignora a su hijo, Johnny subsiste con el dinero que le facilita su padrastro y algunos trabajos de chapuzas que le encargan. Al final, Johnny termina dándose cuenta de que lo que mejor se le daba era el karate, y reabre el dojo Cobra Kai. Su idea no es calcar el modelo de enseñanza de John Kreese, su antiguo mentor, sino ser un mejor maestro que su antecesor. En la serie, que lleva ya varias temporadas emitidas en Netflix, podéis ver todo lo que os cuento y mucho más sobre el pasado y el presente tanto de Johnny como de su rival Daniel LaRusso, al que todo le fue mejor y tiene una vida exitosa en todos los sentidos. Pues bien, este cómic, publicado originariamente por IDW Publishing y traído a España por Norma Editorial, tiene la finalidad de narrarnos, aunque de forma más superficial, la historia de Johnny.

¿Qué autores hay tras esta obra? El guionista es Denton J. Tipton (participante en cómics como "Doctor Who" o "Orphan Black: Helsinki"), a la ilustración tenemos a Kagan McLeod (conocido por "Kaptara" o "Kung Fu Infinito"), mientras que del color se ocupa Luis Antonio Delgado (que ha desempeñado esta misma labor en algunos números de "Cazafantasmas" o "Cazafantasmas/Tortugas Ninja"). Por último, de la traducción está encargado Raúl Sastre. 

¿Qué se nos va a narrar aquí? Os dejo la sinopsis:

"¿De verdad Johnny es un buen tipo? 

En este cómic, podrás ver Karate Kid desde una nueva perspectiva, a través de los ojos de Johnny Lawrence, el bicampeón del campeonato de All Valley. 

Estamos en el verano de 1984. El último año de instituto está a punto de empezar y Johnny y el resto de los Cobra Kai son los amos del instituto. Pero cuando un alumno nuevo intenta ligar con la chica que le ha partido el corazón, Johnny jura que se vengará y recuperará a su chica. 

O eso es lo que cuenta el sensei Lawrence a sus estudiantes casi 35 años después."

Como ya podéis ver, se nos va a contar lo mismo que ya se vio en "The Karate Kid" y lo que además se ha abordado en "Cobra Kai", con la única diferencia de que la presencia de Daniel LaRusso y su maestro el señor Miyagi serán poco menos que personajes secundarios. Miyagi tristemente queda reducido a un simple figurante. Pero bueno, por volver a lo que veremos en este cómic, es básicamente lo que ya se ha podido conocer a través de la citada película y su posterior secuela en forma de serie. Todo dará comienzo mostrando la manera en la que Johnny, que no tiene la mejor familia posible, encontrará una vía de escape a su situación a través del karate. Esto le hará formar parte del dojo Cobra Kai, y con el tiempo ganar dos veces el torneo de karate de la zona y ser uno de los alumnos predilectos del estricto e impasible John Kreese.

Precisamente la figura de John Kreese es el ejemplo perfecto de que un mal maestro puede llevar a sus alumnos por un camino peligroso, en especial cuando se les inculca a los pupilos, en todos los aspectos de la vida, la famosa filosofía de "Pegar primero. Pegar duro. Sin piedad". Es cierto que Kreese es un ex-combatiente de la guerra de Vietnam, y como tantos otros veteranos de aquel conflicto bélico, quedó tocado mentalmente, pero es la razón por la que no es la mejor persona para ejercer de maestro para nadie. No obstante, en esta historia no solamente dirige un dojo de karate, sino que entrena a sus alumnos como si fuesen soldados. Y aunque Johnny no es un adolescente lleno de maldad, sí que es un tanto maleable y la influencia de Kreese ejerce sobre él la misma reacción que produciría el veneno de una serpiente en alguien mordido por ella.


Y bueno, el resto de la historia es más que conocida por todos, Johnny y Daniel tendrán bastantes encuentros y enfrentamientos entre ambos, derivando eso en el hecho de que, a propuesta del señor Miyagi, y para evitar el acoso de los cobras a Daniel durante un tiempo y poder enseñarle karate, se enfrentarán en el torneo de karate de All Valley. Historia al margen, una de las cosas que pueden jugar a favor o en contra de una licencia cuando se produce su adaptación en formato cómic, es el hecho de que se termine ofreciendo un producto que viene a contar más de lo mismo, sin apenas aportar nada a lo que ya se conoce. Esto es precisamente lo peor que le sucede a este cómic, que no solamente nos narra cosas que ya sabemos y hemos visto por activa y por pasiva en la película y la serie, y apenas reviste mayor interés por ello para quien no sea aficionado de esta franquicia. Sí, hay algunas escenas nuevas entre los jóvenes Johnny y Daniel, pero nada más allá de eso a destacar.

¿Qué valoración merece el trabajo de los artistas? Empezando por Tipton a los guiones, la verdad es que es difícil valorar el trabajo de alguien que se limita a contar lo que ya se conocía de antemano. Entiendo que pudiera estar atado de manos para contar más cosas del pasado de Johnny por si pisa futuros guiones de la serie de televisión, pero por ejemplo he echado en falta saber más cosas de la infancia de Johnny, de su futuro posterior a perder el torneo de karate, y de cómo terminó siendo un padre desastroso y un alcohólico que en las escenas del presente casi siempre está con una cerveza en la mano ante sus alumnos. Tampoco vemos cómo reabre Cobra Kai, yo lo sé porque he visto la serie, y conozco a sus alumnos por la misma razón, pero aquí no se dedican unas páginas a eso. Para un lector ajeno a esta franquicia, la presencia un tanto opacada de Daniel no ayuda a darle cohesión a todo, así que en líneas generales la valoración del guionista es justita. 

Vayamos con el apartado artístico. McLeod tiene un trazo sencillo y poco constante en el nivel de detalle, pero sí logra retratar bien los rostros de los personajes principales, por lo que los reconoceremos sin problemas. Es cierto que el artista se maneja mejor con las escenas estáticas que en las de combate, donde a veces resultan un tanto confusas las técnicas utilizadas por los karatecas, pero tampoco es que sea un desastre el tema coreografía. Así que McLeod hace un trabajo pasable, sin grandes alardes, pero aceptable. 

Respecto al color usado por Delgado, está presente una paleta de colores y tonalidades suaves que beneficia bastante el estilo de McLeod, y por lo tanto es bastante acertado el trabajo del colorista, que complementa bien el trazo de la obra. 

¿Merece la pena el cómic? Aunque me pese decirlo como fan de esta franquicia... DEPENDE. Es un cómic que únicamente disfrutarán los fans de estos personajes, y en especial los que se hayan encariñado con Johnny Lawrence a raíz de la serie de televisión, pero veo difícil que le guste a alguien ajeno a todo esto. No hay que olvidar que parte del éxito de "Cobra Kai" reside en la nostalgia que ha despertado en quienes crecimos viendo las películas de Daniel LaRusso, y este cómic viene a ser eso mismo, un producto que sí os animo a conseguir si queréis expandir vuestro disfrute de la franquicia y no os importa ver contado en formato cómic lo que ya conocéis.

Respecto de la edición, Norma Editorial ha publicado los cuatro números de esta miniserie en un acertado y bonito formato cartoné, e incluye como contenido extra las portadas originales y otras alternativas. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra! 

20 de marzo de 2021

Reseña de Tango: Integral 1. Una dosis de acción, aventura y colegueo con aire a western moderno

Hola nuevamente a esta sección de reseñas gente lectora. Para un servidor, siempre es un placer dedicar un tiempo a contaros qué me ha parecido tal o cual cómic que he leído y exponeros las razones por las que os animo o no a darle una oportunidad a una lectura concreta. Hoy toca hablaros de una publicación de Ponent Mon que, ya desde que leí su sinopsis y empecé a curiosear sobre ella, intuía que me iba a encantar, cosa que así pasó. Y por eso voy a desgranaros poco a poco qué podemos esperar de "Tango: Integral 1".


Aunque es Ponent Mon quien ha publicado en España las andanzas de John Tango, su primera aparición fue en el 2017 a través de la editorial Le Lombard. Hasta la fecha, ya son cinco los álbumes publicados de esta colección en el mercado franco-belga, estando los dos primeros recopilados en el integral que os reseño en esta ocasión. Eso ya nos deja varias cosas claras, como el hecho de que "Tango" es una serie que funciona bien (esto es, genera buenas ventas y además ha sido bien acogida por el público) y por eso sigue, y que por otra parte la gente de Ponent Mon tiene material de sobra para seguir sacando integrales del personaje. Desde luego me agradaría que así fuera, porque esta lectura me ha dejado muy buen sabor de boca y, aunque no cuente nada nuevo, lo hace con soltura y carisma, que ya es decir bastante.


Son varias las cosas que, entre el primer y segundo álbum aquí recopilados, me han ido enganchando al personaje de John Tango. Precisamente la primera historia es la que tiene un aire a western moderno, tanto por las localizaciones, como por los tiroteos, algunas escenas a caballo, y la manera de actuar de Tango, que me recordó a esas películas de Clint Eastwood en las que, pese a ser el protagonista un tipo solitario que va a lo suyo, siente el deber de ayudar a las personas que le rodean y están en aprietos. Y si bien el otro arco argumental discurre por otros derroteros, cambiamos el aroma al salvaje oeste por el colegueo puro y duro entre personajes. En ese sentido, la relación de Tango con cierto personaje me ha recordado bastante a la que mantenían Nathan Drake y Victor "Sully" Sullivan en cualquiera de las entregas de la saga de videojuegos "Uncharted".    

¿Qué artistas tenemos al frente de este tomo? Comenzando por el guionista, está la figura de Alexis Matz como uno de los creadores (que en su haber cuenta con títulos como "Asesino" o "Balas perdidas"), al que acompaña en los dibujos el otro creador, Philippe Xavier (quien ha ilustrado entre otras "Cruzada" o "Invierno 1709"), mientras que de los colores se ocupa Jean-Jacques Chagnaud (participó en algunos álbumes de "Barbarroja", y también en "Donde no alcanza la mirada..."). Estos dos últimos ya habían hecho equipo anteriormente en otro proyecto, como fue el caso de "Conquistador". Y no hay que olvidarse de otra parte importante en este caso, del traductor Fabián Rodríguez Piastri, que es uno de los habituales de Ponent Mon. 

¿Qué historias nos vamos a encontrar aquí? Como os he anticipado, hay dos álbumes recopilados, cuya sinopsis os comparto aquí:

"Western moderno, lleno de acción y suspenso de construcción clásica, pero adictiva.

En "Un océano de piedra", John Tango cree estar a salvo en un rincón perdido de la Cordillera de los Andes. Ha rehecho su vida. Pero aquí, como en todas partes, todo el mundo tiene secretos. Cuando unos hombres armados asaltan a sus vecinos y amigos, Tango interviene y desencadena una serie de imprevisibles acontecimientos. Después de todo, cuatro años de tranquilidad tampoco está tan mal…

En "Arena roja", Tango vuelve al mar y se enfrenta a un grupo de narcotraficantes que tienen amenazados a Mike -abuelo de Tango- y sus amigos en una idílica isla de camino a Las Bahamas. Una historia llena de acción."

Para comenzar a analizar un poco la primera aventura, hay que poneros en antecedentes. John Tango es un tipo que tiene una vida tranquila en un lugar perdido por los Andes. En apariencia no sería el lugar que uno se imaginaría para pasar una temporada de relax, pero para el protagonista, la zona donde se encuentra instalado es justo lo que necesita, y tiene una existencia pacífica, cogiéndole cariño a una de las mujeres de la zona. No obstante, Tango es un hombre con un pasado difícil, que no eligió porque sí aquella zona de los Andes para quedarse, sino que lo hizo motivado por ciertos sucesos de su pasado, los cuales irán saliendo un poco a flote cuando deba ayudar a algunas personas que ha ido conociendo en los últimos tiempos, y que se ven envueltas en grave peligro.

A raíz de este primer arco argumental, Tango entablará relación con un personaje (prefiero que descubráis quién leyendo el tomo) que hará que juntos vivan una serie de aventuras más adelante. Será precisamente a través del segundo álbum, cuando sigamos conociendo más cosas del pasado de Tango, ya que tendrá que prestar ayuda a su abuelo y otras personas, que son acosadas por un grupo de narcotraficantes que quieren apropiarse de la isla donde esta gente lleva toda su vida residiendo. En esa tesitura, Tango y su nuevo amigo deberán hacer cuanto esté en su mano para hacer frente a esa banda de criminales que no entienden de negociaciones amistosas para resolver los problemas. 


Y a grosso modo ya podéis imaginar qué tipo de aventuras vivirá Tango a lo largo de este primer tomo integral, siempre teniendo que hacer frente a personajes con malas intenciones para con los demás, y que harán que el protagonista tenga que sacar a relucir sus habilidades para el combate y la supervivencia. No son argumentos originales y ya se han escrito antes historias de este tipo, pero como suelo decir, cuando algo está bien narrado, hace que eso importe poco si nos lo pasamos en grande. Además, aunque Tango es un personaje de tendencia solitaria, cosa que confiesa a menudo, es inevitable que nos brinde momentos llenos de humor y compañerismo cuando conecta con diferentes personajes que va conociendo a lo largo de la narración. Es esa mezcla entre western moderno y lo que se conoce en el cine americano como "buddy movie" lo que convierte la serie de Tango en algo que se disfruta de una forma bastante amena. 

¿Qué valoración se merecen los autores del tomo? Empezando por Matz, realiza una labor fantástica dotando en todo momento de dinamismo a la narrativa, bien a través de pasajes llenos de acción, pero también mediante otros donde la amistad, la camaradería y las aventuras tienen cabida, sin dejar de lado la interacción entre personajes o la profundización en algunos de ellos que generan bastante simpatía. Y aunque en pequeñas dosis, se nos van desvelando incógnitas del pasado de Tango, lo cual ayuda a conocer más del personaje principal. Además, Matz logra engranar las piezas de tal forma que empieces a leer una página tras otra, y cuando te das cuenta, te has ventilado una historia entera

Pero en eso último también tiene gran parte de culpa el talento de Xavier en la parte gráfica, que tiene un estilo dinámico y cinemático, de buen nivel de detalle, y que se amolda muy bien a cualquier tipo de escena. Tiene algún defecto como dibujar algunos rostros de personajes iguales (como las mujeres con las que está Tango, o el abuelo de éste y su vecino en la primera historia), pero cumple bastante bien. Se tiene la sensación de que, al margen de leer, podríamos estar tranquilamente ante una serie o una película de acción, y eso es algo positivo.

Y respecto a Chagnaud, realiza una labor altamente satisfactoria con el color, usando tonalidades y paletas de colores muy acertadas. Del mismo modo, logra desempeñar una gran labor en el colorido de los escenarios por los que se mueve Tango, que van desde los “océanos” de piedra de los Andes (con presencia del famoso salar de Uyuni en varias páginas), a lugares paradisíacos de las Bahamas o distintas partes de Argentina.

¿Merece la pena el tomo? Por supuesto que SÍ. Este tipo de historias ya las hemos visto antes, pero precisamente una de sus virtudes es que está todo concebido de tal manera que se lee de un tirón, y yo he disfrutado bastante de lo que ofrece este personaje. Y seamos honestos, Tango es una lectura muy agradecida para quienes disfrutamos de este tipo de historias con acción, momentos a lo duelo del salvaje oeste, huidas a caballo o coche, y ayuda de personas en una difícil situación. Si el culmen a esto es una narrativa ágil y un dibujo dinámico y de toques cinematográficos, pues mejor todavía.

Para ir terminando, queda hablar de la edición de Ponent Mon, que ha publicado este primer integral de Tango en formato de cartoné, donde al final se incluyen algunas páginas sobre cómo se hicieron ciertos pasajes de la obra. Espero que no pase mucho tiempo hasta que vea la luz un nuevo integral con más aventuras de Tango, porque merecen la pena y estaré más que contento de poder leerlas. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra! 

17 de marzo de 2021

El dibujante

Dice una popular frase que "la letra con sangre entra". En el caso del dibujante de cómic Adelardo Dámaso, conocido artísticamente como "Adema", bien podría haber quedado como su epitafio. Pero eso es algo que nadie sabría jamás, pues a efectos legales, y tras la práctica de la autopsia a su cadáver, constaba que había fallecido como consecuencia de un paro cardíaco, y el forense no albergó ninguna duda al respecto. Tampoco es que él supiera lo que había pasado la noche que Adelardo pasó a mejor vida. La única persona que podría llegar a saber la verdad con el paso del tiempo, era Carmela, la viuda del dibujante. A fin de cuentas, todo comenzó con ella...

Durante una semana, se celebró en una conocida plaza de Granada capital una feria de antigüedades y objetos de segunda mano. No era el típico mercadillo donde la gente de los puestos llevaba cosas que o bien no quería en su casa, o había encontrado en la basura. Quienes vendían allí eran comerciantes con tiendas en distintas provincias del país, o particulares que solían ganarse un buen dinero con la compraventa de objetos antiguos. Carmela era aficionada a comprar cosas en ese tipo de eventos, y, animada por una soleada mañana que prácticamente la invitaba a hacerlo, decidió ir a disfrutar de lo que ofreciera aquella feria. En el poco rato que llevaba allí, ya había adquirido para su colección unos cuantos objetos de cobre, una radio antigua, y un cuadro pintado con acuarelas que sabía que también le gustaría a Adelardo. Pero no satisfecha con eso, Carmela terminó llegando a un puesto donde encontró objetos relacionados con las manualidades. Quería encontrar algo allí que regalarle a su marido.

Sin lugar a dudas, la persona encargada del puesto era tan pintoresca como el mismo. Se trataba de una mujer joven, vestida como si fuera una pitonisa a la antigua usanza, de esas que uno asocia a alguna película donde hay un circo ambulante y un carromato o carpa en cuyo interior espera una mujer gitana para adivinarte el futuro. Pero al margen de eso, Carmela se entretuvo un buen rato admirando la gran cantidad de objetos que había allí expuestos, todos ellos relacionados de alguna manera con el mundo del dibujo, la pintura, o diferentes manualidades. Hubo un momento en el que la vista de Carmela se detuvo ante un estuche de madera que contenía una pluma de caligrafía de aspecto clásico, un frasco de contenido negruzco cuya etiqueta decía "Tinta especial", y algunos accesorios. La pluma era muy bonita, y Carmela pensó que para quien la usara, la sensación sería la de retroceder atrás en el tiempo y sentirse como una persona de otra época. Como Adelardo era un dibujante que seguía trabajando de la forma clásica y ponía manualmente los textos en los bocadillos de cada viñeta, ella supo que aquel set de escritura podría encantarle. 

Tras decirle a la vendedora lo que quería, Carmela abonó el precio del set de escritura y se marchó muy contenta de allí. Algún rato después, y cuando iba de camino a casa, una duda afloró en sus pensamientos... ¿Qué tipo de tinta especial contendría el frasco? Tratándose de algo que venía en una caja con una pluma, saltaba a la vista que sería lo necesario para usar el objeto debidamente. Cuando Carmela llegó a casa, se encontró a su marido en el lugar habitual: la mesa de dibujo. En aquel entonces, él se encontraba terminando de dibujar una ilustración que le habían encargado recientemente. Carmela se asustó un poco al ver lo que había en la página en blanco y negro, pues se trataba de un hombre sosteniendo un crucifijo ante un vampiro que bien podría ser Drácula. Carmela vio que, encima de la mesa de dibujo, su marido había clavado varias fotografías sobre un tablero de corcho, siendo una de ellas la del hombre que le hizo el encargo, que a todas luces había quedado inmortalizado como el tipo del crucifijo por la fidelidad de su rostro. Adelardo estaba dando los últimos toques al vampiro cuando se percató de que su mujer había vuelto. Le dedicó una sonrisa, se levantó de la silla para darle un beso, y le preguntó cómo había ido la caza de objetos.

Cuando Carmela le dio a su marido la caja con el set de escritura, éste sonrió muy satisfecho, manifestando una auténtica y agradable sorpresa. Él tenía muchas plumas, pero era de ese tipo de personas que termina usándolas todas en diferentes momentos de su trabajo. De hecho, y teniendo en cuenta que en su ilustración vampírica debía poner un bocadillo de texto procedente del hombre del crucifijo, pensó que podría ser divertido estrenar el regalo de su mujer. Cuando ella le dejó seguir trabajando, él se puso a dar los últimos retoques al dibujo, ya que los bocadillos de texto y su contenido era algo que solía dejar para el final. Pasaron un par de horas, y tras hacer una pausa para comer, Adelardo volvió a su estudio de trabajo. Cogió un folio normal de papel, y, comprobó si la pluma que le había regalada su mujer tenía tinta. Entraba dentro de lo posible que, tal como sucedió, no escribiera nada. Por esa razón, abrió con cuidado en frasco de "Tinta especial", y, cargó con sumo cuidado el depósito del útil de escritura. Poco después, ya aparecía la tinta escrita en el folio. Y un rato más tarde, trazado con la tinta de la nueva pluma, ya figuraban en la ilustración el bocadillo con el texto que decía el personaje al vampiro.

Aunque al día siguiente Adelardo ya tendría que retomar las páginas del que iba a ser su próximo cómic, del que ya tenía el guion escrito e iba ilustrando poco a poco, se sentía satisfecho del tiempo que había dedicado a aquella ilustración por encargo, y no solamente por la cantidad económica que recibiría, sino por la manera en que había quedado todo. Considerando que era momento de descansar un poco antes de preparar la cena, apagó las luces del estudio y se marchó. Desgraciadamente, no pudo observar cómo la tinta especial de la pluma empezaba a correrse del lugar donde había sido escrita, desplazándose por la ilustración, hasta llegar al vampiro. Una vez que la tinta se expandió sobre el contorno de la misma, fue absorbida, y los ojos del vampiro centellearon. 

Adelardo estaba viendo un rato la tele mientras eso ocurría en el estudio. Y Carmela estaba terminando de arreglarse para salir, ya que una vez a la semana ella y su grupo de amigas quedaban para salir a cenar y ponerse al día de todo. Cuando la mujer se despidió de su marido, éste estuvo un rato más viendo la tele antes de irse a la cocina a prepararse algo de cena. Sin embargo, tras abrir el frigorífico le asaltó una pequeña duda sobre la ilustración y un pequeño detalle que quería repasar, y volvió de nuevo al estudio. Una vez que encendió la luz, se quedó sin respiración al ver que el vampiro... ¡había cambiado de posición!

Pasados los primeros instantes de sorpresa, Adelardo logró avanzar hacia la mesa de trabajo, y comprobó que no estaban el bocadillo de texto ni las palabras del interior, y que el vampiro había quedado inmortalizado mientras le chupaba la sangre al personaje que sostenía el crucifijo. Preso de una incertidumbre que no había experimentado jamás, Adelardo intentó serenarse. Se le ocurrió tocar con las puntas de sus dedos la figura, y fue un grave error. El vampiro, que hasta segundos antes estaba inmóvil sobre el cuello de su víctima, cobró vida y mordió los dedos de Adelardo. Éste, tras sufrir un dolor muy intenso, comenzó a dar pasos hacia atrás, para alejarse de su creación. Pero las cartas ya estaban echadas, y el destino del dibujante estaba a punto de quedar decidido. 

Él no sabía lo que sucedía, pero, a raíz de aquel mordisco del vampiro, la tinta que éste había absorbido previamente corría ya por las venas de su creador. Pronto se mezclaron con su sangre, y lo último que Adelardo pudo sentir, fue un intenso dolor en el pecho cuando la tinta le llegó al corazón, deteniendo para siempre aquel motor de vida, En su rostro quedó inmortalizado para la posteridad una expresión de total desconcierto. El cuerpo del dibujante cayó inerte al suelo, y de las minúsculas heridas de sus dedos, comenzó a brotar la tinta, saliendo así del organismo. 

Algunas horas después, cuando Carmela llegó a casa, dio un enorme grito al encontrar a su marido en el suelo. Tras intentar que él abriera los ojos sin éxito, llamó a una ambulancia, pero cuando ésta llegó, los sanitarios solamente pudieron certificar la muerte de Adelardo. Carmela estaba tan alterada que no llegó a mirar la ilustración de la mesa de dibujo, pero de haberlo hecho, habría observado al vampiro ubicado en su posición originaria, al igual que el bocadillo del texto y su contenido. 

15 de marzo de 2021

Reseña de Buffalo Bill y el último Dragón. El famoso vaquero a la caza del último ejemplar de esta criatura

Hola amantes del western y las aventuras de fantasía, la obra que os voy a analizar hoy reúne varios elementos que, condimentados con una buena ración de humor, son perfectamente compatibles aunque en nuestras cabezas puedan parecer opuestos en un principio. ¿Cómo va a buscar Buffalo Bill, el famoso vaquero, a una criatura que no existió jamás en su tiempo? Pues puede hacerlo, porque en el terreno de los cómics, al igual que en otros, es algo posible. Y he aquí que os hablaré de "Buffalo Bill y el último Dragón", una miniserie publicada por Unrated Comics. 


Hay que comenzar hablando un poco de la española Unrated Comics, para que veáis lo peculiar que es dentro de todas las editoriales de cómic en España. Fue en 2018 cuando comenzaron la venta de ejemplares físicos de sus títulos, que hasta entonces se podían disfrutar únicamente de forma online. Y se trata de historias de pocos números, generalmente miniseries o series limitadas, que se venden en formato grapa, cosa que tenemos muy naturalizada cuando pensamos en el cómic americano, pero que en este lado del charco es un concepto un tanto ajeno para el cómic patrio, más allá de lo que suelen ser las historietas humorísticas españolas, a la postre recopilaciones de tiras cómicas o bien historias de una extensión más cercana al formato europeo de 40/50 páginas. Así pues, es interesante que Unrated nos ofrezca un contenido diferente en su catálogo, donde la apuesta es por autores españoles, y a precios bastante asequibles.


Y eso nos trae aquí, a las andanzas de Buffalo Bill, uno de los vaqueros más famosos del oeste. Esta serie de cuatro números comenzó a publicarse a finales del 2019, y terminó en 2020. La propuesta que nos ofrecen sus autores tiene muchas semejanzas con "La Liga de los Caballeros Extraordinarios" creada en su día por Alan Moore y Kevin O'Neill y publicada en 1999 por America's Best Comics. En aquella historia de Moore, y para combatir una amenaza común, formaban equipo una serie de personajes ilustres de la literatura como Allan Quatermain, Wilhemina Murray, el Capitán Nemo, el Doctor Jekyll y el Hombre Invisible. Aquí la idea es similar, ya que incluso tendremos a Quatermain. Pero el espíritu de la historia es radicalmente opuesto a aquella otra obra, tanto en el estilo narrativo como el el dibujo, pues aquel caso era una historia donde había poco lugar para el humor, y aquí, en las andanzas de Buffalo Bill y su tropa, el humor está presente por todas partes, haciendo bastante dinámica y divertida la lectura. 

¿Qué autores han creado esta obra? Tenemos a los guiones a Carlos Díaz Correia (que ha escrito obras como "Fantasy West" o "Nellie Bly: Diario de una viajera"), mientras que el dibujante es Francisco Maldonado (quien ha participado en "Visiones del fin", y como artista completo creó "Crónicas de Némeldren") y la colorista Carmen Cantero Díaz (dibujante en uno de los número de "Gustavo y sus leyendas" y que colaboró en "Viaje a Xambala"). 

¿Qué historia se nos propone en esta miniserie? Su sinopsis es la siguiente:

"Corre el año 1890. El National Geographic, recién fundado, organiza una expedición al África central para capturar al último dragón. 

Para dirigirla, han contratado al reputado cazador Buffalo Bill, que con la ayuda de Calamity Jane y un duende llamado Adam Wu, partirán para conseguir este reto. Les acompañan la periodista Nelly Bly y el jefe indio Black Fox. 

Pero no están solos en esta aventura, ya que Inglaterra ha organizado una expedición paralela desde El Cairo, encabezada por Allan Quatermain, para ser los primeros en capturar al dragón."

Aunque el primer número de la miniserie empieza con una escena donde Buffalo Bill escapa de unas peligrosas arañas, pronto viene un flashback para explicarle al lector cómo se ha llegado a esa situación. Es ahí donde entra en liza la cadena de sucesos descritos en la sinopsis, en la cual el National Geographic quiere dar un golpe sobre la mesa logrando la captura del último dragón vivo que queda en la tierra. 

Para esa empresa, que requiere viajar a África, la persona elegida es el conocido Buffalo Bill, quien aceptará el encargo. Pronto se enterará de que no puede tomarse las cosas con calma, ya que los británicos han emprendido esa misma búsqueda del dragón, siendo el conocido aventurero Alla Quatermain quien la encabeza. Y más o menos a grandes rasgos eso es lo que os puedo contar, y lo que os encontraréis en las diferentes partes de esta historia, donde la meta es la de encontrar y dar caza a un dragón, pero para llegar hasta él los personajes deberán pasar por una serie de situaciones previas, y también entrarán en contacto con personajes que fácilmente podréis reconocer, ya que forman parte de la cultura popular.  


Hay que tener en cuenta que este tipo de lecturas no tienen más finalidad que hacernos pasar un buen rato, no se busca que nos pongamos a filosofar sobre el sentido de la vida o el lugar del ser humano en la tierra. Estamos ante una aventura que, desde el plano de la comedia, sirve como homenaje a aquellas películas de aventuras que se hacían antiguamente tras el éxito de "Indiana Jones". En ese aspecto lo mejor es no tomarse muy en serio lo que se lee para disfrutarlo de la mejor manera, pues el propio Buffalo Bill, que es el gancho para la colección, es un personaje que tiene tanto protagonismo como el resto de sus acompañantes, y en no pocas ocasiones vive en carne propia las situaciones más peligrosas o rocambolescas. Precisamente uno de los puntos fuertes en esta miniserie es la interacción de los distintos miembros de la expedición entre sí, donde vemos las buenas sinergias que afloran, y eso deviene en que se ganen la simpatía del lector.

¿Qué valoración depende el trabajo de los autores? Seré sincero, pues cuando me enteré de la existencia de esta miniserie, donde un famoso pistolero se mezclaba con un dragón, tenía ganas de leerla para echarme unas risas y pasarlo bien. En ese sentido no me ha defraudado el trabajo de Díaz en los guiones, dando pie a situaciones cómicas, llevando bien el ritmo de la historia, y consiguiendo que las interacciones entre los personajes se hagan de tal manera que caen simpáticos.

Respecto a la labor de Maldonado, pienso más de lo mismo y también rinde a buen nivel, y aquí juega un papel importante el estilo de dibujo que tiene, muy cartoon, lo cual viene muy bien para fomentar las situaciones cómicas donde lo visual tiene más presencia que lo que se dice con las palabras. Además, está bien conseguida la expresividad de los personajes y eso es de agradecer. 

Y en lo que concierne al color de Cantero, poco puedo decir, ya que complementa bien la labor de Maldonado, y ya sabéis lo que pienso en estos casos, cuando no hay nada que decir de la persona colorista, es porque ha hecho bien su labor.

¿Merece la pena la miniserie? Claro que SÍ. Hay que tener en cuenta varias  cosas. Para empezar, estamos ante un producto hecho por artistas españoles y publicado por una editorial nacional, y muchas veces la tendencia de la gente lectora es menospreciar los cómics hechos en España, bien por desconocimiento de la calidad de los artistas, o de los títulos editados aquí. Pero al margen de eso, esta simpática miniserie está concebida para mezclar humor y fantasía y que los lectores pasen un buen rato, y tras mi lectura ha cumplido su cometido conmigo, razón por la que os animo a darle una oportunidad. Es una historia cerrada, aunque sería agradable que estos personajes pudieran tener más vivencias en el futuro, todo depende de la acogida que tengan.

Por último, y respecto de la edición, los cuatro números de esta miniserie son en formato grapa, y en el último de ellos hay una pequeña entrevista a Carlos Díaz y Francisco Maldonado, donde podréis saber más sobre ellos y lo que influye en su forma y estilo de trabajo. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra! 

12 de marzo de 2021

Reseña de Bribones: La sombra sobre Gerada. Bram y Weasel se enfrentan al horror cósmico

Saludos amantes de los cómics y las historias de espada y brujería. Hoy estoy aquí con vosotras/os para comentaros qué me ha parecido la lectura del quinto volumen de "Bribones", una serie de fantasía y humor bastante popular del cómic español. Así que afilad vuestras hachas y espadas, y preparaos para enfrentaros a cualquier tipo de peligro, porque la reseña de hoy está dedicada a "Bribones: La sombra sobre Gerada" de Karras Comics.


Pensaréis que ando mal de la cabeza para empezar a reseñar esta colección por un número tan avanzado, pero hay una razón detrás de ello, y es que este cómic es el primero que ha publicado Karras Comics de estos personajes tan conocidos. Esta editorial granadina va a intentar reeditar los cuatro volúmenes anteriores, que aquí en España fueron publicados años atrás por Dibbuks. Así que, si Karras consigue su objetivo, espero tener la oportunidad de reseñar en la burbuja el resto de aventuras previas a la que os analizo hoy. Por otra parte, no está de más contaros que los personajes de Bram y Weasel, conocidos como los "Bribones", fueron creados por el guionista El Torres y el dibujante Juan José Ryp hace bastantes años, y que fueron publicados allá por el 2013 en Estados Unidos a través de Amigo Comics. Así que, como podéis ver, son creaciones que ya acumulan algunos años a sus espaldas.


Por si esta reseña supone vuestro primer acercamiento a estos personajes, hay que decir que la serie de "Bribones" bebe de todas las fuentes imaginables en el mundo de la fantasía y las aventuras, y añade a la fórmula bastante humor. Bram y Weasel son un buen ejemplo, pues recuerdan a menudo a Conan y Red Sonja, pero en su forma de ser hacen gala de un sentido del humor que no solemos asociar a las famosas creaciones de Robert E. Howard. Y claro, esto solamente es la punta del iceberg, pues encontraremos muchas referencias a otros autores (en este quinto volumen, a H. P. Lovecraft concretamente) y obras en las distintas aventuras protagonizadas por Bram y Weasel. En ese aspecto, mi consejo es que cuando leáis cualquier historia protagonizada por ellos, no lo hagáis esperando encontrar algo serio y sesudo, sino que os preparéis para echaros unas risas a lo largo de las divertidas aventuras que esta pareja de pícaros guerreros viven a menudo. En definitiva, estamos ante un cómic de evasión, que tiene la finalidad de entretener con su lectura, y rara vez fracasa en ese cometido. 

¿Qué autores hay detrás de este tomo? Como guionista está su co-creador El Torres (cuyas obras más recientes son "Galdós y la Miseria" o "Phantasmagoria"), que ha estado presente en todos los tomos publicados de los personajes. En el dibujo debuta Pablo Collar bajo el pseudónimo de "Rukikun", que además se ocupa del color. Y como ayudante colorista en uno de los capítulos participa Cristina Serrano. De las portadas principales de cada número se ocupan el ilustrador Stefano Martino ("Stranger Things: El otro lado") y la colorista Verónica R. López, quien ya había desempeñado antes la misma función en aventuras pasadas de Bram y Weasel. 

¿Qué historia nos vamos a encontrar en este tomo? La sinopsis oficial nos cuenta lo siguiente: 

"Los pícaros más descarados de la espada y brujería han vuelto. Y esta vez vienen perseguidos por criaturas más allá de la cordura.

Bram y Weasel vuelven a liarla. Tras unas aventuras lejos de la mítica ciudad de Gerada… vuelven con un extraño artefacto: El Ojo de Byatis, que tratan de vender antes de que se pudra. 

Lo que los bribones no sospechan es que traerán la perdición sobre la ciudad… 

¡La llegada del horror cósmico de los Primigenios!"

Así es gente, aquí Bram y Weasel conocerán de primera mano el horror cósmico que creara e inmortalizara H. P. Lovecraft en sus relatos. Y lo peor de todo es que... ¡ellos son los culpables de todo lo que sucede! Aunque comenzaremos a tener constancia del horror que se avecina sobre la ciudad de Gerada por boca de otro personaje, basta con un par de páginas para comprobar con qué facilidad la pareja de bribones inicia el fin de los tiempos. Y todo da comienzo con un ojo. En manos de otros personajes la cosa podría haber ido por otros derroteros, pero Bram y Weasel son de esas personas que no parecen dormir tranquilas si no provocan un desastre cada día.

Y claro, como es propio de las historias de este tipo, ambos personajes intentarán hacer frente a las consecuencias del mal que han provocado, aunque en ocasiones lo hagan más porque no les queda otra opción que por un auténtico deseo de redimirse y ayudar a los demás. Pueden deshacerse del Ojo de Byatis por un módico precio, pero eso no significa que todo quede solucionado, pues los Primigenios aguardan su oportunidad de campar a sus anchas sobre la tierra, empezando por la ciudad de Gerada. Así que, para salvar su hogar, Bram y Weasel vivirán esta aventura mezclándose con sectas de fanáticos, sacerdotisas con apego a la vida acomodada, criaturas de otros planos dimensionales, y objetos poderosos. Lo normal para ellos vaya. 


Como curiosidad, y salvando las distancias, la ciudad de Gerada me ha recordado en esta historia a la doble ciudad de Ankh-Morpork que creara en su día el genial Terry Pratchett (1948-2015) en sus novelas del Mundodisco. Esta asociación me ha venido a la cabeza por un pasaje del cómic en el que, durante varios días, llueven ranas sobre Gerada, lo que provoca que los comerciantes locales no tarden en sacar partido de ello, vendiendo pinchos de rana, kebabs de rana, amuletos de hueso de rana, botas de piel de rana, ranas que pueden fumarse... cosas que tenían mucha cabida en las calles de Ankh-Morpork, ciudad donde había lugar para personas de todo tipo, tal como sucede aquí. Por eso ya os avisaba de que estamos ante un cómic que debéis leer y disfrutar como lo que es, un sano divertimento para pasárselo bien. Los protagonistas las pasan canutas a menudo, pero no hay criatura que no pueda derrotar una espada bien afilada o una gran hacha. 

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? Para El Torres no ofrece ninguna dificultad escribir sobre unos personajes que él mismo creó, y sobre los cuales ha narrado tantas aventuras que los conoce a la perfección, y eso es algo que se nota, por las referencias a otros cómics anteriores en algunos diálogos o escenas, pero también por el buen manejo de la historia. Se mantiene el tono humorístico habitual para contar las peripecias de Bram y Weasel, y la lectura no resulta aburrida. 

En cuanto a Rukikun, tiene un dibujo influenciado claramente por el manga. No suelo leer manga ni es mi estilo favorito para ver en una historia de espada y brujería, pero eso no quita el hecho de que valore positivamente su debut. A su favor está el manejarse bien en escenas pausadas o dinámicas, y mostrar a unos personajes expresivos, circunstancia que hay que tener en cuenta para bien cuando tenemos situaciones cómicas cada dos por tres. Sí que se le puede achacar la falta de nivel de detalle en los fondos de las viñetas, pero recordad que esto es solamente una opinión personal, y lo que para mí es mejorable os puede gustar a los demás. 

Respecto al color, tanto Rukikun como Serrano realizan una buena labor, que complementa bien el estilo de dibujo que nos encontramos aquí. 

¿Merece la pena el tomo? Por el ojo de Morin... SÍ. Que no os eche atrás el hecho de que éste sea un quinto volumen de una colección. Es una historia auto-conclusiva bastante divertida y disfrutable, y no es requisito indispensable haber leído antes nada de Bram y Weasel. Pero si le dais una oportunidad a este cómic y además os gusta, pensad en la parte buena, que es el tener la opción de buscar otras aventuras de "Bribones". 

Por ir terminando y sobre la edición, Karras Comics ha sacado el tomo en formato de tapa dura, y como contenido extra trae las portadas principales de los cuatro números de esta aventura, que son muy buenas, pero también las alternativas hechas por diferentes artistas. Y también tenéis algunos diseños de personajes de Rukikun. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra! 

10 de marzo de 2021

Reseña de Gaijin Salamander. Una historia de samuráis en un mundo poblado por animales

Saludos gente lectora, id despejando vuestras cabezas de todo pensamiento, porque una mente vacía y tranquila conseguirá que nuestro cuerpo no esté confuso, y eso es algo que aprenderemos a lo largo de esta obra, donde su protagonista recorrerá el camino de la espada. El cómic del que vengo a hablaros hoy nos presenta un mundo poblado por seres antropomórficos, donde el honor y el servicio a los demás lo es todo para un samurái. Publicado por Karras Comics, la reseña de hoy está dedicada a "Gaijin Salamander"


Dentro de las muchas cosas que me gustan dentro del mundo del cine, las series y la lectura, se encuentran los samuráis, porque son un vestigio del antiguo Japón, y aunque no conozco tanta historia de ese país y su cultura como me gustaría, este concepto siempre me ha atraído, logrando que disfrute de una manera u otra de todas las historias que he podido ver o leer protagonizadas por este tipo de guerreros. En esta ocasión me ha sucedido lo mismo, pero la valoración de "Gaijin Salamander" es algo sobre lo que ahondaré más adelante. No está de más deciros que la palabra "gaijin", que estará asociada al protagonista del cómic durante toda la historia, hace referencia a un término usado por los japoneses para referirse a una persona extranjera no perteneciente a una etnia asiática. Uno de mis personajes favoritos de Marvel, Lobezno, recibe a menudo ese nombre, generalmente cono signo de desprecio, y en ocasiones se usa de la misma manera en esta historia objeto de análisis. 


Aunque esta obra fue publicada en 2019 por la editorial americana Action Lab Entertainment, el mismo año nos llegó a tierras españolas gracias a Karras Comics. Y es algo de agradecer, pues se trata de una historia bastante disfrutable que me ha hecho recordar varias cosas que me gustan. Para empezar, y en materia de cine, durante la lectura me han venido a la cabeza la película de Edward Zwick "El último samurái" protagonizada por Tom Cruise en el 2003, y "Kung Fu Panda", dirigida en el 2008 por Mark Osborne y John Stevenson. He notado aquí una mezcla de ambas producciones, desde la manera en la que se intenta acabar con la cultura samurái para progresar tecnológicamente, hasta el hecho de que los personajes sean animales. Y eso es algo que me gusta, pues las historias con seres antropomórficos me despiertan bastante interés en el terreno de los cómics, como me sucedió en el caso de la popular "Blacksad" de Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, o bien la trilogía "Wild's End" de Dan Abnett e I.N.J. Culbard, que un servidor reseñó por completo en este blog. Así que imaginad mis ganas cuando he podido echarle el guante a un cómic de samuráis antropomórficos. 

¿Qué artistas tenemos al frente de esta obra? En primer lugar, los guiones corren a cargo de Massimo Rosi (que ha escrito "The Barbarian King", y participado en "Ghost Wolf"), quedando el dibujo para Ludovica Ceregatti (quien ha colaborado en "Hotline Miami: Wildlife"), y el color en manos de Renato Stevanato (que realizó la misma labor de colorista en algunos números de "Gargantuan" o "The Blackening). Y otro aspecto importante del cómic, como es la traducción, ha sido realizada por Rose S. Ballesta. 

¿De qué va este cómic? Tal como hago siempre, os facilito la sinopsis oficial:

"En un Japón feudal poblado por animales antropomórficos, la guerra entre las ranas japonesas y los lagartos occidentales ha estallado. 

En esos últimos días de los samurái, un extranjero, un Gaijin, vaga con su katana, sin pertenecer a ninguno de los dos mundos."

Desde esta descripción ya podéis entender la mención que he hecho de la película protagonizada por Tom Cruise, donde la aparición de la gente occidental y sus avances tecnológicos, precipitaba el inevitable choque de culturas con los samuráis, vestigio de una época más primitiva de la historia japonesa. El nacimiento de ese conflicto se nos narrará por el sensei Puño-Sashimi, quien le cuenta a su discípulo, el gaijin protagonista de la historia, las razones por las que hay una guerra civil en el país. Será así como en pocas páginas conoceremos a los líderes de cada bando enfrentado, siendo el general Claude GranSaurio quien representa a los occidentales, y el shogun Mejillas Hinchadas a los samuráis. 

Y en medio de esa contienda, se encuentra la salamandra a la que todos llaman gaijin. Por su nacimiento, él pertenece a los occidentales que han venido de otro continente a destruir la cultura asiática, pero por corazón, forma parte del lugar donde reside, y está ligado a la filosofía que Puño-Sashimi le inculcó desde que lo acogió como discípulo. Será así como, durante el transcurso de las páginas, le acompañaremos en un viaje que le hará recorrer una parte de Japón, para reunirse con Mejillas Hinchadas. Y como podéis imaginar, hasta que logre llegar a su destino, vivirá diferentes situaciones que le harán recordar sucesos de su pasado, y también las lecciones que se le impartieron sobre el camino de la espada.


Sin duda el viaje del gaijin no estará exento de situaciones que nos dejarán ver sus grandes dotes para el combate, si bien una de las reglas del bushido nos habla de que el mejor guerrero es el que intenta evitar el combate a toda costa, hasta que al final es inevitable. Eso, sumado al hecho de que la salamandra no tiene miedo de la muerte, pues aceptarla cada día es una de las mejores formas de vivir sin miedo, hará que al mismo tiempo que esta historia avanza, conozcamos más cosas de lo que significa ser un samurái. En definitiva, este cómic, dividido en seis capítulos, trata un argumento que ya hemos visto en muchas otras ocasiones, pero como suelo decir, cuando algo está bien narrado y se disfruta, qué más da que no sea algo innovador, pues lo importante en casos como estos es sentirse satisfecho con lo que uno lee. 

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? Empezando por Rosi, el guionista cuenta una historia de interés, y lo hace dosificando bien cada acto de la misma, mezclando flasbacks del pasado con escenas del presente. Este tipo de relatos no son sino tragedias que se cuecen a fuego lento, y en ese sentido estamos ante un plato bien cocinado. Se nos describen cosas que forman parte del código samurái, y eso siempre es algo de agradecer. Al margen de eso, en ningún momento se me ha hecho pesado de leer el cómic, y eso es otro punto positivo. 

Vayamos ahora con el arte de Ceregatti. Su estilo de ilustración me ha hecho recordar en gran parte al mismo de I.N.J. Culbard en "Wild's End", aunque me ha gustado más lo que he visto en este caso. Estamos ante un tipo de dibujo que equilibra el uso de primeros planos con otros más alejados, y también hay espacio para algunas dobles páginas. En los duelos a espada se palpa la tensión previa, como si estuviéramos en uno de esos juegos de miradas que tan populares hiciera Sergio Leone antes de un enfrentamiento entre pistoleros del salvaje oeste. En líneas generales, tenemos por lo tanto un buen trabajo de Ceregatti.

Queda por evaluar la labor de Stevanato al color, que realiza un buen acompañamiento para el dibujo, eligiendo acertadamente la paleta de colores, y resaltando en intensidad las escenas donde la sangre hace aparición. Así que nada que objetar. 

¿Merece la pena el cómic? Preparad vuestros ojos para esta lectura... porque SÍ. Estamos ante una historia interesante, relatada con acierto, y que permite disfrutar de una narración que tiene el aliciente añadido de tener a personajes antropomórficos. No se hace pesada con el paso de las páginas, y además es una historia cerrada. Huelga decirlo, pero si le dais una oportunidad, no creo que os deje indiferentes.

Respecto de la edición de Karras Comics, estamos ante un tomo de tapa dura que contiene como extras algunos bocetos originales de personajes de Ceregatti. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra!

8 de marzo de 2021

Horror a la deriva

La calma había vuelto al mar, pero pronto cambiaría eso. El sol brillaba con intensidad en el cielo y se reflejaba sobre las aguas cristalinas, devolviendo su reflejo hacia una isla cercana, en cuya playa había algunos restos de madera sobre la arena, y otros flotando en la orilla. A lo lejos, a bastantes kilómetros de distancia de allí, había un barco pirata detenido. Y flotando hacia dicha embarcación, se podía ver un bote de madera sobre el cual había un cofre metálico. Era una imagen extraña.

En la isla hubo algo de movimiento cuando Dick Renders, superviviente de un naufragio, comenzó a despertarse. Estaba tumbado boca arriba en la arena, y nunca se había sentido tan machacado como en aquella ocasión. Y eso era mucho decir, teniendo en cuenta que era un pirata y había llevado una vida llena de excesos hasta la fecha, despertándose en muchos lugares desconocidos para él y con el cuerpo hecho polvo. No obstante, no recordaba haber recobrado la consciencia nunca e una isla donde no había desembarcado previamente. 

Las pequeñas olas que bañaban aquella playa le mojaban medio cuerpo, dándole una apacible sensación de frescor. Tras intentar incorporarse un poco apoyándose sobre los codos, Dick fijó su  vista en la lejanía, allá por donde el barco estaba estático. Entrecerró los ojos para ver con más nitidez aquello, y se sobresaltó un poco al ver otra cosa, que se acercaba flotando al barco. Algo más incorporado, y sin necesitar los codos para sostenerse, puso sus manos en la frente a modo de visera, pues el sol le deslumbraba un poco y no le dejaba ver con claridad aquello que le había puesto nervioso. No había lugar a dudas. Se trataba de un cofre sobre un bote de madera. Definitivamente, y salvo sorpresa, el lugar más seguro para estar durante un buen rato iba a ser aquella isla.

Siguiendo las órdenes del capitán tras el avistamiento del cofre flotante, algunos piratas de la tripulación habían logrado capturar el bote mediante varias cuerdas que le lanzaron. Posteriormente, dos hombres descendieron hasta el bote, para amarrar fuertemente unas cuerdas a las argollas laterales del cofre. Para sorpresa de todos, apenas costó esfuerzo subir hasta la cubierta aquel objeto. Era un síntoma de que seguramente estaría vacío, y al capitán aquello le sentó como una patada en las zonas nobles. 

Dick observó la maniobra de subida del cofre desde su lugar de privilegio en la isla. Su mente conservaba ciertos recuerdos que le habrían resultado útiles a los del barco, pues él sabía que, en cuanto abrieran el cofre, su destino quedaría sellado, y se repetirían los hechos acaecidos en el barco pirata donde él faenaba en los últimos tiempos. 

Intentando rememorar todo lo que le sucedió a él antes de despertarse allí, tuvo la desagradable sensación de que, a fin de cuentas, se estaba repitiendo todo. La única excepción, era que él lo presenciaba ahora a una distancia segura y como un superviviente. Así pues, lo primero había sido el avistamiento, luego vino la recogida del cofre, la curiosidad por su contenido, y quedaba lo que en aquellos momentos realizarían aquellos otros piratas... la apertura del cofre y las consecuencias. Eso último era lo más espeluznante de todo...

La tripulación de barco, con el capitán al frente, se arremolinaba en torno al cofre posado en la borda. Aunque el metal del que estaba hecho reflejó algunos rayos del sol, pronto cambió ese efecto, pues, una vez que el capitán lo abrió, el cielo comenzó a cambiar, quedando engullido el sol por grandes nubarrones que presagiaban una gran tormenta. Algunos piratas miraron al cielo con creciente inquietud, otros seguían observando el cofre. En la lejanía, Dick sintió que el agua que seguía mojando su cuerpo estaba más fría que instantes antes. El capitán del barco observó ensimismado una pequeña espiral de humo que comenzó a salir del cofre, como si se tratase de una serpiente saliendo de su cesta cuando un flautista la controla. En un escaso margen de tiempo, el humo había tapado por completo la cubierta del barco, tripulantes y objetos incluidos, excepto el mástil y las velas, que Dick podía divisar parcialmente desde donde estaba. 

El cielo estaba ahora totalmente oscurecido, y enormes relámpagos hicieron su entrada en escena. Visto desde la isla, el barco daba un aspecto fantasmal, quedando invisible al ojo humano, excepto por los fogonazos de luz instantánea que generaban los relámpagos. El mar estaba inquieto, y olas de creciente intensidad pronto azotaron los costados del barco. Por otra parte, comenzó a llover, pero no era agua lo que caía, al menos no en el barco. El humo que había envuelto al barco y su tripulación filtraba el agua que caía del cielo, y la convertía en... ¡queroseno!


Tristemente, ahí fue cuando Dick y su tripulación sufrieron en sus propias carnes el poder del cofre. El humo que emanaba del interior del cofre, experimentó una súbita transformación, inflamándose hasta convertirse en lenguas de fuego. En aquellos instantes, Dick sintió una enorme compasión por aquellos piratas. Rara vez había experimentado esa sensación en su vida, pero los sucesos que él había vivido y ellos sufrían ahora, habían precipitado esos sentimientos de empatía y la compasión en el naúfrago. 

En el barco todo era caos y gritos desgarradores, pues las lenguas de fuego habían entrado en contacto con el queroseno, dando inicio a unas intensas llamaradas que afectaban a todo lo que encontraban a su paso. Había piratas corriendo enloquecidos por la cubierta para escapar de las llamas, otros tumbados dando vueltas para apagar el fuego, y algunos echando cubos de agua sobre otros. El capitán ya no podía dar ninguna orden, había sido la primera víctima del incendio, y ahora no era más que un trozo de carne humeante. 

Dick había dejado que su miedo le impulsara a obrar en esa situación, y aunque fue un acto totalmente egoísta, él se salvó al saltar sobre la borda del barco, cayendo al mar. Ahora que estaba fuera de peligro en la isla, rezó porque alguno de aquellos desgraciados obrara igual que él. Y con cierta alegría, observó a varias personas saltar del barco en llamas. Como un par de ellas estaban ardiendo cuando saltaron, al caer al agua dejaron tras de sí una estela de humo. 

Poco tiempo después, aquel barco, al igual que el de Dick, terminó siendo patrimonio del mar, como también la mayoría de su tripulación. Él, al igual que algunos de los supervivientes de ahora, estaban aferrados a pedazos de madera que flotaban sobre las aguas. La tormenta apocalíptica había desaparecido gradualmente, volviendo a brillar el sol en el cielo, y reinando cierta calma en el mar. Pasaron algunos minutos así, y entonces Dick recordó algo más. Una última visión de difícil comprensión. De la zona donde se había hundido el barco, afloró hacia la superficie un bote de madera, sobre el cual reposaba nuevamente el cofre metálico. 

Con el paso de las horas, y mientras Dick intentaba buscar algo que comer en la isla, llegaron flotando a la orilla algunos supervivientes del naufragio. A medida que éstos se fueron despertando, tuvieron una horrible visión en la lejanía, pues un barco mercante había hecho aparición a lo lejos en el horizonte, y el cofre se acercaba sobre el bote en aquella dirección. Dick reapareció en aquel momento, y tuvo la extraña sensación de que pronto podría volver a aumentar la población de la isla....