24 de octubre de 2023

Reseña de Far South. El plomo y la sangre como medicina para una ración de crímenes y violencia

¡Saludos una vez más! Esta vez hay que tener cuidado de las enemistades que nos podamos hacer recientemente, pues nunca se sabe en qué momento la rueda de la vida nos las traerá de nuevo ante nosotros para ponernos en aprietos. En esta ocasión vengo a hablaros de "Far South" de Moztros.


Hasta donde he podido averiguar, esta serie de relatos cortos vio la luz en primer lugar en la editorial argentina Puro Cómic, aunque parece ser que se publicaron en blanco y negro. La edición que nos trae Moztros en 2023 es a color, lo cual hace que nos haya llegado de una forma diferente a como se editó en tierras argentinas. Esto no es ni bueno ni malo, pero siempre considero de utilidad compartiros estas cuestiones. Pues bien, sin lugar a dudas, y aunque ya hablaré de ello detenidamente más adelante, estamos ante una recopilación de historias cortas que son pura esencia de género negro, pero especialmente de western, pues todas ellas tienen en común muchos de los elementos clásicos de este maravilloso género narrativo que tanto me gusta. Hay violencia, venganza, mucha mala leche, frases lapidarias, y alguna que otra ensalada de tiros. 


A estas alturas no voy a repetiros una vez más las razones por las que el western me flipa, ya que lo he hecho en otras reseñas pasadas sobre cómics que sí estaban ambientados en el salvaje oeste. En este caso es cierto que este cómic no tiene ambientación en esa época, pero sí que, como mencionaba antes, en espíritu es muy cercano a ello, siendo una especie de western moderno, narrado por autores argentinos. Para que sea más notoria la procedencia de la obra, veréis que en los diálogos los textos se mantienen con la lengua y expresiones argentinas, y no se han readaptado a nuestro español. 

¿Qué autores han participado aquí? El guionista es Rodolfo Santullo (en nuestro país se han editado obras suyas como "40 cajones" o "Acto de guerra"), recayendo la ilustración en Leandro Fernández (famoso por su participación en "El Castigador" o por ser cocreador de "La Vieja Guardia"), y el color sobre Exequiel Fernández Roel (las únicas referencias que he encontrado suyas son "Historietas argentinas" y "Quiero ser campeón mundial"). De la realización técnica se ocupan Leticia Francalancia y Germán D'Agostino. 

¿Qué historias nos encontraremos aquí? La sinopsis nos dice lo siguiente: 

"Ha llegado el momento de adentrarse en una tierra árida y salvaje, alejada del mundo, donde hombres duros y de sangre caliente conviven con el crimen, el alcohol y la venganza.

En este lugar se encuentra la Pulpería de Montoya, un bar donde la peor escoria de la zona se reúne para arreglar sus diferencias a base de plomo y sangre.

Nacidas de la unión del exitoso autor internacional Rodolfo Santullo y el artista superestrella Leandro Fernández (La Vieja Guardia), las historias de Far South nos transportarán a una nueva Ciudad del Pecado de vaqueros despiadados y violencia de la antigua tierra de los Gauchos. ¡Preparaos para leer una novela negra diferente!"

Lo primero que quiero destacar es algo tan simple como anecdótico pero... ¡aunque todas las historias comparten como nexo la Pulpería de Montoya, allí no se sirve ni un plato de pulpo! El dueño de dicho establecimiento, que se afana en dejar limpios los vasos más que en la pulcritud del lugar, funciona como punto de anclaje para las diferentes narraciones que se contienen recopiladas en este tomo, de corta duración, pero personajes interconectados.

Puede servir como ejemplo la primera toma de contacto con el cómic, historia donde un tipo con aspecto de mafioso llega a la pulpería. No tardará mucho tiempo en producirse una escena violenta en la que habrá varios fallecidos, y que tendrá repercusiones más adelante, aunque uno se crea que al acabar la introducción no volverá a suceder nada a raíz de eso. También hay una serie de matones que están involucrados en sucesos aquí y allá, y o bien son mencionados o hacen acto de presencia en según qué capítulo. Otra de las tramas nos cuenta el origen de una botella de grappa que consume un hombre mayor en la pulpería, y ahí ya tenemos la primera toma de contacto con una huelga de transportistas que también se dejará ver en sus consecuencias a lo largo del tomo.


Hay espacio incluso para una especie de leyenda por toda la región cercana a la pulpería, como es la del forajido el Carpincho López, quien ha hecho frente a algunos de los tipos más poderosos y peligrosos, y ha tenido la osadía de robarles o dejarles en ridículo. Este héroe popular, que para unos es leyenda y para otros realidad, tendrá sus apariciones también a lo largo del tomo. Y esa es la filosofía de esta obra, donde todo está conectado y se va cociendo poco a poco un final violento en el que casi todo lo anterior converge y los personajes involucrados tendrán que luchar por seguir respirando. 

¿Qué valoración merece el trabajo de los autores? Comenzando con Santullo como guionista, me ha gustado todo lo que contó en cada una de las historias. Da igual que algunas sean más breves que otras, pues todas tienen su miga, y no sabes qué acontecimientos o personajes de cada una tendrán luego repercusión en episodios posteriores. La mayoría de diálogos son secos, directos, y eso viene muy bien para una obra donde lo que se trata de reflejar es el salvajismo en el que viven los personajes, desde quien está en lo más bajo de la escala social (las prostitutas y borrachos de la pulpería), hasta los que parten el bacalao (como los tipos duros o algún terrateniente). Hay suficiente violencia, mezquindad y mala leche para hacer que la combinación genere una obra bastante disfrutable, si uno es amante de este tipo de historias claro está. Da lo que se intuye en la sinopsis, y supone un rato de evasión entre personajes miserables, vengativos y pendencieros como ellos solos, cuyos caminos empiezan a cruzarse y tendrán su punto álgido cuando concurran al mismo tiempo. Notable labor la de Santullo. 

Pero si este cómic es notable, no solamente es por los guiones, sino también por el apartado gráfico. Las ilustraciones de Fernández, que tiene un trazo preciso y perfecto para historias de este corte, con cierto toque caricaturesco pero también aspecto de cómic independiente, es la otra gran baza para apostar por esta obra. Fernández clava muy bien los rostros de los personajes en distintas situaciones, y hace totalmente creíbles y naturales sus expresiones. Además de eso, también trabaja el nivel de detalle en las viñetas, y tiene una agradable tendencia a escoger los mejores planos para las imágenes (aunque también aquí suelen tener mérito los guionistas, según el tipo de indicaciones que faciliten). Por lo tanto, Fernández le da un toque de calidad al cómic, complementando a la perfección la parte narrativa. 

Queda hablar del color de Fernández Roel, que ensalza los lápices del ilustrador. Desconozco si este cómic quedaba mejor en blanco y negro, porque me parece muy valiosa la aportación de Fernández Roel para que la obra siga destacando en otro de sus aspectos. Hay un buen manejo de la luminosidad y los claroscuros cuando tocan, y eso enriquece las imágenes. 

¿Merece la pena el cómic? Aunque no haya visto ni un plato de pulpo en la pulpería... POR DESCONTADO QUE SÍ. Estamos ante un híbrido entre western moderno y obra de género negro que destaca por las historias que cuentan y el modo en que están narradas, y me ha gustado mucho que finalmente terminen convergiendo diferentes personajes y situaciones que antes ya se habían ido mostrando por separado. Eso hace que tengamos una especie de cómic coral de personajes, aderezado con esa violencia, mezquindad y mala leche que ya os mencionaba antes, y que combinan bastante bien. 

La edición de Moztros es en su habitual formato de tapa dura, y como contenido extra, además de ilustraciones en acuarela de Fernández, trae un relato escrito por él mismo. Y esto es todo por mi parte, si queréis ver más reseñas mías podéis hacerlo aquí. ¡Hasta otra!

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