10 de marzo de 2024

Reseña de Carretera fantasma: La serie. Una historia fantástico con gotas de terror entre camiones, seres de pesadilla y objetos únicos

¡Un saludo desde el interior de la cabina de un camión de transporte! No es mi primer viaje en un cómic de este tipo, pues en su momento me leí y reseñé en este espacio "La flota fantasma", donde también había camiones y elementos sobrenaturales, si bien en aquella ocasión se trataba de una historia cerrada, mientras que en el caso que nos ocupa aquí estamos ante una serie. 


Y como hago a veces cuando encaro la lectura de una nueva serie, mi intención es ir actualizando este post para que encontréis aquí las reseñas de cada tomo que lea. Al frente de este proyecto, al menos en su inicio, se encuentra el trío formado por el guionista Jeff Lemire (más que conocido por "Black Hammer" o "Gideon Falls"), el ilustrador Gabriel Hernández Walta (en su haber cuenta con obras como "La Visión" o "Sentient", repitiendo en esta con Lemire), y la colorista Jordie Bellaire (ha trabajado en cómics como "Gotham City: Año uno" o "Kate Bishop: Ojo de Halcón"). Y como lo que corresponde ahora es coger carretera y pisar el acelerador, toca comenzar con el análisis.



El tema de los camioneros y las historias con toques fantásticos y sobrenaturales ya me gusta desde la infancia. Toda la culpa de ello la tiene una de mis películas favoritas, "Golpe en la pequeña China" (1986) de John Carpenter, que me maravilló en la infancia y me sigue encantando ya en edad adulta. ¡No sé cuántas veces la he visto! Y no la menciono porque este cómic tenga nada que ver, ya que lo único en común son los camiones y los toques fantásticos, ya que aquí se añade un poco de terror entre otras cosas.

¿Qué historia nos encontramos aquí? La sinopsis dice lo siguiente: 

"Dom es un camionero de larga distancia que intenta escapar de su trágico pasado, marcado por una familia desestructurada y el consumo de drogas. 

Cuando una noche se detiene tras presenciar un accidente de tráfico, conoce a Birdie y su vida da un vuelco. Entre los restos, hallan un objeto que le pone la quinta marcha a sus vidas. 

De pronto, lo que aspiraba a ser uno más de sus viajes nocturnos se convierte en un periplo frenético a través de un mundo surrealista donde Dom y Birdie se ven transformados en presa de extraños e imposibles monstruos."

En el arranque de la historia vemos a Dom, uno de los protagonistas, intentando subir a la cabina de su camión mientras tiene lugar una situación que le tiene en tensión, pero inmediatamente tras eso hay un salto temporal y nos vamos al pasado, concretamente al momento en que el personaje conduce su camión como un día cualquiera. Esto será una tónica en el cómic, el tener páginas que nos indican sucesos futuros, mientras que después veremos todo lo que antecede a ese punto para saber cómo se llegó a él. Pues bien, Dom se encontrará un coche volcado en la carretera y se bajará a ver si puede echar una mano. Allí se encontrará a una chica, Birdie, que está ilesa, mientras que el novio de ella está muerto. Pero eso no es todo, pues en ese escenario, se encontrarán un extraño objeto que Dom llevará en el camión y que, de alguna forma, cambiará poco a poco las vidas de ambos personajes mientras conducen por carreteras reales y otras de pesadilla para llevar dicho objeto a un posible lugar de destino. Durante el trayecto habrá monstruos, cosas extrañas, paradas de camiones y más de lo que pueda parece a simple vista. 


Antes de empezar a hablar del trabajo de Lemire aquí, he de ser sincero y admitir que habitualmente no me han parecido nada del otro mundo los trabajos suyos que he leído, tanto con superhéroes como fuera de ese entorno. En ese aspecto, ni siquiera ha sido mi razón para leer este cómic (ha sido que Walta fuera el ilustrador). Ahora bien, en este caso sí que me ha gustado el modo en que el guionista aborda esta historia. Es cierto que la forma de narrarla con esos flashbacks insertados aquí y allá me saca un poco de la historia, pero el resto de la trama me ha parecido absorbente a pesar de su rareza, y he leído el tomo casi del tirón. El cómic combina elementos sobrenaturales y de terror (si me apuráis, hasta de "survival horror"), y se sustenta sobre tres personajes principalmente: Dom el camionero, Birdie la superviviente, y la agente especial Weaver del FBI. De cada uno de ellos tendremos poco desarrollo, pero sí se empiezan a perfilar y seguro que a lo largo de tomos posteriores sabremos más de ellos al margen de los sucesos presentes. A lo largo de estos primeros capítulos se abren interrogantes suficientes como para querer saber las respuestas, si bien hacia el final del primer tomo es más lo que desconocemos que aquello sobre lo que sabemos algo, y eso lo veo una notable gestión del suspense y dosificación de la información. Así que en resumen, me ha gustado el trabajo de Lemire, aunque este tipo de historias es mejor valorarlas al final, cuando veamos si seguir una serie ha merecido la pena hasta el final o se ha ido desinflando a pesar de empezar bien. 

Como mencionaba antes, si me animé a leer este cómic inicialmente, fue porque lo ilustraba Walta. Su estilo de dibujo suele combinar bien con las historias de este tipo. Aquí se puede destacar su buena labor a la hora de dotar de expresividad a los personajes, y también en el diseño de escenarios y los monstruos que aparecen a lo largo del cómic. Las escenas de carretera están bien trabajadas y también esos pasajes en la otra realidad que se nos presenta, por lo que Walta hace una labor bastante competente dentro del estilo que tiene. Y ayuda mucho con sus composiciones de página a la rápida lectura del cómic, porque hace gala de una buena narración visual. 

El color de Bellaire está bien aplicado al dibujo, y hay partes donde tenemos una tonalidad verdosa porque pasa algo relacionado con el objeto que transportan los personajes, y otras de aspecto más blanquecino cuando las escenas transcurren en la otra realidad. Hay por tanto un buen trabajo de coloreado.

¿Merece la pena el cómic? Para responder a la pregunta hay que tener en cuenta si, como primera entrega de una serie más larga (no me atrevería a decir cuántos tomos serán), merece la pena darle una oportunidad porque empiece bien. En ese sentido, claro que sí que estamos ante un arranque de historia prometedor, al margen de que, como decía antes, luego nos guste más o menos por dónde tire la trama. Este tomo plantea muchas preguntas, tiene un ritmo narrativo ameno, y llega a ser desconcertante porque uno no termina de ubicarse en este mundo que nos presentan, y cuando parece que pisamos sobre terreno firme, rápidamente se vuelve pantanoso con nuevos acontecimientos. 

La edición de Astiberri es de tapa dura y numerada en el lomo, y como contenido extra trae portadas alternativas de diferentes artistas.



En el primer tomo el punto fuerte tenía lugar al final, cuando se revelaba que la carga que llevaba el camión conducido por Dom, era una especie de huevo alienígena. Era una buena forma de dejar en tensión al lector, habida cuenta de que ya de por sí era un tanto onírico el mundo en el que se movían los personajes que van el caminón, Dom y Birdie. Por lo tanto la principal motivación para este segundo tomo (dentro de varios interrogantes interesantes planteados en el primero), era ver qué pasaba con esa carga.

¿Qué historia nos encontramos aquí? La sinopsis dice lo siguiente:

"Birdie y Dom continúan en su viaje por carretera con la misión clara de entregar la carga en Gólgota. Pero cuando un circo abandonado se cruza en su camino, el viaje da un giro de 180 grados tremendamente surrealista. 

¿Cómo ha cobrado vida la mascota de una estación de servicios? Y, sobre todo, ¿cuáles son sus intenciones? 

Mientras tanto, la investigación de la agente especial Theresa Weaver se ve comprometida ante la decisión del director adjunto Wallis de sacarla del caso. Sin embargo, Weaver no está dispuesta a olvidarse del Proyecto Navaja tan fácilmente."

Esta historia tiene elementos oníricos y es difícil de clasificar, pero presenta un mundo peculiar en el que se ven inmersos dos de sus personajes, la joven Birdie y el camionero Dom, quienes van en un viaje por carretera con la obligación de dejar el huevo alienígena en Gólgota. Al mismo tiempo, la agente Weaver investiga el Proyecto Navaja, donde su padre estuvo involucrado, y del que parece ir atando cabos. La presencia de un hombre con camisa hawaiana, que es algo así como un nexo entre las dos realidades donde están los personajes, irá respondiendo algunas cosas, aunque se plantearán nuevos interrogantes. Birdie y Dom descubrirán que las estaciones de servicio Billy Bear son algo así como refugios, donde los múltiples caminantes blancos que les siguen, atraídos por el huevo, no pueden entrar. Y Weaver, que será relevada de su puesto en la investigación de los asesinatos en carreteras, no dejará que eso la frene para averiguar más sobre lo que está pasando. Tarde o temprano, comenzará a hacer avances significativos...



La trama de Lemire sigue el mismo camino que en el primer tomo. Se inician los capítulos con flashbacks de algo que vendrá luego, y a continuación se inicia la narración en el presente. Y vamos teniendo más información del pasado de la pareja protagonista. Si bien el primer golpe de efecto anteriormente fue la revelación de qué carga transportaba Dom en su camión, aquí tenemos dos aportaciones más. Por un lado, esa explicación de la importancia que tienen las estaciones de servicio, y por el otro el hecho de que el huevo eclosione y de él aparezca un ser en miniatura similar a los que siguen a Dom y Birdie, pero con poderes mentales. En esta ocasión el gancho final está reservado para la agente Weaver. Los números se siguen leyendo rápido y se mantiene el tono onírico en la narración, que en este caso tiene menos tono de survival horror porque ya tiene uno normalizados a los seres que siguen a los protagonistas. Tenemos por lo tanto un correcto trabajo de Lemire para seguir haciendo interesante la historia, aunque podría cometer el error de estirarla demasiado si no tiene cuidado.

En lo que se refiere al trabajo de Walta, sigue ofreciendo visualmente un universo que encaja bien con el tipo de trama. Tenemos buenos diseños en el circo abandonado, y en las escenas donde auténticas muchedumbres de seres atacan a Dom y Birdie. Se mantienen los buenos mimbres que ya mostró el ilustrador en el tomo anterior, y no sorprende que se mantenga a buen nivel para quienes hemos leído otras obras suyas anteriormente con toques de terror. Por lo tanto no tengo mucho que añadir, reafirmándome en lo que comenté en el primer tomo de la serie.

El color de Bellaire igualmente está a buen nivel, destacando el contraste de iluminación en las viñetas cuando los personajes tienen una visión de su pasado, respecto a cuando están rodeados de seres extraños. 

De momento, y sobre si merece la pena seguir la serie, en este segundo tomo se producen buenos avances en la trama (al margen de que se abran interrogantes para resolver más adelante), y el ritmo narrativo es bueno. Una vez que eclosiona el huevo queda ver qué más puede aportar la pequeña criatura que acompaña a Dom y Birdie, y también tengo curiosidad por saber qué averigua Weaver sobre el Proyecto Navaja. Me entra la duda de que esta serie se alargue mucho más de la cuenta en el tiempo, pero si Lemire no estira demasiado la trama (ejem, a lo "Stranger Things"), tiene una serie bastante interesante aquí. 

2 comentarios:

  1. Pues por aquí te sigo nuevamente J.Carlos. Me llama mucho la atención este cómic por temática aunque lo he ojeado y me ha tirado un poco para atrás el dibujo 🤔......supongo que el hecho de la temática "extraT" le ha restado potencial a la Road Movie. Muy interesante la reseña, hasta pronto 😊

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    1. Hola nuevamente. Digamos que el trazo de Walta no es para todos los gustos, pero encaja bien en el terror y lo sobrenatural, y tengo pendiente leer su trabajo con Hellboy. Si prefieres algo que no sea serie abierta pero sí sea también de camiones y cosas extrañas, puedes echarle un vistazo a mi reseña de "La flota fantasma" de Warren Johnson. Hasta la próxima.

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