26 de noviembre de 2021

Reseña de El pequeño Spirou (Parte 1). Un recorrido por los primeros álbumes sobre la infancia del personaje

¡Hola gente lectora! No hace mucho tiempo que empecé a leer historias del universo de Spirou, ese clásico del cómic europeo. Mis inicios no fueron los que cabría esperar, pues no rompí el hielo leyendo precisamente historias de este personaje, sino de otros que surgieron en sus aventuras, como el Conde de Champignac, o el Marsupilami. Este tipo de lecturas me gustaron tanto, que sabía que tarde o temprano iría a la fuente, leyendo cómics de Spirou y Fantasio. Mi primera lectura en este sentido fue "Spirou y los Soviets", y me dejó buen sabor de boca, por lo que quise ahondar un poco más en este universo.


Y eso es lo que me ha llevado a abordar la colección de "El pequeño Spirou", publicada por Dupuis originariamente, y que trajo Ediciones Kraken aquí a España. Hasta la fecha hay publicados 18 álbumes. Al ser algo tan numeroso, y debido a que me gustaría reseñar poco a poco los tomos que pueda en la medida en que me sea posible, voy a experimentar con el formato de reseñas que usaré aquí, algo diferente al habitual en mi blog. Al ser el mismo equipo creativo el encargado de esta serie, iré haciendo reseñas que agrupen mis impresiones de varios números de la colección. 

Pero antes de nada, toca recordatorio de cuándo vio la luz en el mundo de las viñetas Spirou. Su nacimiento tuvo lugar en el ya lejano año 1938, a través del semanario "Le journal de Spirou". La creación fue obra de Robert Velter (1909-1991), quien usaba el nombre artístico de Rob-Vel. Estamos ante uno de esos personajes ficticios que la mayoría de gente aficionada al cómic, ya sea europeo o americano, conoce, aunque sea de oídas. Lo remarcable es que, como pasa con otros personajes de los que ya he ido analizando obras en este blog (un ejemplo de ello es Lucky Luke, otro clásico del cómic franco-belga), a día de hoy, y pese a haber tenido presencia en el cine, la televisión o el mundo de los videojuegos, se siguen editando nuevas historias de Spirou y su inseparable amigo Fantasio, el cual se creó algunos años después, en 1942.

Esta serie de "El pequeño Spirou" se centra en contar la infancia del personaje. Quizás el mejor modo de encarar este tipo de lectura, si uno es lector habitual del Spirou adulto, sea tomarlo como una de las posibles infancias que pudo tener el personaje. Esto lo comento porque en internet hay gente que, siendo seguidora de Spirou, no comulga mucho con esta infancia que nos cuentan los autores. Pero al final pienso que cada cual debe recorrer su propio camino, y, a la hora de abordar la lectura de esta colección, mi meta es conocer un poco mejor al protagonista en esta etapa de su vida.

Y es así como abordaré estas reseñas, no comentando si tal o cual cómic es fiel al Spirou adulto (porque a estas alturas apenas he leído historias suyas), sino mencionando qué me ha parecido lo que me he encontrado. Y nada más que decir, pues procedo a hacer las mini-reseñas de "El pequeño Spirou".


Me gustaría comenzar diciendo que el equipo artístico que hay presente aquí, y que también será el mismo durante toda la colección, es el formado por el guionista Philippe Vandevelde (1957-2019), cuyo alias es "Philippe Tome" (conocido por títulos como "Nana asesina" o "Soda"), y el ilustrador Jean-Richard Geurts (quien participó en un álbum de "Clifton", y colabora en la serie "Las aventuras de Poussin"), conocido por el sobrenombre artístico de "Janry". Se trata de dos autores que se conocen sobradamente, pues han colaborado de forma conjunta en muchas de las aventuras de Spirou y Fantasio, durante largas etapas, por lo que eran una elección cuanto menos lógica a la hora de que alguien se ocupase de narrar aventuras de la infancia de Spirou. 

Al margen de los anteriormente citados, en el apartado gráfico también colabora como entintador y dibujante auxiliar Bruno Gazzotti (ilustrador en "Solos" o "Un futuro sin nubes") cuyo seudónimo es "Gazzo", y Stephane de Becker como colorista (rol que ya desempeñó en otras obras de "Spirou y Fantasio"). En este primer tomo, la traducción al castellano es de Carlos López Ortiz.

La sinopsis sobre este álbum de inicio de la serie es la siguiente:

"Este cómic, resultado de la colaboración de Tome y Janry, tiene un humor que oscila entre la ingenuidad y la picardía, donde Spirou y sus inseparables amigos Teleles, Blancaflor y Bola de Sebo, harán tambalearse los cimientos del universo adulto.

Meterse en el hábito de una monja o buscar la respiración boca a boca de la profe de natación son algunas de las inocentes ocurrencias de Spirou... que para su pesar no terminan como él imagina, ¡pero sí que nos hacen reír!"

Una de las cosas que pueden provocar que el lector considere esta lectura como la única infancia editorial del personaje, o bien una que podría haber sido así (en especial lectores veteranos del Spirou adulto que no disfruten mucho de estas aventuras de infancia), es el hecho de que el propio Spirou comience el álbum describiendo el pueblo (no dice nombre o localización, e incluso parece un recuerdo un tanto dudoso) donde pasó su infancia. Del mismo modo, desde que pueda recordar su memoria, ya llevaba el famoso traje rojo de botones de hotel. Ahora bien, al margen de estas consideraciones, lo importante, ya tome uno esta narración como canon oficial del personaje (que lo es editorialmente, al ser un spin-off de la serie adulta del personaje) o algo alternativo, es que se puede saber más del pequeño pero no menos "grande" Spirou.

En este sentido, la dinámica del álbum es empezar con una historia de unas cuantas páginas, y después seguir con gags cómicos de una página de extensión. Al ser el primer álbum, no solamente vemos el tipo de travesuras que cometerá el pequeño Spirou, sino que van siendo presentados diferentes personajes que le acompañarán la mayor parte del tiempo, como su gran amigo Teleles, su "novia" Blancaflor, su otro buen amigo Bola de Sebo, el abuelo Pepe, el abad del pueblo Angelus, o el profesor de gimnasia (blanco habitual de las gamberradas o situaciones cómicas), al que llaman el señor Colilla, entre muchos otros. También aparecerán en escena los padres de Spirou, aunque de una forma más testimonial.  


Y las situaciones en las que se ve metido Spirou van desde la picaresca para ver a chicas en paños menores (ya sea en fotos, revistas, o espiando el vestuario de las niñas del colegio), a diferentes gamberradas que tanto él como sus amigos harán para sacar de quicio al abad o el profesor de gimnasia. Hay algunos gags realmente tronchantes, como uno en el que Spirou y Teleles imitan una pelea entre superhéroes, y terminan recibiendo un castigo a la medida cuando se meten con quien no deben. Y también resulta memorable otro en el que Spirou y sus amigos se fuman un cigarro casero, para el cual usan sin saberlo hierbas para los baños de pies del abuelo Pepe, con la consiguiente reacción que tendrá en los niños. Son solamente un par de las situaciones que encontraréis aquí, pero hay muchas ocasiones para que uno termine riéndose sin problema. 

Puede que, a la larga, el formato de gags cómicos termine siendo algo reiterativo si uno lleva varias tomos leídos de la colección, pero en este primer acercamiento al mundo del pequeño Spirou, me he llevado una fantástica sorpresa. Es una lectura divertida y evasiva, ligera y disfrutable, y tan válida para los más peques de la casa, como para los adultos de la misma, pues cada uno le sacará un sabor diferente a lo que se le cuenta. Me ha gustado el trabajo de Tome con los guiones, pues en no pocas ocasiones he terminado con una sonrisa la lectura de bastantes gags cómicos del álbum. 

Igual puedo decir del trabajo de Janry y Gazzo a los lápices, pues forman un buen equipo que, teniendo un trazo clásico del cómic europeo, se desenvuelven bien para narrar visualmente con mucho acierto cada historia que se cuenta. Al ser historias claramente cómicas, es agradable ver que los dibujantes tienen un estilo que ayuda mucho a la narración visual en cada situación descrita por Tome. Y el color de... también me parece de los que suman y no restan, generando como resultado un cómic bastante disfrutable gráficamente.

¿Merece la pena? Como no tenía expectativas de ningún tipo al leer este cómic (me habían hablado bien y mal de él diferentes personas y opté por darle una oportunidad), me he llevado una grata sorpresa, y pienso que puede ser una lectura válida para que le concedáis el beneficio de la duda, ya seáis fans o no de Spirou. Total, por probar con este primer número no perdéis nada. El álbum es de cartoné, y está numerado en el lomo, en el que también lleva impreso parte de un dibujo que se irá completando a medida que uno consiga más álbumes de la colección. 



En este segundo tomo de la colección, realizado por el mismo equipo artístico que el anterior, la dinámica narrativa será la misma; es decir, una historia inicial más extensa, y el resto gags cómicos de una página. En este sentido, no va a ser muy diferente de lo que uno ya ha podido encontrarse hasta el momento. Pero sigue tratándose de una narrativa simpática, gamberra y picarona, cosa que me ha vuelto a generar varios momentos tronchantes.

La sinopsis ya exponía claramente lo que me iba a encontrar aquí:

"Precedida por "¡Mi noche en casa de Zoe!", Spirou descubrirá lo complicadas que pueden ser las relaciones. 

Y como todos nosotros alguna vez, también juega a la "mano negra", pero él debe aprender que no hay que hacerlo en el Conglomerado de Fabricantes de Pegamentos Extra-fuertes...

Ir a la pelu, ¡qué follón! ¿y a que te dejen "bien rapado"? pfff... El pequeño Spirou trató de huir a esta tortura, pero su estrategia escapista no fue suficiente.

Estas y más andanzas del pequeño Spirou y sus compinches las encontrarás en este volumen."

Lo primero que trae este segundo tomo, que ocupa una de las primeras páginas y de las últimas, es un pequeño recordatorio de los personajes que aparecen en la infancia y peripecias del pequeño Spirou. Se trata de niños y adultos que ya salieron previamente en el otro tomo, pero me ha parecido de agradecer que aparezcan mencionados aquí. Por lo demás, y como ya mencionaba antes, aquí nos vamos a encontrar más de lo mismo, gamberradas de Spirou, intentos de ser "adulto", esos primeros tonteos con las chicas, y más pillerías hechas a algunos de los profesores del colegio. 

En este sentido no os voy a engañar, pues los autores han repetido la fórmula empleada en la anterior entrega, pero como a mí me gustó y me dejó buen sabor de boca, aquí me ha vuelto a suceder lo mismo, ya que he disfrutado bastante de lo que este tomo podía ofrecer, y me ha merecido la pena leer más aventuras del pequeño Spirou.


La labor de todos los autores implicados sigue pareciéndome positiva. Los guiones de Tome tienen chispa (lógicamente con tanta sucesión de gags algunos están mejor que otros), la narrativa es bastante fluida, y esta lectura funciona bien para un rato de evasión o en el que uno simplemente busque algo que le distraiga. Por otra parte, en el apartado gráfico siguen realizando buena labor Janry y Gazzo, manteniendo el mismo estilo ya visto en el primer tomo, con ese trazo clásico pero que funciona bien como medio visual de plasmar el humor y el tono de los guiones. Y el color de Becker también sigue siendo buen complemento para completar el círculo.

¿Merece la pena? En definitiva, tras la lectura me quedo nuevamente con la sensación de que el viaje por estas páginas me ha merecido la pena. Sigue siendo un contenido que pueden leer niños y adultos, porque cada uno le sacará un matiz a lo que se cuenta. No escondo lo ya mencionado antes, en el sentido de que, con tantos gags, tarde o temprano perderán frescura o uno se quedará saturado, pero quizás la mejor opción para encarar la lectura del pequeño Spirou, sea alternándolo con otro tipo de cosas y no darse un atracón de un tomo tras otro. La edición de Kraken es la ya mencionada de cartoné, con el lomo numerado y teniendo en el mismo otro fragmento de la imagen que se irá completando cuando se junten más álbumes de la serie.


El pequeño Spirou 03: Pero, ¿Qué estás haciendo?

Lo que venía siendo el esquema de los dos tomos anteriores se repetirá aquí, dando la sensación de que en adelante será la dinámica fija de la colección, donde la primera historia es una más extensa que el resto, mientras que las demás son gags cómicos. 

La sinopsis editorial nos dice lo siguiente: 

"Divertidas e ingenuas, así son las aventuras del Pequeño Spirou, personaje que nos hará pasar grandes momentos.

El Pequeño Spirou es incansable... él y sus amigos vuelven a hacer de las suyas... ¿preparados para reír?

Con la historia "¡Buenos días , Doctora!" el Pequeño Spirou no perderá la oportunidad de estar cerca de tan adorable médico... pero tiene competencia. 

Y luego a seguir disfrutando de los protagonistas de siempre en las más divertidas situaciones."

En la historia de apertura del tomo, Spirou intentará ponerse malo cuando aparezca una nueva doctora en la localidad, cuyo método para curar enfermedades es de lo más dulce. A diferencia del médico habitual, que se bebe unos cuantos lingotazos de sus remedios especiales para los resfriados, la llegada de esta mujer supondrá un cambio que revolucionará a Spirou y sus amigos, pero también a algunos adultos. Una vez terminada esta historia extensa, entran en liza los habituales gags cómicos de esta colección.

Seré sincero, pues en este punto algunas de las situaciones cómicas, en especial las protagonizadas por el profesor de gimnasia o Spirou y Blancaflor, son un tanto repetitivas respecto a las que ya se contaron en los álbumes precedentes. Ello no quiere decir que pierdan chispa, pues se mantiene su efecto cómico, pero sí que pueden perder frescura. Por otra parte, una de las cosas que me han gustado, es que hay bastantes gags ambientados en la playa, que era un terreno que el pequeño Spirou apenas había pisado anteriormente, razón por la que este elemento añadido ha sido una grata sorpresa. 


En cuanto a mis sensaciones sobre los diferentes apartados de esta obra, remarco el hecho de que algunos gags muestran situaciones que ya se habían abordado anteriormente aunque se cambien algunos detalles. No obstante, y al margen de lo anterior, sí me he reído con unas cuantas de las situaciones cómicas que Tome y Janry nos cuentan aquí, algunas de ellas con el abuelo "Pepe" de protagonista, todo un personaje de lo más gracioso. En ese sentido, y aunque falte algo de frescura en ciertos tramos, la lectura me sigue resultando amena y disfrutable, y valoro bien el trabajo de los autores. El color de Becker sigue siendo de estilo clásico y complementa bien el trazo del ilustrador. 

¿Merece la pena? Como no hace falta ser muy experto en Spirou, es un tomo tan bueno como cualquier otro de la serie para echarse unas risas y entretenerse un rato, y pequeños y adultos pueden disfrutarlo. A título personal me sigue dejando buen sabor de boca este tipo de lectura, y le veo los suficientes aspectos positivos como para querer echarle el guante a los siguientes números. Mantengo la impresión de que la mejor opción para encarar la lectura del pequeño Spirou, es alternándolo con otro tipo de cosas y no darse un atracón de un tomo tras otro. La edición de Kraken es la ya mencionada de cartoné, con el lomo numerado y teniendo en el mismo otro fragmento de la imagen que se irá completando cuando se junten más álbumes de la serie.

P.D: Cuando haya leído más números, actualizaré esta reseña añadiéndolos. Hasta entonces, gracias por leerme y llegar hasta aquí. Si queréis ver más reseñas mías, podéis hacerlo aquí. ¡Hasta la próxima! 

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